EL
TABLÓN: El artículo de hoy
De la guerra infinita a la crisis infinita (II)
Atilio A. Boron • Alai
20. ¿Se derrumbará el capitalismo norteamericano?
La situación actual no es igual a la de los años treintas. Pero, más allá de
eso, hay que recordar una frase de Lenin cuando decía que “el capitalismo no se
cae si no hay una fuerza social que lo haga caer.” Y esa fuerza social hoy no
está presente en las sociedades del capitalismo metropolitano, incluido Estados
Unidos. En esa época había una disputa por la hegemonía en el seno del sistema
imperialista mundial: Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Francia y Japón
dirimían en el terreno militar su pugna por la hegemonía imperial.
21. Hoy, la hegemonía y la dominación están claramente en manos de Estados
Unidos.
a. Es el único garante del sistema capitalista a escala mundial. Si Estados
Unidos cayera desencadenaría un efecto dominó que provocaría el derrumbe de casi
todos los capitalismos metropolitanos, para ni hablar de la periferia del
sistema. Por eso, en caso de que Washington se vea amenazado por una insurgencia
popular todos acudirán a socorrerlo, porque es el sostén último del sistema y el
único que, en caso de necesidad, puede socorrer a los demás.
b. Estados Unidos es un actor irreemplazable y centro indiscutido del sistema
imperialista mundial: sólo él dispone de más de 700 misiones, enclaves y bases
militares en unos 120 países constituyen la reserva final del sistema. Si las
demás opciones fracasan, la fuerza aparecerá en todo su esplendor. Y sólo EEUU
puede desplegar sus tropas y su arsenal de guerra para mantener el orden a
escala planetaria. Es, como dijera Samuel Huntington, “el sheriff solitario”. Y
no hay otro.
c. Por otra parte, hay que recordar que este “apuntalamiento” del centro
imperialista cuenta con la invalorable colaboración de los demás socios
imperiales, o con sus competidores en el área económica e inclusive con la
mayoría de los países del Tercer Mundo, que acumulan sus reservas en dólares
estadounidenses. Ahora bien: ni China, Japón, Corea o Rusia, para hablar de los
mayores tenedores de dólares del planeta, pueden liquidar su stock en esa moneda
porque sería una movida suicida. Pero esta también es una consideración que debe
ser tomada con mucha cautela y dependerá del curso de los acontecimientos.
d. La conducta de los mercados y de los ahorristas de todo el mundo fortalece la
posición norteamericana: la crisis se profundiza, los rescates demuestran ser
insuficientes, el Dow Jones de Wall Street cae por debajo de la barrera
psicológica de los 7.000 puntos –¡descendiendo por debajo de la marca obtenida
en 1997!- y pese a ello la gente busca refugio en el dólar, ¡cayéndose las
cotizaciones del € y el oro!
21. Fidel, en “La Ley de la Selva”, decía que “La crisis actual y las medidas
brutales del gobierno de EEUU para salvarse traerán más inflación, más
devaluación de las monedas nacionales, más pérdidas dolorosas de los mercados,
menores precios para las mercancías de exportación, más intercambio desigual.
Pero traerán también a los pueblos más conocimiento de la verdad, más
conciencia, más rebeldía y más revoluciones". [8]
a. Diagnóstico este que, en líneas generales, plantea también un autor de tan
irreprochables credenciales conservadoras como Zbigniev Brzezinski. Cuando en un
reciente reportaje radial se le preguntó si creía que podría haber conflicto de
clases en Estados Unidos, respondió que “estoy preocupado porque vamos a tener
millones y millones de desocupados, mucha gente pasándola realmente muy mal. Y
esa situación estará presente por un tiempo antes de que las cosas eventualmente
mejoren. Al mismo tiempo hay una conciencia pública de la riqueza extraordinaria
que se transfirió a los bolsillos de unos pocos individuos, en niveles sin
precedentes históricos en Estados Unidos. Y yo me pregunto: ¿qué puede pasar en
esta sociedad cuando toda esa gente se quede sin trabajo, con sus familias
dañadas, cuando pierdan sus casas? … Si el Congreso no actúa habrá un conflicto
cada vez mayor entre las clases, y si la gente está desocupada y realmente
golpeada, ¡demonios, hasta podríamos llegar a tener gravísimos tumultos
sociales!” [9]
22. ¿Cuáles alternativas para los pueblos?
a. Estamos en presencia de una crisis que es mucho más que una crisis económica,
o financiera. Se trata de una crisis integral de un modelo civilizatorio que es
insostenible económicamente, por los estragos que está causando; políticamente,
porque requiere apelar cada vez más a la violencia en contra de los pueblos;
insustentable también ecológicamente, dada la destrucción, en algunos casos
irreversible, del medio ambiente; e insostenible socialmente, porque degrada la
condición humana hasta límites inimaginables y destruye la trama misma de la
vida social.
b. La respuesta a esta crisis, por lo tanto, no puede ser sólo económica o
financiera. Las clases dominantes harán exactamente eso: utilizar un vasto
arsenal de recursos públicos para socializar las pérdidas y reflotar a los
grandes oligopolios. Encerrados en la defensa de sus intereses más inmediatos
carecen siquiera de la visión para concebir una estrategia más integral.
c. En el campo popular se impone una meticulosa preparación para este nuevo
período histórico signado por la crisis general capitalista. Esto ofrecerá
nuevas oportunidades de lucha y abre la posibilidad, en algunos países, de
conquistar si no un triunfo revolucionario al menos un avance revolucionario que
mejore sustancialmente la situación de los trabajadores en la sociedad
capitalista.
d. Pero también hay que ser conciente de que esta situación bien podría revertir
y dar lugar a una aplastante derrota del campo popular. Sería ingenuo pensar que
porque el capitalismo está en crisis su suerte está echada. Una recomposición
reaccionaria del orden burgués también figura entre las posibilidades que
alberga la actual coyuntura.
e. Hasta ahora las tensiones y sufrimientos provocados por la crisis se han
traducido, en el mundo desarrollado, en una acelerada escalada de xenofobia y
racismo. Pero el malestar social también se ha cobrado otras víctimas. En el ya
mencionado trabajo Ignacio Ramonet sostiene que “(L)as turbulencias ya han
causado la caída de los Gobiernos de Bélgica, Islandia y Letonia. Se han
registrado manifestaciones en Francia, con una huelga nacional el 29 de enero y
enfrentamientos violentos en Guadalupe. Los países más vulnerables de la UE:
Hungría, Bulgaria, Grecia, Letonia, Lituania... también han registrado protestas
y disturbios más o menos violentos.” [10] En la misma línea de preocupación se
encuentra el análisis, también ya referido, de Michael Klare, nos dice que ya se
han sucedido episodios de violencia en Atenas, Longnan (China), Puerto Príncipe
(Haití), Riga (Letonia), Santa Cruz (Bolivia), Sofía (Bulgaria), Vilnius
(Lituania), y Vladivostok (Rusia) mientras que en Reikiavik, Paris, Roma y
Zaragoza a Moscú y Dublín han sido testigos de importantes protestas provocadas
por el creciente desempleo y los salarios en descenso.” [11]
f. En América Latina el impacto de la crisis es inocultable. Dada la elevada
extranjerización de nuestras economías y el papel crucial en que ellas
desempeñan los grandes oligopolios transnacionales, las políticas de ajustes y
reducción de costes que promuevan sus casas matrices son aplicadas al pie de la
letra en nuestros países. Si en la gran crisis anterior, la de los años treinta,
la absorción de sus impactos más negativos fue posible por el inicio de un
proceso de industrialización sustitutiva esa perspectiva hoy se encuentra
agotada o, en el mejor de los casos, tiene muy bajas probabilidades de éxito.
g. ¿Qué hacer, entonces? En primer lugar, recordar y aplicar los clásicos
axiomas del leninismo que recomiendan, en coyunturas como éstas, intensificar
los esfuerzos en materia de organización y concientización del campo popular.
Las víctimas de esta situación abarcan un amplio espectro dentro del universo de
las clases explotadas y dominadas, y son precisamente estas formaciones sociales
las que fueron atomizadas, desorganizadas, fragmentadas por las políticas
neoliberales de los últimos treinta años. La reconstitución social, política e
ideológica del campo popular es, por lo tanto, un imperativo impostergable de la
hora actual. En relación a lo ideológico para convencer a la sociedad de que no
hay solución dentro del capitalismo para la crisis actual, sólo paliativos. La
solución de fondo sólo la puede ofrecer una alternativa socialista.[12] E
insistir en lo que decía el revolucionario ruso: la única arma con que cuenta el
proletariado es su organización.” Por lo tanto, será preciso dejar de lado los
cantos de sirena de autores como Michael Hardt y Antonio Negri (y sus epígonos
en América Latina) con su romántica exaltación de la multitud y su espontaneísmo
-que rechaza toda forma de organización, jerarquía, educación política,
pensamiento estratégico y táctico- ingredientes seguros de una nueva y más
catastrófica derrota del campo popular. No será invocando a la
inconmensurabilidad de los cuerpos y su única e irrepetible individualidad como
se podrá derrotar a un imperio en decadencia y acosado por una fenomenal crisis
en todos los órdenes de la vida.[13]
h. Mientras que la “burguesía imperial” ha perfeccionado sus estructuras de
hegemonía y dominación, sus dispositivos de formación de (falsas) conciencias y
de disciplinamiento coercitivo criminalizando la protesta social y militarizandomuy difícilmente
propuestas efectivas de superación del estado de cosas actual.
i. Se trata, por lo tanto, de coordinar y articular las luchas de distintos
grupos y sectores sociales, cada uno de los cuales se reconoce en tradiciones
políticas e ideológicas y formas de organización que le son propias. Habrá
también que superar un falso maniqueísmo que enfrenta a partidos con movimientos
sociales y organizaciones populares: la función de integración del vasto y
complejo abanico de demandas populares que realizan los partidos -ese “príncipe
colectivo” al que se refería Gramsci- constituye un aporte indispensable para
encarar una exitosa lucha anti-capitalista. A su vez, la enorme capacidad de los
movimientos para receptar y articular las reivindicaciones puntuales y
específicas de los distintos fragmentos del campo popular es un insumo
irreemplazable para cualquier partido interesado en superar el orden social
vigente.
j. En términos de políticas concretas se impone hacer conciente a la población
de que la única lucha que puede arrojar un resultado positivo es la que se
plantee una oposición frontal al capitalismo. El neoliberalismo ya se ha batido
en retirada, y la crítica debe entonces dirigirse no a una de las políticas o
fases del capitalismo, la neoliberal, sino a la estructura fundamental de la
sociedad burguesa, cualesquiera sean las formas políticas o económicas que
transitoriamente asuma.
k. En línea con lo anterior, una postura netamente anti-capitalista debe pugnar
para que en la crisis actual no se produzcan despidos de trabajadores, para lo
cual deberán fortalecerse sus organizaciones sindicales y populares;
profundizarse los mecanismos de participación democrática, superando las
insalvables restricciones impuestas por el modelo liberal y apelando a consultas
populares o referendos para resolver las grandes cuestiones nacionales; se
recupere el control de los recursos básicos de nuestras sociedades; se reviertan
las privatizaciones y las desregulaciones puestas en práctica por el
neoliberalismo; se lleve a cabo una profunda reforma tributaria que ponga fin a
su escandalosa regresividad; resolver a favor del campo popular los desafíos
planteados por la crisis alimentaria y del agua, mediante una profunda reforma
agraria concebida en función de las necesidades de la época actual; fortalecer
los mecanismos de integración supra-nacional, esquemas como el ALBA y sus
instituciones y proyectos (como Petrosur, Telesur, Banco del Sur, Petrocaribe y
tantos otros) que permitan constituir un núcleo de resistencia ante las
tentativas de las clases dominantes del imperio de descargar el costo de la
crisis en nuestros pueblos. En suma: hay políticas concretas que son factibles y
se espera sean efectivas para librar con éxito la gran batalla que nos espera.
[14]
- Atilio A. Boron, PLED, Programa Latinoammericano de Educación a Distancia en
Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires
Investigador Superior del CONICET
(Ponencia presentada al XI Encuentro Internacional de Economistas sobre
Globalización y Problemas del Desarrollo, La Habana, Cuba, 2-6 Marzo, 2009)
Notas:
[1] Michel Collon, “10 preguntas sobre la crisis”, 6 de Octubre de 2008, en
http://www.vtv.gob.ve/detalle.php?op=1&id=77
[2] Mike Stathis, “America’s financial apocalypse heralds decade long depression”,
en
http://www.marketoracle.co.uk/Article6256.html
[3] Cf, “Who would have thought things would come to such a pass?”, en
SearchIndia.com,
http://indiablogs.searchindia.com/2009/02/21/1-citigroup-share-12-garlic-naan-in-nyc/
[4] Cf. Ignacio Ramonet, “La explosión del desempleo”, Rebelión, 3 de Marzo de
2008
[5] En fechas recientes Jeffrey Sachs ha planteado que “(l)a ideología del
mercado libre es un anacronismo en una era de cambio climático, estrés hídrico,
escasez de alimentos e inseguridad energética” y le plantea al presidente Obama
la necesidad de un enfoque innovador para salir de la crisis. Es notable el
proceso de reconversión del pensamiento de Sachs, un hombre que diseñó y aplicó
las tristemente célebres “terapias de shock” en Bolivia en 1985 y luego en
Polonia y la Rusia de Boris Yeltsin. Lamentablemente se queda a mitad de camino
porque sigue creyendo en la posibilidad de una solución capitalista para este
tipo de crisis que hoy nos abruma. Ningún sistema cuya fuerza motriz sea el afán
de lucro o el imperativo de la ganancia puede resolver este desafío. De ahí la
necesidad de construir una alternativa socialista. Cf. “Está naciendo un nuevo
modelo de capitalismo”, en Clarín (Buenos Aires), 14 de Febrero de 2009. Versión
electrónica en
http://www.clarin.com/diario/2009/02/14/opinion/o-01858675.htm
[6] Ver, “Un planeta en el alero: ¿podrán contenerse los virulentos brotes
epidémicos de la economía?”, en Rebelión, 4 de marzo de 2009. Originalmente
publicado en Asia Times, el 26 de Febrero de este año:
http://www.atimes.com/atimes/Global_Economy/KB26Dj02.html
[7] George Soros, entrevista de Nathan Gardels: "Reparar el sistema financiero
no impedirá la recesión", El País, Madrid, 19 de Octubre de 2008.
[8] “La ley de la selva”, en Granma Digital Internacional, La Habana, 13 de
octubre de 2008
http://www.granma.cu/espanol/2008/octubre/lun13/laley.html
[9] Entrevista radial a Zbigniev Brzezinski, en
http://finkelblog.com/index.php/2009/02/17/brzezinski-hell-there-could-be-even-riots/
[10] Cf. Ignacio Ramonet, “La explosión del desempleo”, op. cit.
[11] Cf. Michael Klare, “Un planeta en el alero”, op. cit.
[12] Cf. nuestro Socialismo Siglo XXI (Buenos Aires: Ediciones Luxemburg, 2007,
de próxima publicación en Cuba) para una discusión sobre las principales
características que debe reunir un proyecto de construcción socialista adecuado
a las condiciones vigentes en la época actual.
[13] No está demás recordar que un imperio en decadencia, como un régimen
político atravesando la misma situación, suele ser más agresivo y mortífero en
sus respuestas que otro cuyas bases de sustentación están lo suficientemente
aseguradas. Esto lo demuestra muy bien Michael Klare, “Beware empires in
decline”, en Asia Times, 19 Octubre 2006,
http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/HJ19Ak01.html analizando la
conducta del decadente imperialismo inglés y francés después de la Segunda
Guerra Mundial, y su última intentona de reconstrucción de su hegemonía imperial
en la aventura del Canal de Suez en 1956.
[14] Sobre esto, aparte de nuestro ya citado Socialismo Siglo XXI, ver Samir
Amin, “¿Debacle financiera, crisis sistémica? Respuestas ilusorias y respuestas
necesarias, en Redes Cristianas, 30 Noviembre 2008,
http://www.redescristianas.net/2008/11/30/%C2%BFdebacle-financiera-crisis-sistemica-respuestas-ilusorias-y-respuestas-necesariassamir-amin/
; Eric Toussaint, “De las resistencias a las alternativas”, en
www.catdm.be, 21 de Febrero de 2008 y la
ponencia de Osvaldo Martínez al XI Encuentro de la ANEC: “La crisis, una vez
más”(La Habana, Cuba, Marzo de 2009). |