EL
TABLÓN: El artículo de hoy
Entrevista con Alan Woods: La vigencia plena del marxismo
Dax Toscano Segovia
México D.F. fue sede de la
Primera Escuela Marxista Panamericana, la misma que se desarrolló del 27 de
febrero al dos de marzo de 2009, evento que fue organizado por la Corriente
Marxista Internacional. Esta escuela fue un espacio destinado a la discusión, al
debate, a la crítica y a la elaboración de propuestas revolucionarias para
hacerle frente al capitalismo y lograr la construcción de una sociedad nueva,
más justa y más humana: el socialismo.
Lejos de ser un seminario en el cual un grupo de intelectuales y académicos,
haciendo gala de sus conocimientos, de su erudición y de su sabiduría, hayan
realizado la exposición formal de sus ponencias, fue una escuela en la cual
jóvenes y viejos militantes revolucionarios, estudiantes y trabajadores de
distintos lugares del mundo, implicados profundamente en la lucha en defensa de
las ideas del marxismo revolucionario y del socialismo, hicieron, como diría
Lenin, un análisis concreto de la realidad concreta, con la profundidad que
adquieren quienes están vinculados directamente con el movimiento real de la
lucha de clases entre los explotados y los explotadores. La Escuela Marxista
Panamericana contó con la participación de Alan Woods, fundador, junto con Ted
Grant, de la tendencia Militant y actualmente dirigente de la Corriente Marxista
Internacional. Alan es autor de diversos artículos, ensayos y libros en los
cuales hace con su amigo y camarada Ted una profunda defensa de las tradiciones
revolucionarias que dejó como enseñanza la Revolución Bolchevique, así como de
las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky y, en consecuencia, del método del
materialismo histórico-dialéctico. Con Alan, en un momento de su apretado
tiempo, se pudo conversar sobre diversos temas relacionados con el pensamiento
marxista, los ataques de sus detractores y la necesidad de llevar adelante la
lucha por el triunfo del socialismo frente al oprobioso sistema capitalista.
1. Lo obsoleto es el capitalismo y las ideas de sus defensores:
Tras la caída del muro de Berlín y la implosión de la ex Unión Soviética, los
ataques contra el pensamiento marxista recrudecieron. En muchos centros
académicos los defensores del marxismo revolucionario han sido calificados como
obsoletos, anacrónicos o dinosaúricos. Frente a esto Alan Woods señala que lo
que es obsoleto es el capitalismo. Alan explica cómo a raíz del colapso de la
URSS, se dio pie a una contraofensiva ideológica sin precedentes por parte de la
burguesía para atacar al marxismo y al socialismo. Esto, dice el marxista galés,
se convirtió además en una industria, en un negocio rentable. El autor de Razón
y Revolución explica que lo que fracasó hace veinte años no fue el socialismo en
el sentido entendido por Marx, Engels, Lenin o Trotsky, sino una caricatura
burocrática y totalitaria del socialismo que fue el stalinismo. Esto causó un
gran impacto y, en ese momento, la burguesía y sus defensores se pusieron
eufóricos anunciando el fin del socialismo, del comunismo y del marxismo. Los
enemigos de las ideas de Marx y Engels llevan más de 150 años anunciando su
muerte. Pero ¿por qué se preocupan del marxismo si está muerto?, se pregunta
Alan Woods. No obstante esto, los ideólogos de la burguesía todos los años se
ven en la necesidad de publicar nuevos libros, artículos, tesis doctorales
demostrando que el marxismo está muerto. Para Alan esto tiene una explicación.
La clase dominante no es tonta y no gastaría su tiempo atacando ideas muertas.
La burguesía ataca ideas que son peligrosas para su clase. Pero tras 20 años
desde la caída de los regímenes del llamado “socialismo real”, todas estas
ilusiones de la burguesía y sus defensores han colapsado. Estamos presenciando
la crisis general del capitalismo prevista por Carlos Marx. Como hecho
anecdótico Alan Woods dice que el libro más vendido en Alemania es Das Kapital
(El capital), cuyas ventas se multiplicaron un 300 %, lo cual demuestra que
lejos de ser ideas obsoletas, la gente busca una explicación de la crisis del
capitalismo en las ideas científicas de Marx.
2. ¿Por qué tiene plena vigencia el marxismo?
Alan Woods plantea un reto a los lectores: acudir a las bibliotecas y buscar
cualquier libro burgués de economía política o de ciencias sociales escrito hace
150 años. Asegura que esos materiales no tendrán más que un mero interés
histórico y cero relevancia para la aplicación en el mundo moderno. No obstante,
dice el dirigente de la Corriente Marxista Internacional, en El manifiesto
comunista, escrito hace más de 150 años por Marx y Engels, se encontrará una
descripción verdadera, rigurosa y brillante no del mundo de 1848, sino del mundo
de hoy. Para ello pone dos ejemplos. El primero hace referencia a la
globalización. Ésta ha sido presentada hace 20, 30 años por los economistas
burgueses como algo novedoso. Sin embargo, la globalización fue explicada de
antemano por Marx y Engels en las páginas de El manifiesto comunista. Allí se
expone claramente como el capitalismo surge en primer lugar como un mercado
nacional para luego convertirse necesariamente en un mercado mundial, siendo
esto lo más importante de nuestra época, dice Alan Woods. Cuando Marx y Engels
escribieron esta predicción tan brillante no existía el mercado mundial
internacional, el capitalismo solo existía en Inglaterra, en Francia estaba en
sus principios y Alemania era más atrasada todavía. La segunda predicción, algo
muy polémico, que los enemigos del marxismo han calificado como errónea, es la
que se refiere a la concentración del capital. El capitalismo que empieza con
pequeñas empresas, cuando Marx explica esto en Gran Bretaña no había grandes
empresas, necesariamente producto de la competición y de las leyes del libre
mercado, resulta en un proceso de concentración de riqueza en pocas manos y de
miseria para otra parte. Cifras emitidas por la ONU señalan que más del 50 % de
la riqueza disponible está en manos del dos por ciento de la población del
mundo; 1,2 mil millones de seres humanos viven en la más absoluta miseria y de
esos, 8 millones de hombres mujeres y niños mueren todos los años por falta de
recursos económicos. Si eso no es una concentración de capital ¿qué es?,
pregunta Alan Woods. Ese proceso se ha multiplicado por diez en las últimas
décadas, hay una concentración de riqueza obscena y una concentración de miseria
no solo en América Latina, sino en Inglaterra, en EEUU donde se expresó con
mayor profundidad cuando la ciudad de Nueva Orleans fue azotada por el huracán
Katrina en el año 2005. He aquí la realidad.
3. Los ataques contra Federico Engels:
Federico Engels ha sido objeto de todo tipo de ataques que han pretendido
desmerecer su obra. Alan Woods, en su libro escrito conjuntamente con Ted Grant,
“Razón y Revolución”, explica partiendo de datos obtenidos por recientes
investigaciones científicas, la validez de las ideas de Engels y de su método de
estudio e investigación. Es una tontería como un piano, como dicen en España,
expresa Alan cuando responde a la pregunta sobre las acusaciones vertidas contra
Engels. Federico Engels era un genio, pero era un hombre modesto, tan modesto
que cuando murió dio órdenes explícitas de cremar su cadáver y echar sus cenizas
al mar porque no quería que se erigiera ningún monumento en su honor. Él estaba
a la sombra de Marx y eso no ha permitido ver su grandeza, la de un gran
revolucionario, un gran pensador, un teórico muy profundo. Acusar a Engels de
ser un positivista es una bobada que solo se escucha en las universidades, dice.
Eso es una estupidez. Alan acude a una frase del poeta alemán Friedrich Shiller
para explicar la barbaridad de esa imputación infundada: “Contra la estupidez
los propios dioses luchan en vano”. Es absurdo además expresar que sus ideas
eran sólo del siglo XIX. Esto es lógico, Engels tenía que basarse en las ideas
del siglo en el que vivió, no podía hacerlo sobre las ideas del siglo XXI,
señala irónicamente Alan Woods. Sin embargo, los escritos de Engels, sobre todo
La dialéctica de la naturaleza, no reflejan la ciencia del siglo XIX, sino que
está bastante por delante de las ideas científicas de su época. Critica
duramente las teorías de la mecánica clásica, la física de Newton, su sistema
mecanicista. Los últimos descubrimientos del siglo XX y XXI, de los últimos cien
años, han demostrado totalmente la vigencia del método de Federico Engels, que
es el método dialéctico. Alan pone como ejemplo de su aseveración a la teoría
del caos, donde se refleja la aplicación del método dialéctico. Estas no son
ideas pasadas de moda; al contrario, son ideas científicas, avanzadas.
4. ¿Por qué las ideas de Lenin y Trotsky están vigentes?
Lenin y Trotsky después de Marx y Engels fueron quienes defendieron y
desarrollaron sus ideas en el siglo XX. Son ideas maravillosas, profundas,
brillantes y totalmente vigentes. Se han dicho muchas falsificaciones acerca del
papel de Trotsky, concretamente. Hay una cierta tendencia que viene del
stalinismo, esa aberración, esa caricatura terrible del marxismo, que es
totalmente falsa de señalar que hubo un conflicto fundamental entre las ideas de
Lenin y Trotsky. La realidad es totalmente diferente, dice Alan que con Ted
Grant realizaron un magnífico libro hace más de 40 años titulado “Lenin y
Trotsky, qué defendieron realmente”, donde explican con profundidad las ideas de
estos dos revolucionarios. Alan Woods cuenta una anécdota: “En Rusia hace unos 5
años me invitaron a una célula, un grupo de base del Komsomol, organización de
la juventud comunista de educación y origen stalinista. Cuando yo entré en la
sala, un joven se me acerca y me dice en ruso ¡¿pero usted es trotskista?! A ver
si me explico, le contesté. Yo defiendo las ideas de Marx y Engels, por ende soy
marxista; después de la muerte de Marx y Engels quien defendió sus ideas yo creo
que fue Lenin, consecuentemente soy leninista; después de la muerte de Lenin
quien defendió sus ideas creo yo que fue Trotsky, consecuentemente soy
trotskista. ¿He contestado tu pregunta? ¿Puedo hacerte ahora yo una pregunta?
¿Has comprado una botella de vodka en la calle del libre mercado? En la botella
viene una etiqueta que indica que el vodka es de categoría. Pero cuando te la
bebes descubres que es cualquier cosa, menos de calidad. Hazme caso amigo, no
prestes atención a las etiquetas, si yo voy a dar una charla aquí, si te gusta
bien y si no, vamos a seguir hablando como camaradas que queremos la misma
causa, pero vamos abrir un debate no basado en calumnias, ni basado en
pioletazos, un debate honesto, democrático, amistoso entre todos los miembros de
la familia comunista”. Lo que hace falta es gente más abierta. Los nuevos
jóvenes van a descubrir en la práctica la total vigencia del marxismo y van a
descubrir que es la herramienta principal, la más potente, el arma, la palanca
más fundamental para comprender el sistema capitalista y finalmente derrocarlo y
establecer un nuevo orden social que se llame socialismo, señala Alan Woods.
5. Las cosas que Marx no avizoró y los nuevos problemas de la vida
El marxismo es un instrumento muy importante para echar luz sobre todos los
problemas que enfrenta la sociedad humana; pero no podemos esperar que el
marxismo nos ofrezca una bola de cristal o una varita mágica porque eso ya sale
de la ciencia y nos meteríamos a los terrenos místicos y religiosos, dice Alan
Woods. Eso sí, explica, esta herramienta nos ofrece un cuerpo de ideas bastante
completo, profundo que nos posibilita analizar cualquier cosa, cualquier
problema. El marxista galés explica cómo si bien es cierto que los problemas
cambian y aparecen otros nuevos, no varían tanto como se podría pensar. Y esos
problemas no sólo tienen que ver con la miseria de las masas, las guerras o el
terrorismo. Hay otros que son iguales, o tal vez más importantes, que afectan a
la persona, a la familia y que tienen que ver con la moralidad, la religión por
ejemplo. Pero ¿no fue así también en el pasado?, cuestiona Alan Woods. Si
miramos cualquier sociedad en los últimos diez mil años de lo que, correcta o
incorrectamente, se ha dado en llamar como civilización, han existido diversos
sistemas socioeconómicos como el esclavismo, el feudalismo, el capitalismo que
han nacido, crecido, madurado y han llegado a un grado de desarrollo que después
entra en declive, llegando a un tipo de techo de sus posibilidades y, entonces
aparecen en forma más abierta las contradicciones que siempre están presentes,
agravándose cada vez más, lo cual afecta a la sociedad en muchos aspectos. Una
calumnia estúpida emitida contra el marxismo es la que señala que Marx redujo
todo a lo económico. ¿Cómo es posible que alguien pueda reducir todo a lo
económico? Marx era un filósofo, la filosofía no es economía. La sociedad tiene
muchos más aspectos que tienen que ver con la religión, la poesía o el arte que
no están directamente vinculados a la economía. Lo que sí es verdad, que es una
verdad como un templo, que no admite contradicción, es que en última instancia
la viabilidad de cualquier sistema socioeconómico está determinado por la
capacidad de desarrollar las fuerzas productivas, es decir la industria, la
agricultura, la ciencia, la tecnología que son la base material, los
fundamentos, los cimientos sobre lo cual todo lo demás se desarrolla, se rige.
Cuando una sociedad llega a los límites de sus posibilidades, cuando ya no es
capaz de desarrollarse y de mejorar la situación de las personas como el sistema
capitalista, por ejemplo, eso tiene repercusiones importantes que se reflejan a
nivel psicológico, generando un ambiente general de pesimismo, una especie de
nihilismo. En Francia, en la actualidad, hay más astrólogos profesionales que
curas católicos, el ex presidente de EEUU, Ronald Reagan tenía como una de sus
asesoras a una astróloga, el misticismo ha invadido la ciencia, a nivel
intelectual eso se refleja en la mal llamada filosofía posmoderna, etc. Hoy
hablan del fin de la ideología. Antes la burguesía tenía una ideología, el
liberalismo, que fue bastante progresista. Era optimista. La burguesía estaba en
una fase ascendiente, se sentía progresista y lo era de alguna manera. Ahora, en
vez de decir la verdad, que este sistema en concreto no es capaz de seguir
avanzando, se cuestiona la posibilidad de desarrollo y progreso en general.
Todos estos son síntomas de una cultura en plena decadencia. Existe un nivel
mezquino, miserable, trivial. No hay filosofía que valga el nombre, si comparas
los productos miserables de los filósofos actuales con la filosofía gloriosa de
Hegel, de Kant. La filosofía pretende ser reducida al estudio de la
significación de palabras sueltas. Pero las grandes ideas siguen existiendo,
dice Alan Woods. Pero no son las ideas de la burguesía, sino las que anticipan
otra sociedad que si puede ofrecer a la humanidad lo que necesita y que no son
solo las que ofrecen trabajo, pan o casas. Es mucho más que eso. La Biblia dice:
no sólo de pan vive el hombre. Trotsky en su libro Problemas de la vida
cotidiana analizó temas relacionados con los problemas de los seres humanos, la
sexualidad, la moralidad por ejemplo. En esta sociedad hay un florecimiento del
crimen, de las drogas, del alcohol. ¿Por qué la juventud acude a ello? Porque
sus vidas son vacías. Cuando una sociedad entra en crisis, en declive, eso se
siente aunque la gente no lo entiende en forma racional. Se entra en una fase de
pesimismo general, de desorientación general. Frente a eso hay dos opciones: o
cierras los ojos y vuelves la mirada hacia dentro, hacia el misticismo o
intentas llegar a una comprensión racional de este mundo y sus problemas para
combatirlo o cambiarlo. La droga, el alcohol, la religión, el misticismo son
intentos para escaparse de este mundo en lugar de luchar para cambiarlo. La
única solución a la droga es revolución. Cuando la juventud comprende esa
necesidad de luchar y se le ofrece una causa que vale la pena van a olvidarse de
esos paraísos falsos, artificiales, como dice la frase del poeta francés
Baudelaire. Lamentablemente hay un sinnúmero de elementos despreciables,
reformistas que quieren sembrar la confusión, poner un muro que evite que la
juventud tenga acceso a las lecciones históricas de la revolución rusa, a las
enseñanzas del materialismo dialéctico. Es una función netamente
contrarrevolucionaria, son retrógrados intelectualmente, una bancarrota total.
Quieren aparecer como exponentes de ideas nuevas como el señor Heinz Dieterich,
ideas que realmente no ofrecen nada nuevo, que son realmente sacadas de la
prehistoria del movimiento obrero internacional, de los utópicos, ideas
premarxistas. Las ideas auténticamente nuevas, son las ideas del marxismo. El
marxismo es la filosofía del futuro.
6. Sobre Dieterich
Alan Woods, junto al nieto de León Trotsky, Esteban Volkov, realizó la
presentación de su más reciente libro “Reformismo o Revolución”. Este constituye
un material imprescindible para desenmascarar las patrañas intelectuales de
Heinz Dieterich, personaje que se jacta de científico y que con sus ideas lo que
pretende es, en forma subrepticia, atacar al pensamiento marxista y reforzar las
ideas reformistas. Alan con humor dice: este señor no llega hasta el tobillo de
un Bernstein, de un Kautsky, ellos eran genios. Charlatán es una palabra mal
sonante, Dieterich se cree un gran genio y, hoy por hoy, me quedo con una duda
razonable al respecto.
7. Humor y revolución
Mi gran amigo, camarada y maestro, Ted Grant decía que para ser un
revolucionario se necesita dos cosas: un sentido de la proporción y un sentido
del humor, manifiesta Alan Woods. Cuando más vivo, más comprendo cuán profunda
es esta idea. La idea de un intelectual como algo seco, alejado de la clase
trabajadora no corresponde a la realidad. La ironía de Sócrates tenía un gran
sentido del humor y era muy profunda, los aforismos de Heráclito son muy
divertidos. El humor es dialectico. Marx y Engels tenían un gran sentido del
humor y Lenin y Trotsky también. Marx tenía como su lema favorito: considero que
nada humano es ajeno a mí. La imagen de un intelectual metido en una torre de
mármol, aislado de la realidad, leyendo su libro, totalmente indiferente al
destino de la humanidad es precisamente la que desprestigia a la filosofía. El
revolucionario galés afirma además que la llamada filosofía posmoderna está
totalmente desprestigiada y pregunta ¿quién lo toma en serio ahora, a más de
cuatro estúpidos en las universidades? Realmente no tienen nada que ofrecer y la
gente lo sabe y si somos honestos cualquier estudiante lo sabe, cuando más
superficiales y estúpidos son, más se toman en serio, se creen Gardel. Alan
señala: para mí la filosofía es importante porque la vida, la sociedad es
importante. Todos somos partícipes en esta gran aventura para cambiar el mundo.
La filosofía debe ser una herramienta en esta lucha y como somos parte de la
raza humana, nada humano nos puede ser ajeno.
8. Saludo para la clase trabajadora ecuatoriana
La lucha del pueblo de Ecuador y sus grandes éxitos conseguidos en los últimos
tiempos son una gran fuente de inspiración, al igual que la revolución
venezolana. Estamos en una nueva época en la que los pueblos del mundo están
empezando a despertarse. En América Latina ningún burgués se encuentra estable
desde Tierra del Fuego hasta el Río Grande. La revolución ecuatoriana tiene un
papel clave en este proceso que es general. Ahora mismo a vosotros, al pueblo
del Ecuador, les corresponde estar en la primera línea del fuego. Les deseo todo
éxito en esta lucha para cambiar la sociedad y los animo a estudiar las grandes
lecciones de las grandes revoluciones del pasado, concretamente de la revolución
rusa y, como no, las ideas brillantes, hermosas profundas y necesarias de Marx,
Engels, Lenin y Trotsky.
Entrevista realizada en México D.F., a los 28 días del mes de febrero de 2009
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