Itinerarios carlistas:

I) A Brihuega y Torija

El día 29 de junio, convocados por el Círculo Carlista San Mateo y el Centro de Estudios Históricos y Políticos General Zumalacárregui, nos reunimos un buen grupo de correligionarios para un nuevo itinerario carlista. Esta vez salimos para la provincia de Guadalajara, siendo nuestro objetivo los pueblos de Brihuega y Torija. El motivo recordar el paso por ellos de la famosa Expedición Real que, con el Rey Don Carlos V al frente, había salido de Navarra el día 17 de mayo de 1837 para llegar a Madrid, a las mismas tapias del Retiro, el día 12 de septiembre. Cuando debía esperarse la entrada en Madrid, el Rey, piadosísimo, no consintió que se tomase la capital de su reino a sangre y fuego. Él esperaba ser recibido triunfalmente, según tenía convenido con la "Reina Gobernadora"; por eso ordenó el regreso sin cumplir el ansiado objetivo de la Expedición Real. En su regreso hacia el Norte pasó por Brihuega, donde pernoctó el día 20 de septiembre y comió al día siguiente 21, para pasar el atardecer de ese mismo día por Torija. (Ya en plena Tercera Guerra, Brihuega fue tomada por el brigadier don Casimiro Villalaín).

A media mañana, nuestra expedición, formada por una buena caravana de coches, se encontraba en Torija, situada sobre el antiguo camino real de Francia, donde en una preciosa mañana y tras un breve refrigerio pudimos visitar la magníficamente restaurada torre del homenaje del que fue impresionante castillo construido a mediados del siglo XII, pieza disputada durante la Edad Media, llegando a estar en manos del Infante Don Juan de Aragón y sus navarros, siendo reconquistado para Juan II de Castilla el día 2 de agosto de 1452 por el ejército dirigido por don Alonso del Castillo, Arzobispo de Toledo y don Íñigo López de Mendoza y de la Vega, Marqués de Santillana, iniciándose así la relación del castillo de Torija con la familia de los Mendoza, a la que pasaría definitivamente cuando lo adquiriera su nieto don Lorenzo Suárez de Mendoza Figueroa, Conde de La Coruña, que también usaría el título de Vizconde de Torija.

Después marchamos a la vecina Brihuega (la Centóbriga de los celtíberos), "villa conocida por carlista", según el relato de Sacanell, situada sobre la vega del río Tajuña. Allí pudimos visitar la iglesia de Santa María y los restos del castillo de Piedra Bermeja (siglo XII) que dominan la vega y desde donde se disfruta de una impresionante vista. Luego visitamos la iglesia de San Felipe y la antigua muralla. Para esa hora, la una del mediodía, el calor era ya respetable por lo que la expedición carlista se refugió en una agradable taberna de ambiente taurino, donde fuimos muy amablemente atendidos, por haber despertado la lógica curiosidad de los briocenses nuestras boinas rojas. Comimos en el restaurante Quiñoneros, situado a la salida de Brihuega, donde los expedicionarios, encabezados como siempre por Alfonso Triviño de Villalaín, presidente, disfrutaron de una excelente comida, adornada por la belleza de nuestras comensales Pili, Sole, Trini, Fuensanta y Amaya, y amenizada por el buen humor de José Luis Vázquez de Padura. Dijo las palabras finales José A. Gallego. Para terminar, como siempre, todos de pie, cantamos emocionados el Oriamendi, llenos de fe en el Carlismo, lo que ha sido y lo que será, si sabemos hacerlo y trabajarlo.

Y emprendimos el regreso a Madrid, con lo que concluyó este Itinerario carlista.

ANTONIO DE VILLOSLADA

II) Nuevo Itinerario

De cara al otoño que hemos comenzado, y siguiendo la buena costumbre de los carlistas de Madrid de ir visitando lugares más o menos próximos a la capital en que se produjo algún suceso importante en la historia carlista, estamos preparando el próximo, que queremos se haga al Puerto de Navafría, que en nuestra Cruzada de Liberación, en septiembre del año 1936, fue conquistado en durísimos combates que costaron mucha sangre por requetés navarros del Tercio de Santiago, alaveses del Tercio de Nuestra Señora de Estíbaliz y por riojanos del que sería Tercio de Valvanera, todos ellos mandados por el Coronel carlista Ricardo Rada Peral.

Lo haremos en octubre próximo, en fecha que concretaremos y, como siempre, iremos en un autobús o en caravana de coches, que quizás resulta más fácil de organizar.

La carretera es la nacional de Burgos, para, pasado Lozoyuela, tomar la que lleva al Valle de Lozoya y al pueblo del mismo nombre. Son 84 kilómetros, y desde Lozoya al Alto de Navafría, por hermosísimos pinares, 11 kilómetros. Allí existió un monumento dedicado por los carlistas de Álava a sus requetés. El mismo fue volado, destrozado, deshecho, a la iniciación de la "gloriosa transición". Nosotros honraremos a los que allí cayeron, rezaremos por ellos ofreciendo la Santa Misa, y luego bajaremos a Lozoya a degustar una buena comida en el restaurante Serna, que nos han recomendado. Allí comeremos bien, habrá algún pequeño discurso y al final cantaremos todos el Oriamendi.

Contamos con que nos guíe nuestro buen amigo Antonio Gibello, que reside buena parte de su tiempo en Rascafría, a pocos kilómetros.

Estamos muy esperanzados en este nuevo Itinerario, que será seguido por otros que tenemos programados.

Madrid, septiembre 2002


 

Comunión Tradicionalista

Agencia FARO