3
de enero de 1935
Una mujer baja del tren en la estacion de Buenos Aires, cita de su destino.
No lleva sino una valija de carton y cien pesos en la cartera. Nadie la
conoce. Nadie la espera. Ni una sola persona.
10
de agosto de 1952
Dos millones de personas, en el sepelio mas alucinante de la historia
argentina, se han reunido para despedir a esa mujer. Millares de ofrendas
florales, regadas por lagrimas, tapizan el recorrido del feretro montado
sobre la cureña de un cañon.
Algo
ha tenido que ocurrir en esos diez y siete años.
El
destino, en uno de sus insondables arcanos, habia resuelto sacudir las
paginas de la historia argentina. Para eso busco una criatura de dulce
faz y con el alma en llamas. La habia reclamado viva o muerta. Para que
tanto viva como muerta comprometiera las pasiones de una nacion entera.
He
aqui su historia
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