Mi nombre es Nouhad, soy esposa de Semaan Chami, originarios de
Mezarib, Jbail. Tengo 55 años de edad. Tengo 12 hijos (7 hombres y 5
mujeres).
El día 9 de Enero de 1993, tuve una hemiplejía del lado izquierdo:
en mi pierna, brazo y boca e ingresé al Hospital Saint Martine en Jbail.
El Cardiólogo Dr. Joseph Chami me recibió y me remitió a la Unidad de
Terapia Intensiva y con el Dr. Antoine Nachanakian y el médico de mi
familia, Majid Chami.
Después de muchas consultas, rayos X y pruebas médicas, dedujeron
que la hemiplejía era debida a la obstrucción total de las arterias
izquierdas del cerebro y al 70% de las del lado derecho. "En
este caso, ningún tratamiento puede curarle. No obstante, aún tenemos la
posibilidad de emprender una cirugía y reemplazar las arterias obstruidas
con algunas de plástico" dijo el doctor.
Me aconsejaron irme a casa y volver después de 3 meses al Hospital
Hotel Dieu para hacerme Rayos X de nuevo. Mi hijo mayor Saad fue a Annaya
y me trajo aceite consagrado, y arena de la tumba de San Charbel.
Cuando mi hija cubrió mi cuerpo con él, sentí punzadas y pinchazos
en mi brazo y en mi pierda. Dejé el hospital ocho días después. En casa
la pasé en cama.
Mi esposo tenía que ayudarme a ir al baño y mis hijos tenían que
alimentarme con una pajita. Así pasé los siguientes tres días. En mis
sueños, podía verme bajando las escaleras de la ermita de Annaya, donde
oía la misa en presencia de los monjes, y San Charbel me daba la comunión.
Al cuarto día, la noche del jueves al viernes,
22 de Enero de 1993, estaba sufriendo de un terrible dolor de cabeza, y
del dolor en mi lado derecho. Comencé a rezarle a la Sagrada Virgen y a
San Charbel diciendo:
"¿Qué es lo que hice? ¿Porqué me han hecho esto?
¿Qué pecado cometí? Crié a 12 hijos con muchos sufrimientos, oraciones y
perseverancia para hacer de ellos buenos hombres. No estoy imponiendo mi
deseo, pero si quisieran pueden curarme, o llevarse mi alma, lo que
ustedes dispongan. Yo aceptaré todo lo que quieran".
A las 11:00, vi en mis sueños una luz cegadora entrando a mi
habitación, y dos monjes se acercaron a mi cama; San Charbel puso su mano
en mi cuello y dijo: "Estoy aquí para hacer
una operación a tu dolor".
Me dí vuelta pero no puede ver su
cara porque la deslumbrante luz venía de su cuerpo y ojos. Yo le dije:
"Padre, porqué quieres hacerme una cirugía, ellos no me aconsejaron
hacerla?" Él contestó: "Yo soy el Padre
Charbel y yo quiero hacerla."
Ví hacia la estatuilla de la Virgen María en medio de los dos
monjes, y dije : "Virgen María, por favor ayúdame. Cómo es que
estos monjes van a realizar la cirugía y suturar la herida sin anestesia?"
... Sentí en ese momento un terrible dolor y San Charbel estaba
frotando mi cuello. ...
Cuando San Charbel terminó, el otro monje se acercó
sosteniendo una almohada, y me ayudó a enderezarme, puso la almohada
detrás de mi espalda y me dió el vaso de agua con el popote (pitillo) que
estaban junto a mí. Puso su mano bajo mi cabeza y me dijo: "Bebe esta
agua." Respondí: "Padre, no puedo beber sin el popote."
Él contestó: "hemos hecho la cirugía,
tienes que beber y poder caminar también". Me desperté a media
noche, me dí cuenta de que podía beber agua y que estaba sentada de la
manera en que el monje me había hecho sentarme. Miré hacia la estatuilla
y noté que había vuelto a su lugar.
Sentí dolor en mi cuello. Puse mi mano para ver qué había pasado y
me dí cuenta de que podía usar mi mano inválida, y que podía mover mi
pierna bajo la sábana. Estaba tan feliz que me arrodillé frente a la
estatuilla de la Virgen y la imagen de San Charbel para agradecerles. Fuí
al baño para ver qué había sucedido, y observé 2 heridas en mi cuello, una
a la derecha y otra al lado izquierdo, cada una de 12 cms aproximadamente.
Eran las 2 de la mañana.
Fuí a la habitación de mi marido que está frente a la mía y encendí
la luz. Mi esposo me miró y dijo en voz fuerte: "¿cómo llegaste acá
tu sola?; puedes caerte y eso sería otra catástrofe". Moví mi mano
y dije:
"No te preocupes, San Charbel me curó,
puedo caminar. ..."
Al día siguiente, fui a la ermita con mi
hijo y mi esposo, para agradecer a San Charbel por su gracia. Cuando
regresé a casa todos mis familiares y amigos estaban sorprendidos. La
noticia corrió rápidamente. Visitantes comenzaron a llegar de dentro y
fuera de Líbano.
Una semana después, a solicitud del Cura de nuestra
Parroquia, en Halat, el Padre Abdo Yaacoub, y el doctor Majid Chami,
acepté alejarme por unos días y descansar un poco. Por la noche, San
Charbel se me apareció y dijo:
"No dejes a la gente, yo te curé
gracias a la Providencia para que la gente pueda verte. (Para dar
testimonio.) Muchas personas han dejado a la Iglesia, han dejado de
rezar, y de respetar a los santos".
"Aquel que quiere algo de mi, Yo Padre
Charbel, puedo venir a la ermita. Yo estoy siempre ahí, no dejo ese
lugar. Quiero que tú visites la ermita cada día 22 de cada mes, y
escuches la misa de ahora en adelante."
Al día siguiente, desperté en la mañana, y 3 puntadas eran muy
obvias en el lado derecho de mi cuello y otras 2 en el lado derecho. El
Dr. Majid retiró 2 de ellas.
Comencé a organizar la procesión cada
jueves (día del milagro) en mi casa, en Halat. El 15 de Agosto de 1993,
yo estaba en mi pueblo.
San Charbel vino a mí en mis sueños y dijo: "Nouhad,
te pido que reces el Rosario en una procesión el primer sábado del mes en
tu casa".
Me levanté por la mañana, puse el
incienso en el pequeño altar, prendí una vela y comencé a rezar. Miré
hacia la imagen de San Charbel, y estaba sudando aceite, y aún ahora lo
hace, especialmente cuando rezamos el Rosario en la procesión, como San
Charbel me lo pidió. Viene un gran número de visitantes a mi casa.
La primera procesión tuvo lugar el 6 de noviembre, y desde
entonces, el retrato sigue sudando. El día 2 de julio, Santa Rita
se apareció a mí en mis sueños, y yo estaba rezando enfrente del Santuario
de la Virgen María cercano a mi casa en el pueblo. Ella puso su mano en
mi hombre y me dijo: "Dios te bendiga por tu
Fe".
Yo me dí la vuelta para decirle lo que me había sucedido,
pero ella dijo:
"Yo lo sé, San Charbel te realizó una operación. El monje que te
dió el agua para beber era San Maron."
P.D.
Cuando se reciben gracias y curaciones es bueno dar testimonio.
Así ayudamos a
muchos hermanos, que se sienten desesperanzados, a encontrar el camino.