SEMINARIO DE TRABAJO DE GRADO
TRABAJO 3
CAPITULO II
MARCO TEORICO
Antecedentes
Para Cruz, J. (2003), en su
trabajo de grado “La gerencia del capital intelectual en las empresas de
servicios y del sector manufacturero instaladas en la Zona Industrial I
(Barquisimeto 1er semestre 2003)” realizó un análisis comparativo de las
empresas de servicios y del sector manufacturero, en relación a la
administración y uso de sus componentes, donde de conformidad con la
comparación de los resultados obtenidos en ambos sectores se concluye que la
gerencia del capital intelectual es similar, siendo la diferencia que las
empresas de servicios analizadas, aplican en menor intensidad la administración
de recursos intangibles.
Por su parte Oropeza (2002) en
su tesis de grado “La gestión del capital intelectual en las pequeñas y
medianas empresas (PYMES) promovidas por el centro de nuevas empresas (CNE) de
la Fundación Parque Tecnológico de Barquisimeto (TECNOPARQUE)”, refleja según
el estudio realizado que existe entre las microempresas encuestadas un grado de
sensibilización elevado sobre la importancia del conocimiento y la creación de
un clima favorable al aprendizaje. Sin embargo, las empresas aun no han
establecido las políticas y formas de actuación necesarias para el logro de un
aprendizaje eficaz. Además se observan líneas informales de avance, pero aun no
existen procedimientos específicos de gestión del conocimiento que actúen sobre
el conjunto de factores que determinen la capacidad de aprendizaje,
estableciendo un marco adecuado para su desarrollo.
Fonseca, López, Rodríguez y
Romero (2002) en su trabajo de grado titulado “Capital Intelectual como activo
intangible en las empresas del área comercial”,
llego a la conclusión de que la empresa no sólo debe gestionar su
conocimiento eficientemente, sino cuantificarlo mediante herramientas de
medición del capital intelectual organizativo. La contabilidad del conocimiento
surge como respuesta a las problemáticas derivadas de la administración del
Capital Intelectual (Administración del Conocimiento). Esta a su vez tiene
origen en la economía del conocimiento. La posibilidad de administrar el
conocimiento es una realidad, vencidos los escepticismos iniciales. Ya no se
concibe al conocimiento como algo exclusivamente cognitivo y personal.
Constituye un alto valor y fuente de riqueza. Un recurso, o un activo, que
requiere administrarse mediante procesos organizacionales.
Por otra parte, Martínez y
Yánez (2000) en su trabajo sobre el “Análisis estratégico del valor del capital
intelectual como recurso generador de ganancias en el Instituto de Desarrollo
Profesional (IDP) del Colegio de Contadores públicos del Estado Lara” ; se
concluye que los elementos del valor del capital intelectual son un recurso
generador de ganancias tanto financieras como no financieras, además de
relacionar el valor que se genera mediante este activo inmaterial con la
generación de ganancias financieras y sociales. De acuerdo a los resultados
obtenidos existen aspectos que contribuyen a brindar un servicio de calidad que
conlleva a la lealtad del cliente que origina ganancias no cuantificables en
términos monetarios o sea, genera ganancias sociales. Dichas ganancias están
representadas por la motivación de los empleados hacia el trabajo, la eficiente
comunicación entre personas y departamentos, entre otros.
Según Estrella (2000) en su
trabajo de grado titulado “Diseño de un programa de auditoria del capital intelectual
para la empresa Alfa Asesores de Occidente, S.A.”, de acuerdo a la exploración
del sistema financiero para detectar los componentes que se relacionan e
influyen en el capital intelectual de la empresa, se obtuvo que en los estados
financieros de la misma no figura ningún registro relacionado con el capital
intelectual, sin embargo, en el futuro esta compañía estaría ampliamente
facultada para incluir el capital intelectual en el balance general y no
mantenerlo en secreto como una ventaja competitiva. Teniendo presente que
establecer un sistema para declarar el capital de una organización no será
tarea fácil.
Para Brooking
(1997), el capital intelectual no es nada nuevo, sino que ha estado presente
desde el momento en que el primer vendedor estableció una buena relación con un
cliente. Más tarde, se le llamó fondo de comercio. Lo que ha sucedido en el
transcurso de las dos últimas décadas es una explosión en determinadas áreas
técnicas clave, incluyendo los medios de comunicación, la tecnología de la información
y las comunicaciones, que nos han proporcionado nuevas herramientas con las que
hemos edificado una economía global. Muchas de estas herramientas aportan
beneficios inmateriales que ahora se dan por descontado, pero que antes no
existían, hasta el punto de que la organización no puede funcionar sin ellas.
La propiedad de tales herramientas proporciona ventajas competitivas y, por
consiguiente, constituyen un activo. “Con el término capital intelectual se
hace referencia a la combinación de activos inmateriales que permiten funcionar
a la empresa”.
EL CAPITAL INTELECTUAL
El Capital Intelectual lo podemos definir como el conjunto
de Activos Intangibles de una organización que, pese a no estar reflejados en
los estados contables tradicionales, en la actualidad genera valor o tiene
potencial de generarlo en el futuro (Euroforum, 1998 ).
Los conocimientos de las personas clave de la empresa, la
satisfacción de los empleados, el know-how de la empresa, la satisfacción de
los clientes, etc., son activos que explican buena parte de la valoración que
el mercado concede a una organización y que, sin embargo, no son recogidos en
el valor contable de la misma.
Está claro que existe un capital que
nadie se preocupa por medir y del que nadie informa dentro de la organización,
pero que sin lugar a dudas tiene un valor real. Identificar y Medir el Capital
Intelectual (Activos Intangibles) tiene como objeto convertir en visible el
activo que genera valor en la
organización. Como sabemos el peso del Capital Intelectual sobre el valor de
mercado de una organización es creciente y por lo tanto los esfuerzos se
dirigen a medirlo y a gestionarlo.
“El Capital
Intelectual en el Sector Público”
Por sus peculiaridades, el sector público presenta varias diferencias en cuanto a la aplicabilidad de las ideas del Capital Intelectual, que exponemos a continuación:
1. Menor estímulo a la adopción de nuevas técnicas de gestión. Es frecuente que la gestión en el sector público adopte con lentitud las innovaciones ocurridas en la iniciativa privada, que en lucha por la supervivencia y al operar en un ambiente de competencia precisa adoptar con rapidez las mejores prácticas de gestión. Con los activos intangibles no ha sido diferente. Si el sector público se muestra más lento a la hora de incorporar la medición y registro de los activos intangibles es por su situación de monopolio y falta de competencia, que no es el mejor marco para estimular su desarrollo. En cualquier caso, la moderna gestión del sector público tiene como bandera la atención al público y la calidad de los servicios lo que justifica una reflexión sobre las posibles aportaciones del Capital Intelectual.
2. Objetivos intangibles. Los objetivos de las entidades públicas son diversos y dependen de la administración concreta (velar por la seguridad nacional, impartir justicia, elevar el nivel cultural de la población...), pero, en general, son más intangibles que los que predominan en el sector privado, preocupado por la obtención de rentabilidad y creación de valor para el accionista. La imposibilidad de utilizar como referente la cotización bursátil y las limitaciones del uso de ratios financieros para valorar la gestión de la entidad pública, justifica la popularidad del uso de los indicadores de gestión, véase Torres [1991], o de técnicas como el Análisis Envolvente de Datos para medir la eficiencia de las entidades públicas; véase Seiford [1996] para una revisión de la literatura y Mancebón y Mar Molinero [2000] como un ejemplo práctico. En el marco del Capital Intelectual, pueden proponerse indicadores alternativos para medir el grado de cumplimiento de los objetivos de una entidad pública.
3. La responsabilidad social y medioambiental. La mayoría de las empresas privadas ven dicha responsabilidad como un gasto, aunque no pocas los consideran como activos intangibles que mejoran su imagen. Es frecuente que estas empresas informen de la repercusión de sus acciones sobre la sociedad y el medio ambiente en documentos anexos a las cuentas anuales, véase Roberts [1992]. En el caso de las entidades públicas la exigencia debe ser máxima. En nuestra opinión, este compromiso no debe considerarse meramente como algo que mejora la imagen de la entidad, sino que debe formar parte de sus objetivos.
4. Los servicios son intangibles. En ocasiones las entidades públicas producen bienes tangibles como carreteras, pero la mayor parte del output que produce el sector público son servicios, y por tanto intangibles. Cabe señalar que los controles de calidad son diferentes para bienes tangibles que para los servicios, lo que invita a aplicar procedimientos específicos de valoración de intangibles, como las encuestas sobre el grado de satisfacción.
5. Los recursos son intangibles. Los recursos utilizados por las administraciones públicas son más intangibles que los que usan la mayoría de las empresas privadas. Los recursos básicos tradicionales utilizados por una empresa son cuatro: materias primas, máquinas, capital y recursos humanos, aunque hoy en día se considera que el conocimiento es un input fundamental que también ha de añadirse a la lista anterior. Los tres primeros son activos tangibles. Los recursos humanos y el conocimiento son activos intangibles. Cada sector económico utiliza los recursos de forma diferente: la empresa industrial destaca por el uso del recurso maquinaria, las financieras por el uso del capital, etc. En el sector público, materias primas, maquinaria y capital no son tan importantes, al contrario que los recursos humanos y conocimiento, ejes básicos en cualquier modelo de Capital Intelectual.
6. Menor margen de maniobra del gerente. Las entidades públicas están sometidas a un mayor control y exigencia de trasparencia en la gestión. Algunas de las ideas en las que se basa el Capital Intelectual, aun siendo a priori atractivas para su aplicación en las entidades públicas reconocemos que en la actualidad es muy difícil su ejecución. Con frecuencia los gerentes se encuentran atados por las normas y procedimientos a seguir. Sirva de ejemplo la gestión de los recursos humanos: la rigidez de los sistemas de acceso o consolidación en el sector público con frecuencia deja escapar a buenos profesionales que no superan pruebas de acceso. En este contexto habitual de buena parte del sector público es difícil que prosperen las ideas del Capital Intelectual.
7. Menor
urgencia por cuantificar. En cuanto a la utilidad de
los activos intangibles desde una perspectiva interna, es decir, para la toma
de decisiones de los gestores, es diferente como deben usarse y valorarse los
activos intangibles en la empresa privada y en el sector público. En la empresa
privada los activos intangibles tienen que servir para ganar dinero. Su
cuantificación monetaria interesa para saber cuanto valen para la empresa y es
imprescindible ante una venta. Los objetivos económicos del sector privado
obligan a cuantificar el valor de los intangibles, proceso tan complejo como
subjetivo que desincentiva a muchas empresas a involucrase en programas de Capital
Intelectual. El enfoque del gestor público ante el tema de los intangibles
favorece su aplicación práctica al haber una menor exigencia en el nivel de
cuantificación, y con ello más facilidad para su implantación.
8. Presentación externa. Las entidades publicas tienen que satisfacer las demandas de información de usuarios externos. En el marco del Capital Intelectual cabe presentar información sobre los esfuerzos por optimizar la racionalidad de su organización interna, desarrollar sus recursos humanos, mejorar la imagen, lo que ha hecho por la sociedad y el medio ambiente, entre otros. De acuerdo con una encuesta llevada a cabo por Arthur Andersen [1998] a 368 directivos de empresas no se espera que se incluyan en las cuentas anuales información sobre Capital Intelectual, al menos a corto plazo. Se considera más una herramienta de gestión interna. Pero en el sector público sería necesario regular y controlar la presentación de documentos evitando, por ejemplo, que se justifiquen inversiones ruinosas o derroches innecesarios como una “impagable mejora de la imagen de la entidad”.
Algunos autores incluyen el Balanced Scorecard de Kaplan y Norton [1992] como modelo de Capital Intelectual aunque más bien es un sistema de gestión estratégica que incluye parcialmente indicadores de activos intangibles. Su cuadro de mando integral se compone de cuatro apartados: perspectiva financiera, de clientes, de aprendizaje y crecimiento y de procesos internos de negocio. Su incorporación al sector público ha sido experimentada en ayuntamientos, -siendo el pionero Charlotte City [1994] y en España la experiencia piloto del Sector de Actuación de Vía Pública de Barcelona, Vivas [1998]- hospitales y otras entidades públicas, véase por ejemplo Johnsen [1999 y 2000], aunque no sin dificultades por la orientación genuina del modelo al beneficio empresarial y creación de valor económico a largo plazo.
Otro modelo muy referenciado es el Business Navigator propuesto por Edvinsson y Malone [1997] y aplicado en primer lugar en la empresa de seguros Skandia. Este modelo pone énfasis en la justificación del valor de mercado de la empresa, que obtiene al sumar el capital financiero y el capital intelectual. Dentro del capital intelectual distingue entre capital humano y capital estructural, que a su vez se descompone en capital de clientes y capital organizativo. Posteriormente, Edvinsson y Stenfelt [1999] adaptan este modelo al sector público, concretamente desarrollan el concepto de Capital Intelectual de Naciones como fuente de creación de riqueza de los países. Este nuevo modelo se basa en cinco fuerzas de creación de valor: innovación, conocimiento, capital humano, tecnologías de la información e inversiones en capital intelectual. Para cada una de ellas es posible encontrar indicadores. Suecia es el país pionero en desarrollar esta metodología y numerosas agencias gubernamentales aplican estas teorías.
El modelo de Brooking [1996] parte también del valor de mercado de la empresa, siendo explicado por la suma de los activos tangibles y el capital intelectual, que se compone de activos de mercado, humanos, de propiedad intelectual y de infraestructura. Sveiby [1997] propone el Intellectual Assets Monitor que clasifica los activos intangibles en tres categorías: competencia de los recursos humanos, estructura externa y estructura interna. Roos [1996] introduce el concepto de índice CI, como medida que integra los diferentes componentes del Capital Intelectual (humano y estructural) en una única medida que sintetiza el rendimiento del capital intelectual. Posteriormente fue aplicado en una entidad del sector público australiano, la Agencia del Departamento de Industria, Ciencia y Turismo, véase Dragonetti y Roos [1998]. Puede consultarse el trabajo de Bontis et alt. [1999] que contiene una revisión de los principales modelos e instrumentos para medir y gestionar activos intangibles.
Un problema común que presentan los modelos actuales de Capital Intelectual para su aplicación inmediata en el sector público es que ponen énfasis en explicar la diferencia entre el valor de mercado de la empresa y su valor en libros. En el sector público no tiene sentido obtener el valor de mercado de un ayuntamiento o de la Policía Nacional. Un modelo de gestión integral para el sector público que incluya indicadores de activos intangibles debe servir para revelar cómo los activos intangibles pueden utilizarse para mejorar la calidad de servicio a los ciudadanos y alcanzar la excelencia en la gestión así como reflejar el compromiso social y medioambiental de la entidad. Además de en los objetivos, también en cuanto a los componentes del Capital Intelectual se encuentran diferencias entre el sector público y la empresa.
Por ejemplo, el “capital clientela”, o de “estructura externa” en la empresa privada viene dado básicamente por el valor de la clientela y la marca. En el sector público los clientes son los ciudadanos y aunque pueden asimilarse a clientes, la falta de competencia o de elección en los primeros provoca que los indicadores sean diferentes. Tampoco en el sector público suele hablarse de marca aunque sí de imagen. El capital humano y organizativo también presentan particularidades en el sector público. Casi todos modelos conceden la máxima importancia al capital humano como el de Sveiby [1997], el Intelec de Euroforum [1998] o el Navigator de Edvinsson y Malone [1997]. A pesar de estas diferencias, las aportaciones y buena parte de los indicadores propuestos en los modelos de Capital Intelectual pueden ser perfectamente aplicables al sector público.
La figura 1 recoge nuestra propuesta de modelo, que se representa mediante una escalera con tres peldaños en un gráfico XY. En el sector público, cualquiera que sea el objetivo concreto de la administración (seguridad nacional, educación, limpieza...) el gestor debe seguir el camino a la excelencia y la calidad del servicio. En forma metafórica, la escalera recorre este camino y en su interior se encuentran los conceptos o factores que maneja el gestor. Para cada concepto se detallan los indicadores que lo cuantifican.
Figura 1. Modelo de capital intelectual para el sector público
En el balance de situación, los activos se agrupan por masas patrimoniales y se ordenan según su liquidez, abajo los más disponibles, como el dinero y arriba los menos como el inmovilizado. Aunque según los planes de cuentas el inmovilizado inmaterial se considera poco disponible, en ocasiones es más factible convertir en dinero un inmovilizado inmaterial - como una patente- que uno material - como la sede de la compañía -. Aun siendo conscientes de estas limitaciones, por mantener la coherencia con la técnica contable se opta porque el eje Y muestre el grado de intangibilidad de los activos.
El eje X muestra los niveles de la gerencia, que se corresponden con los tres niveles clásicos de Simon [1960]: operativo, intermedio y estratégico. El primer peldaño de la escalera corresponde al nivel operativo y el administrador maneja conceptos típicos de la contabilidad pública (facturas, pagos a proveedores, etc.). A partir de ahí se obtienen indicadores que tratan de revelar aspectos sobre el control de las operaciones. Recordemos que la contabilidad tradicional incluye algunas partidas intangibles, que en el gráfico de la figura 1 se refleja en la línea horizontal que separa los conceptos tangibles de los intangibles. Cabe señalar que, desde una perspectiva temporal, estos indicadores obtenidos de la información contable reflejan la importancia que tienen los datos históricos para la gestión.
El segundo peldaño se corresponde con el nivel de gestión intermedia. Los conceptos utilizados se refieren a aspectos como la economía, eficiencia y eficacia de la gestión y habitualmente se trata de activos tangibles cuantificables mediante indicadores de gestión (de control de costes, productividad, etc.). Pero en este escalón están presentes numerosos conceptos intangibles más difíciles de cuantificar, al menos que los vistos en el apartado anterior. Tanto por su naturaleza como por su función, la selección de indicadores tangibles e intangibles que componen este escalón revelan el día a día de la entidad.
Tras superar el segundo escalón, en el tercero el gerente aborda conceptos estratégicos tangibles como el saneamiento de las cuentas, el cumplimiento de presupuesto, el equilibrio financiero, etc. que se cuantifican mediante indicadores presupuestarios y financieros, tales como el nivel de endeudamiento, el grado de ejecución de los ingresos y de los pagos, el índice de inversión o la evolución de los gastos corrientes, entre otros, sin más dificultad que su correcta interpretación. En este escalón surgen numerosos conceptos intangibles como la imagen de la organización, la motivación de la plantilla, la responsabilidad social, la ecuanimidad en la gestión ante los diversos colectivos ciudadanos, etc. no en vano se corresponde con el nivel estratégico de la organización. Tratándose del nivel estratégico y planificación a largo plazo, los indicadores que componen este escalón se orientan hacia el futuro de la entidad. Conforme se avanza en el nivel de gestión (eje X), los conceptos se hacen más intangibles (eje Y), por lo que el gráfico adopta forma de escalera. Nótese que la escalera es acumulativa y que para llegar al último peldaño hay que pasar por los anteriores. Esta observación pretende recordar que, en el sector público, el camino a la excelencia pasa necesariamente por cumplir los requisitos de control de cuentas, ajuste al presupuesto, economía, eficacia y eficiencia.
Selección de Indicadores
Una vez expuesto el modelo general de capital intelectual para el sector público, en este apartado se clasifican los conceptos intangibles y se detallan algunos indicadores que los cuantifican. Para desarrollar completamente el modelo, sería preciso elaborar un cuadro de mando integral que recogiera indicadores de conceptos tangibles e intangibles para cada uno de los tres escalones. Como los indicadores de conceptos tangibles son bien conocidos nos limitaremos a describir los de intangibles, y dentro de ellos sólo los del nivel estratégico, objeto de nuestro estudio y que hemos agrupado en organización interna, relaciones externas, capital humano y compromiso socio-medioambiental.
Los indicadores deben cumplir las condiciones exigidas a toda la información financiera del sector público: comprensibilidad, fiabilidad, relevancia, oportunidad y consistencia, véase GASB [1987] y Torres [1991]. Somos conscientes de las limitaciones prácticas que presentan los indicadores pues pueden presentar una imagen parcial o distorsionada de la organización. Esto es más acusado cuando se utilizan indicadores que tratan de cuantificar conceptos intangibles. A modo de ejemplo, de entre las cincuenta capitales de provincia españolas, Teruel figura en varios estudios como la segunda de mayor “calidad de vida” de España, El Mundo [1999; la tercera, El Periódico de Aragón [2000]; o la cuarenta, El País [2000]. A continuación se presentan los principales conceptos para cada categoría. Cada entidad debe adaptarse el esquema general y diseñar los indicadores adecuados.
1) Innovación. La capacidad de innovación de la organización, su creatividad, es un valor intangible que ha de canalizarse para conseguir los objetivos de la entidad. En las empresas privadas, Rivette y Kline [2000] apuestan por una correcta gestión de la propiedad intelectual y las patentes como fuente de ventajas competitivas e ingresos. También se ha estudiado la relación entre la inversión en I+D y su cotización, véase Lev [1999]. En el sector público algunas entidades tienen competencias para investigar o incluso es su función principal mientras que otras no poseen departamentos dedicados a ello. Este es un activo inmaterial que se refleja en los estados contables tradicionales en partidas como los gastos en I+D, las patentes, etc. por lo que parte de los indicadores se extraen de la contabilidad aunque cabe la duda de si reflejan fielmente la capacidad de innovación de la organización. La contabilidad se limita a recoger los gastos en que se ha incurrido, por lo que en el marco del Capital Intelectual sería apropiado una memoria que reflejara cómo la innovación ha contribuido al cumplimiento de los objetivos e incluyera indicadores como los “proyectos de investigación en los que participa la entidad” o “premios o reconocimientos a la innovación”.
2) Know How. Las organizaciones tienen un conocimiento acumulado, una forma de trabajar y procedimientos propios. Es uno de los componentes del fondo de comercio, bien conocido por la contabilidad tradicional, que en las empresas privadas surge cuando hay una adquisición. En el sector público no se plantea la venta de la entidad, sin embargo, los contables han desarrollado numerosas técnicas para la valoración del fondo de comercio, que pueden aplicarse sin necesidad de que haya una compraventa. Aunque muchas veces no se pueden valorar con un número, al menos pueden documentarse los componentes del know how. Por ejemplo, se pueden presentar en un informe los “nuevos retos que ha tenido que asumir la organización y que incrementan nuestro saber hacer”, como la organización de un congreso internacional u otras actividades. Igualmente, las “nuevas competencias que asume la entidad” y que enriquecen su know how.
3) Capital estructural organizativo. Que la entidad disponga de un organigrama eficiente, favorecedor del flujo interno de información y conocimiento, es un activo intangible importante, aunque la menor flexibilidad de las administraciones públicas puede actuar como rémora. Neilson, Pasternack y Viscio [2000] proponen un modelo organizativo para la empresa en la era digital que consta de siete dimensiones: estructura de la organización, liderazgo, gente y cultura, cohesión, conocimiento, alianzas y ejercicio del poder. Algunas de estas ideas podrían adaptarse a las entidades públicas que se hayan en proceso de virtualización, ante el creciente impacto del comercio electrónico, llamado en este contexto A2B/C/A, siglas de “comercio electrónico entre administración y empresas, consumidores u otras administraciones”. Como conceptos intangibles podemos incluir el tipo de organización, el grado de descentralización de la toma de decisiones, el nivel de burocracia interna y la capacidad de trabajo en grupo. Son conceptos que no se reflejan en los estados contables, a excepción de algunos gastos como los que genera el departamento de organización y métodos, si existe. La mayoría de los indicadores se obtienen como fruto de la auditoría interna, especialmente la de procesos e informática. Como indicadores para estos conceptos ya Argenti [1976] proponía asignar puntuaciones al organigrama empresarial y otros factores organizativos, de forma que obtenía una calificación final para cada empresa que incluso podía explicar su quiebra. Ejemplos de indicadores para estos conceptos podrían ser, entre otros, el “grado de automatización de las tareas administrativas”, el “número de documentos que han dejado de procesarse en formato papel”, el “número de pasos para desarrollar un proceso”, el “porcentaje de personal que trabaja ante el público y en oficinas”, el “porcentaje de administrativos versus directivos”, el “porcentaje de personal insustituible”, el “porcentaje de teletrabajadores”, las “actividades realizadas con herramientas informáticas de trabajo en grupo” o el “porcentaje de personal con acceso a la Intranet y grado de utilización”.
4) Cultura corporativa. Es el conjunto de valores compartidos por los miembros de la institución. Varios autores han categorizado los diferentes tipos de cultura organizacional existentes en las administraciones públicas, por ejemplo Goddard [2000] identifica cuatro tipos básicos: burocrática, estratégica, social y orientada a la ejecución de tareas, contrastando posteriormente varias hipótesis sobre la influencia del tipo de cultura organizacional para entidades del sector público. Como conceptos intangibles suelen destacarse el seguimiento de un código de conducta o ético en la actuación de los miembros, su cohesión, su compromiso con la entidad o vocación de servicio. Los indicadores para cuantificar estos conceptos pueden obtenerse como fruto de estudios sociológicos, cuestionarios internos, test de personalidad, verificación de actitudes, etc. Por ejemplo, para identificar si la entidad tiene una cultura individualista o de grupo se les puede preguntar a los responsables de personal si, a la hora de contratar a un empleado, prefieren que su perfil sea compatible con el grupo o que sea brillante. También surgen indicadores procedentes de fuentes externas como, por ejemplo, la ”frecuencia de contacto con los ciudadanos”. Una vez recopilada la información pueden aplicarse técnicas exploratorias de análisis de datos multivariante como el análisis factorial, las escalas multidimensionales o el análisis cluster que permiten detallar el tipo de cultura de la organización.
1) Imagen. En el sector público no cabe hablar de marca, concepto recogido por la contabilidad financiera como activo inmaterial, en todo caso tiene un equivalente en la imagen que trasmite la entidad o el servicio que ofrece. La imagen se proyecta a los usuarios cotidianos del servicio, a los ciudadanos en general, al gobierno central e incluso a terceros. La imagen puede ser un activo intangible importante para las entidades públicas en tanto en cuanto contribuya a lograr los objetivos de la entidad o a aumentar sus entradas de capital u oportunidades de desarrollo. No tiene sentido hablar de un mercado de imágenes como en el sector privado sucede con las marcas o franquicias, por lo que es más difícil su valoración; pero como ventaja, no se exige cuantificarlo en términos económicos y puede ser suficiente con obtener indicadores cualitativos y su tendencia. En la contabilidad podemos encontrar los gastos en marketing, en publicidad, patrocinio de eventos, algunas partidas en obras sociales que tienen como fin mejorar la imagen de la entidad, etc. Nuevamente hemos de advertir que la contabilidad tradicional está orientada a los hechos pasados y sería más interesante medir la eficiencia de estas campañas u otros hechos que han contribuido a mejorar la imagen de la entidad, independientemente del gasto. Estos indicadores alternativos suelen obtenerse mediante barómetros de opinión. Podemos obtener el “grado de conocimiento del servicio”, “índices de valoración del servicio”, “referencias de la entidad aparecidas en los medios de comunicación”, “eventos de impacto internacional organizados que arrastran otros”, etc.
2) Calidad del servicio. Otro de los conceptos intangibles es la calidad, que en las entidades públicas busca lograr la satisfacción del usuario. En cuanto a la calidad de los servicios podemos valorarla con criterios objetivos, según cumplan una determinada norma de calidad, o también con criterios subjetivos, según la percepción del usuario. Parasuraman, Berry y Zeithaml [1991], creadores del método de valoración de calidad de servicio SERVQUAL detectaron diez factores clave: apariencia de las instalaciones de la entidad, fiabilidad, capacidad de respuesta, profesionalidad, cortesía, credibilidad, seguridad, accesibilidad, comunicación y comprensión hacia el cliente. Para cada factor es deseable encontrar indicadores que los cuantifiquen. AECA [1997, pág. 29] expone la necesidad de construir indicadores de calidad para las administraciones públicas y, sin duda, es uno de los conceptos intangibles que recibe mayores atenciones por parte de los gerentes. En cuanto a criterios objetivos, pueden obtenerse indicadores como: “premios a la calidad”, “certificaciones de calidad obtenidas”, “puntuación procedente de auditorias de calidad”, “número de servicios que no han tenido éxito” o “nivel de utilización de los servicios que se ofrecen vía Internet”. Si la entidad opera en un sector en el que hay empresas privadas que ofrecen el mismo servicio, pueden considerarse otros indicadores como el “aumento de empresas de sector privado que ofrecen los mismos servicios que las públicas” o “número de usuarios que repiten servicio”. En cuando a los indicadores que tratan sobre la percepción del usuario, podemos considerar la “evolución del número de reclamaciones y quejas de usuarios de los servicios”, "valoración que los ciudadanos hacen del servicio”, “grado de satisfacción sobre plazo de entrega del servicio”, y un largo etcétera.
3) Relaciones de la organización con otros agentes externos. En la empresa privada, disponer de alianzas estratégicas con otras empresas o, en general, relaciones con el entorno es un activo intangible muy valioso. En el ámbito público, también las relaciones con otras entidades, agentes sociales o medios de comunicación son activos intangibles que pueden contribuir al cumplimiento de los objetivos. La capacidad de la entidad para influir políticamente puede llegar a determinar la financiación con que cuenta. Para medir la red de alianzas de una empresa pueden verificarse datos objetivos como el porcentaje de participaciones accionariales cruzadas de que disponen, pero en el ámbito público es necesario utilizar otros indicadores. La fortaleza o capacidad para influir se puede medir con la “capacidad para atraer usuarios de ámbitos geográficos diferentes que acuden al servicio”, el “impacto internacional de los eventos que organiza”, la “capacidad para convocar a los medios de comunicación”, los “contactos con servicios equivalentes en otras localidades”, la “capacidad para obtener ayuda internacional recíproca en caso de necesidad”, etc.
Definición de Términos
Activos: Es todo lo que tiene la empresa y
posee valor.
http://www.infomipyme.com/Docs/GT/Offline/balancege.htm
Activos Intangibles. Esta idea de clasificación de los recursos
en tangibles o intangibles se opina que parte fundamentalmente del trabajo de Grant (Grant R.1991), quien
deduce que la empresa posee más activos de los que se reflejan en sus estados
contables y financieros. Además de los recursos materiales, financieros y de
determinados activos inmateriales inventariables
(patentes, aplicaciones informáticas, etc.), la empresa cuenta con recursos
basados en la información y el conocimiento compartido, en las relaciones de
confianza entre los empleados y la dirección, en las relaciones estables entre
la empresa y sus clientes y proveedores, etc., que constituyen lo que se ha
dado en llamar sus activos intangibles (deSaá P.1998)
los recursos intangibles son activos con potencial suficiente como para
sustentar la ventaja competitiva de la empresa por ser recursos escasos, valiosos,
poco sustituibles y difíciles de imitar.
http://www.arearh.com/km/activos_tangibles.htm
Activos Tangibles: Activos físicos como edificios,
maquinaria, mobiliario, etc.
http://www.gratisweb.com/economiafacil/diccionario.htm
Capital. El concepto de capital, tan importante en la
ciencia económica, admite diversas definiciones según el enfoque que se adopte.
Desde el punto de vista empresarial el capital está constituido por un conjunto
de valores o fondo unitario que integran todos los bienes invertidos en una
empresa que se utilizan para la producción y, por lo tanto, para la obtención
de rentas y ganancias. Desde un punto de vista financiero se considera capital
a todos los activos que posea una empresa, persona o institución y sobre los
cuales se obtenga o pueda obtenerse una renta.
http://www.eumed.net/cursecon/dic/C.htm#capital
Capital Intelectual. Es el conjunto
de aportaciones no materiales que en la era de la información se entienden como
el principal activo de las empresas del tercer milenio ( Brooking, 1997).
Es el conjunto de Activos Intangibles de una
organización que, pese a no estar reflejados en los estados contables
tradicionales, en la actualidad genera valor o tiene potencial de generarlo en
el futuro.
http://www.gestiondelconocimiento.com/conceptos_capitalintelectual.htm
Operacionalización de Objetivos
Objetivo Específico |
Procedimientos y Actividades |
1 Diagnosticar la situación actual de la Dirección de Investigación y Postgrado de la Universidad Nacional Experimental Politécnica “Antonio José de Sucre” Vice-Rectorado Barquisimeto, en base a la gerencia de su capital intelectual. |
Investigar y
recolectar información en diferentes fuentes, incluida Internet, sobre los
conceptos, principios, características del capital intelectual. Revisión y
análisis de la información existente. Realizar la entrevistas y la encuesta a las
actividades y personas objetos de estudio. |
2. Estudiar la factibilidad que establezca la viabilidad del modelo propuesto. |
Realizar cada una de las factibilidades
pertinentes al estudio, ya sean técnicas, financieras, etc. |
3. Diseñar el modelo que permita gerenciar el Capital Intelectual de la Dirección de Investigación y Postgrado de la Universidad Nacional Experimental Politécnica “Antonio José de Sucre” Vice-Rectorado Barquisimeto. |
A partir de los datos recolectados y
analizados se procederá a diseñar el modelo |
CAPITULO
III
MARCO
METODOLOGICO
TIPO DE INVESTIGACIÓN
El trabajo se basará en la modalidad de Proyecto Factible, que según el manual de trabajos de grado de maestría y tesis doctórales de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) (2000), consiste en la elaboración de una propuesta de un modelo operativo viable, o una solución posible a un problema de tipo practico, para satisfacer necesidades de una institución o grupo social. Esta modalidad consta de tres fases, a saber: diagnostico, factibilidad y diseño de la propuesta.
Este proyecto factible se apoyará en una investigación de campo de tipo descriptiva sin manipular o controlar variable alguna, mediante la investigación documental, además del método de encuestas y entrevistas, que permitan recoger en forma directa y sin ninguna intervención, los datos de interés que permitirán elaborar el modelo.
Según el manual de la UPEL (ob. cit.) (2000) señala que la investigación de campo se basa en “el análisis sistemático del problema en la realidad, con el propósito de describirlo, interpretarlo, entender su naturaleza y factores constituyentes, explicar sus causas y efectos, o predecir su ocurrencia, haciendo uso de métodos característicos de cualquiera de los paradigmas o enfoques de investigación conocidos o en desarrollo. Los datos de interés son recogidos en forma directa de la realidad” (UPEL, 2000). Además de esto será una investigación de tipo descriptiva, debido a que utiliza criterios sistemáticos a fin de destacar los elementos esenciales de cada uno de los fenómenos observados. Según Hernández (1998), los estudios descriptivos miden, evalúan o recolectan datos sobre diversos aspectos, dimensiones o componentes del fenómeno a investigar. La investigación descriptiva busca especificar propiedades, características y rasgos importantes de cualquier fenómeno que se analice.
http://server2.southlink.com.ar/vap/poblacion.htm
Bibliografía: EL PROCESO DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA, Mario Tamayo y Tamayo, 1998
Una población está determinada por sus características definitorias. Por lo tanto, el conjunto de elementos que posea esta característica se denomina población o universo. Población es la totalidad del fenómeno a estudiar, donde las unidades de población poseen una característica común, la que se estudia y da origen a los datos de la investigación. Entonces, una población es el conjunto de todas las cosas que concuerdan con una serie determinada de especificaciones. Un censo, por ejemplo, es el recuento de todos los elementos de una población. Para efectos de nuestra investigación, se abarcarán todos los profesores de la Universidad Nacional Experimental Politécnica “Antonio José de Sucre”, la cual cuenta con cien (100) profesores.
Cuando no es posible medir cada uno de los individuos de una
población, se toma una muestra representativa de la misma. La muestra descansa en el principio de que
las partes representan al todo y, por tal, refleja las características que
definen la población de la que fue extraída, lo cual nos indica que es
representativa. El muestreo a utilizar será no probabilístico
y basado en el muestreo estratificado, ya que, este es utilizado cuando los
elementos de la muestra son proporcionales a su presencia en la población. La
presencia de un elemento en un estrato excluye su presencia en otro. Para este
tipo de muestreo, se divide a la población en varios grupos o estratos con el
fin de dar representatividad a los distintos factores que integran el universo
de estudio. Para la selección de los elementos o unidades representantes, se utiliza
el método de muestreo aleatorio. Según Hernández (1998) una muestra según su
enfoque cuantitativo se refiere a un subgrupo de la población del cual se
recolectan los datos y debe ser representativo de dicha población. Según el
enfoque cualitativo es una unidad de análisis o conjunto de personas,
contextos, eventos o sucesos sobre el (la) cual se recolectan los datos y sin
que necesariamente sea representativo(a) del universo. En las muestras no
probabilísticas, la elección de los elementos no depende de la probabilidad,
sino, de causas relacionadas con las características de la investigación o de
quien hace la muestra. La muestra a estudiar representa a todos los profesores
activos (un total de treinta (30) profesores) que imparten clase en la Dirección
de Investigación y Postgrado de la Universidad Nacional Experimental
Politécnica “Antonio José de Sucre” Vice-Rectorado Barquisimeto.
TÉCNICAS
E INSTRUMENTOS DE RECOLECCIÓN DE DATOS
Según Hurtado(1998), las técnicas de recolección de datos comprenden procedimientos y actividades que le permiten al investigador obtener la información necesaria para dar respuesta a su pregunta de investigación. Los instrumentos, constituyen un conjunto de pautas e instrucciones que orientan la atención del investigador hacia un tipo de información especifica para impedir que se aleje del punto de interés; los instrumentos le indican que tipos de preguntas hacer y con cual contenido, o cuales situaciones observar y en que momento. Si bien la técnica indica cómo se va a recoger la información, el instrumento señala cuál información seleccionar.
El instrumento sintetiza en sí toda la labor previa de investigación: resume los aportes del marco teórico al seleccionar datos que corresponden a los indicadores y, por lo tanto, a las variables y conceptos utilizados; pero también sintetiza el diseño concreto elegido para el trabajo. Mediante una adecuada construcción de los instrumentos de recolección, la investigación alcanza la necesaria correspondencia entre teoría y hechos. Las técnicas e instrumentos utilizados para la investigación serán:
Observación Directa:
Se utilizará para recolectar los datos necesarios para este estudio. La
observación es un método clásico de investigación científica; además, es la
manera básica por medio de la cual obtenemos información acerca del mundo que
nos rodea.
Guión de Preguntas:
La finalidad de este instrumento es intercambiar puntos de vista sobre el tema
que compete a la investigación y lo que se relacione con ella de manera
espontánea. Constará aproximadamente de una página, la cual contendrá una guía
de preguntas que servirán como fase inicial de la recopilación de información
pertinente a este estudio.
Encuesta: Este
instrumento poseerá una serie de preguntas acerca de conocimientos generales de
importancia para este estudio. Este instrumento constará de dos paginas, la
primera de presentación de la encuesta y la segunda donde se encuentran las
preguntas a realizar. Estas preguntas se encuentran dentro de la categoría de
preguntas cerradas, las cuales serán del tipo dicotómicas (que pueden
contestarse con un “Si” o “No”) o tricotómicas (cuando se abre una tercera
opción “No se” o “Sin Opinión”).
El propósito de esta investigación radica en diseñar un modelo que permita gerenciar el capital intelectual e la Dirección de Investigación y Postgrado de la Universidad Nacional Experimental Politécnica “Antonio José de Sucre” Vice-Rectorado Barquisimeto, la investigación será abordada en tres fases:
Fase I: Estudio diagnostico
Fase II: Estudio de Factibilidad
Fase III: diseño de la propuesta
En la primera fase (diagnostico) primeramente se comenzara con una revisión infográfica, bibliográfica y documental que permita sentar las bases para proceder con el estudio. Seguidamente se identificará en donde se encuentra la dirección de investigación y postgrado de la universidad en cuanto a la gerencia del capital intelectual a través de entrevistas y encuestas realizadas al personal seleccionado en la muestra, a fin de precisar el punto de partida del modelo a diseñar.
En la segunda fase se demostrará la pertinencia y factibilidad de implantar el modelo de gestión del capital intelectual en base a un mejor manejo de sus recursos disponibles. La factibilidad estará basada en un estudio operativo, un estudio técnico y un estudio financiero.
En la tercera y ultima fase (diseño del
modelo) en base a los resultados que arroje cada uno de los instrumentos de
recolección de datos, se propondrán los lineamientos y actividades que debieran
ser ejecutadas por la Dirección de
Investigación y Postgrado, con el fin de implantar un modelo de gestión del
capital intelectual que permita sacar el mayor y mejor provecho posible a cada
uno de los recursos presentes en el sector de la universidad que será objeto de
estudio.
PROCESAMIENTO
Y ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN.
Todo instrumento de recolección de datos debe reunir dos
requisitos esenciales: la validez y la confiabilidad. Según Sampieri
(1997), la validez "... se refiere al grado en que un instrumento
realmente mide la variable que pretende medir" .
La validez del instrumento de recolección de datos se realizará a través de un
"Juicio de Expertos", el cual según Valbuena (1983), es:
Una técnica que consiste en someter a evaluación por parte de
un conjunto calificado de personar (expertos) una serie de aspectos, elementos
o etapas, de un proyecto o programa de innovación a los fines de obtener su
opinión acerca de la validez relevancia, factibilidad, coherencia, tipo de
deficiencia, tipo de decisiones, etc., de los mismos.
Según Hurtado (1998), la validez de los instrumentos se
refiere al grado en que un instrumento realmente mide lo que pretende medir,
mide todo lo que el investigador quiere medir y si mide solo lo que se quiere
medir.
Para la realización de la presente
investigación se procederá primero a realizar un guión de preguntas que
permitirá observar puntos de vista sobre el tema que compete a la
investigación y lo que se relacione con ella de manera espontánea para luego elaborar el cuestionario que contendrá
preguntas cerradas, las preguntas cerradas se encuentran dentro de la
categoría de preguntas cerradas, las cuales serán del tipo dicotómicas (que
pueden contestarse con un “Si” o “No”) o tricotómicas (cuando se abre una
tercera opción “No se” o “Sin Opinión”). Al
codificar los datos se permitirá indagar respecto a los objetivos propuestos.
Posteriormente se elaborará una hoja de
registro en la cual se vaciará la información recolectada. La finalidad de la
misma es organizar las respuestas por estratos a fin de facilitar el análisis.
Para analizar la información obtenida de los datos aportados por los
instrumentos diseñados, es necesario procesar, analizar, comparar y
representarlos de manera que la cuantificación y tratamiento estadístico
permitan sustentar la propuesta. Por ultimo y en base a los datos recogidos y
analizados se procederá a elaborar el modelo a fin de cumplir con los objetivos
establecidos.
INFOGRAFIA
http://www.ciberconta.unizar.es/LECCION/cipub/cipub.htm
Los administradores de las
entidades públicas gestionan activos intangibles, tanto o más que sus colegas
de las empresas privadas, lo que justifica su creciente interés en los
progresos del Capital Intelectual. Sin embargo, resulta difícil aplicar al
sector público modelos diseñados para la empresa ya que los objetivos de las
administraciones públicas difieren de los empresariales, como son maximizar el
beneficio o crear valor para el accionista. En este artículo se propone un
modelo de Capital Intelectual adaptado a las características especiales del
sector público y se presentan algunos indicadores de gestión del Capital
Intelectual destinados al sector público, agrupados en varias categorías.
http://www.ull.es/publicaciones/latina/20035523carrillo.htm
Este articulo elaborado por la Dra. María V. Carrillo y el Lic. Juan Luis
Tato Jiménez investigadores de la Universidad de Extremadura presentan el “Plan de Comunicación
Intelectual (PCI): gestión del capital intelectual por comunicación interna”. La
economía global y la necesidad de adquirir y tener conocimientos en las
empresas, han provocado el surgimiento de un nuevo escenario en el cual las
personas de las organizaciones adquieren una relevancia como no la han tenido
en ninguna época.
http://www.ulsa.edu.mx/public_html/academica/administrativas/articulos/aparicioyacotu.doc
Este articulo realizado por Gerardo
Aparicio Yacotu, docente de la Universidad La Salle,
plantea que el capital intelectual, No solamente lo que se puede ver y tocar se
puede cuantificar financieramente.
http://old.clarin.com/suplementos/economico/2000/05/21/e-02402e.htm
Este articulo presentado por Nick bontis durante su exposición
en la Quinta Conferencia Internacional de Recursos Humanos, organizada por la American Management Association, brindó algunas claves para implementar un
sistema de gestión del conocimiento.
http://www.gestiopolis.com/recursos/documentos/fulldocs/ger1/metcapintcien.htm
Este artículo aborda la necesidad de
aplicar las técnicas más modernas de dirección en los países más pobres, la
función de las organizaciones dedicadas a la ciencia y la técnica y la
necesidad de gestionar el capital intelectual en este tipo de organizaciones.
Para ese fin propone una metodología en
tres etapas: preparación, implantación y crecimiento. Expone las tareas a
realizar en cada una de ellas. Clasifica los indicadores de medición de capital
intelectual y explica los que recomienda
por cada clasificación, obtenidos por criterio de expertos.
Los recursos intangibles, cada vez más críticos para las organizaciones,
no aparecen valorados en los documentos contables y, en ocasiones, ni siquiera
están correctamente identificados por los gestores de la empresa. Al tratarse
de recursos heterogéneos, difíciles de ser medidos y de importancia específica,
las organizaciones no se habían planteado hasta el momento ni su identificación
ni su medición. Pero, ya sea dentro o fuera
de la contabilidad o de las estadísticas, los intangibles son hoy objeto de
atención prioritaria por parte de los ejecutivos de las empresas.
http://www.sveiby.com.au/IntangAss/CompanyMonitor.html
El
Intangible Assets Monitor (IAM) permite situar la
formación a nivel estratégico. Ya hemos comentado anteriormente que los
manuales de formación insisten en la necesidad de la incorporación del
responsable de formación en la cima estratégica de la empresa por razón de la
mecánica de su propio trabajo, pero en la práctica la participación no sólo no
era frecuente sino que en caso de poder participar su papel no era nada fácil.
http://www.interactive.net.ec/negocios/factor_h35.htm
El problema del capital intelectual no pareciera ser una prioridad en
Ecuador, donde pocas compañías se preocupan por desarrollar planes de
retención. En el mundo desarrollado, ya nadie discute que, a la hora de
competir, los recursos humanos juegan un papel superior al de la tecnología. Es
lógico: cada vez más, los avances técnicos están al alcance de todos y el gran
diferenciador ha pasado a ser la gente.
http://old.clarin.com/suplementos/economico/2000/05/21/e-02401e.htm
En este articulo titulado “Como
aprovechar el capital intelectual”, Mariana Pernas presenta que en todas las organizaciones
circulan datos valiosos para el negocio. Se debe aprender a detectar dónde
están y aprovecharlos.
http://www.monografias.com/trabajos11/capint/capint.shtml
Tradicionalmente la contabilidad y
sus resultados económicos financieros, expresados en dos estados conocidos
como: Ganancias y Pérdidas y Balance General, hoy día no muestran la verdadera
situación, aquella que se referencia como Capital Intelectual y Generación de
Valor.
http://www.madrimasd.org/revista/revista11/investigacion/investigacion3.asp
El objetivo de esta investigación dirigida por Eduardo Bueno
Campos pretende propiciar el máximo rendimiento económico y social de los
recursos puestos a disposición de las universidades y organismos públicos de
investigación de la Comunidad de Madrid a través de una gestión eficiente de su
capital intelectual que agrupa los activos intelectuales y otros intangibles.
Tal gestión debe fundamentarse, a partir de un modelo, en un sistema integrado
capaz de administrar los flujos de información generados por los centros de
investigación y de crear redes de conocimiento que faciliten la interacción de
tales centros y los demás agentes involucrados en el proceso de investigación
con el fin de aumentar los retornos a la sociedad.
http://www.ingenierosindustriales.net/noticias/30/7.htm
En este site se
encuentra el resumen de las principales ponencias del I Congreso de la Gestión
del Conocimiento y la Inteligencia Competitiva, además de esto se presenta el Medición Intelect
como una propuesta de Medición del capital intelectual.
http://www.ilustrados.com/publicaciones/EpyyypkuAuyeLsgUDm.php
Esta pagina trata acerca de las herramientas de medición del capital
intelectual por lo que representa una fuente de información útil para cualquier
investigador.
http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol11_6_03/aci07603.htm
El capital intelectual en los
marcos de la gestión del conocimiento es un tema de tratamiento frecuente en la
literatura sobre gerencia empresarial, publicada por los países más
desarrollados, debido, entre otras razones, a la importancia que se concede
actualmente a la información y al conocimiento como recurso esencial para
elevar la competitividad de una organización en el mercado. El estudio del
capital intelectual, cualquiera que sea el área de la actividad en que se
desempeñe una organización: finanzas, negocios, economía, u otra, es una
función esencial para la identificación de los recursos disponibles en una
empresa.
http://www.ucentral.edu.co/asadec/lascompete-capital.htm
Artículo publicado en la revista del Club Intelect Cada vez es más
evidente que el valor de la empresa está más relacionado con aspectos
intangibles que con los tangibles sobre los que tradicionalmente se hacían las
valoraciones. Empresas de alto valor pueden tener insignificantes recursos
tangibles y, por el contrario, empresas de alto nivel de tangibles pueden tener
hoy un escaso valor.
http://www.emprendedores.cl/articulos/ml06.htm
En este site se habla de La combinación conocimiento-emociones es la
clave del éxito profesional. La Teoría del Capital Intelectual muestra
la importancia de gestionar y medir los activos intangibles organizativos. El
concepto de Capital Emocional permite avanzar en el estudio de la gestión de
interrelaciones entre los elementos integrantes del capital intelectual, con el
fin de maximizar el potencial de estas interconexiones.
http://www.pymempresas.com/reportajes/comentario/amory/amory_index.htm
De acuerdo con los principios de la Calidad, la organización debe
especificar por escrito como estimula, identifica, desarrolla y protege el
conocimiento y toda la experiencia tecnológica adquirida; con el propósito de
desarrollar el capital intelectual en la organización, que es definido, como el
valor agregado a los productos y servicios por medio de la información y el
conocimiento.
http://mmx.cponline.org.ar:8080/JSPonline/vernota.jsp?PN=notas/kutnowski2&NO=4
Algunas compañías ya confeccionan estados por separado, y la
empresa aseguradora sueca Skandia es pionera. En tanto no existen regulaciones
en la materia y se trata de una decisión discrecional, un balance intelectual
completo y consistente puede representar una ventaja competitiva importante. Si
las tendencias hacia una tecnología cada vez más intensiva y una transparencia
mayor se incrementan esta información se volverá más necesaria todavía.
http://biblioteca.sagrado.edu/pdf/guía-apa.pdf
En este site se encontrará información
referente a las normas APA para la elaboración de Trabajos de Investigación.
http://www.pensamientos.org/pensamientossaber.htm
En este site el usuario podrá encontrar
aglomerados los pensamientos y citas de celebres personajes actuales y de
épocas anteriores.
BIBLIOGRAFIA
Brooking, A. El Capital Intelectual. Ediciones Paidós Ibérica. España, 1997.
Cruz, J (2003). La Gerencia del Capital Intelectual en las Empresas de
Servicio y del Sector Manufacturero Instaladas en la Zona Industrial I
(Barquisimeto, 1er Semestre 2003). Universidad Yacambú,
Barquisimeto.
Estrella, M (2000). Propuesta de Auditoria del Capital Intelectual para
la Empresa ALFA Asesores de Occidente. Universidad Yacambú,
Barquisimeto.
Flores, G. Capital Intelectual en el Ambito de la Contabilidad Financiera. Revista Legis del Contador, V.0. Nro 7.
07/09/2001.
Fonseca, O, López, Y, Rodríguez, N, Romero, P (2002). Capital
Intelectual como Activo Intangible en las Empresas del Área Comercial.
Universidad Centro occidental “Lisandro Alvarado” (UCLA).
Hernández, S. Metodología de la Investigación. Segunda Edición. McGraw Hill. México, 1998.
Hurtado, J. Metodología de la Investigación Holística.
Editorial SYPAL. México, 1998.
Martínez, M y Yánez, N (2000). Análisis Estratégico del Valor del
Capital Intelectual como Recurso Generador de Ganancias en el Instituto de
Desarrollo Profesional (I.D.P.) del Colegio de
Contadores Públicos del Estado Lara. Universidad Yacambú,
Barquisimeto.
Oropeza, T (2002).La Gestión del Capital Intelectual en las Pequeñas y
Medianas Empresas (PYMES) Promovidas por el Centro de Nuevas Empresas (CNE) de
la Fundación Parque tecnológico de Barquisimeto (TECNOPARQUE). Universidad Yacambú, Barquisimeto.
Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL). Manual de
Trabajos de Grado de Maestría y Tesis Doctorales. Barquisimeto, 2000.