Frente al vino
¿Por qué pelear arriba de los cuernos de un caracol?
Este cuerpo dura lo que una chispa al chocar dos piedras.
Debe continuar la alegría sin que importen riqueza o pobreza,
es tonta la gente que no abre su boca para reír.
A su gran amigo Yüan Chên
Desde que abandoné mi casa en pos de una posición oficial
He vivido siete años en Changan.
¿Qué he ganado? Sólo a ti Yüan; así de duro es entablar una sólida amistad
Hemos rondado a caballo bajo los árboles en flor, hemos caminado en la nieve y nos hemos calentado el corazón con vino
Nos hemos encontrado y despedido en la Puerta del Oeste
Y ninguno de los dos se preocupó por ponerse ni sombrero ni cinturón
No nos presentamos juntos al examen
N o servíamos en el mismo Departamento del Estado
El lazo que nos unía era más profundo que las cosas externas.
¡Los ríos de nuestras almas nacen en el mismo pozo!
Sobre la torre que se divisa el rio
Junto al río se yergue
la torre de cien pies de alto;
Por allí pasa una extensa
carretera de mil millas;
Contemplar el lejano horizonte
desde esta altura
Me basta para confortar
la mente y el corazón.
Los correos no se detienen
a todo lo largo del camino,
Los soldados se precipitan
hacia sus guarniciones.
En tiempos tan turbulentos
Siento de manera especial
que es bueno estar ocioso.
Ahora que he pasado los cuarenta,
En verdad, no es demasiado pronto
para que me retire.
Déjame que ahora limpie
los vestidos manchados de polvo.
No es demasiado tarde
para que retorne a los cerros.
A Li Chien
En los primeros tiempos para encauzar el curso de mi vida,
directamente acudí a Chuang Tzu.
Pero en los últimos años el espíritu es mi preocupación; me convertí a la Dhyana de la Escuela del Sur.
Exteriormente, acepto el mundo tal como es; íntimamente, supero las limitaciones que imponen los sentidos.
Afuera, no siento aversión ni por la aldea ni por la Corte; en mi casa, no necesito la compañía de nadie.
Desde que aprendí este arte, adondequiera que vaya mi mente está en sosiego y no necesito de inflexiones y estiramientos para el bienestar de mis miembros; ni de ríos ni de lagos para calmar mis pensamientos.
Si tengo propensión al vino, algunas veces bebo; si no tengo nada que hacer me siento reposadamente, silencioso y tranquilo hasta muy tarde y al siguiente día, duermo profundamente hasta que el sol está muy alto.
No me causan nostalgia, en otoño, las noches largas; no me lamento en primavera por los días que pasan.
Enseñé a mi cuerpo a olvidar si es joven o viejo, y a mi alma, que aprecie igual la vida que la muerte.
En la conversación que sostuvimos ayer, cuando te vi, diste a mis pensamientos lo que llaman «corazón y médula»,
Porque también mi Camino es como lo Inexpresable
Y a no ser por ti, jamás lo hubiese explicado con palabras.
Bai Juyi ( ???, Bai Juyi, Po Chü i)
Xinzheng, Henan, China; (772 - 846 D. De C.)
Poeta chino de la dinastía Tang. |