EL
TABLÓN: Dos Artículos
¿Dos pasos atrás para Negroponte?
Juana Carrasco Martín
05 de enero de 2007 01:20:30 GMT
Como es costumbre se habló
primero en condición de anonimato, porque la movida no había sido
oficialmente anunciada, pero la sorpresa en el mundillo de la política
washingtoniana tiene que ver con el super-espía John Negroponte, el director
nacional de inteligencia, el hombre que George W. Bush puso al frente del
engendro creado para responsabilizarse con las actividades coordinadas de 16
agencias de espionaje de Estados Unidos.
De cargo tan poderoso pasó a convertirse
en el No. 2 de la secretaria de Estado Condoleezza Rice, y según AP «retorna
a sus raíces como diplomático de carrera». El enroque dicen que se hará
efectivo este viernes cuando se anuncie también que el almirante retirado
Mike McConnell, un ex director de la Agencia de Seguridad Nacional entre 1992
y 1996 y actualmente vicepresidente de la firma consultora y contratista del
gobierno Booz Allen Hamilton, estará al frente de la inteligencia.
Quizá Negroponte sea otra de las «víctimas»
tras las conclusiones del Grupo de Estudio sobre Iraq (ISG) y el descalabro
electorero republicano del pasado noviembre, apuntándose en la lista que
encabezaron John Bolton, quien era el embajador a dedo ante la ONU, el ya ex
secretario de Defensa Donald Rumsfeld, y el obligado a renunciar general John
Abizaid, todos imputados en el «deslizamiento hacia el caos» a que han
llevado a Iraq.
No olvidemos que John Negroponte fue el
sustituto de Paul Bremer como pro-cónsul con asiento en Bagdad —pero bajo
la denominación de embajador de EE.UU.—, y que del 2001 al 2004 sirvió
como embajador ante la ONU, por tanto también es co-responsable de los males
bélicos.
Pudiera suponerse que debe haber sido
grande su aporte al desbarajuste, pero todavía parece considerársele
necesario cuando se le «rebaja» la categoría pero sigue en las filas del
gobierno de los ultra neoconservadores.
Por supuesto, el reciclaje tiene mucho que
ver con aquello que pueda salir a la luz si los demócratas en control del
Congreso empiezan a cuestionarse actuaciones. Negroponte sería un personaje
ideal para la inquisitoria del Comité de Inteligencia del Senado y otros
sobre la dirección de la política estadounidense. Sin embargo, la
administración Bush parece confiada en que sea confirmado por el Senado, para
llenar el vacío que dejara Robert Zoellick en julio pasado, cuando renunció
como subsecretario de la Rice para posicionarse en la poderosa firma de Wall
Street Goldman Sachs.
Se afirma respecto a Negroponte que este
ha sido criticado porque, más que lograr la coordinación de los expertos y
eficiencia en el análisis de la información obtenida con el espionaje, hizo
crecer su personal hasta 1 500 en la dirección nacional añadiendo una buena
tajada de burocracia a la ya existente. También está en duda si después de
sus reformas, pudieran evitarse ahora los lapsos de inteligencia que llevaron
a los atentados del 11 de septiembre de 2001 y a la fracasada guerra contra
Iraq.
Al menos una parte de los 40 000 millones
de dólares que Estados Unidos se gasta en esas actividades de «inteligencia»
parecen caer en la canasta del despilfarro y habría que tomar en cuenta la
valoración hecha por un ex funcionario de esa comunidad y analista de la Rand
Corporation, Gregory Treverton, quien dijo que la partida de Negroponte «es
probablemente un poco vergonzosa» e incluso «un nuevo sacudón cuando el
sector enfrenta bastantes trastornos ya».
¿Quién
se robó la esperanza?
Randy Alonso Falcón
05 de enero de 2007 00:41:50 GMT
Cuando un año se cierra y
otro se abre, los seres humanos festejan por la vida e intentan mirar al
futuro con esperanza. Así debiera ser en todas partes. Pero la realidad,
triste, golpea en nuestros rostros con rudeza para despertar la rebeldía. Los
frustradores de sueños son bien conocidos, pero nunca suficientemente
condenados.
NO PERSONAS
El alcalde de Nueva Orleans, Ray Naguin,
se fue a principios de diciembre hasta la capital del imperio para denunciar
que a casi un año y medio del desastre causado por el huracán Katrina en su
ciudad, las personas siguen muriendo «por desesperación, por aflicción, por
suicidio».
La población afroamericana se lleva la
peor parte. El diario The Washington Post reflejaba en días recientes que
funcionarios federales habían decidido demoler más de 4 500 apartamentos de
propiedad estatal, lo que fue denunciado por residentes desplazados por el
huracán como un intento de reducir las posibilidades de la población negra
para repoblar la ciudad.
Para muchos, esta es una de las vías con
el fin de reducir el predominio de la población negra en la histórica y turística
ciudad. Antes del Katrina, el Buró del Censo reflejaba que un 67 por ciento
de los habitantes de Nueva Orleans eran negros y un 28 por ciento, blancos.
Hoy, según un estudio de la Autoridad para la Recuperación de Lousiana, el
balance es de 47 por ciento de población negra y 43 por ciento blanca.
NO PAÍS
«Ojalá pudiera huir a cualquier país
del Tercer Mundo y trabajar como recolector de basura en vez de quedarme aquí
y vivir como una rata asustada», dijo a la agencia IPS Adel Mohammed Aziz, un
profesor de Bagdad. «Vivimos temiendo por nuestras vidas. La muerte nos
acecha».
Tres mil ciudadanos abandonan Iraq cada 24
horas ante la falta de seguridad, la violencia y el caos que reinan en este país,
tras la ocupación militar norteamericana en el 2003. La ONU calcula que al
menos 2,3 millones de iraquíes abandonaron sus hogares por la violencia: 1,8
millones hacia otros países y el resto hacia lugares más seguros dentro de
la propia nación árabe. Solamente hacia Siria pasan cada mes unos 40 000
iraquíes.
Las estadísticas reflejan que más de
cinco millones de iraquíes viven bajo la línea de pobreza, el desempleo en
el país supera el 60 por ciento de la población activa, el costo de los
productos básicos creció en un 70 por ciento.
La apresurada ejecución, con tintes de
venganza tribal, de Saddam Hussein ha empeorado la situación en el territorio
iraquí. Algunos recuerdan que hace un año el presidente Bush afirmó que el
2006 sería un año próspero, democrático y unificado para Iraq.
NO MUNDO
Los moscovitas andan azorados por la falta
de nieve. Los champiñones florecen en las afueras de la ciudad. En Londres,
el Servicio de Meteorología reporta récord de altas temperaturas en ese país
para un período de 12 meses. En Suiza los árboles están retoñando y varios
centros de esquí están inutilizados. En Estados Unidos, la prensa refleja
preocupación por los osos polares que, ante la disminución acelerada de los
témpanos glaciales, tienen que nadar largas distancias y mueren por
cansancio. En Kenya, el brusco cambio climático ha propiciado la aparición
de una epidemia conocida como Fiebre del Valle de Rift, que ya ha provocado más
de una docena de muertes.
Un estudio divulgado el 25 de diciembre
muestra que la Antártida, el continente glacial del sur del mundo, ha tenido
una dramática reducción de su capa de ozono en los últimos 20 años y en el
2006 sufrió las mayores pérdidas anuales. En el Ártico, mientras tanto, las
pérdidas son menores. El mundo sigue derrochando en el Norte y sufriendo en
el Sur. Bush sigue volteando la cara ante la realidad del calentamiento
global.
Las personas, los países, el mundo,
necesitan esperanzas. En Washington la ven como una palabra prohibida para el
resto del planeta. Pero eso no puede ser para siempre.
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