EL
TABLÓN: Artículos de hoy
Si le digo, le
engaño (Bush)
Rafael Morales
Como estaba anunciado. El periplo de
George Walker Bush por Oriente Medio tenía la finalidad principal
de fortalecer la alianza contra Irán con las monarquías semi
feudales del Golfo y Egipto, ejemplos de escrupulosa democracia.
Acuerdos de este tipo van acompañados por millonarias venta de
armas, naturalmente, oportunidad aprovechada también por Nicolas
Sarkozy para aparecer por Riad, lucirse y disputarle la foto al
gringo. Entre Francia y Estados Unidos colocarán en aquel mercado
armas valoradas en 35.000 millones de euros. La paz aparece como
prioridad a reventar siempre que las circunstancias lo permitan.
Para conseguirlo, riegan la opinión pública con embustes mil veces
repetidos. He ahí el estilo de Bush. Sarkozy se abstiene de
enredar con boberías. Ejerce como intermediario patriótico de las
empresas gabachas y basta.
Abu Dhabi fue el escenario que usó Bush para repetirse hasta el
hastío. “Las acciones de Irán -advirtió el presidente- amenazan la
seguridad de las naciones en todas partes. Por lo tanto, Estados
Unidos está fortaleciendo sus compromisos de seguridad con
nuestros amigos en el golfo Pérsico y convocando a sus amigos en
todo el mundo para afrontar este peligro antes de que sea
demasiado tarde.” ¿Es que no pueden inventarse algo mejor? ¿En qué
consiste la amenaza a “la seguridad de las naciones en todas
partes”? ¿Qué naciones? La acusación de que los ayatolas intentan
dotarse de armas nucleares quedó desmentida tanto por los
servicios de espionaje gringos como por la Asociación
Internacional de la Energía Atómica. De ahí que, entre otras
razones, muchos amigos le hayan dado hasta ahora la espalda a los
neoconservadores estadounidenses en el proyecto de iniciar una
aventura militar contra Irán.
Las palabras gruesas no modifican los hechos. “Irán -insistió Bush-
es el principal patrocinador mundial del terrorismo de Estado.
Teherán gasta cientos de millones de dólares para financiar grupos
terroristas como Hamas, Yihad Islámica, y dan armas a los
talibanes y a las milicias chiíes en Irak”. Condoleezza Rice
intentó demostrar en su día que Irán era el banco que financiaba
el terrorismo mundial. Las risas dieron la vuelta al mundo, aunque
los medios de comunicación no las recogieron. La secretaria de
Estado aportó tantas pruebas para reforzar su afirmación como
acaba de hacer Bush en los Emiratos: ninguna. Hay dos niveles de
respuesta. Irán tiene el derecho de buscarse amigos en la región
tanto como Bush.
El otro nivel provoca malestar a la inteligencia de cualquiera.
Karzai, el presidente cipayo de Afganistán, destacó en varias
ocasiones que Irán ayuda a Kabul en la lucha contra los talibanes.
Hamas es la fuerza política más votada por los palestinos y domina
Gaza. Sin esta formación, el estado palestino prometido por
Washington los días de fiesta es sencillamente imposible. El
ejército estadounidense no encuentra las armas supuestamente
enviadas por los ayatolas a sus colegas chiíes iraquíes.
Desconozco si se trata de un olvido, pero Bush no se refirió a
Hezbolá como otro grupo terrorista alimentado por la maldad iraní.
En realidad se trata de una fuerza política de gran implantación
en Líbano y verdugo del ejército israelí.
Señaló avances de la democracia en la región entre sus aliados del
Golfo, aunque se abstuvo de señalar un solo caso. Ese mismo día
surgió un informe de Human Rights Watch (HRW) sobre la pena de
muerte en Arabia Saudí, país aliado que aumentó más que ningún
otro las ejecuciones durante el año pasado. Decapitar es la forma
de aplicar la pena capital pues para algo está la sharia. Dicen
que la coincidencia entre la aplicación de la habitual horca iraní
y la decapitación saudí consiste en que en los dos casos son
públicas, pero que los jefes saudíes impiden la publicidad y las
imágenes. Me parece que la diferencia de fondo estriba en otro
aspecto. Critican a los iraníes y pasan por alto las barbaridades
en Arabia Saudí porque los primeros no se someten a la política de
Washington y los otros sí, y tan a gusto. La democracia puede
esperar, la venta de armas no.
La asignatura
pendiente de George W. Bush
Adrián Mac Liman
Cuando los portavoces de la Casa
Blanca revelaron los detalles de la gira de George W. Bush a
Oriente Medio, los politólogos fueron incapaces de ocultar su
escepticismo. El actual periplo del presidente estadounidense, que
los comentaristas no dudan en calificar de “último desplazamiento
importante” antes del final de su mandato, es, según los
orientalistas, la verdadera asignatura pendiente de la
administración republicana.
Durante más de siete años, el inquilino de la Casa Blanca se
resistió a tomar cartas en el conflicto que opone a israelíes y
palestinos, considerando que Norteamérica tenía el deber de
centrar su política en la “guerra global contra el terrorismo”, es
decir, en una lucha sin cuartel contra el radicalismo islámico.
Sin embargo, la estrategia a la vez miope y selectiva de
Washington hacía caso omiso de un factor clave: las raíces del
malestar generado en el mundo árabe por el apoyo incondicional de
Estados Unidos a la política de Israel. Un apoyo que los árabes
consideran discriminatorio e injusto, teniendo en cuenta que la
compleja cuestión palestina requiere un análisis más profundo y
sosegado por parte de la mayor potencia de Occidente. Aún así, la
Administración Bush prefirió dirigir sus miradas hacia Kabul y
Bagdad, escenarios de sangrientos enfrentamientos bélicos, de
dudosas victorias militares, de inevitables fracasos políticos y
estratégicos. Mientras israelíes y palestinos parecían poco
propensos a contener la espiral de la violencia, el Pentágono y el
Departamento de Estado diseñaban nuevos planes destinados a acabar
con el “terrorismo islamista” en Afganistán, Pakistán, Irak o…
Irán. Curiosamente, en la mayoría de los casos, la mal llamada
democratización de la zona dependía ante todo de la intervención
de los ejércitos occidentales. La pugna entre israelíes y
palestinos seguía siendo la excepción; nadie se atrevía a
contemplar el envío de una fuerza internacional en la frontera de
Israel con los territorios palestinos. La propuesta, formulada en
reiteradas ocasiones por la OLP o la ANP, tropezó con la negativa
de los occidentales.
Las autoridades de Tel Aviv aprovecharon al máximo la psicosis
generada por los atentados del 11-S, 7-J y 11-M para endurecer su
postura frente a los palestinos, tratando al mismo tiempo de
dinamitar las incipientes estructuras nacionales ideadas por la
ANP de Yasser Arafat. Un extraño cúmulo de circunstancias (y de
errores) llevó al distanciamiento entre los poderes fácticos de
Tel Aviv y Ramala. La crisis se fue acentuando en los últimos
años, tras la desaparición de Arafat y la victoria de los
radicales de Hamas en las elecciones generales celebradas en
Palestina en enero de 2006. Los intentos de sofocar a los
radicales islámicos desembocaron, sin embargo, en la división de
los territorios palestinos. Desde el pasado mes de mayo, Hamas
gobierna en solitario en la Franja de Gaza, mientras que las
fuerzas de Al Fatah, fieles al presidente Majmud Abbas, controlan
Cisjordania. La Conferencia de Anápolis, celebrada bajo los
auspicios de la presidencia norteamericana, trató de encontrar una
solución (¡otra más!) a la crisis. La iniciativa de última hora de
contemplar la creación de un Estado palestino antes de finales de
2008, fecha fatídica para el actual inquilino de la Casa Blanca,
parece poco convincente. Sin embargo…
Sin embargo, George W. Bush decidió apurar los últimos meses de su
mandato para lograr un acuerdo entre los dos contrincantes. Es
obvio que los obstáculos insuperables –fronteras del nuevo Estado
palestino, la capitalidad de Jerusalén, la normativa de seguridad
o el derecho de retorno de los refugiados– siguen entorpeciendo el
ya de por sí difícil diálogo entre dos gobiernos débiles, el
israelí y el palestino. Pero el presidente estadounidense no se da
por vencido: durante su visita a Jerusalén y Ramala, Bush reiteró
su apuesta por una solución milagrosa del conflicto, que le
permitiría terminar su mandato convirtiéndose en el… pacificador
de la zona. Bush, ¿pacificador? Conviene recordar que la paz es la
auténtica asignatura pendiente de George W. Bush.
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Nota
de/para los amigos que me escriben:
De: Ramón
Rochamonroy
Asunto: Envío de un artículo del Padre Gregorio Iriarte, sacerdote
oblato muy comprometido con las luchas populares y con la
verdadera democracia.
CRITERIOS DE DISCERNIMIENTO
FRENTE A LA
SITUACIÓN ACTUAL
P. Gregorio Iriarte o.m.i.
Nos toca vivir en
Bolivia una etapa de graves tensiones y peligrosas confrontaciones
que nos exigen el tomar posición frente a actual conflictividad.
Señalamos algunos de esos retos: definirse por la legalidad o la
ilegalidad de la nueva Constitución; analizar los cuatro niveles
de autonomías; discernir sobre las autonomías de facto con sus
respectivos estatutos y competencias; aclarar lo que se entiende
por un Estado plurinacional; participar y votar conscientemente en
los tres o cuatro referéndums que tenemos por delante; tomar
posición, si cabe, en el conflicto acerca de la Sede del Gobierno
con Capitalidad plena… etc.
Vemos, por otro lado, que tenemos ante nuestros ojos el reto de
una sociedad, no sólo fraccionada y dividida, sino también
enfrentada y agresiva, en la que se llega, constantemente, al
insulto y a la provocación.
Necesitamos todos serenidad, mucha serenidad, para llegar a un
discernimiento veraz y lo más objetivo posible frente a este
situación, tan compleja, que nos toca vivir.
Como principio orientador de nuestra reflexión podríamos servirnos
de la siguiente frase:
“Las batallas en democracia se ganan con las urnas no con las
armas ni con los palos…”
1) Nuestra contribución a la pacificación de los ánimos
Somos conscientes de que Bolivia debe cambiar y que ese cambio
debe ser profundo: que hay que diseñar un modelo de Estado que
relegue el centralismo, el exclusivismo, la marginalidad, la
extrema pobreza, la concentración del dinero y de la tierra…. que
impulse un desarrollo integral, que acabe con el modelo
neo-liberal, con la globalización, con la discriminación, con la
exclusión, con la xenofobia, con la marginación, con la falta de
equidad… etc.
Pero, como todos sabemos, eso es muy difícil de lograrlo ya que
afecta, no sólo a grandes intereses económicos, sino también a la
mentalidad tradicional de nuestro pueblo.
Proponemos algunas normas elementales que se deberíamos tener
presentes para orientar nuestro pensar y nuestro actuar:
Se debe aceptar, en primera instancia, la diversidad, la
pluralidad y la horizontalidad como bases fundamentales para
re-establecer la pacífica convivencia en el país. Bolivia es
eminentemente plural, tanto en su ser nacional, como en sus
posibilidades económicas, sociales y culturales.. Hay que
articular entre sí esas realidades y esas potencialidades. Es
necesario, para ello, avanzar hacia el consenso y no hacia el
enfrentamiento. En la complementariedad está el secreto del éxito
y no en la dominación, la confrontación o en el mutuo
desconocimiento.
2) El sujeto del cambio.
El liberalismo decimonónico ponía como el principal agente del
cambio a la burguesía y el marxismo, al proletariado. Nuestro
Gobierno propone como agente del cambio a las organizaciones
populares, en concreto, a los pueblos indígenas.
Quisiéramos exponer algunas ideas que responden a nuestros
principios cristianos de educación liberadora en relación al
cambio y a su principal agente.
El sujeto y protagonista del cambio debe ser el propio pueblo, no
el Gobierno. El compromiso transformador debe partir,
prioritariamente, desde el área antropológica, para pasar después
al área económica, política, religiosa, social y cultural….etc
Esto significa que, en primer lugar, el marginado y excluido debe
ser aceptado y valorado como persona y como sujeto de derechos y
deberes y no como soporte de los Gobiernos o como instrumento de
lucha política-partidista. Ni siquiera debería ser considerado
como objeto de dádivas o regalos. “Nunca se debe dar en forma de
caridad lo que se debe otorgar en razón de justicia” (D.P. 1.435)
La pobreza en sí, como grave carencia de bienes materiales
absolutamente necesarios, es algo muy negativo, pero la base de
una verdadera promoción no está vinculada tanto a una mejora en
los ingresos económicos cuanto a que nuestros campesinos, nuestros
indígenas… recuperen su dignidad de personas con todos los
derechos y deberes de auténticos ciudadanos.
Cuando hablamos de visión antropológica, valoramos sobre todo, lo
educativo, la conciencia de la propia dignidad, la autoestima, el
desarrollo de los derechos de ciudadanía, la identidad personal y
cultural…. etc.
Sin embargo no es nada fácil lograr que el pueblo llegue a ser el
sujeto y protagonista de su propio cambio socio-económico. Son
muchos y muy grandes los obstáculos. Es imposible lograrlo cuando
vemos que predomina el dirigismo y el caciquismo, cuando se actúa
con mentalidad asistencialista y paternalista, cuando se propicia
un corporativismo cerrado, con obligatoriedad de asistencia a
marchas u otro tipo de manifestaciones, bajo la presión y el cobro
de multas y otros castigos….etc.
Nunca debería olvidarse que, en la medida que todo mal dirigente o
mal educador quita conciencia de poder al pueblo, en realidad, le
quita poder.
3) El verdadero desarrollo está en las personas.
El autentico desarrollo siempre debe ser endógeno es decir, tiene
que nacer desde abajo, desde adentro, desde las entrañas mismas
del pueblo.
Al pobre, al oprimido, se le ha quitado el sentido de su propia
dignidad. Este es el más nocivo de los robos y el más necesario y
urgente de ser restituido. Ahí está nuestra misión de verdaderos
educadores y orientadores de nuestro pueblo.
Mientras el pueblo, como organización y como personas, no ejerza
plenamente el protagonismo que le corresponde, será siempre
dependiente y manipulable.
El cambio profundo y total tiene en esto su razón de ser y en ello
radica la posibilidad del triunfo. De otro modo, se darán, sin
duda, cambios reformistas, que pueden ser muy positivos, pero
nunca hay que olvidar que el verdadero cambio está en la personas,
está en ese pueblo, en ese mismo pueblo tan marginado, despreciado
y oprimido.
4) Hacia el verdadero cambio profundo y total
Sin un auténtico cambio en la escala de valores es imposible el
cambio profundo que el Gobierno de Evo lo propone como prioridad y
que, en lo fundamental, lo apoyamos.
Nuestro pueblo votó por el cambio en el marco de una revolución
pacífica, pero toda verdadera revolución es, en el fondo, una
revolución moral. Lo demás es reformismo. Donde los objetivos
éticos no estén claramente formulados o asumidos, esos proyectos
socio-políticos terminan en el fracaso.
Frente a la terrible crisis de valores que afecta a nuestra
sociedad hay que plantarse las exigencias de un verdadero rearme
moral y diseñar, para ello, las estrategias conducentes a un
cambio en la escala de valores.
La opinión pública de Bolivia pide y exige un cambio real y
auténtico. Muchos piensan que lo principal para lograr ese cambio
es acabar con el modelo neo-liberal.
Sin embargo, lo que caracteriza fundamentalmente, la maldad y la
injusticia de ese modelo tiene relación directa con los anti-valores
que lo sustentan.
El neo-liberalismo es un modelo aplazado en ética: no parte de la
aceptación y vigencia de los valores humanos, antepone el capital
al trabajo y el dinero a las personas. Para el modelo neo-liberal,
el crecimiento económico es más importante que la calidad de vida
y la concentración del dinero se prefiere a la equidad. Ese
modelo, dentro del cual todavía nos debatimos, valora más la
estabilidad económica que la justicia social; el individualismo,
más que la solidaridad; el “tener” más que el “ser” y la
apariencia es más importante que la realidad. Dentro de la falsa
escala de valores en la que vivimos, la exterioridad vale más que
la interioridad y el cuerpo mucho más que el espíritu. Mientras el
individualismo está cada vez más presente en nuestro pueblo, se
van perdiendo, al mismo ritmo, los valores de la comunidad.
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Podemos percibir,
así mismo, cómo la alienación empuja a nuestra juventud hacia la
pérdida gradual y progresiva de su propia identidad cultural, social
y religiosa.
El gran horizonte del cambio auténtico no llegará si no se da un
cambio radical en el área de la ética.
Por otro lado, percibimos, cada vez más presentes, la inseguridad
ciudadana, los robos, el consumismo, el regionalismo, el
divisionismo, la confrontación, la agresividad….
Hay que avanzar en la profundización de los valores tradicionales de
nuestro pueblo, como ser la fraternidad, la solidaridad, la
tolerancia, la justicia social, la equidad, el respeto a la vida… Es
evidente que si eso no se logra, no podrá darse ningún cambio
significativo.….
Necesitamos una auténtica revolución moral de las conciencias y de
las instituciones. El pueblo no quiere cambios que nada cambian.
Pero esos cambios, o serán de tipo ético-moral , o serán nada.
5) Es imprescindible la formación en los valores
Nuestro pueblo necesita una formación sistemática en los valores de
la ciudadanía, que deberían estar presentes en todo el sistema
educativo. Nuestros colegios se deberían distinguir, no sólo por el
desarrollo del área de los conocimientos, sino, y sobre todo, por el
área de los valores personales y sociales.
Existe una estrecha relación entre la profunda crisis de valores en
la que se debate nuestra sociedad y nuestro sistema educativo,
esencialmente instrumental, funcionalista, neutro, sin opciones para
el cambio y el compromiso social, sin confrontación con los
problemas del país y sin contenidos éticos.
Con honrosas excepciones que, por cierto, las hay, parecería que
tenemos una educación para no pensar, para no analizar, para no
cuestionar, para no auto-formarse… orientada, fundamentalmente,
hacia las notas, hacia el título, hacia el examen, pero no hacia la
vida.
La educación que tenemos no lleva, por lo general, hacia actitudes y
actividades creativas y transformadoras. Lo repetitivo es como el
eje sobre el que gira todo este sistema memorístico, libresco y anti-formativo.
Es una educación ajena a nuestra cultura y a sus valores, a nuestra
realidad socio-política y a sus problemas. El texto y los
policopiados siguen siendo lo esencial como elementos para la
memorización .
Es una educación perezosa, estática y terriblemente individualista.
El “yo” ha desplazado totalmente al “nosotros” y el ansia de
sobresalir, aún a costa de los otros, la convierten en una especie
de pugilato anti-solidario y anti- democrático. Es un sistema
educativo que no acompaña al pueblo en su caminar histórico, tan
difícil, tan complicado y cuestionador.
El “aprender a ser” debería constituirse en el gran objetivo
transformador que actualmente busca nuestra sociedad.
6) Actitudes que deberíamos tener presentes frente a la actual
polarización
En el momento actual, una de las ideas que deberíamos tener muy
presentes como formadores de opinión es la de evitar todo lo que
pueda llevar hacia una mayor polarización y exacerbación de los
ánimos.
- Esa polarización no se da, sólamente, en el ámbito de lo político.
Está presente también, aunque a distintos niveles, dentro de los
medios de comunicación, en las organizaciones sociales y aún dentro
de las propias familias.
- Es muy conveniente tener presente que, en la actual coyuntura tan
exacerbada, tienen más presencia e influencia los sentimientos que
las ideas.
- Se da, actualmente, frente al Gobierno de Evo una lucha, no sólo
de ideas sino, sobre todo, de simpatías y de antipatías, de
admiración y de rechazo frontal. Debemos partir de algo que es
fundamental en la convivencia: los sentimientos siempre se deben
respetar. Uno puede querer más a su familia, a su patria, a su
región, a su pueblo o a su equipo de futbol… y no es por ideas, sino
por sentimientos. Los sentimientos son patrimonio exclusivo de cada
persona y, por lo tanto, siempre deben ser respetados.
- Es inútil, y hasta muy negativo para la convivencia, el discutir,
aparentemente, sobre ideas, cuando, en realidad, son los
sentimientos los que predominan. De ahí que deberíamos evitar
prudentemente, esos pugilatos verbales que envenenan nuestras buenas
relaciones personales y sociales. Siempre debe primar el respeto
hacia lo que piensan y sienten los demás.
- El pueblo mayoritariamente confió y sigue confiado en los cambios
profundos que el Gobierno actual quiere hacer realidad. Sin embargo,
podemos percibir se va perdiendo apoyo y que los grandes objetivos
comienzan a diluirse dentro del marco de la lucha
político-partidista por el poder.
- Ha existido en el Gobierno gran dosis de ingenuidad y de
mesianismo socio-político. Los ideales eran buenos, pero los medios
que se tomaron para hacerlos realidad no han sido los más adecuados.
Ha habido excesiva seguridad y muy poca ductibilidad así como mucho
apresuramiento y poca planificación.
- No es legítima una postura de pura neutralidad que algunos
proponen. Menos todavía el apoyo a quienes pretenden cerrar el paso
a cambios legítimos y necesarios.
- Hay que partir del hecho de que el Gobierno actual goza de plena
legalidad y de reconocida legitimidad. Por lo tanto, todo movimiento
o acción antigubernamental que vaya en contra de los principios
democráticos debe ser rechazada y catalogada como subversiva.
- Nuestra postura tiene que ser orientada por una función crítica
profética. Deberíamos ser positivamente críticos.
- En el momento actual, de tantas tensiones y tantas confusiones,
debemos defender abiertamente la unidad del país frente a cualquier
tipo de fraccionamiento. No debemos aceptar que bajo consignas
regionalistas legítimas se escandan propuestas separatistas o
secesionistas.
- Hay que defender el sistema democrático nacional y sus principales
instituciones que son las que lo garantizan, como ser: la Corte
Suprema de Justicia, el Tribunal Constitucional, la Corte Electoral,
tanto Nacional como Departamental, la Contraloría de la República,
el Poder Legislativo…etc.
- Hay que propiciar el diálogo, no solamente en las principales
instituciones a nivel nacional, sino también en espacios
departamentales, municipales y locales.
- Habría que criticar y denunciar abiertamente todos los discursos y
todas las actitudes y acciones que defiendan la violencia, en
cualquier bando y por cualquier motivo.
- Se debe insistir el que la modernización del Estado y en una
verdadera descentralización que tiene que ser resultado de acuerdos
políticos regionales y departamentales.
- Los estatutos autonómicos deben nacer en la legalidad y ser
integradores, solidarios y progresivos, evitando siempre la división
y la atomización del Estado.
- Se debería evitar desde un principio que la territorialización de
las autonomías regionales e indígenas lleven al país a una lucha
interminable para definir sus fronteras.
- Debe evitarse que la crítica legítima y oportuna a ciertas
acciones políticas del Gobierno puedan ser interpretadas como
posiciones partidistas, vinculadas a los grupos radicalmente
opositores.
- Seria muy lamentable que pudiera decirse en el futuro que este
gran proyecto gubernamental fracasó por culpa de los medios
autónomos de comunicación social, o de instituciones ajenas a la
lucha político-partidista.
Nos quedamos con la advertencia de San Pablo “No extingan el
Espíritu, ni desprecien lo que dicen los profetas. Examínenlo todo y
quédense con lo bueno, donde quiera que lo encuentren" (1 Tes. 5,9)
Y con el lema :”La democracia se defiende en las urnas, no con las
armas y los palos”.
Cochabamba 26 de Diciembre del 2007 |
Mensajes
desde Cuba:
De: A. Montano
Asunto: Artículo de Luis Sexto aparecido en el diario "Juventud
Rebelde"
Cuatro palabras
Luís Sexto
Correo: sexto@enet.cu
11 de enero de 2008 00:00:22 GMT
El pasado domingo, un reportaje de JR recogió la queja de algunos lectores
acerca de que ya no se exhiben, como antes, las páginas de los periódicos en los
cristales de los estanquillos, de modo que puedan multiplicar su alcance.
Evidentemente, las tiradas son deficitarias comparándolas con la demanda de los
lectores. Me eché a reír, sin ánimo de burlarme. Pensé que es imposible hoy
mostrar las diversas páginas de un diario como en una vitrina: los estanquillos
—al menos en la capital— carecen de cristales; son metálicos, por delante, por
detrás y por sus costados.
Puede parecer ofensivo decirlo, pero estamos ante un absurdo cuyo origen puede
ser la tan socorrida falta de recursos. Y a simple vista es un absurdo, porque
lo que está puesto a la venta necesita mostrarse y no guardarse como en una
especie de caja fuerte, que eso mismo parecen los estanquillos. Pero no me quedo
en esta esquina. He usado el ejemplo como resorte para extender mi comentario. A
veces percibo que en nuestra sociedad hay más de un absurdo: quizá una cadena
que nos ata y nos incapacita hasta para percatarnos de nuestras contradicciones.
Cadena de absurdos dice uno y no por ello puede pensarse que vivimos en una
sociedad absurda. Como suele suceder, las generalizaciones son muy injustas. En
Cuba se palpa una coherencia: sabemos lo que buscamos y queremos desde el punto
de vista social: una nación fundada sobre bases de equidad, igualdad, valores
humanos como la solidaridad, la fraternidad, y organizada políticamente bajo
empeños tan primordiales como la preservación de la independencia y el
predominio de la democracia participativa. No me parece que andemos, al menos la
mayoría de los ciudadanos de este país, queriendo cosa distinta. Somos, en ese
aspecto, consecuentes con la vocación histórica de nuestra nación.
|
Las inconsecuencias, sin embargo, empiezan en las formas y métodos con que
pretendemos concretar eficiente y efectivamente los ideales que la Revolución
nos puso como sentido de nuestra vida hará pronto 50 años. Algunos de nosotros
han extraviado el sentido crítico y ven la realidad a través de
un tubo de poca luz, casi como a través del cañón de una
escopeta. Por supuesto, por ese hueco se aprecia un cuadro tan
estrecho que resulta casi imposible valorar justamente la
situación y el desarrollo de las cosas.
Si fuéramos a escoger ahora, a principios del año, las cuatro palabras básicas
que deberían ser la guía de nuestras acciones, este comentarista elegiría
flexibilidad, racionalidad, realismo y correspondencia. Leídas de pronto parecen
no tener ninguna relación. Pero, precisamente, porque a veces hemos intentado
enfocarlas y ejercerlas sin ninguna conexión es que hoy tantos actos se nos
presentan de manera inconsecuente.
¿Qué nos daría la flexibilidad, por ejemplo? La flexibilidad sería una de las
formas de la racionalidad, es decir, el predominio de la sensatez en nuestro
proceder como sociedad. Flexibilizando nuestros conceptos sobre el orden, la
libertad, la justicia, el individuo, veríamos el conjunto de la gente y los
hechos más racional y democráticamente. Y así miraríamos la situación del país
con realismo; sabríamos discernir entre lo posible y lo imposible; lo
conveniente y lo inconveniente; lo urgente y lo mediato; lo externo y lo
interno. Tendríamos un criterio sistémico, universal, de la congruencia entre el
ser y el querer ser, entre lo que ha de permanecer y lo que debe ceder su
espacio a ideas más frescas y creadoras, porque su tiempo ya feneció.
Desde luego, con esa claridad se nos facilitaría la correspondencia entre acción
y palabra, entre principios y hechos, entre política y retórica, entre reflexión
e improvisación. Y sobre todo, la correspondencia entre los deseos de perdurar
como proyecto revolucionario y las demandas primordiales para alcanzar la
perdurabilidad. Los deseos no bastan. Son arteros. A veces nos obligan a poner
los ojos en las flores del horizonte y nos prohíben ver las rosas que crecen
bajo nuestra ventana. Flexibilidad, racionalidad, realismo y correspondencia.
Cuatro palabras. Me gustaría tratarlas por separado, a partir del vienes
próximo. |
Un
tema y dos visiones |
Lula en Cuba
Fernando Ravsberg
La Habana
El
presidente brasileño, Luis Inacio Lula da Silva llegó la noche de
este lunes a La Habana para iniciar una visita oficial de 24
horas.
Fue recibido por el ministro de relaciones exteriores de Cuba,
Felipe Pérez Roque.
Lula tiene previsto la firma de importantes acuerdos que ampliarán
las relaciones comerciales y las inversiones entre los dos países,
entre otras la prospección petrolera en las aguas profundas del
occidente de la isla.
También se prevén contratos para la construcción de carreteras en
Cuba, el montaje de una fábrica de lubricantes e inversiones en el
sector turístico.
El propio Lula anunció en Brasil que además se colaboraría en la
creación de laboratorios médicos.
El comercio entre ambos países podría verse fortalecido con un
aumento de las importaciones cubanas de alimentos gracias a una
línea de crédito brasileña que se situaría alrededor de los 200
millones de dólares.
Comercio en expansión
En el año 2006 el comercio entre los dos países alcanzo la cifra
de US$375 millones, de los cuales US$312 millones fueron de
exportaciones brasileñas a Cuba, convirtiéndose para La Habana en
el segundo socio comercial de América Latina después de Venezuela.
En este viaje el presidente Lula llegó acompañado de los ministros
Celso Amorín, de Exteriores; Miguel Jorge, de Desarrollo,
Industria y Comercio; Fernando Haddad, de Educación; José Gómez,
de Salud y el presidente de la petrolera Petrobras, José Sergio
Gabrielli.
Están previstas reuniones con el presidente interino de Cuba,
General Raúl Castro, con el presidente del parlamento, Ricardo
Alarcón, y mañana en la tarde podría reunirse también con Fidel
Castro.
Aún no hay certeza de que la reunión con Fidel se produzca, según
fuentes brasileñas eso dependerá de la decisión de los médicos por
lo que el encuentro entre los dos presidentes podría ser un
medidor del estado de salud de Castro.
Junto al avión el gobierno cubano tenía preparado un micrófono
para que Lula conversara con la prensa pero este denegó la oferta,
se montó en el automóvil de protocolo y abandonó el aeropuerto
inmediatamente.
Tema sensible
Las relaciones con Cuba son un tema sensible para Lula quien
durante toda su carrera política se mantuvo ideológicamente
cercano a La Habana y aliado a Fidel Castro a quien califica aún
hoy de "amigo personal".
Sin embargo, una vez asumida la presidencia de su país, las
relaciones entre ambos gobiernos no fueron lo esperado.
Incluso después de su primer viaje a la isla las inversiones
brasileñas no crecieron al ritmo y en los sectores planificados.
En el terreno político la distancia entre los dos líderes aumento
también, llegando a hacer crisis con el tema de los
biocombustibles.
Estos fueron promovidos por Lula y condenados por Fidel, quien
advirtió la suba de los precios en los alimentos que eso
provocaría.
Sin embargo, ambos presidentes han tenido buen cuidado de que la
polémica pública sea cordial, evitando los ataques personales y
"comprendiendo" siempre las posiciones adoptadas por la otra
parte.
|
Presidente de Brasil llega a Cuba en visita oficial
La Habana, 14 ene (PL) El presidente
de la República Federativa de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva,
arribó hoy a Cuba en visita oficial, acompañado de una amplia
delegación de ministros y altos funcionarios de su gobierno.
A su llegada al aeropuerto internacional José Martí, de esta
capital, el mandatario brasileño fue recibido por el canciller
Felipe Pérez Roque, el embajador de la isla en la nación
sudamericana, Pedro Núñez Mosquera, y otros dirigentes
gubernamentales.
Viajan junto a Lula da Silva los ministros del Exterior, Celso
Amorim; de Desarrollo, Comercio e Industrias, Miguel Jorge; de
Educación, Fernando Haddad; de Salud, José Gómez Temporao, y el
presidente de Petrobras, José Sérgio Gabrielli de Azevedo.
La visita del mandatario brasileño, quien arribó procedente de
Guatemala, contribuye a profundizar las relaciones de amistad y
cooperación existentes entre los dos países, durante la cual se
firmarán varios acuerdos en áreas de interés común.
Durante su estancia Lula da Silva se entrevistará con el primer
vicepresidente cubano, Raúl Castro, y recorrerá lugares de interés
histórico y educacionales.
Esta es su segunda visita a Cuba como presidente. La primera se
efectuó en septiembre del 2003. Con anterioridad había viajado a
la isla en varias ocasiones desde su posición de líder del Partido
del Trabajo.
El intercambio comercial entre ambas naciones tiene una tendencia
al crecimiento. Brasil es hoy el segundo socio comercial de Cuba
en la región y octavo en el intercambio total.
También han avanzado los nexos de la cooperación científica y
tecnológica en áreas prioritarias para ambos países, como
agricultura, salud, vigilancia sanitaria y medio ambiental, entre
otras.
Destaca Lula da Silva importancia de visitas a Guatemala y Cuba
El presidente
brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, destacó la importancia de
las visitas que realizará hoy a Guatemala y Cuba.
En comparecencia en Radio Brasil, Lula expresó que ellas forman
parte de la estrategia de aproximación de esta nación suramericana
con los países de Latinoamérica.
Al referirse a Guatemala, dijo que Brasil aspira a contribuir con
el desarrollo de los países de América Central.
Añadió que personalmente conversará con los mandatarios de los
países centroamericanos que asistan a la toma de posesión del
presidente electo guatemalteco, Alvaro Colom.
Sobre Colom expresó que es un momento importante para Guatemala
porque el es un hombre progresista, con compromisos sociales y ya
demostró interés en aprender de las políticas sociales brasileñas.
Aseguró que de Guatemala viaja a Cuba para firmar una serie de
acuerdos, como parte de la política brasileña hacia los países del
Caribe.
Brasil tiene interés en ayudar a descubrir si Cuba tiene petróleo
en aguas profundas, aseguró, y también mencionó la intención de
apoyar la construcción de una fábrica de lubricantes en la isla.
Vamos a firmar acuerdos para construir carreteras y tenemos muchos
acuerdos en el área de la salud, tanto para reconocer a los
médicos brasileños formados en Cuba, como para ayudar a construir
laboratorios en ese país, apuntó.
Es un viaje que voy a hacer con mucho interés porque creo que
Brasil puede hacer mucho para ayudar a los países de América
Central y del Caribe, afirmó Lula en su programa Café con el
Presidente.
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