La Guerrilla en Andalucía

En Andalucia, como en muchos otros lugares de España, se puede decir que la actividad guerrillera antifranquista empezo desde el mismo día de la sublevacion de las tropas de Franco en 1936. Muchos malagueños y andaluces formaron parte del enigmático y poco conocido XIV Cuerpo Guerrillero Republicano, se puede decir que las primeras Compañías de Operaciones Especiales, tropas regulares concebidas como tal, del ejercito moderno más conocidos como los "Niños de la Noche" o "Hijos de la Noche",

Algunos, hyendo de una cruel represión o persecución política, eligieron la mera supervivencia, llegando a la comisión de delitos, otros eran meros delincuentes, como cuatreros o bandoleros, pero quedando claramente al margen de la lucha guerrillera con la que no compartieron ni su ideología ni sus objetivos.

En cambio, muchos elementos leales al Gobierno de la Republica quedaron aislados tras las lineas enemigas, y huyendo de una feroz represion política, se lanzaron al abrigo de las sierras. Mientras en las demas zonas de España se les llamaría "Los del Monte", en el sur se les conocería por "Los de la Sierra". Ambas acepciones, en el argot popular, eran la forma de referirse a "Los últimos soldados de la República" sin sufrir represalias por ello.

Las Dictadura franquista siguiendo su doctrina de propaganda e instrucciones directas de la DGS, les llamaban los "bandoleros", "forajidos", "bandidos", apartando al Ejército en esta nueva guerra e implicando a la Guardia Civil con varios fines: aprovechar sus bajos sueldos y disponibilidad laboral, al estar encuadrados en una estructura militar, ocultar hacia el interior y el exterior del pais la existencia de una resistencia armada irregular, y rebajar los fundamentos de la misma al ejercicio del bandolerismo y la delincuencia común, dotándose de dos herramientas: la Guardia Civil, Contrapartidas integradas por sicarios, desertores y elementos desclasados, y una legislación represiva especial, como la famosa Ley de Fugas que desnaturalizase el carácter militar y político de la Resistencia.

Una guerra sucia, silenciada y sin cuartel con la consigna clara de no hacer prisioneros ni heridos -siempre que no hubiese testigos- "hasta su total aniquilación".

Todavía hoy, ya en pleno siglo XXI, en centros públicos como el Museo de la Guardia Civil, e incluso su web oficial se pueden ver numerosos rótulosalusivos como, p.e., "metralleta capturada al bandolero X".