«¡He aquí que vengo pronto! Bienaventurado el que guarda
   las palabras de la profecía de este libro
-Apocalipsis 22,6.

                    
  

   

                                     
    
                        Los signos de los tiempos

  


   Sin duda alguna estamos en el umbral cósmico de los grandes cambios espirituales, astronónimos y geofísicos, (lo uno como consecuencia de lo otro), comparable a lo anunciado en el libro del Apocalipsis.

   Esto, a
un los no creyentes lo pueden percibir en los acontecimientos diarios transmitidos por la la prensa, la radio y la televisión. 

  
Pero los que creen y esperan, no dudan,  tienen ya la certeza de que así es, pues fué anunciado por Jesucristo y por su Santísima Madre en muchos lugares de aparición. 

   Y a
pesar de que algunos atacan estas manifestaciones y revelaciones con muchas citas bíblicas manipulando la verdad, (el Padre Charly, el P. Ariel Alvarez S.J., el P. Ernesto M.C etc.), no son contrarios a lo revelado en la Sagrada Escritura.  Todo lo contrario: 

  Los
mensajes de las varias apariciones verdaderas existentes en todo el mundo, clarifican y complementan lo revelado en los libros sagrados, (Mt. 24.; Mc. 13; Lc. 21): los signos de los tiempos:

   «El Señor, ha enviado su ángel para mostrar a sus siervos las cosas que están para suceder ... ¡He aquí que vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.» -Apocalipsis 22,6.

  Pero en la gran confusión reinante en nuestros días se niega todo..., hasta lo más visible y palpable.  Esta "confusión" también fué anunciada:

 
"Ten presente que en los últimos días sobrevendrán momentos difíciles;
  los hombres serán egoístas, avaros, fanfarrones, soberbios, difamadores,
  rebeldes a los padres, ingratos, irreligiosos, desnaturalizados, implacables,
  calumniadores, disolutos, despiadados, enemigos del bien, traidores,
  temerarios, infatuados, más amantes de los placeres que de Dios, que tendrán
  la apariencia de piedad, pero desmentirán su eficacia." -2.Tim. 3,1-4.


  
"El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe, entregándose a espíritus engañadores y a doctrinas diabólicas." -1.Tim. 4,1.
     

   - Unos dicen que no, que no nos preocupemos, "que no nos dejemos atemorizar, pues no va a pasar nada""que ya en tiempos de San Pablo esperaban la Segunda Venida de Jesucristo a la tierra, y no pasó nada".   

  Interpretan mal las Escrituras, tomando solamente lo que les interesa y rechazando lo que no se adapta a su pensar mundano.

   Desprecian el contexto general de la Sagrada Biblia, y todo lo que no concuerda con sus ideas preconcebidas;  negándose a admitir la posible existencia de apariciones, y no aceptan sus mensajes de advertecia a la humanidad; y esto, a pesar de que en la Biblia misma lo vemos claramente reflejado.
-Mt. 24.; Mc. 13; Lc. 21.

  - Otros aducen el evangelio de San Mateo:
"Mas de aquel día y hora nadie sabe, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre". -Mt. 24,36:

   Y resaltan exageradamente el verso, dando a entender que Jesús dijo: "nadie sabrá nunca el día ni la hora." 

  Y Esto es tergiversar las Sagradas Escrituras: Jesús no dijo, "nadie sabrá nunca el día ni la hora."  Cuando Jesús pronunció esa frase,
-Mt. 24,36, entonces nadie (ningún humano), conocía ese día, ni siquiera el Hijo.

   Después Jesús fué crucificado, muerto y sepultado. Y resucitó, y subió al Cielo, y es uno con el Padre.  Esta es la gran diferencia entre el "antes", y el "ahora".

  - Otros más, incluso manipulan despreocupadamente las Escrituras, para negar las apariciones marianas y los mensajes.  Así un hermano, Arturo, para demostrar que los mensajes y apariciones no los debemos creer, citaba un verso de la carta de San Pablo a los tesalónicos:

 
  "Hermanos, respecto de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, os rogamos que no os dejéis tan fácilmente impresionar ni os alarméis por supuestas revelaciones, palabras o cartas que os induzcan a pensar que el día del Señor es inminente, por más que se os diga que son nuestras".  -2 Tes 2,1

   Habiendo revisado diversas Biblias, en varios idiomas, lleg a la conclusión que el verso está manipulado. No aparece por ninguna parte eso de "supuestas revelaciones".  La Biblia de la Biblioteca de Autores Católicos, Madrid 1976, tradución de Eloino Nácar Fuster, dice:

 
  "Por lo que hace a la Venida de Nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión
     con Él, os rogamos hermanos,  que no os turbéis de ligero, perdiendo el buen
     sentido, y no os alarméis, ni por espíritu, ni por discurso, ni por espístola, como
     si fuera nuestra, como si el día del Señor estuviera inminente." -2Tes 2, 1-2.


   Hay una diferencia.  Pero lo más paradójico es que todo el escrito de Arturo resulta altamente engañoso -manipulado-, pues queriendo negar la validez de las apariciones con 2 Tesalonicos 2, y derrumbar la autoridad de los mensajes, se pone él mismo en evidencia

   N
os percatamos del engaño al examinar TODO el contexto del segundo capítulo
-2Tes 2, 1-8, de la carta de S. Pablo a los tesalónicos:

"1 Por lo que hace a la Venida de Nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con Él, os rogamos hermanos,  2 que no os turbéis de ligero, perdiendo el buen sentido,  y no os alarméis, ni por espíritu, ni por discurso,  ni por espístola, como si fuera nuestra, como si el día del Señor estuviera inminente. 3  Que nadie en modo alguno os engañe,
porque antes ha de venir la apostasía, y ha de manifestarse el hombre de la iniquidad, el hijo de la perdición, 4 que se opone y se alza  contra todo lo que se dice de Dios o es adorado, hasta sentarse en el templo de Dios  y proclamarse dios a sí mismo". ... 6 Y ahora sabéis qué es lo que le contiene,  hasta que llegue el tiempo de manifestarse. 7 Porque el misterio de iniquidad está ya en acción; solo falta que el que le retiene sea apartado del medio. 8 Entonces se manifestará el inicuo, a quien el Señor Jesús matará con el  aliento de su boca, destruyéndole con la manifestación de Su Venida." -2Tes 2.

  Vemos que lo que quiere decir San Pablo en es que
antes de la Segunda Venida de Jesús, vendrá la Gran Apostasía, y se manifestará el anticristo.  Él no quiso decir que no creamos en las apariciones, ni los mensajes, como insinua Arturo y otros.

  ¡Manipulan las escrituras!

 
San Pablo advirtió que faltaba tiempo aún para la Segunda Venida, pues antes debían cumplirse las profecías: vendría la gran apostasía, -Mt. 24,14;  Lc. 18,8; Mc. 13,10, y debía manifestarse el anticristo.

   "Antes de la Segunda Venida
se enseñaría el Evangelio en TODO el mundo", esta premisa no se cumplía en tiempos de San Pablo. Solamente ahora:

  - "Pero este Evangelio será anunciado y propagado por todo el mundo,
     solo entonces viene el fin." -Mateo 24,14.

   - "Antes del fin debe ser anunciado este evangelio en todo el mundo."
-Mc 13,10.

  
 Eso solo se cumple en estos tiempos actuales que vivimos

   Son tiempos de confusión, de egoismos, y de pérdida de valores cristianos.  La llegada del anticristo ya fué anunciada en varios lugares de aparición, por Jesús y por María.  Solamente falta ya su manifestación definitiva.  No debemos dejar que otros nos confundan.

   San Pablo en  
2Tes 2,1-8, se refería concreta y exclusivamente a lo que ocurría entre los tesalónicos en aquellos días. No era, ni mucho menos, una advertencia para la Iglesia Universal.

  Y esto es lo que pretenden algunos, manipulando las Sagradas Escrituras. No solamente manipulan, sino que introducen elementos nuevos y peligrosos: "Evangelio de los mensajes", decía el Sr. Arturo R. despectivamente de las apariciones marianas.

   También decía él, que unos se declarán "marianos" (así define él mismo a los que creen en las apariciones), contra los "cristianos", los que, según él,  no creen en esos mensajes.

   Es una confusión de ideas. Esto es todo un SOFISMA manipulador; él mismo se inventa los conceptos creando divisiones y fomentando desprecios. Después insinua que las divisiones las crean los que creen en las apariciones marianas, por creer en ellas.
 
  Y se comprueba fácilmente: Hay apariciones y devociones aprobadas, reconocidas y recomendadas por la Iglesia, de Jesús:

- La devoción de
La Divina Misericordia, revelaciones de Nuestro Señor Jesucristo a Santa Faustina.

- L
a devoción al
 Sagrado Corazón de Jesús,
revelaciones a Santa Margarita Alacoque, etc.  ¡Revelaciones de Jesús!

  ¿Cómo llamaría el Sr. Arturo, a los católicos que creen en estas devociones y apariciones de Jesús?

   Quizá... ¿Jesusianos?; ¿o Jesusos?  Y él claro, él es "cristiano".

Pero, si como estas dos devociones están aprobadas por la Iglesia Católica...  ¿No será más bien que él mismo se ha apartado de la verdadera Iglesia, para seguir sus propias fantasías, y teorías ?

  Yo lo creo así.
Recordemos las palabras de San Pablo:
 
  "El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe, entregándose a espíritus engañadores y a doctrinas diabólicas." -1.Tim. 4,1.


   Es curioso que las ideas de Arturo R. sean tan similares a las difundidas por algunos Adventistas del Séptimo Día, - A.S.D. -

   Ellos
dicen que son cristianos, cristocéntricos, y los católicos son paganos: "adoran a la diosa babilónica reina del cielo", (la Virgen), y al "dios egipcio Horus", la Hostia, a quien ellos llaman despectivamente "el dios galleta."

  -¿Qué curioso, verdad? ¡Cómo se parecen! Yo sin comentarios. 

   Se
envía un correo sobre apariciones a una lista, son correos informativos (yo nunca vi que ataquen a nadie), y muchas veces el mensaje enviado fué atacado abiertamente o difusa y sutílmente.

   Y quien envió el correo de apariciones o mensajes se defiende, trata de dar sus razones y argumentos, del porqué cree. Todo aquí. 

   No se le obliga a nadie a creer. L
os ataques provienen mayormente de los que no cren, pues tratan de derrumbar este u otro mensaje.

  
Intentan  "demostrar"  que tal mensaje o aparición es falsa; y la verdad es que nunca vimos argumentos válidos para ello. Muchas veces -triste es decirlo-, los detractores mienten desvergonzadamente

    En el Apocalipsis de San Juan, en las cartas de San Pablo, de San Pedro y de San Juan;  así como en los evangelios, y en algunos libros del Antiguo Testamento, se citan los Ultimos Tiempos, y sus signos.

   Esto no lo podemos negar. Pero en la gran confusión reinante en nuestros días se niega todo, hasta lo más visible y palpable: la realidad extremecedora del mundo, los SIGNOS DE LOS TIEMPOS.

"... 9 Cuando oyéreis hablar de guerras y revueltas no os aterréis,  porque es preciso que sucedan estas cosas primero. 10 ... se levatará nación contra nación y reino contra reino; 11 habrá grandes terremotos, y en diversos lugares hambres,  pestes, espantos  y grandes señales del  Cielo. ... 20  Cuando viéreis a Jerusalén cercada por los ejércitos, entended que se aproxima su desolación. ...  25 Habrá  señales en el sol, en la luna, y en las estrellas, y sobre la tierra perturbación de las naciones, aterradas por los bramidos del mar, y la agitación de las olas,  26 exhalando los hombres sus almas por el terror, y el ansia de lo que viene sobre la tierra, pues los poderes celestes se conmoverán.  27 Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con gran poder y majestad. 28  Cuando  estas cosas empiecen a suceder, levantad vuestras cabezas, alegraos, porque  se acerca vuestra redención." -San Lucas 21,9-28.

   En algunos lugares del planeta, estas señales ya llegaron. Nos
las traen los periódicos y la televisión y nos recuerdan inevitablemente lo que ya fué anunciado.  Meter la cabeza en la arena, y decir: "no se preocupen, que no va a pasar nada",  no es muy inteligente,  ni muy viable. 

  Cerrar los ojos no va a servir de nada, no lo va a poder evitar. Lo que tenga que venir llegará irremisiblemente.  Lo hubiéramos podido parar con nuestras oraciones y nuestra conversión. Con sinceridad.  

  
Vivimos en medio de una tremenda confusión, y el enemigo acecha por doquier. Por este motivo bueno es remitirnos a las advertencias de Nuestra Santa Madre y de Nuestro Señor, en muchos lugares de aparición, donde nos dan a conocer  "los signos de los tiempos".

                
Que el espíritu de la verdad nos conceda sus gracias,  
                y nos ilumine, para distinguir la verdad de las fábulas.

  

                                               

    
    
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