Galimatías
Rosa Miriam Elizalde
Dice
el diccionario: “Del francés galimatias, discurso o escrito embrollado”, y
una frase en griego que, según Mateo, era la manera en que este evangelista
describía una extraña figura al comienzo de su Evangelio. El origen griego de
la palabra es más difícil de explicar, pero darse cuenta de lo que es un
“galimatías” no es nada complicado, si de pronto te empatas con las
declaraciones de un portavoz de la Casa Blanca.
Isabel
Perea, traductora del sitio en Internet www.cubadebate.cu, debe haber sufrido
mares trasladando al castellano las “ideas” del vocero subalterno del
Departamento de Estado, Adam Ereli, a quien le preguntaron esta incómoda tarde
de lunes por las elecciones en Venezuela, un tema que esquivó apelando a una
retórica que debería registrarse en la Enciclopedia Guinness.
“¿Qué
le parece la abrumadora barrida del Partido de Hugo Chávez en las elecciones
del domingo?”, y la pregunta resultó tan difícil para este señor que
reaccionó como si los periodistas le hubieran pedido alguna explicación sobre
las unidades dinámicas de las partículas subatómicas. La respuesta de Ereli
es de concurso:
“Tomaría
nota de que la OEA y la UE, y ambas tenían observadores presentes durante estas
elecciones. Aún están por hacer comentarios. Por ello me abstendría de
cualquier tipo de conclusión final hasta consultar con ellos. En estos
momentos, solo haría unos comentarios. En primer lugar la cifra de abstención
fue muy alta. Y en segundo lugar, sabes, dado la cifra de abstención, unido a
las expresiones de preocupación por parte de venezolanos prominentes, vemos que
esto refleja una amplia pérdida de confianza en la imparcialidad y la
transparencia en el proceso electoral, que vale la pena tomar en cuenta”.
Un
periodista —del cual no supimos ni el nombre ni el medio al que representa,
como pasa casi siempre en las conferencias de prensa de todo el mundo—
reaccionó desconcertado. Apelando al sentido común, replicó: “¿No es eso
un poco exagerado? El 50 por ciento de las personas en este país (Estados
Unidos) no vota. Es que a usted no le gusta mucho Venezuela…”.
Respuesta
de Ereli: “Creo que la abstención —- hubo un 25 por ciento que participó
en esto…”. (¿¡!?)
Otro
periodista, medio desesperado: “Bueno, aquí no tenemos una participación
demasiado excepcional en las elecciones... ¿No va a felicitar a los ganadores
ni nada por el estilo?”.
Ereli:
Bueno, una vez más, como dije, esperemos a ver qué dicen los observadores.
Los
obstinados reporteros, que querían llevarse de vuelta algo coherente, siguieron
insistiendo: “¿Considera que el presidente Chávez está progresando desde el
punto de vista de relaciones públicas en este país con el anuncio esperado
para mañana de que algunos barrios en Nueva York recibirán combustible para la
calefacción a precios módicos?”.
Ereli,
y ahora sí genial en materia de galimatías: “No estoy en el negocio de las
relaciones públicas. Estoy en el negocio de la promoción de políticas”.
Un
filósofo austriaco dijo que “lo que se puede decir se debe decir claro o no
decirse”. ¿Alguien le podría dar a Ereli ese sabio consejo?
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