De/Para
los amigos que me escriben
De:
M Arencibia
Asunto: Chile. La
candidatura va en serio: “Pamela Jiles Presidenta”
Entrevista
exclusiva realizada por piensaChile a la candidata en su estadía en La
Habana.
Manuel
Cortez |
Piensa Chile | 25.02.09.- 0:05
www.kaosenlared.net/noticia/chile-candidatura-va-serio-pamela-jiles-presidenta
“No puedo
garantizar que mi candidatura no será un “destello” más porque eso
depende de ustedes, de mi pueblo, no de mí. Si me preguntas por mi
decisión, es absoluta. El principal objetivo es que Piñera no salga
elegido, lo que se logra con el mejor candidato nuestro y generando una
enorme fuerza social movilizada. Me parece que tenemos pésimos
candidatos, que no son representativos del pueblo allendista ni tienen
el carisma necesario. También estimo que no podemos seguir sacándole el
poto a la jeringa, que llegó el momento de incidir hasta donde nos den
las fuerzas para cambiar la injusta situación en que estamos
entrampados.”
Pamela eres nieta de Elena
Caffarena, de esa insigne mujer libertaria, que fue capaz de luchar por
los derechos de la mujer cuando la mayoría de ellas no se atrevía ni
siquiera a discutirle a su marido. ¿Conociste tú a Elena? ¿Qué recuerdos
tienes de ella?
Soy la nieta mayor de Elena Caffarena, su amiga más cercana, su
discípula en política y en activismo popular. La Elena fue una de las
más importantes combatientes revolucionarias de Chile, gestó un
movimiento gigantesco y transversal por los derechos ciudadanos
esenciales, logró el voto femenino, apoyó con toda su fuerza y recursos
a Allende, jamás milito en partido alguno, fue reprimida por el poder y
muchas veces menospreciada por sus propios compañeros de lucha que la
consideraban “incontrolable” porque no obedecía más órdenes que las del
pueblo. Podría hablarte horas de ese monumento de mujer que fue mi
abuela, pero prefiero decirte solamente que sin duda tuve la mejor
maestra para las tareas de hoy, incluidos los sinsabores y desprecios
que tendrá esta pelea. Ella se peinaba con esas cosas y seguía adelante
en su empeño democrátizador.
Tu padre fue un ingeniero
comunista. ¿Cómo era tu relación con él? ¿Cómo influyó en tu carácter,
en tu modo de ser?
Me cuesta hablar de mi papá, Juan Jiles Caffarena, porque su muerte
está muy reciente y no logro superar su ausencia. Te cuento sólo un
capítulo significativo: que partió a Cuba con mi mamá y una hijita
recién nacida (yo) en cuanto triunfó la revolución. Los partidos de
izquierda en Chile desconfiaban de los barbudos que se habían tomado el
poder en la isla y demoraron una década en apoyarlos, pero mi papá
consideró que debía ir de inmediato a aportar todo lo posible a esa
tarea internacionalista en cuanto Fidel entró a La Habana. Allá fue
miliciano, alfabetizó a prostitutas y guajiros, entregó su talento
profesional como ingeniero, pasó hambre y zozobras junto con los
cubanos. Mirado desde ahora, me parece muy hermoso el tremendo grado de
locura que tuvieron mis padres al partir con una guagua de un mes a
solidarizar con un pueblo hermano. Cada día necesito de mi papá, de sus
manos protectoras y su consejo, pero intento no defraudar lo que él
esperaba de mí: que viviera luchando por la justicia.
Te declaras allendista.
Hablas del "pueblo Allendista". ¿Cómo viviste el 11 de septiembre?
Yo tenía doce años y a pesar de lo niña que era tuve la suerte de
formar parte activa en el proceso social que se vivió esos tres años de
gobierno popular. El día del Golpe nos atrincheramos en mi colegio, el
Manuel de Salas, con otros veinte compañeros secundarios para defender
el gobierno de Allende. Teníamos unos cuantos palos, diez molotov,
juntamos piedras y nos preparamos para resistir cuando llegaran los
golpistas a tomarse el colegio. Éramos una tropa de cabros chicos pero
estábamos comprometidos con Allende… Bueno, no sirvió de mucho frente a
un enemigo tan poderoso. Escuchamos por radio el bombardeo a La Moneda y
lloramos todos juntos, abrazados, con la muerte del compañero
presidente. Como a las cinco de la tarde, cuando ya estaba declarado el
estado de sitio y el toque de queda, apareció mi papá que se subió por
unas paredes y nos sacó a todos de ahí. Fueron horas de desconcierto y
mucha pena. Nuestras vidas habían sido quebradas irremisiblemente.
¿Por qué desaparecieron, a
tu juicio, publicaciones como Apsi, Análisis, Fortin Mapocho, etc. que
habían resistido todas las embestidas de la dictadura, incluido el
asesinato de periodistas?
Porque los sucesivos gobiernos de la concertación se encargaron de
que así fuera. Es necesario recordar que Aylwin, Freí, Lagos y Bachelet
encabezaron regímenes de centro-derecha y profundizaron el modelo
neoliberal en el que no cabe la prensa libre ni el pensamiento crítico.
Por ahí dijiste hace un
tiempo que para ti "Lo fundamental es que estamos vivos". Salimos de la
dictadura con un movimiento popular muy aguerrido, organizado a nivel de
base, tan fuerte que fue capaz de paralizar el país en más de una
ocasión. ¿Dónde está ese movimiento? ¿Por qué desapareció?
Fueron millones los que lucharon exponiendo sus vidas durante la
dictadura, aquellos que salieron a las calles e hicieron todo lo que se
les pidió, enormes y heroicos sacrificios, los que creyeron la promesa
de “la alegría ya viene”. La Concertación se instaló sobre los cadáveres
de nuestros mejores hermanos, se pasaron por el forro nuestros sueños,
desarmaron deliberadamente las organizaciones de base, atomizaron a los
partidos obreros hasta convertirlos en meras agencias de empleos, han
renegado de los ideales de Allende y reservaron la alegría para su
camarilla de pelafustanes. No vino la alegría y hoy somos miles los que
nos sentimos estafados con esa consigna, fuimos miles los “jiles” que
pusimos a Judas en el poder. Somos miles los “jiles” que entregamos todo
el sacrificio y fuimos olvidados por una casta traidora. Somos miles y
miles y miles los “jiles” que estamos llenos de rabia y estupor. Nuestro
partido es sin duda el más grande de Chile. Todos somos Jiles… y estamos
de vuelta para hacernos escuchar.
¿Por qué, con todo tu
historial de lucha, claramente político, te fuiste a meter al mundo de
la farándula? ¿No te diste cuenta que ese no era otra cosa que un circo,
sin ningún efecto real en la búsqueda de cambios positivos para la
democracia en nuestro país?
La verdad es que no reniego de esa experiencia en el planeta
farándula. Llegué allí arrinconada por mi compromiso político, cuando me
despidieron de todas partes por ser el único rostro del “Juntos
Podíamos”. En ese momento, Piñera intentó quedar como rey ante el
público ofreciéndome un rincón perdido en el más desprestigiado espacio
de la televisión. Yo estoy convencida de que en nuestra lucha no hay
que despreciar ningún espacio de disputa ideológica. Creo firmemente,
como el Subcomandante Marcos que “sin televisión no hay revolución”.
Para mí era muy frustrante que, con mi trayectoria profesional, no se me
diera un lugar más digno en televisión. Pero resulta que esa misma
frustración la sufren todos mis hermanos en esta lucha y hay que arar
con los bueyes que se tienen, así que me consagré durante tres complejos
años a aportar desde ese ominoso rincón: me erigí en un contra-modelo
televisivo, una mujer pensante, crítica, de las que no ponen en pantalla
por ningún motivo, una pulga en el oído para el establishment, pude
mostrar otra forma de ser ciudadano, una manera de ser periodista
inaceptable para los que detentan el poder. Y, lo más importante de
todo, mantuve una sintonía diaria con mi pueblo, con los olvidados,
intentando representar su voz y su sentir en ese espacio catódico, tan
ajeno y degradado.
Es más, probablemente sin ese
paso farandulero no tendría hoy el reconocimiento y el cariño de las
miles de personas que esperan de mí que los represente y confían en que
no los traicionaré.
Pamela, tu declaración
anunciando que vas como candidata a presidenta, pilló por sorpresa a
casi todo el mundo. Hasta ahora muchos piensan que esta declaración no
más que una humorada tuya. Lo que ocurre es que en estos 18 años de
democracia hemos visto tantas candidaturas "destellos", "chispazos", que
pensábamos que esta era otra más de esas. Lo que nos induce a pensar así
es que en una entrevista que te hizo y que publicó El Ciudadano se lee
claramente como titular: "El mejor chiste de Pamela Jiles: candidata a
la Presidencia". Pero tú dices que no es una broma, que esta decisión
tuya es verdadera. ¿Por qué este paso a la política dirigente? ¿Por qué
candidata a la presidencia? ¿Por qué no buscar un escaño en el
parlamento?
No puedo garantizar que mi candidatura no será un “destello” más
porque eso depende de ustedes, de mi pueblo, no de mí. Si me preguntas
por mi decisión, es absoluta. El principal objetivo es que Piñera no
salga elegido, lo que se logra con el mejor candidato nuestro y
generando una enorme fuerza social movilizada. Me parece que tenemos
pésimos candidatos, que no son representativos del pueblo allendista ni
tienen el carisma necesario. También estimo que no podemos seguir
sacándole el poto a la jeringa, que llegó el momento de incidir hasta
donde nos den las fuerzas para cambiar la injusta situación en que
estamos entrampados. No podemos continuar cautivos, votando por el mal
menor, ajenos al protagonismo que nos corresponde. El movimiento popular
chileno debe dar un paso definitivo ahora y yo tengo un rol que cumplir
en ese proceso porque ocurre que soy conocida en todo Chile como una
luchadora inclaudicable y tengo un capital de cariño popular que será
convocante y nucleador.
Yo creo firmemente que una
persona decidida puede hacer la diferencia. De ustedes dependerá avanzar
conmigo y transformarnos en una fuerza tan grande que tengan que
escucharnos.
Un lector nuestro escribió
en su comentario a tu artículo: "somos millones: 4 que no están
inscritos, otro millón fuera de Chile, 2 que no van a votar y 1millón
que vota blanco o anula el voto". Con ello dice que los que no están
participando –por la razón que sea- en el juego político del país son ya
la mayoría del país. ¿Ves en esta masiva ausencia un peligro para la
democracia?
Depende de cómo la manejemos y que hagamos con esa materia humana.
Los que no se inscriben, los que se abstienen o votan blanco o nulo, los
que están fuera de Chile, no participan del juego político de la manera
obediente que la clase dominante les exige. Están proclamando su
disconformidad, una posición política. Es decir, somos un partido, el
partido de los “Jiles” que repudian esta sopa de caca, el partido más
grande del país, más de ocho millones de personas. ¿Qué pasaría por
ejemplo si un número significativo de ciudadanos acude a la primera
vuelta y escribe “Jiles” en su voto? ¿No cambiaría el cuadro político de
manera determinante? ¿Y si los compatriotas que están fuera de Chile
impedidos de votar por este sistema antidemocrático, tapan los medios de
comunicación con cartas en que adhieren al “jilismo”? ¿Y si los jóvenes
que no se inscriben porque no les interesa participar de esta farsa se
autoconvocan para pintar las paredes de sus ciudades con mi nombre? ¿Y
si ellos mismos corean un canto, un grito libertario y levantan mi
bandera? Me parece que algo así iniciaría una etapa nueva y distinta,
nos sacaría del callejón sin salida en que nos han atrapado.
Tú sabes que el
emputecimiento de la gente es grande. Son millones los que no quieren a
Piñera, pero están hartos de ser chantajeados por la Consternación, pero
no encuentran alternativas, pues se sabe que el PC finalmente apoyará a
la concertación a cambio de un par de escaños en el parlamento, pero sin
exigir el fin del sistema binominal. Para esos cientos de miles, para
esos millones que hoy no participan ¿Sabes qué puedes ser una esperanza?
¿Sabes qué puedes convertirte en una fuerza enorme? ¿Te das cuenta de la
responsabilidad que eso significa?
Me doy perfecta cuenta, estoy absolutamente preparada para esa
responsabilidad y no voy a traicionar a mi pueblo jamás. También estoy
conciente de que vendrán campañas de desprestigio incluso de quienes
deberían tener un respeto fraternal por nuestra postura, que deberé
soportar más marginación y ningunéo del que ya he sufrido, que no va a
ser gratis ni fácil esta batalla. Yo sé que esto tendrá costos
personales altísimos, pero lo único bueno de haber sido tantas veces
derrotado es que ya nos quitaron todo…, nos burlaron y nos chantajearon
tantas veces que ya no tenemos nada que perder. Lo que venga es
ganancia, compañeros. Así que me sacarán muerta de esta aventura, pero
yo seguiré adelante hasta el triunfo.
¿Cómo te explicas que
Arrate, uno de los precursores de la Renovación, descubra hoy que la
concertación no es la alternativa adecuada para Chile y se esté
candidateando a presidente?
Estos días en La Habana estuve conversando con Jorge Arrate. El es
una persona a quien conozco desde hace muchos años, un hombre formado e
inteligente… pero necesita pega. Se renovó en Chantilly, sirvió a la
Concertación hasta hace pocos meses, estuvo comiendo y chupando en
Buenos Aires como embajador, hasta que perdió poder en el partido
socialista y se quedó sin remuneración funcionaria. Y claro, es muy
funcional al objetivo de pactar con la Concertación uno o dos miserables
cupitos parlamentarios. Para eso Arrate cae como anillo al dedo. El
único pequeño detalle es que el pueblo allendista lo ve como un hombre
ajeno a nuestra cultura y nuestros principios, alguien que no nos
representa y a quien la gente no le perdonará sus bamboleos políticos,
lo que lo convierta en un pésimo candidato.
Queremos que nos expliques
algunas afirmaciones que haces en tu "Credo gubernamental": Tú escribes allí: "Creo en
el socialismo, como Salvador Allende" ¿Por qué crees en el socialismo? Y
¿Por qué "como Salvador Allende"?
Porque no creo en el socialismo que proclaman Escalona, Bachelet,
Lagos, Altamirano y Arrate. El ideal de justicia social al que aspiramos
lo definió muy bien el compañero Allende, debe tener concordancia con
nuestra identidad de chilenos, con nuestro extraño sentido del humor,
nuestra particular manera de ver el mundo, nuestra picardía, nuestra
historia secreta que prevalece sobre la oficial. La revolución chilena
tuvo su primera patita en el gobierno popular, allí aprendimos muchas
cosas, como que el tema militar debe ocupar una de nuestras principales
líneas de trabajo y la importancia de generar medios de comunicación
propios de alcance nacional. Estimo que estamos entrando en un período
lleno de posibilidades, en que el mundo se va a caer a pedazos y
tendremos que generar ideología para ser vanguardia del movimiento
popular. Tengo la impresión de que la experiencia acumulada en la
oscuridad de estos últimos treinta años se está poniendo en movimiento
con una rapidez asombrosa. Mientras las dirigencias de la izquierda se
entregan de piernas abiertas a la centro-derecha, el descontento popular
está buscando caminos originales, impensados, para abrirse paso.
Escribes "Creo en la lucha
de clases, como el trabajador forestal Rodrigo Cisternas Fernández,
muerto a tiros y en cámara, por carabineros, en el frontis de Celulosa
Arauco y Constitución, Celco". ¿No te sientes entrando en Jurasic Park
cuando vuelves a hablar de "lucha de clases"? ¿Entenderá esto la 'Señora
Juanita'?
Me suenan jurásicos términos
como “regulación económica”, “chorreo”, “privatizaciones”, “afp”,
“flexibilidad laboral”, “emprendedores”, “libre iniciativa privada”,
“incentivos”. Esos son conceptos inservibles, mentirosos y superados por
la historia. La señora Juanita no es más que una caricatura fascistoide
de las mujeres pobres de nuestro país, que no son como las pintan y que
están curcas de que las traten como taradas, como que fueran limítrofes,
de manera paternalista y obtusa. A las mujeres de este país no les
vienen con cuentos, a ellas debemos preguntarles cómo cresta se hacen
las cosas, de qué manera se sobrevive con doscientas lucas al mes, cómo
se trabaja en política, qué país quieren construir. Porque ellas son las
protagonistas de esta historia, no los que van a bajarles la línea antes
de cada elección. Las mujeres chilenas saben que la lucha de clases es
el pan de cada día, un concepto tremendamente moderno que está en las
sábanas que cuelgan en los patios, en los mocos de sus cabros chicos, en
el festival de viña, en la escuela que se desarma por descuido de la
autoridad, en Gigantes con Vivi, en el alcoholismo de su marido, en el
matinal de TVN y en la sacada de cresta de su yerno a su hija. La lucha
de clases está en todas partes, más vigente que nunca, y
desgraciadamente estará aún más vigente a mediados del año en curso
cuando se multipliquen los cierres de fábricas, los despidos de miles de
trabajadores, la carestía de alimentos, la falta de parafina, los
muertos en las salas de espera de los consultorios, las guaguas que no
pueden respirar por la polución ambiental con la que nos asesinan
lentamente, el insensible abuso de los patrones y el caraderajismo de la
clase dominante. Lo único que cabe con la lucha de clases omnipresente
es decidir en que bando estamos, con quién vamos a luchar.
Afirmas "Creo en los
movimientos reivindicativos, como la dirigente de la revolución
pingüina, María Jesús Sanhueza" ¿Por qué la concertación abandonó los
movimientos reinvindicativos? ¿De que forma te imaginas que esos
movimientos reinvindicativos podrían ser incluidos en tu gobierno o
estás pensando permanecer sólo en la oposición?
Primero, estoy lista para cruzarme la banda presidencial mañana
mismo. Te aseguró que es imposible hacerlo peor que Lagos y Bachelet.
Segundo, lo más triste de lo
que planteas es que la María Jesús fue dejada de lado, apartada por sus
propios dirigentes políticos. Les resultó muy revoltosa para las
transacciones que planean. Ella no se entregó a una negociación
fraudulenta, así que la despreciaron como a un papel viejo. Eso es lo
que pasa con nuestros jóvenes que tienen condiciones de liderazgo, que
los viejos anquilosados de las cúpulas partidarias se deshacen de ellos
para que no les hagan sombra. Yo creo que la María Jesús es una muchacha
fascinante, chora, valiente, informada, inteligente, jugada,
carismática, y además hermosa. Representa lo mejor de nuestra gente. Me
parece que ella sería una estupenda ministra de Educación Pública… y
para el que lo encuentre exagerado, afirmo que la María Jesús Sanhueza
sería un lujo de ministra comparada con los bodrios de Bitar, Yasna
Provoste y Mónica Jiménez, qué duda cabe.
Declaras: "Creo en la
nacionalización de los medios de producción, como Radomiro Tomic". Esta
es una declaración importante y definitoria, pero, una de las críticas
más duras a los candidatos es que debaten entre ellos con frases y
clichés que no dicen nada. Nadie ofrece un programa, para que sus
electores sepan a quien eligen. Parten del principio 'Quién no ofrece
nada concreto, no puede ser acusado más tarde de no cumplir'. Por ello
te preguntamos ¿Cuál es tu programa de gobierno? ¿Ya lo tienes? Si no
lo tienes ¿Cómo, cuándo y con quién lo vas a armar?
El programa de gobierno lo construye la gente, no se le impone desde
la superestructura. En eso estamos. Me parece que habrá acuerdo en
algunas de las cosas que propongo, como la aplicación de un treinta por
ciento de impuesto a la riqueza y la transferencia del diez por ciento
del cobre –que hoy se le entrega a las fuerzas armadas- hacia la
educación pública, abolir la constitución pinochetista y darnos otra
democrática, aprobada por plebiscito, estatizar los fondos de pensiones,
fin del IVA a los alimentos y los libros, degradar públicamente a los
oficiales y funcionarios que han robado, e implementar subsidios
importantes a quienes reconviertan la energía de sus hogares y fábricas
a combustible renovable.
Tú escribes "Denuncio la
explotación de la mano de obra asalariada, como el obispo Goic". Hasta
los informes de organismos internacionales denuncian la brutal
diferencia de ingresos que existe en nuestro país. Incluso la iglesia ha
denunciado esto, exigiendo que al menos se pague un sueldo digno, ni
siquiera un sueldo justo. Hay mucho que hablan de que se está creando
una bomba de tiempo y que ya se acercan estallidos sociales ¿Como
enfrentaría este gigantesco problema tu gobierno?
Tengo unas cuantas ideas de cómo enfrentar ese tema. En realidad
tengo cientos de ideas, pero me parece que no hay que poner la carreta
delante de los bueyes. Lo que requerimos en primer término es reactivar
el movimiento popular chileno y para eso es necesario abrir un espacio
de expresión lo más amplio posible a la gente, que sea el pueblo el que
genere creativamente las soluciones para nuestros problemas y construya
un programa de gobierno. Hasta ahora hemos tenido sólo líderes
verticalistas que imponen sus medidas –casi siempre pésimas- sentándose
en la experiencia de nuestra clase obrera, de nuestros asalariados, de
las personas que realmente construyen la patria. Otros países hermanos
de América latina han avanzado en nuevas formas de operar en política
muy interesantes, en que los ciudadanos se toman el poder
organizadamente y resuelven sus problemas de una manera democrática. A
mí me interesa representar lo que las personas quieren hacer, no lo que
a mí se me ocurre en mi casa. Para eso hay que escuchar, lo que nadie
hace. Hay que ponerse a disposición. Hay que ser un soldado más de un
ejército gigantesco. Hay que darle voz a los excluidos. La izquierda
tiene que reconstituirse sobre bases muy diferente a las que mantiene
porque el mundo cambió y las nuevas generaciones piensan y viven de otro
modo. Tenemos que incentivar a la gente a salir de su modorra, a
abandonar los "Templos del Consumo" donde adormecen su frustración, a
mirar las tremendas deudas en que están metidos, a organizarse a nivel
de barrio, de Junta de Vecinos, de Colegio, de fábrica, de Universidad,
volver a su condición de "bípedos" y reclamar lo que les pertenece. Está
claro que la meta no puede ser ganar la elección en diciembre, pero sí
creo que podemos reorganizar a los millones que viven de un miserable
sueldo y con esa fuerza seguir adelante. De ese movimiento surgirán
nuevos líderes, nuestros jóvenes asumirán su tarea porque tendrán la
fuerza para oponerse a los que hoy los sojuzgan. Podemos recuperar ese
sueño de Chile que nos legó Allende, la quimera de Recabarren y la
Violeta y la Mistral. Sólo cuando lo hayamos conseguido podremos
descansar un momento.
En medio de la crisis
mundial, los países desarrollados toman medidas y, entre otras, aceleran
el paso en el desarrollo de capacidades para el manejo y el desarrollo
de tecnología. Todo ellos dicen que sólo subsistirán las economías que
sean capaces de adaptar sus industrias, optimizar el consumo de energía,
reutilizar todos los desechos, etc. para esto es clave la buena
organización de la educación. ¿Qué haría tu gobierno en este campo?
Hace poquito rato Fukuyama afirmaba que había llegado “el fin de la
historia" con la victoria definitiva y eterna del mercado. Hoy el
capitalismo se cae a pedazos, quedó claro que el sistema neoliberal no
servía para nada, no fue capaz de solucionar ninguno de los problemas
humanos y nos sumió a todos en la mierda más hedionda y espesa. La
Concertación firmó un TLC con Bush, le regaló nuestras riquezas
pesqueras a los japoneses, nuestras empresas energéticas a los
españoles, nuestro cobre a los gringos. Hemos visto cómo las empresas
forestales han desertificado nuestros bosques, con los pinos y los
eucaliptus que se chupan toda el agua y que después viajan a China,
desde donde a cambio nos llega plástico de cuarta categoría. Hemos
soportado que asesinen a nuestros cisnes de cuello negro. Uno de esos
hermosos y nobles animales vale más que cien Piñeras. Los barrios en que
viven los chilenos son sitios eriazos que podrían transformarse en
bellos huertos comunales, poblados por flores, árboles, chanchitos de
tierra y colibríes. Bueno, tendremos que nacionalizar nuestras riquezas
básicas, volver a adueñarnos de nuestro país, trabajar para alimentar a
nuestros hijos y no a las trasnacionales. Educar, educar, educar, y
aprender los unos de los otros.
Ofreces vías para enfrentar
la situación en que estamos: "Capearemos la crisis con un tratamiento de
shock: nacionalización del cobre, impuesto del treinta por ciento a la
riqueza y transferencia del financiamiento de las Fuerzas Armadas hacia
la educación pública". ¿Crees realmente que esas medidas sean viables?
Sí, por supuesto. Tenemos un caudal enorme de emputecimiento, que
significa mucha fuerza cuando se organiza. Son millones los “jiles” que
no quieren a Piñera, son millones los “jiles” que están hartos de ser
chantajeados por la Concertación. Lo único que cabe es llevar el mejor
candidato de la izquierda en diciembre, un líder que pertenezca a
nuestra cultura, que haya vivido nuestra derrotas y nuestros
sufrimientos, o sea yo, con un Programa construido por el pueblo
allendista, acumular toda la fuerza disponible y sobre esa base
enfrentar la segunda vuelta electoral, imponiendo nuestra política con
la magnitud de los votos obtenidos en la primera vuelta, que por
supuesto no se reduce a dos miserables escaños parlamentarios negociados
entre cuatro paredes y a espaldas del pueblo.
Tu has dicho que la tuya es
"… una candidatura sin plata, sin padrinos, sin publicidad, sin manos
negras, sin santos en la corte, sin negociaciones de la cartilla
parlamentaria, sin pactos por omisión…
“Jiles presidenta!!!” es una candidatura cuyo principal objetivo es
generar poder popular de una vez por todas. Aquí no hay partidos ni
organizaciones detrás. Le pertenece a todos los que quieran participar
y asuma la iniciativa que prefieran. Es un tipo de trabajo político que
no se ha hecho antes, ni en estilo ni en tono. Saquémonos de la cabeza
la idea del proscenio y el discurso, de la verticalidad, de unos señores
profesionales de la burocracia que nos dicen para donde tenemos que ir y
cómo vamos a votar. Justamente intento que nos sacudamos de ese lastre,
porque salimos de la dictadura con todos los muertos y dolores que
sabemos, pero lo peor estaba por venir: el deliberado intento de
desmantelar el movimiento popular, de reducir a su mínima expresión la
actividad ciudadana, que había sido capaz de derrotar a la dictadura
pero que no tuvo ninguna participación en los veinte años siguientes.
Ese es el mayor crimen de la Concertación. Ahora ellos son la nueva
clase empresarial, que negocia y se reparte la torta con la antigua
oligarquía. Todo intento de revivir el movimiento popular es apagado con
amenazas, chantajes y hasta con el plomo de las metrallas. No hay pues
tarea más urgente que revivir ese movimiento, despertar a la ciudadanía
para que luche por el respeto de sus derechos. Es difícil pero nuestra
rabia se convertirá en acciones. Poner en pie ese movimiento social
cambiará las condiciones políticas del país. La gente simple volverá a
sentir su propia fuerza cuando salga a la calle y exija, junto a otros
miles, y no se deje chantajear.
Pamela ¿Que otra pregunta te
gustaría agregar?
Creo necesario, urgente, ocuparnos de manera intensa de la cultura y
los medios de comunicación. Propongo limitar las parrillas programáticas
de los canales de televisión y de las radios a un máximo de cuarenta por
ciento de contenidos no producidos ni grabados en Chile. Con esta
restricción legal, se protege a los artista y creadores, se fomenta la
producción de obras nacionales, se da la posibilidad de nuevos espacios
para difundir la cultura chilena. Y la televisión pública debe dejar de
ser patrimonio del fascismo, queremos vernos reflejados en esa pantalla
que nos pertenece a todos, debe ser un medio de información y educación
para las capas populares y los creadores de este país. Ustedes tienen la
palabra. El que sea valiente, que me siga.
Pamela, por la alegría de nuestra gente, por el respeto de sus
derechos, por el fortalecimiento de la democracia, por el respeto a la
memoria de nuestros mártires, por el futuro de nuestro país, te
deseamos el mayor de los éxitos en esta campaña que inicias. Muchas
gracias por tu tiempo. |