EL
TABLÓN: El artículo de hoy
Cuba:
Impresiones de un viaje (I)
Orestes Martí
Acabo de llevar a
cabo una visita a Cuba por un período de 25 días. Durante todo ese
tiempo de estancia en la mayor de las antillas, como es lógico
suponer, pude entrar en contacto directo con una realidad a todas
luces cambiante en todas las esferas de la sociedad cubana.
En efecto, se
puede apreciar, con solo sostener una conversación informal con
cualquier "ciudadano de a pie", las nuevas expectativas que se
manifiestan en los diferentes escenarios (político, económico y
social).
No exagero si
afirmo que más del 90% de los cubanos con los que hablé,
intercambié información y -a mi manera- interrogué, están
convencidos de que Cuba está viviendo un proceso de cambios
trascendentales, profundizando en la transición iniciada en el año
1959, hacia una sociedad Socialista más organizada y moderna. No
llegó al 5% los que se me declararon "escépticos" con el proceso
de cambios y menos aún los que se identificaron con aquellos que
declaran que los cambios son "cosméticos".
Al mismo tiempo, la inmensa mayoría se mostró muy preocupada
por los peligros y las amenazas que se presentan en el horizonte
mediato e inmediato de los cubanos, tanto internamente
("inmovilismo", cierto grado de corrupción, deterioro de
determinados servicios tradicionalmente buenos, pérdida de poder
adquisitivo de los trabajadores debido a la insuficiente
remuneración salarial) como desde el exterior (política cada vez
más agresiva por parte del vecino del norte, incluso del aspirante
presidencial más "avanzado"1).
En la esfera
económica, a pesar de la favorable evolución experimentada a nivel
"macro", aprecié una gran tensión y lógicamente la esperanza de
la población de una pronta reforma de todo el sistema monetario,
que incluya la eliminación de la "doble moneda". Hay que recordar
que más de la mitad de la población económicamente activa recibe
sus salarios en pesos y no tiene acceso al CUC o peso
"convertible" cubano, mientras que muchos artículos de primera
necesidad son comercializados en esta última moneda. La "doble
circulación monetaria" se estableció en Cuba (1993) producto de
la desaparición del mal llamado "campo socialista" (Cuba
concentraba allí el 75% de sus exportaciones) y de una fuerte
crisis con la caída del 35% de su Producto Interior Bruto (PIB).
El salario Medio
en Cuba está actualmente en alrededor de los 408 pesos (según la
Oficina Nacional de Estadísticas
-ONE- en 2006 era de unos 387 pesos). Algunos medios de prensa y
visitantes extranjeros caen en la tentación de convertir ese monto
a dólares estadounidenses o a euros, pero ese tipo de conversión
realmente no dice ni demuestra nada, puesto que en todo caso
habría que hacer la misma conversión a los precios de los
productos y servicios que reciben los cubanos; algunos de tales
servicios (educación y salud por solo mencionar dos), son
recibidos de forma gratuita. No obstante, hay una realidad
innegable: el salario normal no alcanza para resolver las
necesidades de la familia. Varios amigos -sin ningún tipo de
estudio científico ni mucho menos- me calcularon que para una
familia de 2 personas, trabajando ambas, necesitarían unos mil
pesos cubanos mensuales para "escapar" (en el vocabulario popular
cubano "sobrevivir", no vivir con lujos; ni siquiera
desahogadamente). Si el salario medio es el que es (lógicamente
algunos cobran más pero otros menos), pues saque usted mismo la
cuenta y comprenderá mejor lo que los cubanos quieren decir cuando
utilizan los vocablos "resolver" o "luchar" para llegar a fin de
mes. Esa "lucha" se materializa en acciones ilegales en diversas
actividades económicas y/o de prestación de servicios, como es el
caso de las "multas" que ponen algunos empleados de tiendas a los
productos que se comercializan y sobre lo cuál volveré más
adelante con casos concretos.
La mejora en el transporte en la
capital cubana, pude comprobar que es realmente palpable y una
de las medidas que parece estar calando más hondamente en la
población y cuyos efectos benéficos creo que se verán más temprano
que tarde, es la reestructuración de la actividad agroalimentaria
y la descentralización de la agricultura cubana (se crearon 169
verdaderas delegaciones municipales de la Agricultura) que en mi
opinión viene a concluir el proceso de descentralización del agro
cubano, iniciado con la creación (1993) de las Unidades Básicas de
Producción Cooperativa (UBPC), distorsionado posteriormente, en la
práctica, por los ministerios de la Agricultura y del Azúcar al
establecer medidas tendentes al restablecimiento de la
"centralización". Es bueno recordar que el presidente cubano Raúl
Castro ha definido al sector agroalimentario como de "seguridad
nacional"
Existe un gran
debate sobre la situación general del país y las medidas que se
estudian y/o se van aplicando, que incluye el alcance que tendrá
la propiedad privada y las inversiones de capital extranjero, la
fórmula socialista de distribución con arreglo al trabajo (lejos
aún de llevarse a cabo), la actual distribución igualitaria
mediante una cuota de productos subvencionados por el Estado (en
lugar de subvencionar a las personas)....
Tengo la
impresión de que este debate aún está insuficientemente expuesto o
reflejado por la prensa nacional, aunque existen declaraciones que
aseguran que "El Partido tiene la voluntad para hacer cumplir
los acuerdos del Buró Político en torno al trabajo de la prensa
cubana y favorecer su labor informativa y educativa, que siempre
ha sido un poderoso respaldo a la Revolución"2. La
posición oficial sobre el tema es que "la compleja realidad
nacional demanda hacer un periodismo analítico y profundo, con
calidad, de combate contra las insuficiencias y el triunfalismo,
pero sin sembrar el desaliento"2. Algunos
periodistas se han referido a "los obstáculos para cumplir lo
establecido en las resoluciones del Buró Político" así como
"a funcionarios que sin tener las prerrogativas, han querido
tomarse el derecho de decirle a un periodista lo que debe
publicar, sin pensar en el daño que esto ocasiona"3.
En otro orden de cosas, al leer la prensa fuera de Cuba, me
pregunto el por qué por parte de altos dirigentes cubanos se hacen
declaraciones en el exterior sobre estos temas en debate y no se
hace lo mismo en el interior del país a través de la prensa
escrita, radial y televisiva, con una mayor participación
ciudadana.
En el aspecto
social, en el reciente viaje, advertí un esfuerzo nacional por
rescatar la resquebrajada disciplina laboral y social, esta última
especialmente en lo relacionado con la convivencia, el excesivo
ruido que deteriora la calidad del ambiente, así como la ética y
la educación formal.
Por otra parte,
observé que el interés por poner fin al despilfarro de recursos,
ha llevado hasta instalar equipos GPS (Sistema de Posicionamiento
Global) en los medios que transportan cargas o prestan otros
servicios vitales a la economía.
También vi
presente una paulatina concienciación a partir de un serio trabajo
sobre los temas de orientación sexual en medio de una sociedad
fundamentalmente "machista" (sin embargo, algunos ciudadanos y
ciudadanas me manifestaron lo consideraban un poco "forzado" y
escuché bastante rechazo "a nivel de la calle" por la puesta en la
pequeña pantalla de la televisión cubana de la película "Brockeback
Mountain" de los dos vaqueros homosexuales norteamericanos).
Mariela Castro Espín quien dirige el
CENESEX recientemente
manifestó "Ustedes saben que estamos haciendo esfuerzos, no
solamente educativos, sino también en el plano de la legislación;
que vamos poco a poco, que vamos trabajando con mucho cuidado,
porque las cosas que se quieren mucho se trabajan con cuidado y
con mucha atención". Actualmente en el Parlamento cubano se
revisa el "Código de Familia" y me parece que las cosas mejorarán
aún más para lesbianas y homosexuales pero que no se llegará a la
aprobación del matrimonio homosexual.
Esta es, en una
síntesis muy apretada, algunas de las impresiones que tengo del
interesante viaje que acabo de realizar al país que ha resistido
por más de 50 años una verdadera guerra sucia de agresión en lo
económico, político y militar por parte de la nación más poderosa
(militarmente) del mundo; iré describiendo algunos detalles del
mismo.
1"Obama
en su discurso atribuye a la Revolución Cubana un carácter
antidemocrático y carente de respeto a la libertad y los derechos
humanos. Es exactamente el argumento que, casi sin excepción,
utilizaron las administraciones de Estados Unidos para justificar
sus crímenes contra nuestra patria. El bloqueo mismo, por sí solo,
es genocida. No deseo que los niños norteamericanos se eduquen en
esa bochornosa ética"
La política cínica del imperio. Reflexiones de F. Castro.
2Rolando
Alfonso Borges, jefe del Departamento Ideológico del Comité
Central del PCC
3Granma:
Cambios para más socialismo
|
Nota de/para los amigos que me escriben:
De: Michel
Collon
Asunto: Nuevo en
www.michelcollon.info
Este es uno de los artículo que podrás encontrar muy pronto en la
versión española de nuestra futura página Web. ¿Qué nos esconden
los grandes medios de comunicación?
Michel Collon y el equipo Investig'Action
COLOMBIA: Estado de alerta ante
posible impunidad por crímenes atroces
Por el Comité Internacional contra las desapariciones forzadas y
la tortura
En estado de alerta se declararon diversas organizaciones
multilaterales, entre ellas la Organización de Naciones Unidas
(ONU) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ante
la posible impunidad por crímenes atroces y de lesa humanidad
cometidos en Colombia por fuerzas paramilitares tras la
extradición a Estados Unidos de 14 integrantes de esas fuerzas
ilegales armadas, entre ellos sus máximos cabecillas.
Tras enterarse de la extradición de los máximos jefes de las
Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), entre quienes se encuentran
Salvatore Mancuso, Diego Fernando Murillo Bejarano, Rodrigo Tovar,
Ramiro Vanoy y Hernán Giraldo, la Oficina en Colombia del Alto
Comisionado de la Organización de Naciones Unidas para los
Derechos Humanos expresó su preocupación por esta decisión,
ordenada por el presidente Álvaro Uribe de manera intempestiva,
que podría dejar impunes los crímenes de lesa humanidad cometidos
por esta organización armada durante los últimos 20 años.
"La Oficina alerta sobre el riesgo de que las extradiciones
debiliten las posibilidades de avanzar, eficaz y oportunamente, en
la lucha contra la impunidad de violaciones graves de derechos
humanos e infracciones del derecho internacional humanitario",
señaló la ONU, y enfatizó que el
Gobierno nacional debe satisfacer los derechos de las víctimas y
sus familiares a "la verdad, la justicia y la reparación y las
garantías de no repetición".
El Presidente Uribe ordenó en la noche del 12 de mayo la
extradición hacia Estados Unidos de 14 integrantes de las Auc
recluidos en diversas cárceles colombianas y acogidos a la Ley de
Justicia y Paz, para que fueran juzgados por narcotráfico,
contrabando de archivos y financiación de actividades terroristas,
con lo cual le dio mayor trascendencia a esos delitos que a los
procesos judiciales por más de 200 masacres y la desaparición
forzada de por lo menos 49 mil personas.
Frente a este hecho, la Oficina en Colombia del Alto Comisionado
de la Organización de Naciones Unidas para los Derechos Humanos
recordó que los extraditados "han admitido su responsabilidad por
haber ordenado, participado o cometido graves violaciones de
derechos humanos e infracciones del derecho internacional
humanitario" y resaltó que "en muchos casos, estos delitos
constituyen crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra y, en
ocasiones, se perpetraron con la aquiescencia, tolerancia o
complicidad de agentes del Estado".
La ONU manifestó que las normas internacionales catalogan dichos
delitos entre los más graves y establecen que son imprescriptibles
y que no pueden ser objeto de amnistías o indultos. El presidente
Uribe explicó que la extradición de los paramilitares se había
dado "porque algunos de ellos habían reincidido en el delito
después de su sometimiento a la Ley de Justicia y Paz, otros no
cooperaban debidamente con la justicia y todos incumplían con la
reparación de las víctimas al ocultar bienes o demorar su
entrega".
A la voz de alerta de la ONU se le sumó la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH): "La Comisión observa que esta
extradición afecta la obligación del Estado colombiano de
garantizar los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y
la reparación de los crímenes cometidos por los grupos
paramilitares".
Coincidió la CIDH con la Organización de Naciones Unidas en
advertir que la extradición impide la investigación y el
juzgamiento de graves crímenes por las vías establecidas por la
Ley de Justicia y Paz en Colombia y por los procedimientos
criminales ordinarios de la justicia colombiana. "También cierra
las posibilidades de participación directa de las víctimas en la
búsqueda de la verdad sobre los crímenes cometidos durante el
conflicto y limita el acceso a la reparación del daño causado.
Asimismo, este acto interfiere con los esfuerzos por determinar
los vínculos entre agentes del Estado y estos líderes
paramilitares".
El Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado,
organización que representa Iván Cepeda, también se unió a las
voces de rechazo de la extradición de los ex jefes de las Auc y
consideró que "es un elemento adicional que revela el fracaso de
la Ley de Justicia y Paz, y constituye una nueva afrenta contra
las víctimas, así el actual Gobierno presente, ante la opinión
pública, la extradición como un favor a las mismas".
Aseveró el Movimiento que la extradición por razones de
narcotráfico desconoce la prioridad que tiene la investigación y
juzgamiento de los responsables de la comisión de crímenes contra
la humanidad. "Esta decisión quiere ocultar que el paramilitarismo
ha constituido un instrumento que ha favorecido la sistemática y
masiva violación de los derechos humanos, estrategia en la que el
Estado tiene una decisiva e inocultable responsabilidad".
En una inusual petición, el Movimiento de Víctimas de Crímenes de
Estado le exigió al Gobierno norteamericano que "devuelva a las
autoridades colombianas a los jefes paramilitares para que sean
procesados por la justicia ordinaria y no bajo el marco de la Ley
de Justicia y Paz", en razón de que "no han contado toda la
verdad, no han reparado integralmente a las víctimas y no han
desmontados sus estructuras criminales".
Además, le solicitó a la administración de justicia colombiana el
traslado a la justicia ordinaria de todos los procesos que se
tramitan en el marco de la Ley de Justicia y Paz que se siguen
contra los jefes paramilitares extraditados, así como todos los
procesos que se adelantan en este marco normativo, "dada la
evidente ineficacia e inoperancia del mismo".
Por su parte, la Alianza Iniciativa de Mujeres Colombianas por la
Paz (IMP) estimó que con la decisión de Gobierno del presidente
Uribe de extraditar de forma masiva a los jefes del
paramilitarismo a los Estados Unidos, "las víctimas nos quedamos
sin verdad, sin justicia y sin reparación integral".
Recordaron las mujeres agrupadas en esta Alianza que el
juzgamiento de los líderes de las Auc alude al delito de
narcotráfico, pero los graves delitos de lesa humanidad y las
infracciones al Derecho Internacional Humanitario, DIH cometidos
por los paramilitares en Colombia seguirán en la impunidad.
"Si las razones que tomó el Gobierno para la extradición masiva es
que los líderes paramilitares seguían delinquiendo desde las
cárceles, esto demuestra aún más la ineficiencia de la justicia
colombiana", indicó IMP, organización que adelanta un proceso de
acompañamiento psicojurídico a víctimas de la guerra en Colombia.
Esta iniciativa de mujeres propuso que si el Gobierno colombiano
acudió a la justicia norteamericana para hacer juzgamiento a los
líderes de las Auc por narcotráfico, "a las víctimas y a las
organizaciones que las acompañamos nos queda otra opción: llevar
los casos ante los organismos de Justicia Internacional, como la
Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Penal
Internacional".
Fuente: Agencia de Prensa IPC,
www.ipc.org.co
Más información: http://alainet.org
Agencia Latinoamericana de Información
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Mensajes
desde Cuba:
De: Pedro
Campos Santos.
perucho1949@yahoo.es
Asunto: La abolición del trabajo asalariado y el socialismo
en Cuba
La Revolución se pierde o se gana, según sigamos la filosofía
del viejo burocrático, estatismo-asalariado o avancemos a la
introducción de la autogestión socialista con las nuevas
relaciones de producción cooperativas, a fin de garantizar el
triunfo del trabajo sobre el capital.
A 106 años del inicio de la seudo-república, a la cual no
queremos volver.
Desde la discusión del discurso de Raúl del 26/7/07, tiene lugar
una “apertura limitada” para dar paso a las opiniones y críticas
de los de abajo, a lo interno de la Revolución, donde las
posibilidades de intercambio horizontal entre militantes de
base, políticos, académicos y profesionales, siguen
constreñidas; los pequeños espacios controlados en la prensa se
muestran insuficientes y en consecuencia el debate profundo se
queda en estrechos marcos sin compartirse en el Partido, el
gobierno y la sociedad.
Ante los llamados del Presidente a debatir abiertamente, pocos
han sido los análisis amplios y profundos de todo lo ocurrido,
publicados por académicos, profesionales y políticos estudiosos
de las ciencias sociales marxistas y menos, los debates de fondo
en la prensa oficial, que si bien se ha permitido algunos
artículos críticos, en pocos casos llega a valorar las causas
sistémicas que, en cambio, sí son tratados con todo descarne en
la prensa digital de izquierda, donde la derecha entra sólo con
comentarios, a veces agresivos, que nada significativo aportan,
mostrando sólo su ansias revanchistas. Cada día son más los que,
estimulados por el desastre real del socialismo pretendido,
prefieren basar sus análisis en cualquier pensador de “moda”,
que no sea Carlos Marx.
Entre las posiciones que han recibido alguna difusión nacional,
destacan las de quienes intentan encontrar soluciones
“socialistas” en las esferas de la distribución, moviendo
precios y salarios; en la circulación de la moneda y en la
concientización política de las masas para que produzcan más,
poniendo el énfasis en la disciplina, “aumentar la producción
para poder aumentar los salarios”, distribuir “estatal y
adecuadamente” lo que tenemos, estimular la producción agrícola
a partir sólo de incentivos mercantiles, incitar el consumo de
los “pudientes” para “equilibrar las finanzas”, fortalecer la
“economía de servicios” (turismo, comercialización de fuerza de
trabajo calificada y otros) para incrementar los ingresos
estatales y ofertar más participación al capital extranjero en
la explotación de nuestros recursos naturales, compartida con el
estado. Los pocos que hablan del cooperativismo, sólo se
refieren a las cooperativas en la agricultura, casi nadie habla
de cambiar las relaciones de producción en la industria y los
servicios.
Son las posiciones de los que, atados al tradicional discurso
del viejo “socialismo de estado”, demostradamente inviable por
su estatismo asalariado y sus esquemas burocráticos
centralizados de acumulación, planificación y monopolio
gubernamental del mercado interno, que reprodujeron el estado
autoritario, no captan las señales de los nuevos tiempos, del
“cambio de época” y siguen haciendo malabares con los viejos
dogmas en la mano derecha, y el nuevo discurso de Raúl en la
izquierda, que sí está claramente dirigido a promover mayor
descentralización, participación democrática y control obrero.
Algunos no saben o no entienden todavía el movimiento que sigue,
acostumbrados al estilo de esperar la señal desde arriba; pero
otros –a propio intento- dejan caer al piso lo que llevan en la
izquierda y lanzan al aire lo que tienen en la derecha.
Ahora, ¿casualmente?, el Imperialismo agudiza su campaña
intervencionista y redobla su ayuda a la contrarrevolución
interna con la doble intención de capitalizar el descontento
real existente en la población por la situación económica, cuya
“luz no asoma todavía al final del túnel” y buscando fortalecer
las posiciones más conservadoras y enemigas de los cambios
necesarios en el seno del aparato estatal, a fin de frustrarlos
y obstaculizar el diálogo complejo entablado entre los
revolucionarios para buscar soluciones socialistas a nuestros
problemas. Son ahora los imperialistas los empeñados en que les
sigan “echando la culpa” porque aquí no podamos avanzar en la
democracia socialista. Si necesario es desmotar la actividad
enemiga, la forma de hacerlo puede servir a sus intereses
provocativos. Veremos quiénes –dentro- le siguen la rima.
Dadas la confusión y la desesperanza que nos dejó el desastre
del “socialismo real” se hace necesaria la mayor claridad
posible en cuanto a los fines y medios del socialismo, por lo
cual el debate no puede cesar y hay que seguir diciendo y
escribiendo y tratando de presentar nuevos argumentos sobre la
necesidad de la Autogestión Socialista como vía para impedir la
reversión de la Revolución y garantizar el socialismo. Es la
batalla ideológica a la que nos convoca el momento histórico.
Carlos Marx dedicó el Capítulo LI del III Tomo de su obra
cumbre, El Capital, a establecer las diferencias y vínculos de
dependencia entre las relaciones de distribución y las de
producción (1). 150 años después muchos “socialistas” y
“marxistas” siguen hablando del socialismo como un asunto
relativo a la esfera de la distribución y no sustantivo al de
las relaciones de producción.
Allí escribió el fundador de la teoría revolucionaria:
“…las relaciones de distribución son esencialmente idénticas
a estas relaciones de producción, el reverso de ellas, pues
ambas presentan el mismo carácter histórico transitorio…..Las
llamadas relaciones de distribución responden, pues, a formas
históricamente determinadas y específicamente sociales del
proceso de producción, de las que brotan, y a las relaciones que
los hombres contraen entre sí en el proceso de reproducción de
su vida humana. El carácter histórico de estas relaciones de
distribución, es el carácter histórico de las relaciones de
producción, de las que aquellas solo expresan un aspecto.”
En su afamada y muy conocida, pero poco estudiada y menos
interiorizada Crítica al Programa de Gotha (2), “El Moro” –así
le decían sus amigos- señala:
“… es equivocado, en general, tomar como esencial la llamada
distribución y hacer hincapié en ella, como si fuera lo más
importante.
… La distribución de los medios de consumo es, en todo
momento, un corolario de la distribución de las propias
condiciones de producción. Y esta distribución es una
característica del modo mismo de producción. Por ejemplo, el
modo capitalista de producción descansa en el hecho de que las
condiciones materiales de producción les son adjudicadas a los
que no trabajan, bajo la forma de propiedad del capital y
propiedad del suelo, mientras la masa sólo es propietaria de la
condición personal de producción, la fuerza de trabajo.
Distribuidos de este modo los elementos de producción, la actual
distribución de los medios de consumo es una consecuencia
natural. ...” y remata: “El socialismo vulgar (y por
intermedio suyo una parte de la democracia) ha aprendido de los
economistas burgueses a considerar y a tratar la distribución
como algo independiente del modo de producción, y, por tanto, a
exponer el socialismo como una doctrina que gira principalmente
en torno a la distribución. Una vez que está dilucidada la
verdadera relación de las cosas, ¿porqué volver marcha atrás? “
En el Manifiesto Comunista, Marx y Engels expusieron: “…la
condición de la existencia del capital es el trabajo
asalariado”, debido a que el trabajo asalariado es la forma de
organizar la producción para extraer la plusvalía al trabajador,
razón de ser del capitalismo. De manera que la superación del
capitalismo pasa por la eliminación de la condición de su
existencia. Socialista será, por tanto, el partido que inscriba
en su bandera: “Abajo el trabajo asalariado”
Fue por ello que en su obra “Salario, precio y ganancia” (3)
Marx escribió:
“Creo haber demostrado que las luchas de la clase obrera por
el nivel de los salarios son episodios inseparables de todo el
sistema de salarios, que en el 90 por 100 de los casos sus
esfuerzos por elevar los salarios no son más que esfuerzos
dirigidos a mantener en pié el valor dado del trabajo y que la
necesidad de forcejear con el capitalista acerca de su precio va
unida a la situación del obrero, que le obliga a venderse a sí
mismo como una mercancía. Si en sus conflictos diarios con el
capital los obreros cediesen cobardemente, se descalificarían
sin duda para emprender movimientos de mayor envergadura.
Al mismo tiempo, y aun prescindiendo por completo del
esclavizamiento general que entraña el sistema de trabajo
asalariado, la clase obrera no debe exagerar ante sus propios
ojos el resultado final de estas luchas diarias. No debe olvidar
que lucha contra los efectos, pero no contra las causas de estos
efectos, que lo que hace es contener el movimiento descendente,
pero no cambiar su dirección; que aplica paliativos pero no cura
la enfermedad. No debe, por tanto, entregarse por entero a esta
inevitable guerra de guerrillas, continuamente provocada por los
abusos incesantes del capital o por las fluctuaciones del
mercado.
Debe comprender que el sistema actual, aun con todas las
miserias que vuelca sobre ella, engendra simultáneamente las
condiciones materiales y las formas sociales necesarias para la
reconstrucción económica de la sociedad. En vez del lema
conservador “Un salario justo por una jornada de trabajo justa”,
deberá inscribir en su bandera esta consigna revolucionaria:
“Abolición del sistema de trabajo asalariado”.
La socialdemocracia alemana después de Engels y particularmente
Kautsky y luego Berstein, se olvidaron de la “abolición del
trabajo asalariado” y aceptaron el punto de vista según el cual
se considerada una política socialista, la distribución de la
renta nacional de manera que, además de los salarios, ayudara a
mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y
representara una más amplia distribución de la riqueza acumulada
por la sociedad, sin tener que enfrentar un cambio en la
propiedad sobre los medios de producción ni en la organización
asalariada del trabajo. Nuevos “sabios” aparecen señalando que
lo determinante del capitalismo no es la forma de la producción
asalariada, sino su afán mercantil, como si este no hubiera
existido desde la esclavitud.
La URSS y el “campo socialista” se quebraron precisamente por no
avanzar más a las nuevas relaciones de producción socialistas,
mantenerse atados al trabajo salariado –la ley de la sujeción,
según el Profesor Radulfo Páez (4)- y dar la espalda al poder
real de los trabajadores que se verifica en el control directo
sobre sus condiciones de producción y existencia. Después ha
habido quienes acusaron a los trabajadores de haber sido ellos
lo que dieron la espalda al socialismo, ¿a cuál? Lenin trató
infructuosamente de enmendar el camino con su última obra
teórica, “Sobre la cooperativización” que sus seguidores sólo
aplicaron forzosamente en la agricultura, en las tierras de los
pequeños propietarios. Dicen que hoy la Rusia capitalista, no ha
podido todavía desactivar aquel intento cooperativo en el campo.
Los que en Cuba promueven “soluciones” de tipo
“desarrollistas-capitalistas”, en los marcos del actual
“socialismo de estado”, también parecen haber olvidado, o quizás
no leyeron nunca, estos pasajes de Marx y no tienen en cuenta
que lo determinante en un régimen económico-social es la forma
en que se organiza la producción, la manera en que se produce,
cómo se explota la fuerza de trabajo, de lo cual depende todo lo
demás, la distribución, el consumo, las finanzas, la circulación
monetaria, la conciencia social, la superestructura y no al
revés.
Si en 1865 Marx llamó “conservador” el lema “un salario justo
para una jornada justa”, ¿cómo podríamos calificar hoy, 143 años
después, tales ideas en una Revolución inmersa en la
construcción del socialismo? Todos tenemos derecho a
equivocarnos de buena fe. Esperamos que tales posiciones vayan
siendo rectificadas, y que se impongan las relativas a “cambiar
todo lo que deba ser cambiado” y a “cambiar los métodos y las
estructuras”, como dijeron respectivamente Fidel y Raúl.
Algunos hablan de liberar las fuerzas productivas: SÍ, pero NO
para desarrollar más capitalismo del que ya tenemos, con más
mercantilismo, más consumismo, más desarrollismo, más
destrucción de nuestro medio ambiente, ni seguir introduciendo
inversiones extranjeras para explotar en forma capitalista a
nuestros trabajadores y recursos naturales.
Liberar las fuerzas productivas hoy en Cuba sería
–principalmente- quitar todas las amarras estatales al
desarrollo cooperativo en el campo, eliminar todas las trabas
burocráticas que le impusieron al Perfeccionamiento Empresarial
que lo convirtieron de estimulante de la producción en su
contrario y llevarlo cada vez más, en todo el sistema productivo
y de servicios, a la participación de todos los trabajadores en
las decisiones importantes que se toman en los centros de
trabajo de cualquier tipo, desde la elección de los jefes y
administradores, que deben ser rotativos, hasta la gestión y la
repartición de un por ciento de la ganancia. Los trabajadores lo
han venido haciendo a su manera. Eso será lo que hará que la
gente se sienta dueña y disminuyan los desvíos y la corrupción.
Mientras no nos cuestionemos el sistema de trabajo asalariado,
todo lo que se haga se quedará en los marcos de un
neo-capitalismo estatal, pretendidamente socialista, que más
tarde o más temprano facilitará la plena restauración
capitalista y nos llevará directo al barranco del anexionismo
cuando EE.UU. se decida a cambiar su política de agresión y
bloqueo por la de acercamiento y penetración. Recordemos que
sólo la compra de alimentos al enemigo histórico provocó una
peligrosa dependencia alimentaría que condenó el campo cubano al
abandono, de todo lo cual Raúl, con mucha razón, trata de salir
casi desesperadamente. Con el sistema estatal actual ¿a dónde
nos pueden llevar un millón de turistas usamericanos y 100 mil
cubanos visitándonos –anualmente- vertiendo su consumismo y
corruptelas en cada esquina y miles de empresarios gringos,
correteando en sus cadillacs por toda Cuba, invirtiendo en
petróleo, turismo y agro-industria, con los bancos norteños
dando créditos para vender aquí toda su mercadería y oficinas
consulares y comerciales yanquis por doquier? No. ¡Esa no va!
Si los yanquis lograron “tender sus puentes” hasta China, al
otro lado del Pacífico, cuando les dieron la oportunidad y “han
virado aquello al revés, con toda su diferente historia
milenaria y sus mil tres cientos millones de habitantes”, qué no
harán a escasas 90 millas, con una idiosincrasia parecida, sobre
una pequeña población llena de necesidades y ansiosa de cambios:
puentes llegarán y hasta túneles cavarán para el abordaje pirata
con bandera bucanera que preparan. La invasión no va a ser con
aviones, barcos ni tanques. Semejante acometida solo puede ser
neutralizada por el pueblo y los trabajadores organizados
económica, social y militarmente en un sistema integrado de
autodefensa de los intereses compartidos, alcanzable por la
conciencia de propietarios sobre los medios de producción, que
hoy no existe porque “todo pertenece al estado”.
Esa “economía de servicios” que algunos nos están “pintando”
para un “cercano vuelo nupcial” con el imperio, tiene una clara
fetidez anexionista, por muy buenas “perspectivas económicas”
que nos quieran “vender” para bien del “estado socialista”. Hay
que aguzar el olfato, la visión, el tacto y todos los sentidos.
Nuestros especialistas en “marketing” internacional dirigiendo
la “economía del socialismo” pueden resultar muy peligrosos.
Pero además, como el suelo y el subsuelo patrios son de todos
los cubanos, debería tenerse en cuenta la opinión del pueblo a
la hora de hacer contratos con empresas extranjeras para
explotar nuestros recursos naturales, sobre todo antes de
contraer tales compromisos con vecino tan poderoso. El petróleo
ha llevado a la mafia texano-californiana a tres guerras bien
lejos de sus fronteras, en el Medio Oriente. Más nos valdría
buscar en el ALBA y en cualquier otro lugar antes que en EE.UU.,
fuentes externas de financiamiento y continuar profundizando las
ideas de la revolución energética que nos legó Fidel,
investigando todo tipo de alternativas con el concurso de
nuestros trabajadores y técnicos y nuevas posibilidades de
ahorro en cada centro, en cada equipo, en cada puesto, pero eso
demanda -¡claro!- que los trabajadores se sientan dueños,
participen de la ganancia y cada uno sufra en sus ingresos las
consecuencias de sus acciones de ahorro o despilfarro.
Por muchas razones no tenemos que seguir los senderos de China y
Viet Nam que algunos compañeros proponen. Empezando porque
estamos en Cuba, a un “brinquito” del imperialismo más fuerte de
la historia, que lleva 200 años tratando de anexarse este país y
está dispuesto a ensayar todos los medios incluido el cambio de
política ya anunciado por Obama -zanahoria que no pocos admiran
entusiasmados- y el que van a apoyar allá cientos de miles de
cubanos, por razones diversas, pero entre ellos muchos dueños de
capitales deseosos de lograr la completa restauración
capitalista acá, para la cual cuentan ya con el apoyo explícito
o tácito de no pocos dentro, colados en todas partes, que han
perdido toda confianza en el socialismo.
Ya se ha visto en la práctica, el “socialismo de estado”, en
verdad un capitalismo de estado –así lo llamó el propio Lenin
aunque desagrade el uso del término-, es incapaz de pagar la
fuerza de trabajo por la falta de correspondencia entre sus
fines distributivos “socialistas” y su forma de producción
asalariada, capitalista. Nuestra propia práctica con empresas
extranjeras que pagan más salario por la izquierda, lo ha
evidenciado. Romper el ciclo que conduce de nuevo al
capitalismo, pasa por ser consecuentes con el ideario socialista
marxista que preconizamos y avanzar hacia la abolición del
trabajo asalariado.
Tienen razón quienes plantean que es demasiado grande nuestro
aparato burocrático improductivo. No por gusto Raúl se propone
disminuir los ministerios, compactar sus estructuras, llevarlos
al mínimo y probablemente dejarlos sólo en funciones
metodológicas, descentralizando la administración y
municipalizando todas las decisiones posibles. Las ramas y
aparatos no productivos que deberán funcionar de todas formas,
tendrán que readecuarse a nuevos presupuestos, reajustar su
personal, optimizar sus recursos y tendrán que agenciarse otras
formas de financiamiento y mecanismos de recaudación. La
municipalización de los presupuestos debe jugar un papel
determinante en esto; así como la vinculación a importantes
centros de producción y servicios de círculos Infantiles,
escuelas específicas de enseñanza técnica, el médico de los
trabajadores y otras prestaciones comunales, que los financien
de forma autogestionaria. Estas experiencias se dieron en Cuba,
pero el centralismo burocrático las desapareció en la medida en
que el estado fue creando su poder “independiente”.
Igual, las Milicias obreras, campesinas y estudiantiles, podrían
encargarse de la seguridad y defensa de los centros y áreas
respectivas, si la gente tuviera sentido de pertenencia.
Entonces nadie desviaría recursos y no harían falta caros y
especializados cuerpos de vigilancia de los “bienes del estado”,
que se contratan bajo la filosofía de protección a cambio de
salario.
La Revolución se pierde o se gana, según sigamos la filosofía
económica del viejo socialismo burocrático basado en la
propiedad estatal, el trabajo asalariado y la centralización de
la acumulación, el mercado y la planificación que lo lleva a
hacer cualquier cambalache mercantil, obligado por sus
contradicciones sistémicas, a fin de “tener más para controlar,
hacer sus planes y repartir paternalmente”, vía por la cual
“terminamos en brazos” de nuestro enemigo; o avancemos a las
nuevas relaciones socialistas de producción cooperativas, hacia
el triunfo del trabajo sobre el capital. Cuba, como ningún otro
país del mundo, está en condiciones, para abrir el camino del
nuevo socialismo a partir del abandono progresivo del trabajo
asalariado y la introducción de la autogestión socialista (con
sus formas de propiedad cooperativa, autogestionada y
cogestionada entre el estado y los trabajadores), la
descentralización de la actividad mercantil y la acumulación, y
la planificación democrática, por el hecho de haber logrado
nacionalizar la tierra (90 %) y todos los medios de producción
fundamentales.
Algunos, con tal de obstaculizar el desarrollo de la Autogestión
Socialista, la acusan diversionistamente de promover el
capitalismo sin argumentación ni base alguna, haciendo creer que
las “cooperativas son propiedad privada y compiten en un mercado
capitalista”. Pero en las nuevas condiciones, ni una, ni la otra
cosa según Marx: ya ha sido bien explicado en otros artículos y
ensayos. Entiéndase que la gran mayoría de este pueblo no admite
la explotación capitalista…ni en su disfraz estatal. La gente
que no quiere trabajar lo dice claro: “no trabajo por un
salario, menos si no resuelve mis problemas, quiero que me dejen
trabajar para mí”. Una mala lectura de ese fraseo popular, en la
que coinciden las extremas derecha e izquierda, es que la gente
quiere capitalismo o son vagos. Una interpretación
revolucionaria es que rechazan ser explotados y quieren
autogestión. La parte corrupta de la clase burocrática que se ha
ido conformando, hará todo lo posible por obstaculizar la
Autogestión Socialista, al igual que el Imperialismo y la
contrarrevolución quienes saben que allí, donde exista, sólo
pueden entrar después de arrasar, si lo logran. Próximamente se
publicará Socialismo y Mercado, para tratar de ayudar a
esclarecer el inevitable y necesario papel transitorio del
mercado en el socialismo.
La Autogestión Socialista, empresarial y social, que permitiría
a los trabajadores sentirse verdaderos dueños de su destino, de
sus fábricas, de sus centros de servicios, sería la garantía de
la irreversibilidad de la Revolución y de la lucha de los
trabajadores por su victoria ante cualquier intento, por
cualquier vía, de apoderarse de nuestras tierras, de nuestros
medios de producción, de nuestra patria y de restaurar el
capitalismo anexionista. Pero eso, no lo lograrán ni por las
malas, ni confundiendo. Marx fue muy claro: ¡Abajo el trabajo
asalariado!
Socialismo por la vida.
La Habana, 20 mayo de 2008.
1) C. Marx. El Capital. T-III. Capítulo LI. Relaciones de
distribución y relaciones de producción. Editorial de Ciencias
Sociales. La Habana 1973.
2) C. Marx. Crítica al Programa de Gotha. O.E, en tres Tomos, T-III,
Editorial Progreso, Moscú 1974,
3) C. Marx. Salario, Precio y Ganancia. O.E. en tres tomos. Tomo
II. Editorial Progreso. Moscú 1973.
4) Radulfo Páez. Ley económica que lleva al hundimiento al
“socialismo estatal”. Publicado en kaosenlared.net.
Artículos relacionados en
http://www.kaosenlared.net/rss/kaos_colaboradores_195.xml
http://www.oocities.org/es/amigos_pedroc/index.html
http://analitica.com/va/internacionales/opinion/8777149.asp
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Un tema y dos visiones BOLIVIA: DISTURBIOS EN DOS MUNICIPIOS, RIESGO
REFERENDO LA PAZ, 1 (ANSA) - Los disturbios en las poblaciones bolivianas de Yucumo y
Rurrenabaque, donde grupos contrarios al referendo autonomista quemaron
material electoral, pueden provocar la suspensión de la votación en esos
municipios rurales de Beni.
Según la agencia católica Fides, grupos oficialistas decomisaron el material
enviado por la corte electoral a Yucumo y golpearon al alcalde de ese pueblo
ganadero ubicado 300 kilómetros al oeste de Trinidad.
Los colonizadores denunciaron que la golpiza al alcalde, militante de Poder
Democrático Social (Podemos), fue "porque salió en actitud provocativa a dar
vueltas por la plaza de Yucumo y a reírse de la gente", informó la agencia.
Hubo también actos de violencia y quema de ánforas en Rurrenabaque, un
municipio vecino a Yucumo, ambos sobre la frontera de Beni con el
departamento La Paz.
Los colonizadores de esas regiones habían anunciado su rechazo al referendo
sobre el estatuto autonómico de ese departamento, porque consideran que sólo
representa el interés de los ganaderos de esa región amazónica.
La votación en la localidad de Filadelfia, en Pando, está suspendida tras
los enfrentamientos de la madrugada cuando grupos de colonizadores quemaron
ánforas e impidieron la instalación de los centros de votación. JMG
01/06/2008 15:32
-------------------- Referendos autonómicos arrancan en Bolivia marcados por la violencia
La Paz, 1 jun (PL) Los referendos autonómicos en los departamentos
bolivianos de Beni y Pando se desarrollarán hoy signados por los
enfrentamientos violentos y las sospechas de numerosas irregularidades en
los resultados.
ONU preocupada por violencia en referendos autonómicos en Bolivia
Gobierno boliviano desconoce resultados de referendos autonómicos
Bolivia convertida en víctima de criminales extranjeros
Muchos especialistas consideran que ambas consultas serán un calco de la
celebrada el pasado 4 de mayo en Santa Cruz, donde el abstencionismo, las
confrontaciones y los hechos de fraudes constituyeron los componentes
dominantes.
Aunque en los cierres de campaña los prefectos Ernesto Suárez (Beni) y
Leopoldo Fernández (Pando) pronosticaron una jornada democrática para este
domingo, existen numerosos elementos que ponen en entredicho ese vaticinio.
La reticencia de sectores afines al gobernante Movimiento al Socialismo
(MAS) a participar en esos comicios demuestran un significativo rechazo a
los estatutos autonómicos propuestos por los líderes departamentales.
Los disturbios más enconados ocurrieron en el municipio de Filadelfia, en
Pando, donde defensores del plebiscito intentaron sobrepasar el bloqueo a
una vía impuesto por campesinos partidarios del presidente Evo Morales,
quienes reivindicaban su inclusión en el texto autonómico.
Hasta el momento los enfrentamientos acontecidos en esa comunidad reportaron
una cifra superior a los 20 heridos, mientras algunos especialistas esperan
una escalada de esa situación durante en las próximas horas.
Otro de los argumentos que cuestiona el planteamiento de los prefectos es la
desconfianza existente sobre la legitimidad de los resultados.
En declaraciones a Prensa Latina, la delegada presidencial en Pando, Nancy
Texeira, denunció los casos de fraudes que se esperan este domingo a partir
de la componenda entre la Corte Departamental Electoral (CDE), dirigentes
cívicos y los observadores invitados por el prefecto Leopoldo Fernández.
La corte se está prestando para hacer campaña en favor de que la gente salga
a votar. Es una cosa que nunca se había visto. Incluso irán a las casas a
llevar papeletas. Tenemos las pruebas para demostrar que esos hechos son
reales, aseveró.
La víspera, el jefe del Ejecutivo recordó a esas autoridades departamentales
que todo referendo debe recibir el respaldo del poder legislativo.
"Cualquier referendo departamental o nacional debe ser aprobado por el
Congreso Nacional, y no pueden ser convocados por grupos", afirmó el
gobernante en una entrega de proyectos sociales, ambulancias y vehículos
para la Policía en el municipio de Yapacaní, en Santa Cruz.
Al igual que sucedió con la consulta cruceña, las de Beni y Pando fueron
declaradas ilegales por la administración de Morales y la Corte Nacional
Electoral (CNE).
lma/fmv PL-21 |
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