EL
TABLÓN: El artículo de hoy
Una dosis de historia
Pilar Marrero
Mi protagonista de la columna pasada, John, el Americano, era descendiente de alemanes. Eso me puso a revisar los libros de historia y ver el por qué y en qué condiciones vinieron sus antepasados a este país que, por entonces, se estaba formando.
Y allí está todo escrito, para el que quiera leerlo: las razones, las condiciones de vida y la bienvenida —o malvenida— que recibieron los inmigrantes fueron, prácticamente, las mismas de ahora.
Si algo debe consolarnos —aunque no mucho— es que la cosa fue incluso peor: en el siglo XIX hubo hasta guerras callejeras y grupos criminales organizados dedicados a la violencia antiinmigrante, que hacen aparecer a los minutemen y a sus vituperios como niños de pecho.
Hay quienes tienen la costumbre de decir que entre los "ilegales" de hoy y los inmigrantes de ayer no hay comparación. "Mi familia vino legalmente", es lo que dicen con orgullo descendientes de italianos, alemanes, irlandeses y otros. ¿Cómo se atreve a compararlos con estos de ahora que son unos delincuentes?... etc., me espetó hace poco alguien, en una llamada telefónica de pocos amigos.
Para el mal de la confusión, que aqueja a muchos, recomiendo como medicina una inmersión en la historia de este país. Veremos que las cosas eran, en efecto, similares e incluso más duras que ahora.
Y si leer nos cuesta, entonces quizá podemos ir a nuestra tienda de video local y sacar la película Gangs of New York, de Martin Scorsese, donde aparte de ver una excelente producción, podremos enterarnos de que a mitad del siglo XIX había, en Nueva York, pandillas "nativas" organizadas para atacar a los inmigrantes alemanes e italianos, que eran considerados inferiores y dañinos para la cultura de Estados Unidos. (¿Les suena de algo?)
Parece que este es un mal que se contagia. Todo grupo inmigrante suele creer que el que viene después ya no es tan bueno como él o tiene menos derechos. Basta ver la cara de indígenas nativos americanos que tienen dos de nuestros más dilectos antiinmigrantes: el mal llamado periodista Lou Dobbs o el congresista y aspirante presidencial Tom Tancredo, para comprobarlo.
Luego de que por 1600 y pico vinieran los colonizadores iniciales, en su mayoría del norte de Europa, ingleses y suecos buscando libertad religiosa y nuevas tierras, respectivamente, no tardaron mucho tiempo en comenzar las oleadas de inmigrantes "económicos", que es como una mala palabra hoy en día. Es decir, comenzaron a venir los pobres que huían de la miseria causada por malas cosechas en Alemania e Irlanda.
Fue entonces cuando se originó la filosofía "nativista" que, según el diccionario American Heritage quiere decir "favorecer los intereses de los habitantes establecidos por encima de los de los inmigrantes". Un concepto nada nuevo, y que se ha aplicado a cada ola de inmigrantes a lo largo de la historia, sobre todo cuando los que han venido son pobres, explotados y tienen otra religión u otro idioma. (...Continuará).
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Nota
de/para los amigos que me escriben:
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De: Félix Sautié
Asunto: A
propósito del discurso de Raul Castro.
Facilitar
la crítica y trabajar en el ser social.
18:59h. del Martes, 7 de agosto.
Tradicionalmente
los temas referidos a Cuba desde hace mucho
tiempo, en mi criterio muy personal, se han
estado dilucidando a partir de un conjunto de
condicionamientos previos nada sanos y cuando
contienen críticas generalmente solo es posible
efectuarlos en los medios del exterior.
En estas circunstancias, además, los que
habitualmente nos decidimos ha escribir algo al
respecto, en reiteradas ocasiones, tenemos que
enfrentarnos a pronunciamientos extemporáneos y
amenazantes, fundamentados en una polarización
casi absoluta que intenta controlar y condenar a
cualquier pensamiento independiente que no se
subordine a los polos opuestos de uno u otro
signo.
En este orden de cosas, uno de los recursos más
al uso y en ocasiones inconscientes, son echarle
mano a la desautorización, la descalificación,
los insultos y hasta las veladas amenazas a
quienes no coinciden con el criterio imperante.
Así las cosas muchas veces afirmadas en un gran
oportunismo que lucha por el mantenimiento de un
determinado estatus personal, así como por el
triunfalismo que nos invade por todas partes y
que afectan sensiblemente a los análisis
objetivos y razonados sus causas, efectos y
posibles soluciones.
Es en estas coyunturas que durante la celebración
oficial del 26 de julio de este año 2007, en la
provincia de Camagüey en Cuba, el General de Ejército
Raúl Castro, Segundo Secretario del Partido
Comunista de Cuba y Primer Vicepresidente de los
Consejos de Estado y de Ministros, expresó un
discurso que en mi opinión ha roto todos los cánones
tradicionales del triunfalismo al uso, para
exponer descarnadamente y con el ánimo de
buscarle soluciones efectivas y reales, un
conjunto de problemas básicos que se confrontan
en Cuba, con un llamado a trabajar con sentido
crítico y creador sin anquilosamiento ni
esquematismos.
En este sentido, muchos de los problemas
ampliamente reconocidos por Raúl han sido
objeto de los planteamientos que algunos venimos
reiterando con el mejor ánimo posible y en la
dirección de evitar el auto derrumbe de la
Revolución desde adentro, autodestrucción del
proceso desde adentro que mientras más tiempo
transcurre en el estado de cosas en que nos
encontramos más posible se hace, en mi
criterio.
Baste solo señalar el hecho de los aumentos de
precios de los productos alimenticios en el
mundo, mientras que en Cuba muchos de estos
productos contradictoriamente en la actualidad
dependen de un complicado comercio con los
Estados Unidos, realizado con la amenaza latente
de que lo corten e impida la Administración
Norteamericana de turno, que es la más agresiva
hacia Cuba desde 1959 a la fecha, mientras que
el propio Raúl expresó en este discurso al
referirse a estas alzas de precio de los
productos alimenticios, que: “…estoy
mencionando muchos productos que me parece que
se dan aquí, me parece además que sobra
tierra, me parece además que con esta
generosidad de las lluvias del año pasado y el
actual, aproveché en llegar aquí por tierra,
para ver que todo está verde y bonito, pero que
lo más bonito estaba, que lo que resaltaba a
mis ojos, era lo lindo que estaba el marabú (se
refiere a una planta leñosa y con muchas
espinas que es improductiva y muy dañina al
medio) a lo largo de toda la carretera.
Por tanto, cualquier incremento de salario o
descenso de los precios, para que sea real, solo
puede provenir de una mayor y más eficiente
producción o prestación de servicios que
permita disponer de más ingresos. <….>
Para tener más, hay que producir más y con un
sentido de racionalidad y eficiencia, de forma
que podamos reducir importaciones, en primer
lugar de alimentos que se dan aquí, cuya
producción nacional está aún lejos de
satisfacer las necesidades. <…> Para
lograr este objetivo habrá que introducir los
cambios estructurales y de conceptos que
resulten necesarios. “(fin de las citas)
Considero que sobre esto puedo hablar a partir
de experiencias muy directas y personales,
porque no soy ningún cuadro improvisado, ya que
he trabajado muchos años directamente en la
Construcción del Socialismo en Cuba, por
ejemplo, entre otras múltiples tareas, baste
solo mencionar que en Camagüey específicamente
en donde están los campos de que habla Raúl,
estuve 4 largos años de mi vida, pasando muy
por encima de mis limitaciones diabéticas y
trabajando en la producción agrícola para la
zafra azucarera de los 10 millones, como parte
de La Columna Juvenil de del Centenario,
contingente de 50 mil jóvenes que al llamado de
la UJC marcharon para desbrozar las tierras
camagüeyanas y que por cierto la Columna sí
cumplió su plan para los 10 millones de
toneladas de azúcar.
En consecuencia, quiero expresar que esos
criterios que he citado del discurso de Raúl
reflejan muy objetivamente una realidad que podríamos
haberla solventado mucho mejor, si nos hubiéramos
dedicado a lograr lo que textualmente expresa en
su discurso al respecto: “sumar a todos a la
batalla cotidiana contra los errores propios que
agravan las dificultades objetivas derivadas de
las causas externas. <…> ”Estamos ante
el imperativo de producir más la tierra, que
está ahí, con tractores o con bueyes como se
hizo antes de existir el tractor.”.
Con esto quiero expresar mi criterio de que la
maquinización, la quimificación y la
concentración de la producción agrícola a
partir de las grandes granjas estatales
inspiradas en los clásicos conceptos del
socialismo real que recibimos de la URSS y de la
economía de plantaciones, han demostrado un
gran fracaso. Por lo que creo necesario que nos
planteemos la descentralización, la
cooperativización, la pequeña finca del
campesino que no es enemigo sino aliado, como un
camino importante a recorrer. Porque así lo
avalan las experiencias positivas del ANAP
(Asociación Nacional de Agricultores Pequeños)
con sus campesinos productores individuales, sus
cooperativas de crédito y servicios, sus
cooperativas agropecuarias y múltiples
iniciativas más, a pesar de ser muy
entorpecidas por la burocracia centralista de un
Acopio Estatal que tal y como se reconoció en
la Asamblea Nacional del Poder Popular, ha
estado mucho tiempo sin pagarle a los
productores y que después pierde grandes
cantidades de productos en el campo que se
quedan sin llegar al consumidor.
También podría citar múltiples experiencias
positivas en la producción agropecuaria de las
UBPC (Unidades Básicas de Producción
Cooperativa) integradas por obreros agrícolas
que reciben sus salarios por denominarle de
alguna forma según los rendimientos de la
producción.
Entonces si tenemos incluso estas experiencias
concretas hay menos razón aún para que en vez
de despedazarnos unos a otros en discusiones
personales estériles, dedicarnos a trabajar a
favor de que se introduzcan los cambios
estructurales y de conceptos que resulten
necesarios para dejar atrás las fórmulas
evidentemente fracasadas de un socialismo
centralista y poco participativo. Proceder desde
un trabajo directo sobre el SER SOCIAL en donde
se encuentran las fuerzas productivas que
realmente son su elemento más dinámico y las
relaciones de producción que a veces se hacen
obsoletas.
Este es un criterio que no le he copiado a ningún
mentor extranjero sino que lo he experimentado
directamente en la base y en la dirección.
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De: Omar Montilla
Asunto: Mi último artículo trata sobre la propuesta para reformatear al Panteón Nacional
Cosas curiosas:
¿Sabían que al lado del Libertador se encuentran personajes como Juan Domingo del Sacramento Infante, José Luis Ramos, Blas Bruzual, Víctor Barret de Nazaris, Juan Fermín Colmenárez, Miguel Gil, Lorenzo Bustillos, Miguel Bracho, Juan José Conde y Carlos Núñez Matos, entre otros? Hay un personaje famoso por su sobrenombre "El Agachao", quien es nada más y nada menos que…. José de Jesús González.
Hay que ver lo que le costó a Cipriano Castro entrar al Panteón Nacional, que tuvo que esperar a que llegara Hugo Chávez a Miraflores; pero allí entraron en "vivo y en directo" Manuel Ojeda Muñiz, Antonio Leocadio Guzmán, José Miguel Barceló y Andrés Olimpo Level. Lo de Antonio Leocadio Guzmán se entiende por la palanca de su hijo -que allí lo acompaña- Antonio Guzmán Blanco, pero ¿y los otros?
¿Sabían que en el Panteón Nacional sólo hay tres mujeres, que repreesentan el 2,11% de la población panteonal? ¿Quiénes son?
Más detalles en mi Página, como el nuevo lugar para construir un nuevo Panteón Nacional
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Omar Montilla
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Internet: "La Página de Omar Montilla"
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