Mensaje a la cena de Cristo Rey en Madrid, 29 de octubre de 2005
S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón ha hecho llegar el día de hoy a su Secretaría Política el siguiente mensaje:
Con gran satisfacción compruebo que la renacida Comunión Tradicionalista ha recuperado la festividad litúrgica de Cristo Rey como ocasión de celebración y reunión. Difícilmente se podría hallar mejor motivo de conmemoración, cuando Pío XI la instituyó para encarecer la realeza social de Nuestro Señor Jesucristo ante el "indigno silencio de los Parlamentos", y podría añadirse que también de los gobiernos y de los cetros. Por eso, hoy más que nunca, es oportuno reunirse en torno de una fiesta en la que se reúne lo más singular de nuestro ideario. La unidad católica fue siempre el primer principio inspirador del tradicionalismo. Y hoy, en que tantos ceden a la seducción democristiana, por matizada que sea, si queremos perseverar en la Causa a que tantos esfuerzos y sacrificios entregaron nuestros predecesores, no podemos sino fortalecernos en la defensa de lo que queda de la misma, luchando por su restauración. El Estado católico es no sólo una exigencia de razón, de derecho natural se diría hoy, sino también de fe. Por eso, cuando se abandona frívolamente, la destrucción del orden social aparece por doquier. Es lástima que tantas dignidades eclesiásticas no terminen de comprenderlo, abundando en una interpretación absolutista de la llamada libertad religiosa.
Por eso, queridos amigos, al tiempo que lamento no poder acompañaros, me alegra particularmente poder haceros llegar un saludo. Mantengámonos firmes, sin concesiones. Eugenio d'Ors decía que "lo que no es tradición, es plagio". Aunque quizá fuera mejor evocar las palabras del gran apóstol de la hispanidad brasileña, el negro Arlindo Veiga do Santos: "Lo que no es tradición, es traición".