Entrevista
con Alberto Manguel "En el país, hay actividad cultural,
pero sin cultura" Dijo
que la sociedad necesita recuperar las nociones de ética y
de justicia Siempre regresa a Buenos Aires. A mirarla con los ojos de la adolescencia y la experiencia de su edad adulta. Esta vez, llegó para presentar "Diario de lecturas" (Norma), su reciente libro editado en la Argentina. Y convirtió el acontecimiento, que tuvo lugar en un espacio singular como Clásica y Moderna, en un regalo para los lectores. Alberto Manguel tiene una particularidad sorprendente: la de convertir incluso un diálogo en voz alta en una lectura. Así de íntimo es el clima que crea cuando se sumerge en citas, autores, títulos de libros, que le han servido para crearse un universo intransferible. En "Diario...", tejido con lecturas, recuerdos, experiencias, artículos y acontecimientos reales, Manguel recoge 12 libros escogidos durante un año, y a través de ellos recorre calles, casas y ciudades sólo por el placer de leer y hacerlo en cualquier sitio. Este argentino naturalizado canadiense, residente en Francia, es el feliz poseedor de una biblioteca personal con 30.000 volúmenes. Este año, Editorial Norma publicará su primera novela en español, "El regreso". El narrador ha elegido como primera lengua el inglés. Cuando vuelve a Buenos Aires, intenta recuperar la ciudad que conoció entre 1955 y 1968, cuando "empecé a irme para siempre. Esos 13 años me formaron. Si bien el inglés es mi primera lengua, en ese tiempo aprendí en el Colegio Nacional de Buenos Aires lo poco que sé. Sobre todo, a partir de mi experiencia con cuatro o cinco profesores éticos que me enseñaron a pensar y que respetaban la inteligencia y la curiosidad. Hoy, cuando reflexiono o invento un cuento, aunque la acción transcurra en otra parte, la escenografía que surge en mí es la de aquel momento", dice Manguel durante una amena charla con LA NACION.
Reflexiona el escritor que Buenos Aires refleja una paradoja evidente: "Este fue un lugar de inteligencia, curiosidad y amistad con un sentido bastante digno y con ciertas cualidades básicas del ciudadano. Y cuando regreso -con excepción de quienes conservan ideales- veo que como sociedad hemos perdido todo eso. No hay inteligencia que nos ayude a construir una estructura económica y una conducta social ética y justa. Somos 37 millones de personajes en busca de un autor [cita el título de la obra de Pirandello]". -Cuando camina por Buenos Aires, ¿qué sensación tiene del estado de nuestra cultura? -Es notable la energía creativa de este país. Sobre todo, después de 2001, parece haberse liberado la fuerza reprimida desde los inicios de la dictadura. En pocos lugares he visto tanto nuevo cine, teatro, pintura, nueva literatura, música. Sin embargo, la cultura no es la acumulación de actividades creativas. Creo que falta el espacio social dentro del cual podemos gozar esa actividad cultural. Tenemos actividad cultural sin cultura en la Argentina. Para tener cultura, se necesita un marco social en el cual, por encima del individuo, haya un sistema judicial, un plan económico, un orden social. Todo eso nos dice, como sociedad, lo que podemos y lo que no podemos hacer. -¿Aún piensa, como escribió en Le Monde en 2002, que "la Argentina no existe más"? -Desgraciadamente, hoy somos una sociedad sin leyes, con leyes inválidas porque no tienen peso ejecutivo y eso conduce al ciudadano a creer que la justicia es ilusoria. Es peor que si no existiesen. En aquel artículo, como hoy, no quise decir que la Argentina ya no era una nación sin historia ni futuro. Pero hemos logrado denigrar las cualidades básicas sobre las que se construye una sociedad. Somos ciudadanos sin sociedad. Es como ser maestro sin escuela. -¿Qué libro les recomendaría leer hoy a los argentinos y, en especial, a los docentes? -Sonará
pedante, pero recomendaría "El Quijote", por una
razón muy simple. Lo que cuenta para el Quijote no es el resultado
de su justa conducta, sino la conducta justa. Si podemos educarnos
a pensar que, en la vida, lo que importa es ser éticos y justos,
en algún momento, como sociedad, la noción será
la de una ética y una justicia incontrovertibles. Los argentinos
estamos como una criatura a la que le han sacado el esqueleto y precisa
reconstruirlo. |
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