El
primer catálogo de billetes locales se publica en EEUU por el
International Society Note Bank en 1978, con el título general de PAPEL
MONEDA DEL SIGLO XX, y que consta de varios tomos, uno de ellos titulado El papel moneda local emitido durante la guerra civil española, cuyo
autor Kenneth Graeber, posiblemente formase parte de las brigadas
internacionales. Dicho catálogo está hoy día muy desfasado, al menos en
lo que se refiere a Andalucía y en especial a la provincia de Córdoba,
donde actualmente se conocen más del cuádruplo de los billetes señalados
en su registro. En su obra hace también un pequeño estudio de las
características de los vales y también de las Decretos del Ministerio de Economía y Hacienda en su intento de solucionar el problema
de la escasez de moneda fraccionaria, su oposición a la emisión de vales
locales y el Decreto de su posterior retirada. Más curioso y completo es
el estudio que de las emisiones locales hace el escritor e historiador
Rafael Abella en su obra La vida cotidiana durante la Guerra Civil
(Zona republicana). Para el análisis del origen y las características
de los billetes locales se ha tenido en cuenta - en líneas generales -
el conocimiento inicial de estos autores y desde luego de nuestras
propias investigaciones, al menos en la provincia de Córdoba.
Queremos
hacer constar que esta pagina no se realiza bajo un punto de vista numismático,
sino histórico, y en ella aparecen documentos y vales que nada tienen que
ver con el coleccionismo numismático y sus catálogos. Y también, que
algunos de los vales que se muestran pueden ser reproducciones o
falsificaciones de los años ochenta, estimuladas inicialmente por el
nacionalismo de Cataluña y que se extendería – desgraciadamente -
mas tarde a gran parte de España, aunque afecta muy poco a la
provincia de Córdoba.
Se puede reconocer que la causa principal de que se
llegasen a emitir los vales locales se debe a la escasez de moneda
fraccionaria, dada la circunstancia de que las monedas de plata y cobre
desaparecieron rápidamente de la circulación debido en principio a que
la plata y el cobre tenían más fiabilidad en aquellos momentos
- y en todas las épocas - que el papel moneda. Unas para adquirir
divisas y otras como en el caso del cobre, se utilizaron para producción
de material de guerra, pero sobre todo por el acaparamiento y “el qué
pasará”. Recuerdo lo que me contaban mis padres: al iniciarse la guerra
enterraron en la cuadra, de la antigua casa donde vivíamos, 95 duros de
plata y 13 monedas de oro, monedas, parte de ellas, que con el tiempo
constituyeron el inicio a nuestra afición a la numismática, además de
los billetes republicanos que no tenían valor - muchos de ellos no fueron
entregados al finalizar la guerra, dependiendo de las que las series
fuesen o no válidas y sobre todo por si cambiaba la “tortilla” (en la
expresión popular de la época) o simplemente por miedo -, y entre ellos
algunos locales de Pozoblanco.
Sin
embargo, frente a la teoría de otros estudiosos, se puede comprobar
investigando en los archivos municipales que los vales locales existieron
siempre en casi todos los
pueblos con mayor o menor tiempo de dominio republicano, desde los
primeros días del mes de agosto de 1936. En el caso de la provincia de Córdoba
el origen de estos vales, no se debe en si, a la falta de moneda
fraccionaria sino a otras necesidades
tales como: la falta real de dinero, el abastecimiento a los muchos
refugiados que huían del avance de los rebeldes, la imposición del
“Comunismo Libertario” en diversos pueblos con la consiguiente abolición
del dinero, la centralización y almacenamiento de todos los alimentos en
economatos donde solamente se podia comprar con vales emitidos por los
distintos comités etc. La mayoría escritos a mano, sobre todo por
productos alimenticios, herramientas, gasolina, pagos en dinero etc., y
que más que considerarse como vales locales se pueden considerar como
“papeles” locales firmados desde luego por miembros de los comités, a
costa de los comercios de la localidad o para comprar en los economatos.
Por supuesto también los hay escritos a mano o impresos por
valor en dinero, para
comercios particulares - la mayoría de sus propietarios
desafectos a la República -, economatos, comités, cooperativas
etc. y desde luego, sin el permiso del Gobierno republicano, sino emitidos
de una forma espontánea, debido a las necesidades iniciales de la guerra,
sobre todo en las zonas cercanas a los frentes.
Los
comités de distintas clases: del Frente Popular, de Enlace, de Defensa,
de Abastos etc. y los partidos políticos y sindicatos siguieron emitiendo
vales locales para solucionar sus problemas; claro está, sin la
autorización del Gobierno ni del Ministerio de Hacienda – de los que
estaban totalmente desconectados - y en poquísimos casos, con el permiso
del Gobierno Civil de la provincia. Los comités se fueron creando de una
forma espontánea ante el “vacío de autoridad” a que dio lugar la
rebelión militar, – desde luego en las poblaciones donde el
“pueblo” salió victorioso – atendiendo en primer lugar a las
necesidades del momento y aconsejándose en su experiencia de unos pueblos
a otros. Al menos, en los seis primeros meses de la guerra los comités
ostentaron el poder en la mayoría de las poblaciones de la zona
republicana y en bastantes casos de una forma omnímoda. A los primeros
comités, le seguirían en la emisión de billetes, entidades autónomas
como la Generalitad de Cataluña y algunas provincias del norte que habían
quedado aisladas del Gobierno leal republicano.
Sin embargo, el Ministerio de Hacienda a través del Banco
de España, se opone a creación y circulación de estos billetes, en este
caso los que empiezan a emitir entidades y gobiernos autónomos como la
Generalitad de Cataluña, País Vasco, Santander, Consejo de Asturias y León
etc y que utilizan como aval al Banco de España.. El decreto del
14-1-1937 aclara:
Ha
llegado a conocimiento de este Ministerio el hecho de que en determinadas
Sucursales se dispone de los saldos en cuentas de crédito abiertas por el
Banco de España, por medio de vales o pagares, que se libran en cantidad
fija en papel impreso y estampado el reconocimiento por ese Banco de la
existencia de saldo, con lo que adquiere circulación en todo semejante a
los billetes del banco de España.
Este
Ministerio se ha servido disponer:
Que
el Banco de España en sus distintas Sucursales o Agencias, se abstenga en
absoluto de autorizar con su firma vales, pagares o talones de esta
especie, destinados a circular como billetes...
A partir de abril de 1937 se agudiza la escasez de moneda
fraccionaria y el Gobierno no puede solucionar el problema. Los Consejos
Municipales (Ayuntamientos) solicitan del Gobernador Civil - muchas veces
sin su consentimiento - la autorización para emitir vales de circulación
en el ámbito local por valores comprendidos entre cinco céntimos y cinco
pesetas que ayuden a facilitar el cambio en las compras. El Gobierno
consiente o tolera estas emisiones, dada la necesidad, pero como una
medida provisional hasta que el Banco de España emita la cantidad de
moneda fraccionaria suficiente para todo el país, cosa que no llegó a
realizarse en toda la guerra. Los Consejos Municipales, previo depósito
de dinero del Banco de España, en alguno de los bancos de su localidad,
hicieron distintas emisiones de estos vales, durante 1937 y según sus
necesidades. Previamente se recogieron todos los vales emitidos con
anterioridad por los distintos Comités, dando paso de esta forma a los
billetes municipales. A partir de este momento, otras entidades privadas
como comercios, industrias, colectividades, economatos, empresas de
transporte etc. emiten por su cuenta sus propios vales de uso interno,
creando de esta forma un caos en el sistema económico republicano que le
perjudicó enormemente.
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Billete de 50 céntimos
República Española
Banco de España
Billete de 1 Pta
República Española
Banco de España
Billete de 2 Ptas
República Española
Banco de España
Billete de 5 pesetas
República Española
Banco de España
Billete de 10 pesetas
República Española
Banco de España
Billete de 1 peseta
Consejo de Asturias y
León
Billete de 40 céntimos
Consejo de Asturias y
León
Billete de 10 ptas
País Vasco
Banco de Bilbao
Billete de 100 ptas
País Vasco
Banco de Bilbao
Billete de 100 ptas
Asturias
Banco de Gijón
Billete de 50 ptas
País Vasco
Banco de Bilbao
Billete de 25 ptas
País Vasco
Banco de Bilbao
Billete de 5 ptas
País Vasco
Banco de Bilbao
Billete de 2,50 ptas
Generalitat Catalunya
Billete de 10 ptas
Santander
Banco de Santander
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