Ratificadas
al bienaventurado Alano de Rupe, O.P,
gran apóstol del Rosario.
(Aprobado por
la Iglesia.)
1.- Aquél que fielmente me sirva con la
recitación del Rosario,
recibirá señales de gracias.
2.- A todos los que reciten el Rosario les
prometo mi protección
especial y las mayores gracias.
3.- El Rosario será una armadura poderosa
contra el infierno,
destruirá el vicio, disminuirá el pecado y
derrotará las herejías.
4.- Hará que florezcan la virtud y el buen
trabajo; las almas obtendrán
la gracia abundante de Dios; retirará del
corazón de los hombres el
amor al mundo y a sus vanidades y los
elevará al deseo de las cosas
eternas. Por estos medios las almas se
santificarán.
5.- El alma que a Mí se encomiende a
través de la recitación
del Rosario,
no perecerá.
6.- Todo aquél que devotamente recite
el Rosario, que se esmere en la
consideración de sus misterios sagrados, no
será conquistado por el
infortunio. Dios no lo habrá de castigar en
Su justicia, no perecerá
por una muerte no suministrada; todo aquél
que sea justo permane-
cerá en la gracia de Dios, y será merecedor
de la vida eterna.
7.- Todo aquél que tenga una verdadera
devoción por el Rosario
no morirá sin los Sacramentos de la Iglesia.
8.- Aquellos que sean fieles en la recitación del
Rosario tendrán
en su vida y en su muerte la luz de Dios y
la plenitud de Sus
gracias; en el momento de la muerte participarán
de los méritos
de los santos en el paraíso. 9. A aquellos
que se hayan dedicado
al Rosario, Yo los liberaré del purgatorio.
10.- Los hijos fieles del Rosario merecerán
un alto grado de gloria
en el Cielo.
11.- Mediante la recitación del Rosario,
obtendrán todo lo que
de Mi pidan.
12.- Todos aquellos que propaguen el santo
Rosario serán
socorridos en sus necesidades.
13.- He logrado de Mi Hijo Divino, que
todos los defensores del Rosario
tengan como intercesores a toda
la corte celestial, a lo largo de su
vida y al momento de la muerte.
14.- Todos aquellos que reciten el Rosario
son Mis hijos, y
hermanos de Mi único hijo Jesucristo.
15.- La devoción a
mi Rosario es un signo
importante de
predestinación.
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- En 1970, Sor Lucía, vidente de Fátima, escribió a una
amiga, la
Madre María José Martins:
"Las oraciones del Rosario son lo que más nos une
a Dios; mediante la
riqueza de las oraciones que lo componen, todas provenientes del Cielo y
dictadas por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El Gloria que
recitamos
con todos los misterios, le fué dictado a los Ángeles por el Padre,
cuando
Él los envió a cantar cerca de su Palabra, que recién había nacido, y es
un
himno a la Santísima Trinidad. El Padre Nuestro nos fué dictado por el
Hijo, y es una oración dirigida al Padre. El Ave María está impregnado
en su totalidad de un significado trinitario y eucarístico."
- La Santísima Virgen María dijo a la vidente
Mirjana en Medjugorje:
"Diles a todos que el Rosario
no es un adorno
para la casa, es para rezarlo."
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