Escenarios Gerardo Ochoa Vargas
Los escenarios sirven para evaluar no
sólo posibles resultados, sino la efectividad de
acciones para revertir una situación.
Por ejemplo, estimar un escenario de
propagación de la epidemia de Sida no sirve tanto para
quedarse inermes viendo la progresión de la misma, sino
para tomar acciones preventivas y curativas.
Los escenarios se utilizan en muchas
disciplinas: economía, para predecir el comportamiento
de los precios, el tipo de cambio, la inflación;
sociología, para anticipar la dinámica de grupos y
procesos sociales; seguridad pública, para determinar el
impacto que un nuevo modelo de prevención del delito
podría tener; seguridad nacional, para conocer el
impacto de ataques a los elementos que resguardan la
estabilidad y pervivencia de los países, etc.
Infortunadamente, los escenarios han
sido confundidos con especulaciones y adivinanzas. Ya es
frecuente encontrar un uso arbitrario de palabra
'escenario' en editoriales, artículos de opinión y todo
tipo de textos, para aludir simples especulaciones.
Elaborar un escenario requiere conocer
las variables y sus interacciones. Hay varias ciencias,
pues, que forman parte de una estimación de escenarios.
Todo depende del fenómeno que pretende estudiarse, de la
aproximación deseada y del tiempo en el cual pretende
predecirse su comportamiento: estimar el comportamiento
de una epidemia a un mes es más sencillo y requiere de
tomar en cuenta menos variables que una estimación de su
extensión en cinco años.
Todos los escenarios tienen la
posibilidad de fallar, y más aquellos que, en aras de
una supuesta objetividad, eliminan los factores
complejos del análisis.
Este ejemplo, un tanto burdo, sirve
para comprender un escenario.
La figura muestra el escenario más
frecuente de atropellamientos fatales en México con
conductores sobrios y luz de día. En A, el peatón
(círculo color café) comienza a cruzar la calle, al ver
dos carriles libres. Pretende avanzar hasta el segundo
carril y esperar a que ambos carros pasen para terminar
de atravesar. Mientras esto ocurre, el conductor del
automóvil azul, quien no ha visto al peatón, inicia las
maniobras para rebasar a la camioneta roja.
En B la maniobra para rebasar ya ha
iniciado, y el conductor, más concentrado en el espejo
retrovisor o en voltear para asegurar la maniobra, no ha
visto al peatón, quien tampoco ha percibido el
rebase.
En C el conductor ya rebasó y está
acelerando para consolidar el rebase, y percibe al
peatón cuando ya casi lo ha alcanzado. El peatón acaba
de notar al vehículo, pero por su cercanía, ya no tiene
muchas oportunidades de esquivarlo.
Por supuesto que un escenario se basa
en modelos matemáticos, comparación de casos,
estadística y casuística de mortalidad, y tiene
relevancia sólo en ciertos entornos donde se cumplen las
mismas condiciones que las usadas para su construcción.
El arriba ilustrado, por ejemplo, no tiene relevancia en
países donde hay más cultura vial y los peatones no
tienen que cruzar a media calle.
En ocasiones, el modelo puede ser más
estimativo que actuarial. En esos casos se le denomina
escenario de estimación, y en el segundo, escenario
modelado.
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