EL
TABLÓN: El artículo de hoy
Cronopiando
La
patraña de Al Qaeda
Koldo Campos Sagaseta
Rebelión
Todos los días, en algún lugar del mundo, es
desarticulada una red terrorista islámica vinculada a Al Qaeda. Y con la red
quedan igualmente desarticulados sus integrantes y sus maléficos planes, para
mayor gloria y consuelo de una ciudadanía que no siempre entiende y agradece los
tantos desvelos que exige su seguridad.
Días atrás era desarticulada una red de peligrosos terroristas de Al Qaeda en
Bilbao dedicada, según afirmaron los medios, a suministrar fondos a esa
organización. Apenas un día más tarde de que a ocho columnas se titulara la
noticia y el ministro Rubalcaba celebrara el éxito de la operación policial,
doce de los trece terroristas eran puestos en libertad. No se había
desarticulado nada, no se había detenido a nadie.
Casi al mismo tiempo, en Estados Unidos, era desarticulada otra red terrorista
aún más perversa si cabe. Según las informaciones que han dado a conocer los
medios, tres terroristas se disponían a volar por los aires edificios y aviones
militares con la ayuda de misiles que habían comprado a un agente infiltrado de
la CIA y que, naturalmente, eran falsos. Lo extraño de la noticia, el apunte que
revelaba la verdadera naturaleza de la misma, era el hecho de que, según los
propios organismos de seguridad que habían desarticulado los atentados, los tres
terroristas no pertenecían a ninguna organización, no eran miembros de Al Qaeda
o de cualquier otro grupo armado. Eran, en definitiva, tres cabezas calientes,
sin ningún nexo con el terrorismo que no fueran sus más que justificadas ganas
de revancha que, ante el ofrecimiento del encubierto agente, respondieron
gozosos mostrando su adhesión a la bomba y al misil. En definitiva, no han
desarticulado nada, no han detenido a nadie… pero al mundo trasciende la noticia
del terror que se ha evitado gracias a la combinada eficacia de la policía y sus
inestimables labores de contrainsurgencia antiterrorista y de los grandes medios
extendiendo por el mundo la buena nueva para que la ciudadanía pueda dormir
tranquila y renovarles sus votos.
Es tal la eficacia que muestran las policías del mundo desarticulando
constantemente redes terroristas que si no fuera porque Al Qaeda aún es más
eficaz rearticulándolas, nadie más que esas policías se merecerían el premio
internacional a la eficiencia. En todo caso, los grandes medios de comunicación,
en su denodada cobertura a la lucha contra el terrorismo.
Estados Unidos y Europa se sitúan a la cabeza en la desarticulación de tramas
terroristas pero es tal el cúmulo de redes islamistas en el mundo y la velocidad
con que se reproducen que no hay continente, tampoco país, en el que no se
asiente alguna a la espera de ejecutar sus siniestros planes.
Hasta de países como la República Dominicana llegan, ocasionalmente, noticias de
la neutralización de alguna trama. En un país en el que no hay más imperdonable
terror que el que padecen las mujeres y en el que no hay más tiros que los que
prodigan los tantos delincuentes con uniforme, curiosamente, a raíz del 11 de
septiembre, se creó un batallón de lucha antiterrorista, no para combatir la
violencia machista o el alza de los precios, no para enfrentar la corrupción, el
desempleo o las tantas otras lacras de la sociedad dominicana, sino para
preservar su paz amenazada por las hordas de Al Qaeda. Y no tardaron en
presentarse las amenazas. Una tarde era desarticulada una célula terrorista
islámica, compuesta por cinco peligrosos libios, a punto de abordar un avión
para Estados Unidos. Al día siguiente, ya eran cuatro y, horas más tarde, se
publicaba que los tres detenidos eran libaneses. Apenas unos pocos supimos, días
después, que los dos libaneses no eran más que ilegales sin papeles, buscando su
arribo a la tierra prometida en busca de trabajo. Pero el éxito de la operación
ni desalentó a las autoridades ni desanimó a los terroristas y, al poco tiempo,
era detenido en Santo Domingo un destacado miembro de Al Qaeda que, tras ser
investigado, resultó ser un estudiante de medicina paquistaní, sin que se le
formularan cargos siquiera por mala práctica médica.
Al margen de estos apuntes “tercermundistas” sobre el peligro que representa el
eje del mal, en el primer mundo, no podía ser menos, los planes conspirativos
son mucho más complejos y, sobre todo, terribles y constantes. Atentados contra
aviones, contra redes de transporte, contra pozos de petróleo, refinerías, bases
militares, grandes personalidades… frustrados por la pericia policial.
Y es que nada ni nadie escapa a la amenaza terrorista. De ahí la importancia de
desarticular redes terroristas en todo el mundo y todos los días.
También en el Estado español se han dado pruebas de la eficacia policial contra
las redes islamistas.
Entre otros ejemplos, en enero del 2006, la policía lograba desarticular dos
redes “yihadistas” en Madrid, Cataluña y el País Vasco, con ramificaciones en
Francia, Bélgica, Holanda, Argelia, Marruecos, Turquía, Siria e Iraq, y detenía
a sus 20 integrantes. Su misión era captar y reclutar suicidas. Las operaciones
policiales “Chacal” y “Camaleón” frustraban los objetivos de los terroristas a
quienes, si bien no les encontraron armas ni explosivos, les fueron intervenidos
“ordenadores, documentos y teléfonos móviles”.
Para cerrar el mismo año, en otra operación realizada en Ceuta, era
desarticulada una nueva célula terrorista. En esta oportunidad, además del
acostumbrado arsenal de ordenadores, móviles y documentación, también se les
ocupó a los 11 desarticulados, dinero y un machete.
Durante el gobierno de Aznar, fueron tantas las detenciones de sanguinarios
terroristas árabes, especialmente en Cataluña, que cerca estuvieron los
brillantes operativos policiales de paralizar los servicios de recogida de
basura de esa comunidad, dado que a esos oficios se dedicaba la mayoría de los
terroristas apresados. Para su fortuna, las sospechosas sustancias químicas que
manejaban no eran sino productos de limpieza y, semanas más tarde, al ser
puestos en libertad, casi todos pudieron dar gracias a Alá y volver a sus afanes
de limpieza sin nuevos sobresaltos.
Uno de los casos más sangrantes fue el de Ahmad Mardini, un sirio nacionalizado
español, casado con una zamorana, padre de tres hijos y empleado de la
Coca-Cola, que perdió el empleo, los amigos, los vecinos, casi la familia y la
fama que se le supone a un inocente, luego de que fuera detenido como peligroso
terrorista islámico, y su nombre y su rostro reproducido hasta la saciedad por
medios de comunicación que, como El Mundo o Tele-Madrid, ni siquiera por
imperativo legal y años después de que Garzón descargara al acusado, dejaron de
presentarlo como terrorista.
Si la misma cobertura que emplean los medios para informarnos de la
desarticulación de tramas terroristas la dedicaran, pasada la euforia, a
ilustrarnos con los resultados, sabríamos que el caso de Mardini es una
constante.
La ola de detenidos que acompañó en Londres la desarticulación de un supuesto
plan para hacer estallar en vuelo diez aviones comerciales, en agosto del 2006,
casualmente, al mismo tiempo en que Israel destruía El Líbano, tuvo
repercusiones en todas partes: en Francia, en Paquistán, en Afganistán, en
Italia… cientos de detenidos. De hecho, no hay acontecimiento social de
importancia que se celebre en el mundo que no venga precedido de la
desarticulación de más y más células terroristas de Al Qaeda. Ya casi es
tradición que semanas antes de que se celebre un campeonato del mundo de fútbol,
sea Francia o Alemania, lleguen noticias de redadas que pongan a buen recaudo a
cientos de peligrosos árabes planificando espantos, y no hay cumbre mundial, así
sea política o económica, que no se cobre antes la detención de algunos
centenares de terroristas islámicos dispuestos a inmolarse.
Por si no fuera suficiente, los medios de comunicación, tan parcos a veces,
otras tan exhaustivos, también informan los nombres de las ciudades más
expuestas a padecer el terror, tanto como callan los nombres de aquellas
ciudades y países que ya lo padecen. Hasta nos anticipan los lugares con más
posibilidades de ser blanco de las bombas.
Además de la coincidencia general en la mayoría de las redes desarticuladas de
no encontrarles la policía más armas o explosivos que los clásicos “móviles,
ordenadores, documentación y dinero”, otra constante llama la atención en la
redacción de todas esas informaciones que uno nunca sabe si son partes de guerra
reconvertidos en noticias o noticias transformadas en partes de guerra: “los
planes estaban en su etapa inicial aunque ya habían madurado lo suficiente” y
cito textualmente al FBI luego de que en julio del 2006 desarticulara una red
compuesta por ocho terroristas que se proponía atentar contra la red de
transporte en Nueva York. En la misma declaración, el FBI reconocía que “ninguno
de los implicados ha estado o está en Estados Unidos”, circunstancia que, en el
mejor de los casos, mueve a asombro. Esos “planes iniciales que ya habían
madurado”, en su contradictoria exposición, son los mismos que alegaba el
ministro español Pérez Rubalcaba en el caso de los detenidos en Ceuta: “el grupo
no tenía objetivos marcados aunque se planteaba pasar a la acción”; y
semejantes, aunque invertidos, a los del caso de Londres. Si la policía inglesa
anunciaba el primer día que el “plan estaba bien avanzado y ha sido interceptado
en su fase final”, el ministro inglés John Reid declaraba días después que se
“está en la primera fase de una larga investigación”.
Naturalmente, y como suele ser costumbre, “no se informa de más detalles al
respecto para no obstaculizar las investigaciones.
La desarticulación en abril del pasado año de una red terrorista en Arabia Saudí
con sus 172 socios y abonados, reveló, por ejemplo, que la mayoría eran
nigerianos y yemeníes, que algunos eran de Al Qaeda, y que habían recibido
instrucciones sobre pilotaje de aviones fuera de Arabia Saudí, pero se
reservaban otras informaciones para no obstaculizar las investigaciones. El
mismo argumento serviría a las autoridades y medios italianos para, tres meses
más tarde, luego de desarticular una red que entrenaba terroristas en una
mezquita italiana, limitarse a revelar que “hemos descubierto una verdadera
escuela del terror”. También se agregó a la información el habitual interés de
los detenidos en pilotar Boeing 747 y manejar sustancias químicas. Las mismas,
tal vez, que la policía británica había encontrado en julio de este año en poder
de un afgano y un somalí en Londres, cuando investigaba un asunto relacionado
con el narcotráfico, y que adelantaba era “peróxido de hidrógeno” aunque todavía
se estaba “analizando” la sustancia. Seguimos a la espera de que policías y
medios confirmen el análisis de la sustancia.
Otra de las comunes coincidencias en este tipo de denuncias lo supone la
grandilocuencia, el tremendismo, con que se informa de la amenaza. Lógicamente,
cuanto más graves pudieron ser las consecuencias del atentado que nunca ocurrió,
mayor alivio van a encontrar los afectados que nunca lo fueron.
Para la policía italiana, en el caso que citara más arriba, la mezquita se había
convertido en una “verdadera escuela del terror”. ¿Cómo calificar entonces la
cárcel de Abu Ghraib en Iraq, o la de Guantánamo? El responsable de Scotland
Yard, aludiendo al supuesto atentado frustrado en Londres contra diez aviones
comerciales, hablaba de “asesinato masivo de un nivel incalculable”. Las
posibles víctimas del atentado, sin embargo, al margen del lógico dolor e
indignación, eran perfectamente calculables. Hubiera bastado sumar el número de
pasajeros para obtener el número de víctimas. Y habríamos sabido sus nombres,
sus historias, sus nacionalidades, hasta el destino de su última llamada por su
móvil. Lo que sí resulta incalculable es el número de iraquíes muertos desde que
Estados Unidos y Europa se dieron a la tarea de “liberarlos” de su dictador. Se
ha hablado de medio millón de muertos, de un millón, de cientos de miles de
“fantasmas” sin identidad que, todavía, siguen muriendo en ese y en otros países
sometidos a la misma democrática terapia occidental.
La fiscal del distrito Este de Nueva York, Roslynn Mauskopf, luego de que a
principios de este año fueran detenidos en Nueva York tres alegados terroristas
de Guayana y uno de Trinidad y Tobago acusados de intentar volar con explosivos
que, por cierto, todavía no tenían, la red de conductos de gasolina que abastece
a los aviones del aeropuerto John F. Kennedy, indicó que se trata de uno de los
"complots más escalofriantes imaginables", aunque aclaró que durante el tiempo
en que se han llevado a cabo las investigaciones "nunca ha estado en peligro la
seguridad aérea ni la de los pasajeros". "La destrucción que hubiera causado si
se llega a producir, es inimaginable".
Lo que sí resulta inimaginable es la destrucción causada en Iraq de la que se
duda pueda, alguna vez, volver a ser una nación.
Una vez los medios han dado amplia cobertura al frustrado atentado con su
correspondiente secuela de detenciones, poco importa que en los siguientes días
se desnaturalice el atentado y los sanguinarios terroristas acaben convertidos
en trabajadores de la limpieza o en simples ilegales. Ya la alarma se ha creado,
que era lo que se perseguía, y el “mundo” valora y respalda la labor de sus
gobiernos y sus medios de comunicación en su labor de preservar su seguridad.
Obviamente, si aceptamos que haya guerras preventivas, no hay razón para
oponerse a arrestos y desarticulaciones preventivas. Por ello los esfuerzos de
gente como Peter Clarke, jefe de la brigada antiterrorista inglesa, que no tuvo
empacho en reconocer la vigilancia a que somete a “miles” de ciudadanos de su
país, “sospechosos de actividades terroristas directa o indirectamente”. Las
sospechas, también, pueden ser preventivas, tanto como las noticias.
Entre las miles de personas, la mayoría de origen árabe, que han sido detenidas
y presentadas por los medios de comunicación como diabólicos terroristas
dispuestos a matar y morir, el caso de Richard Reid siempre me ha parecido uno
de los más llamativos. Y lo digo porque hasta entonces había creído que los
malos, aún siendo perversos, podían disfrutar de algunas virtudes comunes a
otras personas, como ser elegantes, inteligentes o, por ejemplo, resultar
atractivos, pero después de observar muy brevemente el rostro, que no es
conveniente solazarse en sus facciones, del individuo de Sri Lanka que hace
siete años pretendió sin éxito provocar una explosión en un avión que iba de
París a Miami, me sentí en la necesidad de corregirme y aceptar que hay malos
que, además, también son feos, incluso, imbéciles, casi tanto como los medios de
comunicación que nos brindaron la noticia. El tal Reid, con los zapatos repletos
de explosivos, había llegado al aeropuerto de París sin otro equipaje que un
rostro inolvidable, cargado de presagios y muecas. En su afán por pasar
desapercibido y dado que su cara, como debió ocurrir, no sirvió para que le
negaran el boleto y ahí mismo lo arrestaran, (si no me cree le invito a que
entre en cualquier buscador de Internet y solicite la imagen de Richard Reid) el
terrorista se dedicó a insultar y a ofender a otros viajeros y a empleados de la
línea aérea, sin lograr hacerse notar. Días antes, dedicado a los mismos afanes
y en el mismo aeropuerto, había logrado, finalmente, según leía en la prensa,
que le retuvieran por unos minutos el pasaporte británico que portaba, ya que
además de ser falso también lo parecía, con lo que acabó por perder el vuelo,
pero había regresado al aeropuerto decidido a embarcar rumbo a Miami sin
cambiarse ni de zapatos, ni de pasaporte, ni de cara. Por más discusiones y
pleitos que volvió a originar nadie impidió esta vez que el irascible sujeto
fuera atravesando todos los rigurosos controles antiterroristas hasta ocupar su
asiento en el avión. Ya que no disponía de un letrero de neón en la cabeza, de
esos que se encienden y apagan, con la leyenda: "soy un terrorista", ni tampoco
echaba espumarajos por la boca, se dedicó, según dicen los cables noticiosos, a
protagonizar algunas malsonantes broncas con otros pasajeros, hasta que harto de
mirarse en el espejo y verse, se decidió a extraer, a la vista de todos, los
cables de su zapato para provocar la redentora explosión. Tampoco nadie pareció
advertir entonces sus quehaceres manipulando cables en su asiento, lo que parece
ser muy común en cualquier vuelo. Desgraciadamente, no había tenido la
precaución de llevarse unas cerillas escondidas en el otro zapato y, como
siempre, haciendo gala de un tacto exquisito, de fino y experimentado
terrorista, llamó a gritos a la azafata para que le suministrara un encendedor.
Craso error el suyo porque ahí fue que la azafata comprendió que se trataba de
uno de esos desalmados fumadores y le cayó arriba secundada por los demás
pasajeros. Al registrarle los zapatos, ya reducido y golpeado en el suelo, en
busca de la cajetilla de cigarrillos, se encontraron con los explosivos y se
detuvo al terrorista.
Los medios colaboran con los gobiernos amplificando el terror y los terroristas
para que la ciudadanía no tenga la menor duda de la magnitud de la amenaza que
se cierne sobre ella y la necesidad de que la amparen esos gobiernos y la
mantengan informada esos medios de comunicación.
Es así que, en todos estos años, el principal problema que dicen tener los
españoles es el terrorismo, cuando hasta el montañismo, uno de los deportes más
hermosos y sanos que existen, mata más y mejor.
Pero una población que es capaz de creerse la virtual amenaza e ignorar la real
consecuencia, puede creerse cualquier cosa.
Un informe de 16 agencias de los servicios secretos estadounidenses,
desclasificado, en parte, a principios del 2008, revelaba que “Estados Unidos
afrontará una amenaza terrorista persistente y en evolución, aun cuando no hay
indicios creíbles de peligro inminente”. Lo enfatizaba el titular del
Departamento Nacional de Inteligencia, Mike McConnell: “La primera y principal
evaluación de inteligencia nacional es que hay y habrá amenazas terroristas
persistentes y en evolución”. Lo que más parece un parte meteorológico, se
resumía en un dato escalofriante por su crudeza y precisión, obtenido no se sabe
como y que, en este caso, divulgarlo no obstaculiza las investigaciones: “El
objetivo de Al Qaeda, basado en creencias religiosas del Islam, es matar a
cuatro millones de estadounidenses…”.
El 16 de junio del 2004, Johan Galtung, experto noruego en negociaciones de paz,
profesor de la Universidad Europea de la Paz, de Estudios de la Paz de la
Universidad de Hawai y de otros centros universitarios, declaró en un seminario
sobre terrorismo en el Escenario de la Haima, en España: “Estados Unidos, desde
la segunda guerra mundial ha realizado 70 intervenciones militares que han
causado la muerte de entre 12 y 16 millones de personas, el 95% de las cuales
eran civiles. Hitler ocasionó la muerte de 11 millones de personas. No hay duda
que el principal terrorista del mundo actual está en Washington”.
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Nota de/para los amigos que me escriben:
De: Liberen a los Cinco
Cubanos
Asunto:
Noticiero canadiense cubre el caso de los Cinco con enfoque a René, Olga y sus
hijas
La semana pasada, la Compañía
de Transmisión Canadiense (CBC) transmitió un segmento noticiero de 13 minutos,
un video muy positivo y conmovedor, cubriendo la historia de los Cinco Cubanos,
de manera concisa y completa. El segmento se concentra en René González, e
incluye entrevistas con Olga Salanueva, la esposa de René con su hija mayor,
Irma, y con uno de los abogados de apelación, Leonard Weinglass, que da una
explicación excelente del caso. El video también enseña bastante filmaje
histórico. Es realmente una producción muy informativa y puede ser usada para
una audiencia nueva como introducción al caso, o para actualizar a la gente que
ya conoce su lucha
Vea el video de CBC sobre los Cinco (en inglés)
Caso de
Los Cinco a la Corte Suprema
Transcripción de la entrevista con el abogado Thomas Goldstein
(Vídeo abajo)
Artículos de
la prensa
Lea el
informe legal (pdf)
Lea
los informes amicus curiae
De:
EL DUENDE.
Asunto: El Herald se pone a dieta.
La crisis por la que atraviesan los medios de comunicación, tanto los
televisivos y radiales así como la prensa impresa se refleja de una manera
palpable en los anuncios comerciales que han disminuido notablemente, mucho más
en las últimos días de este mes de mayo.
El caso más dramático es el del diario Miami Herald, que tanto en su edición en
inglés como la del español se ha visto obligado a reducir de manera drástica el
número de páginas de ambas publicaciones impresas orientadas a los lectores del
sur de La Florida.
Aquellos Miami Herald de 300 páginas con voluminosos suplementos en colores
cargados de páginas y mas paginas de anuncios comerciales, es cosa del pasado.
De cuando las “Vacas Gordas”. Hoy martes 26 de Mayo , al día siguiente del fin
de semana largo del “Memorial Day” la edición en inglés del Miami Herald nos
llegó bastante desmejorada de salud, como si estuviera a dieta rigurosa o
padeciendo una grave enfermedad terminal. Contamos las páginas de su primera
sección en ingles y solo tiene 14. La segunda sección B, con las noticias
locales, solo tiene 6 paginitas. La de deportes tiene 12. Tropical Life que es
la sección E, apenas viene con 8 páginas, a lo que se añade un suplemento
Deportivo de Primavera con otras 8. En total son unas 48 páginas entre anuncios
y material de lectura. Como para decir, apaga y vamos.
La edición de El Nuevo Herald en Español anda por el estilo. Solo trae 30
páginas en toda su edición de hoy martes, con un pequeño suplemento tabloide de
8 páginas dedicado a la salud. Total 38 páginas, diez menos que The Miami Herald
en inglés.
La crisis es dramática y los comentarios que se hacen siguen siendo pesimistas.
Que se vienen nuevos recortes de gastos y otra reducción del personal o que si
presentan bancarrota y lo venden a mejor postor . En fin, que nada bueno se
augura para la empresa del Miami Herald aunque con este Duende si pueden contar.
La última suscripción será la mía. Así soy de fiel lector, a pesar de las
diferencias de opinión. En mi tumba fría los espero cuando les llegue el día del
juicio final.
Asunto: “Si me lo encuentro
lo mato”.
La iracunda frase no es la de un ofendido y celoso esposo a quien han señalado
de “cornudo” en una anónima misiva echada a rodar por los caminos del mundo de
la Red Global Cibernética.
Quien así habla cargado de indignación y en tono de amenaza rugiente es el
director de la emisora Radio-Mambí Armando Pérez Roura refiriéndose al colega
periodista Rui Ferreira quien en su página Blog de la Internet ha posteado una
crónica que con el título de “Romance junto al féretro” cuenta de los amores del
anciano Triple-Feo con su novia “Temba” la doctora Marvis Labrada.
Cuenta el cronista, según escribe el periodista Ferreira, que el romance entre
el locutor y la doctora se hizo público- después de varias semanas de
ocultamiento- en el velorio del comentarista deportivo Sarvelio del Valle que se
llevaba a cabo en una céntrica funeraria de la ciudad de Hialeah.
Por el amplio salón funerario hizo su entrada la feliz pareja, ella de brazos
del vejete, mientras de vez en cuando se intercambiaban melosos besos de amantes
quinceañeros”. Así comienza el relato que después se extiende en alusiones y
detalles que han provocado la indignación del veterano locutor de Radio-Mambí.
Quien quiera disfrutar de esta crónica descriptiva del romance junto al féretro
escrita por el periodista Rui Ferreira, puede leerla en esta dirección
electrónica: http://www.elblogaldia.com/
Después que la lea, comprenderá Ud. porque el director de Radio-Mambí dice que
“Si me lo encuentro lo mato”. Aunque para decir la verdad, los otros muertos del
Triple-Feo gozan de perfecta salud.
Asunto:
El “Jinetero” Chirino y Rosita Fornés.
Poco ha sido su éxito como cantante mas allá de las limitadas fronteras de
Miami. Cuando mas, alguno que otro contratico para actuar en un hotel de una
playa dominicana o en un barco crucero por el Caribe y nada más.
Pero el “Jinetero” Chirino insiste en que quiere que lo dejen ir a Cuba no para
simplemente cantar como artista, sino para convocar a los cubanos de la isla a
escuchar un discurso político suyo en la Plaza de la Revolución. Y por supuesto
ese privilegio no se lo van a dar. Como me dijo un amigo de Silvio Rodríguez: “
A santo de qué”.
Pero Willy Chirino” insiste y sigue mandando recaditos por todas partes, con
cuanto artista cubano se topa, sin importarle utilizar a cualquiera que en su
natural ingenuidad le sirva de instrumento, sin saber que de la mala intención
que se esconde detrás del “Jinetero”.
Y para que nadie diga que hablamos por hablar, aquí va una imagen que vale más
que mil palabras, como dicen los chinos.
“El Jinetero” Willy Chirino le celebra en su casa de Miami el cumpleaños a la
gran vedette cubana Rosita Fornés en ocasión de una visita reciente de la
popular artista a Miami.
La foto se la dio a El Duende un amigo de Chirino aunque no sabemos la razón. Si
para bien o para mal. Aquí la publicamos sin ninguna mala intención.
Asunto: El diario perdido de Ventura.
Según dice un ex policía de Batista que estuvo por varios años destacado en la
Quinta Estación de la Policía de La Habana en época de la dictadura de Batista,
el ex Coronel de ese cuerpo Estaban Ventura Novo dejó escrito un diario en el
que anotaba todas sus actividades diarias con los nombres de los detenidos que
estaban bajo su custodia así como el destino fatal de cada uno de ellos y los
métodos de torturas a que eran sometidos para arrancarles confesiones.
Según dice este policía que vive en Miami desde el año 1959, él nunca torturó ni
mató a ningún prisionero, pero si fue testigo de muchos crímenes cometidos por
Ventura y otros esbirros de la tiranía estando presente cuando el propio Coronel
ordenaba aplicar castigos violentos a los detenidos para obligarlos a confesar
sus actividades revolucionarias. Uno de los métodos utilizados para torturar a
los presos era el del ahogo simulado, que se hacía metiendo la cabeza del preso
en una bañadera llena de agua hasta el punto de que la víctima al borde de morir
ahogada firmaba la confesión de un supuesto delito aunque ello no fuera cierto.
Este método de tortura que el Coronel Ventura aplicaba en Cuba a los detenidos
por supuestas actividades revolucionarias es conocido en Estados Unidos como “Water-Boarding”,
el ahogo simulado, el método de tortura que defiende el ex vice-presidente Dick
Cheney diciendo que eso no es tortura.
El policía de la Quinta Estación, que vive en Miami retirado a los 84 años de
edad, dice que prefiere que su nombre no sea dado a la publicidad mientras él
esté vivo, pero afirma que el diario perdido del Coronel Ventura Novo existe,
que él lo vio en Miami y que está en poder de la familia del tristemente célebre
torturador batistiano.
No estaría mal enviarle el diario de Ventura como regalo al ex Vice Presidente
Cheney.
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