LA TOMA DE PUERTO BOLIVAR POR LA UNIDAD DE PARACAIDISTAS DEL CUERPO AERONAUTICO DEL PERU EN LA VICTORIOSA CAMPAÑA MILITAR DE 1941
UNIDAD DE PARACAIDISTAS DEL CUERPO AERONAUTICO DEL PERU FORMADA EN 1939 Y QUE SE CUBRIRIA DE GLORIA DURANTE LA TOMA DE PUERTO BOLIVAR POR TRES DE SUS INTEGRANTES, PUEDEN VERSE AL FONDO DOS AVIONES CAPRONI CA 111 "PANCHO" DE LA 105 ESCUADRILLA DE TRANSPORTES |
El 23 de julio de 1941 el ejército peruano había obtenido una importante victoria con la conquista de Quebrada Seca capturando armamento nuevo de importancia de los ecuatorianos en el Cuartel de Montecristi, empezándose una serie de operativos para ubicar el lugar o la zona de donde salía el armamento. En ese entonces el jefe del Agrupamiento Aéreo del Norte, el Comandante CAP César Alvarez Guerra, ya había notado cambios en Puerto Bolívar, como la aparición de vagones de ferrocarril y muy especialmente cajones grandes unos en tierra y otros sobre los vagones, de los cuales dos eran cerrados y tres de plataforma, cada vez que sobrevolaba el lugar obtenía esta información en la que no se veía gente pero se observaba, que los cajones cambiaban de lugar, lo que le dio la conclusión de la necesidad de tomarlo por asalto.
En las primeras horas de la mañana del 31 de julio de 1941, el comandante del Agrupamiento Aéreo del Norte, llega a los polvorines donde se encontraba el Sub Oficial 1º CAP Antonio Brandariz Ulloa armando bombas y cintas de munición y le pregunta en que estado se encontraban los aviones y si había preparado bastantes bombas y municiones para recargarlos, informándole este, que cargas existían y que había bastante. Momentos después el Comandante CAP Alvarez Guerra le pidió a Brandariz que lo acompañara a los altos mandos del cuartel del ejército, a efectos de poner en conocimiento la necesidad de tomar Puerto Bolívar, sugerencia que no fue aceptada con la debida importancia y consideración que se esperaba, por lo que se dirigieron al Estado Mayor de la Aviación (Hotel de Turistas de Tumbes), saliendo este comandante en silencio, pero con la acertada y valiente decisión de tomar el objetivo, entre las otras operaciones ya designadas a realizar.
Al llegar a su base dio la orden al entonces SO 1° CAP Antonio Brandariz Ulloa, de entregar municiones cuanto fuera posible a todo el personal de oficiales y sub oficiales de armas especialistas y avioneros y nombró al Capitán CAP Raúl Rabinez a cargo del mando de este personal para que proceda a ejecutar la orden. Cumplida la misión de armar a sus hombres, Brandariz Ulloa al ver que sólo quedaban unos cuantos aviones para atender, se equipó abordando el avión que partía a Santa Rosa, siendo avistado por el Teniente Comandante CAP Humberto Gal’lino quien lo hizo bajar por considerar que lo necesitaba principalmente en los polvorines, más que en Santa Rosa. A la 1:00 p.m. cumpliendo con las labores encomendadas, intenta subir a los aviones de la 105 Escuadrilla de Transportes, siendo visto nuevamente por el mismo oficial quien le vuelve a requerir que baje, por cuanto lo necesitaba para abastecer a los aviones, no obstante haberlos abastecido para varias misiones, esto fue observado por el Comandante CAP Álvarez Guerra quien sorprendido de lo que le ocurría lo llama y mirándolo fijamente le pregunta cuántos saltos en paracaídas había realizado.
Fotografía de Puerto Bolívar, principal acceso a Machala, capital de la provincia de El Oro, objetivo señalado a las Unidades del Agrupamiento Aéreo del Norte, durante la victoriosa Campaña Militar de 1941. |
Fotografía aérea de Puerto Bolívar tomada por la tripulación de la 105 Escuadrilla de Transportes. (Enciclopedia Aeronáutica del Perú, Tomo VI) |
Sin esperar respuesta le repregunta si quería realizar un salto "más", el aludido tomado de sorpresa y sin tener otra respuesta que no fuera su aceptación, asintió a ello pidiendo permiso para equiparse inmediatamente. Es así como su comando dispuso conseguir entre sus filas al Sub Oficial CAP Carlos Raffo García, mientras que se ordenó traerlo, el Comandante CAP Álvarez Guerra ordenó traer cartas geográficas y fotos de las ciudades ecuatorianas de Machala y Puerto Bolívar. Dirigiéndose Raffo y Brandariz a equiparse con los paracaídas que utilizarían para hacer el salto heroico. En esas circunstancias se acerca su subalterno el SO 3° CAP Armando Orozco Falla quien le manifiesta, sin hacerle preguntas, que lo acompañaría en la misión que iba a realizar, francamente manifiesta Brandariz que no esperaba que aceptara con tanta firmeza y seguridad ya que era la primera vez que saltaría.
Es así que el 31 de julio de 1941 a las 17.45 horas, los tres primeros paracaidistas que habían aceptado dar este "salto suicida", estaban sobre el cielo de Puerto Bolívar en territorio ecuatoriano; el avión entró demasiado alto (400 metros) y fue necesario que en forma cerrada y haciendo todo lo posible descendiera cuanto era necesario. Todo fue cuestión de segundos, el ala del avión inclinada al lado izquierdo en plena curva no fue obstáculo para que Antonio Brandariz, viendo un claro y el sitio apropiado, decidiera abandonar el avión, acto que hicieran también los paracaidistas CAP Carlos Raffo y Armando Orozco. Los tres estaban descendiendo, y luego hicieron la señal convenida para abrir el segundo paracaídas. Quizá a estos paracaídas auxiliares les debieron, en parte, la suerte de salir con vida, ya que siendo tan corto el espacio para llegar a tierra amortiguó sus precipitadas caídas y por otro lado también desconcertó a quienes los estaban controlando en su descenso. Pero lo cierto, lo real, era que los tres llegaron a su objetivo.
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En Puerto Bolívar los paracaidistas tuvieron su bautizo a sangre y fuego. En el Ecuador decían, puerilmente, que eran japoneses y que comprendían tres compañías de paracaidistas suicidas, su accionar fue: atacar, atacar y disparar. Dentro de cada minuto, todos los segundos tenían una acción definida, controlar el salto de Brandariz Ulloa y sus compañeros, sin embargo, él vio por sus hombres y controló su ubicación..... era la razón del éxito de la operación. Ya en tierra los tres valientes peruanos cayeron en diferentes sitios, Brandariz Ulloa cayó en una formación pantanosa, luego comenzaron a disparar en forma continua y a gritar diferentes nombres para que el enemigo creyera que eran de mayor número; en la playa obtuvieron fusiles ametralladoras ZB-30 nuevas y munición ecuatoriana que ellos recién las habían recibido, con las cuales siguieron disparando. Casi juntos los tres avanzaban y se dieron cuenta que les disparaban de la zona del muelle y ahí dirigieron el fuego.
Los minutos que habían pasado en la ocupación, fueron quizá los más emocionantes en sus vidas, estaba de por medio el honor del Perú y con ello el honor del Ejército, y muy particularmente de su querido Cuerpo Aeronáutico, a la que le entregaban todo por un triunfo del Perú.... ¡el honor del Perú lo era todo!. Antes de cumplir esta misión se les dijo que Chile se apoderó de Arica y Tarapacá en la Guerra del guano y del salitre; que Bolivia y Brasil se quedaron con territorio peruano y el último usurpador fue Colombia, que habiéndole el Perú ganado a dicho país en las operaciones de guerra, este se quedó con Leticia y el trapecio amazónico. Apenas había oscurecido y en las sombras de la noche Raffo y Brandariz, salieron a explorar el terreno para saber que contenían los grandes vagones que estaban estacionados frente a la Aduana, arrastrándose silenciosamente llegaron sin mayores contratiempos, a los vagones. Encontraron las puertas abiertas, ya que a pesar de la oscuridad era posible verlas.
Cerca de los vagones notaron la existencia de cartuchos de munición esparcidos por el suelo, lo que de inmediato los hizo comprender que en los vagones había existencia de munición. Brandariz se puso de pie, no sin antes tratar de oír y escudriñar en la oscuridad tratando de ver algo de existencia humana cerca de ellos. Ya dentro del vagón y en la oscuridad se percataron que habían muchos cajones conteniendo fusiles, de los cuales unos estaban abiertos y algunos fusiles dejados en el piso; los embalajes eran de fábrica por la grasa que contenían. Horas después, ya tenían armamento y munición en cantidad. A partir de ese momento sabían de la seguridad y defensa obtenida en el lugar que se encontraban; en Puerto Bolívar.
Amparados en la oscuridad de la noche y de la madrugada Raffo y Brandariz buscaron tela roja y blanca en las bodegas abandonadas por los ecuatorianos, encontrándolas procedieron a buscar hilo y aguja, y al no encontrarlos, consiguieron cajas de alfileres con lo que confeccionaron la bandera peruana. El 1 de agosto de 1941 al amanecer en una caña brava, ya flameaba victoriosa la bandera del Perú en Puerto Bolívar (Ecuador). Durante el día se dirigieron a los vagones capturados, encontrando así el más cuantioso material de guerra, que iba a ser repartido a los ecuatorianos para agredir al Perú. Estos valerosos peruanos no salían de su asombro, y Dios allá en los cielos debió escucharlos con sus oraciones en silencio, cuando pensando en las acciones del día anterior, rogaban por los que les podían haber adelantado en el camino, dejando a los peruanos su ejemplo de cómo se quiere y se muere por la Patria.
Pasaron los días y Brandariz fue evacuado de Puerto Bolívar a Tumbes, posteriormente viajó a Chiclayo a ver a su familia. Estando aún en Puerto Bolívar, fue felicitado por el entonces presidente de la República don Manuel Prado Ugarteche, en el mismo lugar de la ocupación, asimismo el 3 de agosto de 1941 por Radio Berlín el gobierno alemán felicita en la persona del entonces presidente de la República, a los valerosos paracaidistas que tomaron Puerto Bolívar por esta gesta heroica, siendo los primeros de América que realizaron esta acción suicida, luego de los alemanes en Creta y los rusos en Finlandia.
COMPAÑIA DE PARACAIDISTAS DEL CUERPO AERONAUTICO DEL PERU DESFILANDO EN EL CAMPO DE MARTE DE LIMA LUEGO DEL TRIUNFO MILITAR DE 1941 En el conflicto de 1941 la Compañía de Paracaidistas del Cuerpo Aeronaútico del Perú realizo por primera vez en América una operación aerotransportada conjunta. Esta acción permitió sorprender al enemigo por la retaguardia siendo decisiva para el éxito de la campaña. |