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Capítulo 2:
> La muerte del viejo mundo
> La irrupción de la guerra y el patriarcado
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“El tipo de
sociedad esclavista que consiguieron imponer las oleadas de
pastores seminómadas
indoeuropeos que empezaron a asolar las antiguas aldeas y ciudades
matrifocales, a partir del 4.000 a.C., al principio
esporádicamente, no buscaban el bienestar y la armonía sino la
dominación para extraer, acaparar y acumular las producciones de
la vida; es decir, crear Poder, a cualquier precio, con toda la
violencia necesaria y con los quebrantamientos de la
autorregulación de la vida que sus objetivos requisieran, con tal
de sedimentar su Poder contra esta vida humana autorregulada. Para
esto, para devastar, luchar, conquistar,
expoliar y acaparar se requiere un tejido social distinto del que
se crea para el bienestar y conservación de la vida, partiendo de
lo maternal. Un tejido de guerreros, de jefes de
guerreros, de linajes de guerreros, de esclavos, de jefes de
esclavos, de líneas de mandos, de mujeres disciplinadas y
dispuestas a acorazar y adiestrar criaturas, es decir, de cambiar
la maternidad por la construcción de los linajes verticales y
organizar la crianza de esos futuros guerreros dispuestos a matar
y esclavos dispuestos a dedicar sus vidas a trabajar para los
amos.” Casilda Rodrigañez.
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1) LAS INVASIONES INDOEUROPEAS
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“Los padres de
nuestra civilización descubrieron lo que hay que hacer para
convertir a un toro en buey y poder utilizar su fuerza sumisa para
tirar de la carreta o labrar los campos: castrarlo cuando es muy
pequeño; entonces inventaron la ganadería,
tener un montón de vacas, de ovejas o de lo que sea, reproduciendo
lo que interesa; se trata de dominar a la especie en cuestión para
reducir su vitalidad sin matarla del todo para poder explotar la
producción de esas vidas mutiladas. Este arte de la dominación, de
la devastación y de la explotación lo aplicaron a la sociedad
humana, para conseguir ejércitos para las guerras de conquista, y
esclavos para el trabajo forzado” Casilda
Rodrigañez. |
Como hemos visto hasta ahora de manera esquematizada, hubo un
tiempo en el que existió una cultura y unas sociedades de las que no
nos hablan los libros de historia. Estas culturas terminaron por no
dejar prácticamente ni rastro. Sólo en este último siglo, y gracias
sobre todo a la arqueología, comenzamos a atisbar lo que hasta ahora
se nos escondía pero, ¿Qué ocurrió en Europa y en el mundo para que
progresivamente fueran desapareciendo las diferentes expresiones
sociales, artísticas y culturales de las llamadas “Culturas de la
celebración de la vida”?.
“En realidad, los primeros episodios de
civilización patriarcal en esta zona (Vieja Europa), datan de mediados
del 4000 a.c., y se irán desarrollando hasta el 500 a.c.
cuando en esa misma zona se concreta la civilización actual, con
reglas y leyes desarrolladas que abarcan todos los aspectos de la vida
humana del contrato social moderno. Sabemos que nuestro Derecho se
basa en el Derecho romano y éste a su vez en el griego. Hasta ahora la
civilización humana y su historia arrancaba de ahí; pero hoy, gracias
a la “revolución arqueológica, que además ha tirado de la manta de
todos los otros indicios (mitológicos, psicoanalíticos,
antropológicos, biológicos), tenemos a nuestro alcance saber como
vivían los humanos de aquellos lugares entre el 7000 y el 3500 a.c.
cuando prevalecía un modo de vida humana con características
esencialmente distintas, y cómo fue y qué ocurrió en la Vieja Europa
durante una transición de 3000 años, desde mediados del cuarto milenio
a.c. cuando empezaron las oleadas de invasiones del Norte, hasta el
500 a.c.” Casilda Rodrigañez, “El asalto al
Hades”.
Parece ser, aunque hay investigadores que
lo rebaten, que “a partir del 4.400 a.C. Europa comienza a sufrir el
ataque de pastores nómadas que trajeron consigo el final de la cultura
neolítica de la Vieja Europa gradualmente en tres etapas: 4.400-4.200,
3.400-3.200 y 3.000-2800 a.c. Estas primeras etapas no
trajeron en casi ningún o en ningún caso a los pueblos históricos que
conocemos, sino que griegos, latinos, celtas, germanos y eslavos se
superpusieron a originarios pueblos y lenguas. Los indoeuropeos en su
conjunto parecen caracterizarse por un cambio de costumbres y hábitats:
nueva religión masculina por su sociedad patriarcal con instituciones
sociales y especialización social por la presencia de guerreros;
sociedad guerrera y por tanto poblados fortificados en lugares altos y
predominantemente estratégicos; supusieron también el desarrollo del
comercio en Europa y el uso del Bronce; su típica edificación era el
mégaron y su cerámica característica la de meandros y espirales".
(Extraído de “La llegada de los indoeuropeos a Grecia”).
“Se produjeron las invasiones de bandidos
indoeuropeos, de pueblos nómadas desconocedoras de la agricultura, que
residían en zonas donde los recursos alimentarios habían sido
abundantes. Pero tras sobrepasar sus límites y empezar a escasear y
necesitados de pastos para alimentar a sus rebaños, atravesaron e
invadieron territorios ajenos, en busca del codiciado alimento,
saquearon, devastaron las codiciadas regiones y terminaron destruyendo
gran número de pueblos y modificando la estructura social.
Fueron los arios, los luvianos, los aqueos, los kurgos, los
hebreos, los dorios: las oleadas de migraciones que según Gimbutas
asolaron Europa en tres fases: la ola nº 1 del año 4300 adne, la 2ª
ola del año 3200 adne y la nº 3 del año 3000 adne.
Conquistaron otras regiones y destruyeron
culturas de muchas regiones, en donde impusieron sus ideologías.
Y se generalizó el patriarcado por la fuerza de la violencia y la
guerra: "según Gimbutas la cultura patriarcal de los indoeuropeos
supuso la destrucción de una cultura uniforme, matriarcal y pacífica,
que había perdurado en toda la Europa antigua durante veinte mil años
atrás, del Paleolítico al Neolítico." (Eliade, 1990: 184). [...]
Los pueblos semíticos estaban invadiendo el mundo de los sistemas
de la Madre Diosa,
con lo que las mitologías de orientación masculina se volvieron
predominantes, y la Madre
Diosa se
convierte... pues en algo así como la Abuela
Diosa, algo
muy, muy lejano en el pasado. (Campbell, 1991a. 240 y 241).
Durante los primeros mil años de su existencia, esos primeros
pueblecitos fueron capaces de sobrevivir sin murallas de protección.
Sin embargo, sobre el sexto milenio antes de nuestra era, y sobre todo
durante el quinto, las murallas empiezan a ser evidentes... y eso nos
indica que violentos pueblos guerreros empezaban a amenazar
ocasionalmente a invadir y saquear los ahora comparativamente ricos
asentamientos de los pacíficos destripaterrones. (Campbell, 1994:
202).
... la parte (coloreada en su mapa) indica la zona de extensión
continua, desde Europa hasta la India, de las florecientes
civilizaciones matriarcales antes de la irrupción de las hordas
bárbaras de las estepas y los desiertos... Estos bárbaros (persas,
medas, armenios, baltos, celtas, germanos, eslavos, luvitas, frigios,
escitas, kurdos, albaneses, tracios, griegos, ilirios, vénetos,
italiotas) no eran ni de raza pura ni superiores, salvo en fuerza
bruta. En todas partes destruyeron civilizaciones (matriarcales) (Van
Lysebeth, 1990: 30).
En particular, a través del estudio de las representaciones
antropomorfas de arcilla (figurillas) procedentes de contextos
arquitectónicos arqueológicos, trató de demostrar, para su propia
satisfacción (Gimbutas, 1970, 1980, 1982) y la del público (Eisler,
1987) que la sigue, el contraste entre el carácter pacífico de esos
pueblos amantes del arte de la "civilización de la Europa Antigua" y
el de la sociedad que la destruyó: los invasores kurganes
indo-europeos, patriarcales, jerárquicos y amantes de la guerra. (Ruth
E. Tringham, 1999: 101-102).
Los saqueadores robaban las valiosas propiedades de las sociedades
agrarias sedentarias, incluyendo como botines sobre todo a las
valiosas mujeres, con sus conocimientos y sus facultades procreadoras.
Por lo que surgió la necesidad de defenderse del acoso, el robo y
el rapto de los asaltantes. En principio, también las mujeres
recurrirían a la violencia y la guerra para defender sus posesiones
apetecidas por los saqueadores: ahí están los numerosos testimonios de
mujeres guerreras que así lo corroboran.
Pero debido a los cambios profundos producidos a lo largo del
tiempo y a la continua sangría de las guerras y dada la necesidad de
hacer frente a las bajas y aportar los necesarios recursos humanos
para evitar la extinción humana y aumentar el poderío del clan, se
quedaría la mujer en su papel exclusivo de procreadora.
Y para evitar la provocación de los violadores, para que no
estuviesen expuestas al rapto y para evitar que se expusieran a
peligros, que implicasen el riesgo de morir y por tanto el abandono de
su prole, que correría igual suerte, se impondrían a las mujeres
restricciones en su libertad de movimiento y se les prohibiría el
desplazamiento lejos del hogar, por caminos solitarios; se las
encerraría, con lo que significa de limitación cultural y pocas
posibilidades de cambio. Y con la limitación de la libertad femenina,
se fue pronunciando más el estado de sometimiento. Y consecuencia de
ello sobrevino la revolución patriarcal y en unos pocos siglos la
subordinación femenina.” Francisca
Martín-Cano
“Ha sido la arqueóloga de origen báltico
Marija Gimbutas la que más en detalle ha analizado este
proceso (“Begining of the Bronze Age”). Para empezar, respecto a las
fechas, las excavaciones masivas realizadas después de la II Guerra
utilizando técnicas nuevas de datación, indican lo siguiente: que la
transición de la Edad del Cobre a la del Bronce sucedió mucho antes de
lo que se pensaba (sucedió entre 3500 y 2500 a.c.), pues es por esas
fechas cuando aparecen las primeras aleaciones de cobre-arsénico y de
cobre-estaño. Por lo tanto, la extensión temprana de la metalurgia del
bronce a Europa está estrechamente relacionada con las irrupciones
crecientes de aquellas tribus de pastores seminómadas (los kurgos)
provenientes de las estepas eurásicas. Como en dichas estepas no había
cobre, aquellas gentes de a caballo aprenderían las técnicas
metalúrgicas de los transcaucásicos (pues en los montes del Cáucaso ya
se conocía la metalurgia del bronce en el V y IV milenios) y más tarde
explotarían ellos mismos esa zona.
Esos hechos marcaron una gran encrucijada de la civilización:
aquellos pueblos cuyo sistema social se
basaba en la jefatura, en la jerarquía y en el predominio patriarcal
utilizaron por primera vez los metales y el caballo para la guerra.
Y cambió completamente el escenario cultural”.
Josu Naberan, “La vuelta de Sugaar”.
Esta teoría global de la extensión de los pueblos indoeuropeos por
Europa y Asia es pues la de la arqueóloga lituana
Marija Gimbutas, enunciada entre
los años 60 y 70. Para ella, uno de los rasgos definitorios de la
cultura indoeuropea es lo que se ha denominado como Kurganes (palabra
eslava que designa tumbas, aplicada ésta a unas tumbas enterradas y
cubiertas que forman un montículo). Pues bien, situado el punto de
origen de los pueblos indoeuropeos en el sur de las estepas de la
actual Rusia, Bielorrusia y Ucrania, las gentes de estas tumbas se
fueron extendiendo en diferentes oleadas de migraciones.
Sobre la importancia histórica del momento
Josu Naberan recalca: "La invasión de los “bárbaros” y
la caída del Imperio Romano no fue más que un episodio entre
indoeuropeos. El cambio sustancial ocurrió en Europa varios milenios
antes (hace unos 5000 años) con la irrupción de los “Kurgos”. Eran los
primeros pueblos de habla indoeuropea y reciben sus nombres de los
túmulos (Kurgan) que empleaban para enterrar a sus muertos”.
Según la “Gran Enciclopedia Larousse”: “Los pueblos indoeuropeos
constituían tribus guerreras bien organizadas, que conocían el caballo
y la metalurgia del hierro (arios, hititas y aqueos). Su hábitat
primitivo es objeto de controversias; se trata quizás de las estepas
que se extienden del Dnieper al Kazajstain.
El estudio del léxico indoeuropeo ha permitido determinar su modo de
vida (agricultura y ganadería), sus estructuras sociales (organización
patriarcal, jerarquización de los estamentos: religioso, guerrero y
agricultor) y su religión (culto a los antepasados, adoración del Dios
Celeste)”.
Los “Kurgos” eran pueblos de pastores semi-nómadas que vivían en
grutas o pequeños poblados de temporada,
conduciendo el ganado de un sitio a otro por las anchas estepas
situadas entre el norte del Mar Negro y el Caspio, donde se sitúa
probablemente su origen. Eran tribus organizadas según el
sistema de jefatura y descendencia patrilineal, y adoraban a dioses
guerreros masculinos. El hacha, el puñal y la espada constituían los
símbolos del poder divino. Domesticaron el caballo y aprendieron la
metalurgia del bronce de los caucásicos hacia el 3500 a/C, y aplicaron
por primera vez los metales y los animales para la guerra. He ahí el
salto cualitativo. A partir de entonces, y debido fundamentalmente al
crecimiento demográfico y al cambio de clima atlántico a suboreal que
desecó las estepas, empezaron a emigrar masivamente hacia Europa.
Según la arqueóloga M.Gimbutas,
partiendo del Sur de las estepas de la actual Rusia, Bielorrusia y
Ucrania, se extendieron en tres grandes invasiones, la última de ellas
hacia 3000-2800 a/C.
De la “Gran Enciclopedia Larousse” extraemos: Comparación entre la
cultura Europea pre-indoeuropea y la cultura de los Kurganes (Según
Marija Gimbutas).
CULTURA DE LA ANTIGUA EUROPA |
CULTURA DE LOS KURGANES |
Economía: Agrícola (sin caballo),sedentaria. |
Economía: Pastoril (con caballo) |
Hábitat:Grandes aglomeraciones De pueblos y ciudades. |
Hábitat: Pequeñas poblaciones con casas subterráneas. |
Estructura social: Sociedad igualitaria, matrilineal. |
Estructura social: Sociedad Patriarcal, patrilocal. |
Ideología: Pacífica, artista, mujer creadora. |
Ideología: Guerrera, hombre creador. |
Del libro de Andrés Ortiz-Osés,
“El inconsciente colectivo vasco” hemos sacado:
“Podría decirse, ciertamente de un modo general pero no obtuso,
que, mientras la religión matriarcal-agrícola
se correlacionaría con el comunismo libertario, la religión patriarcal
se correlaciona de hecho con el Estado indoeuropeo, el cual
sitúa al frente de su panteón político-religioso, junto a un dios
Padre (Zeus), el garante de su ley -ley patriarcal que, como ha dicho
García Calvo, emerge del sometimiento de la experiencia
matriarcal-femenina de la vida (en Qué es el Estado, La Gaya Ciencia).
Frente a la madre-mujer como eje de consaguinidad y heredad, la
cultura indoeuropea establece al padre (palabra, por lo demás,
indoeuropea) como eje de la vida familiar y político-social.
En lugar de las diosas de la fertilidad y
fecundidad (ritos agrarios y de sexualidad), el dios
patriarcal-racionalista. Finalmente, en lugar del cultivo femenino,
del agro, el cultivo masculino del campo con tecnología falico-agresiva,
superproduccionismo y ganadería (que viene de «ganancia», y que se
remite al vocablo indoeuropeo «pecu») Como afirma Rodríguez
Arados, el heroísmo caballeresco (no en vano el caballo es típicamente
indoeuropeo) suplanta al naturalismo, del mismo modo que la
divinización del cielo y del sol suplantan a la vieja divinización de
la tierra y la luna. Una sociedad guerrera belicosamente jerarquizada
se enfrenta, pues, a lo que Humboldt consideraba como la medula de la
nación vasca: los labriegos. Thomson ha estudiado para Grecia el paso
del primitivo concepto de «destino terraceo» (suerte/sorteo de campos)
al de ley política (abstracta).
Creo que podríamos establecer una diferencia entre
matriarcalismo agrario y patriarcalismo
«ganadero» del siguiente modo: mientras que la primera
mentalidad es arcaico -circular o cíclica- (los ciclos de la
naturaleza), la segunda es histórico-lineal o progresionista"
Andrés Ortiz-Oses
He aquí por tanto un momento clave de la historia mundial. Para
muchos historiadores, sociólogos o antropólogos representa el inicio
de una época que aún persiste en la actualidad bajo otros parámetros
pero idéntica en esencia.
“Las dagas de bronce, las alabardas, los mazos y las hachas de
guerra y las flechas de puntas de pedernal encontradas en numerosos
sitios arqueológicos, junto con los ídolos masculinos, permiten seguir
con exactitud las rutas de aquellos indoeuropeos. A partir de entonces
se notan cambios profundos en los registros arqueológicos: aparecen
muchas armas, pero desaparecen el sistema de símbolos y el arte de la
Antigua Europa neolítica; se nota el
hundimiento de la agricultura y el auge de la ganadería, la
decadencia de las ciudades y el aumento del nomadismo; la abundancia
de los ídolos masculinos y la desaparición de las representaciones de
la diosa”.
Josu Naberan, “La vuelta de Sugaar”
"El arma de bronce, la espada, el puñal, el hacha de guerra van a
reducir todo ello a la nada, y si bien los conquistadores utilizarán
los dólmenes (construidos hacía siglos por los antepasados de las
poblaciones ahora conquistadas) para enterrar a sus propios jefes,
abatirán las estatuas-menhires. (...)Ahora bien, las poblaciones
autóctonas, aun las más pacíficas, no se dejaron reducir
voluntariamente por aquellos guerreros más experimentados que ellos. Y
así, a comienzos de la Edad de Bronce se encuentran diseminados por
toda Europa Occidental huellas de combates, restos calcinados, cuerpos
atravesados por flechas, y sobre todo la preponderancia de una
civilización muy diferente a la anterior”
J.C.Perpere, “Les Pierres qui Parlent”.
“Y con el surgimiento de una sociedad jerarquizada, sobrevino la
lucha por el rango jerárquico, por la hegemonía y por su
mantenimiento, la rivalidad entre grupos e individuos, la obediencia
jerárquica y el dominio masculino.
Los jefes, al haber adquirido el poder por medios violentos (no por
vía matrilineal), su autoridad no estaba legitimada, ni tenía origen
Divino, por lo que no serían reconocidos automáticamente.
Consecuentemente tendrían que recurrir a la violencia para afianzar
su autoridad; para conseguir sus fines; como mecanismo de promoción
social; por rivalidad; para sofocar las luchas intestinas por el
poder. Y se legitimó por tanto las espantosas guerras y los constantes
enfrentamientos.
Y así los déspotas habían de apoyarse en la fuerza militar, muchas
veces reclutada de forma obligatoria, haciendo uso ¿legítimo? de la
coerción física, para imponer la ley y el orden. Y hacían la guerra
para conquistar otros pueblos y así poder acceder a las materias
primas y para posesionarse de los bienes ajenos; para avasallar a los
pueblos vecinos e imponerles las propias creencias; para defenderse de
enemigos que saqueaban sus propiedades y que a pesar de sus defensas,
terminarían al fin siendo derribados y sustituidos por otros.
Y como en las batallas aumentaría la sangría demográfica,
resultaría imprescindible muchos descendientes, por lo que las
máquinas humanas femeninas estarían esclavizadas ocupadas
(embarazadas) en satisfacer los deseos masculinos, para que los
ejércitos pudiesen hacer frente al fenómeno cultural de la guerra.”
Francisca martín-Cano.
Y aunque no podemos hablar de cambios radicales, es decir, de la
noche a la mañana, si es verdad que progresivamente, y a medida que
los pueblos patriarcales se iban expandiendo por Europa, irán a la par
desapareciendo las antiguas sociedades de “la cultura de la
celebración de la vida”
“Durante la larga transición entre la matrística y la
generalización del patriarcado, como dice Riane Eisler, hubo formas,
normativas, instituciones que resultaban de los pactos entre los dos
modos de vida, que reflejaban la correlación de fuerzas en cada
situación y en cada momento. Las mujeres, explica también Eisler,
siempre fueron propicias a la negociación para evitar las guerras y
las muertes. Según Bachofen, la primera forma de matrimonio, el
matrimonio demétrico, fue un pacto propuesto por las mujeres para
paliar la violencia sexual de los hombres. Hubo quienes optaron por la
guerrilla (las amazonas), hubo gobiernos matriarcales que levantaron
murallas en torno a sus ciudades. La
transición no fueron unos cuantos años ni unos cuantos siglos: fueron,
según los lugares, entre 3 mil y 4 mil años, con tiempos de
guerra, treguas, tiempos de paz pactados con fronteras, situaciones de
coexistencia y de vecindad; hasta que el antiguo modo de vida fue
quedando en zonas muy aisladas (como en el Caribe hasta el siglo XV
d.c.) o en las catacumbas (cultos a la
diosa, brujas,
etc.)” Casilda Rodrigañez, “El
asalto al hades”.
Según Francisca Martín-Cano la
instauración del matrimonio patriarcal tenía como consecuencia:
(a) - El establecimiento de la herencia
patrilineal, por lo que la propiedad del suelo cultivable
pasaba a los hijos varones. Por ello la mujer dejó de ser dueña de los
frutos del campo y ya no podía autosostenerse económicamente.
(b) - Al perder la mujer su valor económico, sólo se la valoraba en
su función de esposa y madre de muchos hijos. Dado el exclusivo papel
de procreadora que la esposa tenía en la familia patriarcal, estaría
siempre embarazada. Así que los esposos acudirían a otras mujeres para
que les proporcionasen placer, con lo que la demanda de prostitutas
incrementaría la oferta. Comenta Kneissler en (1993, 64) de la
sociedad patriarcal griega: "Cuando no estaban embarazadas, los
maridos se limitaban a cumplir desapasionadamente tres veces al mes
con sus deberes conyugales." [Se sabe que en
Atenas, se estableció la institución del matrimonio y la familia
patriarcal, por primera vez, en época de Cecrops. El hecho
se cuenta como castigo a las mujeres atenienses, tras Atenea haber
dado nombre a la ciudad, en su contienda con Neptuno / Poseidón. Para
calmar al derrotado Neptuno que quería darle su nombre, Cecrops, padre
de Atenea, tomó la decisión, según los autores de la Enciclopedia
Espasa, Tomo 33 (1988, 1005) (que citan a Giraud-Jeulon) de castigar a
las mujeres: "... y entonces, para desagraviar al dios se impuso a las
mujeres los siguientes tres castigos: a) se les quitó el derecho de
votar; b) se prohibió que en adelante los hijos llevaran el nombre de
sus madres y c) despojarlas del título de ciudadanas, de manera que
quedaran reducidas a ser meras esposas de los atenienses." Decisión,
que muestra el mecanismo psicológico que castiga a las mujeres para
quitarles el poder. A partir del castigo patriarcal, los hijos
llevarían el nombre de sus padres varones (patrilinealidad), cuando
antes llevaban los de sus madres (matrilinealidad). Lo que traduce la
institución del matrimonio y de la familia patriarcal].
(c) - Además, a principios de la época histórica, aún pervivían
costumbres de gran libertad sexual femenina, vestigio del matriarcado.
Dada la consideración de valor sagrado que tenía el acto sexual en la
antigüedad, considerado un acto de Fertilidad, no estaba todavía
limitada la sexualidad femenina, si aún no había llegado al
matrimonio. Por lo que en principio, no se exigía la virginidad
femenina antes del matrimonio y podían prostituirse para ganar dinero.
(d) - Por otro lado al establecerse el matrimonio a cambio de una
recompensa, para que un varón sostuviera a su pareja, se exigió la
dote a la novia, exigencia que manifiesta su consideración
desvalorizada. Dado que los padres no asumían el pago de la dote, la
mujer tuvo que ejercer la prostitución, como única vía que le permitía
la ocasión de autoproporcionársela. Y de ahí que el ejercicio de la
prostitución no le impidiese contraer ventajosos matrimonios [como
aseguraba Plinio en referencia de Sechi (1993, 297)] y que a los
occidentales tanto asombraba”.
“En Oceanía, al igual que en el
resto del universo, también se dio la revolución patriarcal, y los
varones se apropiaron de las funciones femeninas. Por ejemplo se
apropiaron de las prácticas que las Sacerdotisas realizaban en las
ceremonias religiosas. Apropiación masculina que se codifica en mitos,
como apropiación masculina de instrumentos musicales. Y apropiación
existente en regiones tan alejadas como en Grecia, donde Apolo se
apropió de la lira de las Sacerdotisas Délicas y Pan se apropió de la
flauta siringa de la Ninfa Syrinx / Siringa (y a partir de entonces la
siringa pasa a denominarse flauta de pan). También se apropiaron de
los instrumentos de música que tocaban las mujeres, en regiones
americanas, donde los Xinguanos amazónicos, se apropiaron de las
flautas femeninas. E igual ocurrió en Colombia, Brasil, en regiones de
Tierra del Fuego y en Australia, donde los varones se apoderaron de
los bramadores, objetos que estaban, según afirma Husain en (1997,
22): "... antaño bajo la custodia de las mujeres, hasta que les fueron
arrebatados por la fuerza o un timo."
Francisca Martín-cano, “Culturas de Oceanía:
Manifestaciones artísticas prehistóricas y primitiva arqueología”
“En contra del “muttertum” y de la
reproducción grupal, se instaura el concepto de linaje, de relación
vertical individual, y se fijan las reglas de la jerarquía familiar,
de la transmisión individual y vertical de la propiedad, etc.;
el hijo no es la criatura de las entrañas que pertenece (en sentido de
procedencia por lugar físico) al grupo de la madre, sino el “filium”,
el que es elegido porque sigue al padre. En la familia patriarcal la
madre “pertenece” al padre, y esa “pertenencia” es con sentido de
propiedad, y su destino es reconocerle como su superior y seguir sus
órdenes, heredar sus bienes y seguir el desarrollo del patrimonio”
Casilda Rodrigañez.
“Entre los romanos la palabra familia ni siquiera se aplica a la
pareja conyugal y a sus hijos, sino tan sólo a los esclavos.
Famulus quiere decir “esclavo domestico”, y
familia es “el conjunto de esclavos pertenecientes a un mismo hombre”.
En los tiempos de Gayo la familia, id est patrimonium (es decir,
herencia), se transmitía aún por testamento. Esta expresión la
inventaron los romanos para designar un nuevo organismo social, cuyo
jefe tenía bajo su poder a la mujer, a los hijos y a cierto número de
esclavos, con la patria potestad romana y el derecho de vida y muerte
sobre todos ellos” WWW.salvajistas.tk
“Para fijar las leyes, el hombre desplegó un astucia increíble:
inventó un ser todopoderoso, dueño y señor de todo cuanto existe; su
inexistencia se camufla en su intangibilidad e invisibilidad, que a su
vez se justifican porque habita en las alturas; no se le ve porque
reina en los cielos (esta metáfora tan ingenua, que parece lo de la
cigüeña que trae a los niños, perdura hasta nuestros días). Este
personaje al que le debemos la existencia porque nos ha creado y nos
da el aire y el alimento y todo cuanto existe, porque todo es suyo,
nos indica lo que hay que hacer y como hay que vivir: nos da las leyes
(véanse las mitologías hebreas (Yahvé) o mesopotámicas (Marduk) o
griegas (Zeus)).” Casilda Rodrigañez.
"Zeus, Javhé y todos los dioses masculinos juntos lograron
destronar y expulsar a la Gran
Diosa y nació
una mestiza: la cultura y la civilización griega, representada por
Apolo, dios de la razón. Los mitos griegos, como abanderados de esta
nueva civilización, reflejarán a nivel simbólico este vuelco cultural,
social y político". Josu Naberan, “La vuelta
de Sugaar”.
La civilización griega debe ser desterrada
de nuestro imaginario como origen de la sabiduría. Como
hemos comprobando hasta ahora, muchos miles de años antes ya existía
una cultura mucho más avanzada y universal que la helénica y que
además no necesitaba de esclavos ni de guerreros para mantenerse. La
mitología Griega está elaborada con retales de saberes y creencias
muchos miles de años anteriores a la elaboración de esos famosos
mitos. Estos saberes y creencias (de los cuales hablaremos más
adelante) tienen su origen, como poco a poco se irá descubriendo, en
los pueblos aborígenes europeos. Más tarde, los griegos y otras
culturas guerreras readaptaron la milenaria cosmovisión indígena y
distorsionaron su contenido (pues su conocimiento les llego
fragmentado), simbolizando metafóricamente en sus mitos el triunfo de
la revolución patriarcal sobre las condiciones de vida anteriores, en
las que la mujer tenía un protagonismo social que en modo alguno se
corresponde con lo que nos quieren hacer creer los libros de historia.
“Javier de Hoz, en la
introducción a la edición de “La Iliada” de Espasa Calpe, explica que
esta obra fue una empresa publicitaria encargada por el rey de Micenas
para ser recitada en el ágora. Se trataba de erradicar la memoria
social todavía existente en el último milenio a.c., acerca de la
sociedad humana pre-patriarcal; memoria que se mantenía con cuentos y
coplas transmitidos por tradición oral. La escritura, la literatura
escrita, en manos de los poderosos, aparece así para fijar la versión
de la historia que da la vuelta a las guerras y a las conquista que
aniquilaron la sociedad matricéntrica”.
Casilda Rodrigañez, “El asalto al Hades”.
“Metis es la
diosa preolímpica de la sabiduría. Fue la primera esposa del dios
del cielo, Zeus. Este la engaño haciéndola muy pequeña y tragándosela
cuando ella estaba embarazada de Atenea. Sólo después de haberse hecho
adulta, Atenea surgió de la cabeza de su padre ignorando totalmente
que tenía una madre” (Itsaso Colina Olabarria,
“Atenea o la niña que perdió su ombligo”)
Según R.Graves “el tema
principal de los mitos griegos es el modo en como las mujeres se
convirtieron de seres sagrados en esclavas, gradualmente, a lo largo
de la historia”.
Sobre la antigüedad del pueblo griego
Villar afirma: "Por otro lado que los griegos son un pueblo
indoeuropeo está fuera de toda duda, si bien no voy a demostrarlo,
pues ya lo está lingüísticamente en los estudios de gramática. Sin
embargo, ni son los habitantes autóctonos de Grecia ni siquiera los
primeros indoeuropeos que llegaron a estos lugares: no son la
población neolítica que allá el 7000 a. C. habitaba Grecia, sino que
llegaron a ella hacia el 2000 a. C. en plena Edad del Bronce. El final
del III milenio se asocia arqueológicamente con una fuerte destrucción
en la Argólide y el Ática, marcada por el incendio de los
asentamientos existentes; estas destrucciones son también visibles en
Troya II, en el sur de Anatolia (en Beicesultán) e incluso Palestina.
Tales destrucciones suponen una ruptura, ya que hay cambios en todos
los órdenes. Se suelen asociar a la llegada de dos pueblos inmigrantes
de forma paralela, hablantes unos de una forma primitiva de griego
para Grecia y hablantes otros de lenguas anatolias (luvita, hetita y
palaíta; el imperio hetita parece nacer hacia el siglo XVIII a. C.)".
Por su parte, Arnaiz y Alonso
afirman: “La invención del mito de Grecia (toda la cultura viene de
Grecia) en el siglo XIX por Alemania, Inglaterra y otras potencias
occidentales no mediterráneas, ha ocultado el antiguo patrimonio
circum-mediterráneo en el que hubo durante milenios un flujo genético
y lingüístico entre los pueblos ribereños y de oriente Medio, incluido
el Caúcaso” “Caucásicos, turcos, mesopotámicos y vascos”.
Por lo tanto no es casualidad que esta sociedad actual, tome como
ejemplo a Grecia ("toda la cultura viene de Grecia") y la eleve a
mito, pues representa la consolidación en
Europa de una nueva era que se prolonga hasta la actualidad: La Era
Patriarcal y guerrera. El sistema de creencias sufrió un
vuelco y los mitos fueron suplantados o cambiados de significado.
“En la antigua Europa, el color negro significaba el humus fértil y
la vida (así queda también reflejado en el euskera), mientras que el
blanco denotaba la palidez del hueso y de los cadáveres, es decir, la
muerte; en adelante sería al revés. El Toro estaba relacionado con la
luna y la regeneración (con la
diosa), pero en
adelante significará la fuerza y el poder del dios masculino (Zeus).
Y, como relata el viejo mito, Zeus-Toro raptó a Europa”.
Josu Naberan, “La vuelta de Sugaar.
“
"Y el mismo origen etimológico (“ma”) tiene la voz latina
“mas-maris” que, casualmente, no significa “hembra”, como hubiera
parecido lógico, sino “varón”, “macho”. Es decir, que incluso el
nombre para designar al hombre es un derivado de un nombre de mujer.
Ya lo vimos al referirnos a la voz cantabro-vasca “ander” (señora),
que sin embargo se ha convertido en griego en “varón”, “hombre”.” J.M.
Rivero Meneses, “Cantabria cuna de la humanidad”.
“Según Arnaiz y Alonso, y según
su estudio basado en las grabaciones en estelas funerarias neolíticas
(...), Anderea en el vasco actual es mujer; y en el griego actual es
hombre. La coincidencia del andrea vasco y el andrea griego nunca me
había llamado la atención, pero tras descubrir el parentesco entre el
vasco y el minoico, la pregunta es: ¿tiene esto algo que ver con lo
que dice Moia de que en la literatura griega clásica, se traduce
sistemáticamente “madre” por “padre”? En el euskera de las estelas
neolíticas jaune es señora; y en el euskera que hoy se conoce, es
señor. ¿Acaso este cambio acontecido en algún momento después del
Neolítico, se debe a lo mismo que el cambio entre el griego antiguo y
el moderno? ¿Son transferencias del significado de los símbolos que
acompañan a la construcción del orden simbólico patriarcal, que no
pudiendo prohibir la voz de las gargantas trastocan su significado?
¿Tiene este cambio algo que ver con el surgimiento de esa forma de
existencia, en la que según palabras de Lea Melandri, el existir de la
mujer se hallase ya incluido en una forma de existencia (mujer, madre,
hija, etc.) que la niega en cuanto a mujer? ¿En la que ser madre
significa existir y usar el propio cuerpo en función del hombre?”.
Casilda Rodrigañez, “El asalto al Hades”.
Por lo tanto he aquí el inicio del
patriarcado. He aquí el inicio de la guerra y de la conquista como
motor de la historia. He aquí el inicio del imperialismo a gran
escala, del racionalismo cultural, de la destrucción del medio, del
militarismo, del sometimiento de las culturas indígenas, etc, etc,
etc... En definitiva, he aquí el origen de la civilización que
padecemos.
2) LA MITOLOGÍA CLÁSICA COMO
SISTEMA DE PROPAGANDA PATRIARCAL
 |
“Con la revolución
patriarcal, los nuevos soberanos déspotas buscaron el apoyo de los
Sacerdotes y poetas para que diesen fundamento religioso a su
ideología política, les ayudase a gobernar con normas morales y
legitimase sus acciones agresivas y su poder absoluto. Y así se
llevó a cabo la reforma religiosa, creando y divulgando mitos,
usados con la expresa función de propagar la ideología patriarcal.
Francisca Martín-Cano |
“Los nuevos mitólogos dieron nuevas
explicaciones míticas del mundo que destruían, neutralizaban y
falseaban los originales mitos y adjudicaban el papel dominante a lo
masculino. Se dieron nuevas explicaciones con una mitología
adaptada a sus aspiraciones, basada en la dominación masculina sobre
las mujeres, defensora de la guerra. Se exaltó el Principio masculino
y las Divinidades masculinas ejercían un poder exigente, que dominaba
sobre todas las cosas, que reafirmaban el modelo patriarcal, otro
mecanismo que explica la pérdida del poder femenino y que contribuyó a
la evolución de la sociedad al patriarcado.
Los nuevos mitos aportaban claves útiles para la existencia,
servían para imponer, amparar y mantener una situación de superioridad
masculina, modelaban conductas diferenciadas de cada sexo y servían
para subordinar, someter y disciplinar a las mujeres, para justificar
el orden impuesto y para asignarle una base moral.
Y justificándose en la religión que
permitía la guerra, como cumplimiento de indicaciones
Divinas y amparándose en la misión grandiosa de extender su religión y
convertir a todo el universo, los déspotas la imponían sobre otros
pueblos con sus ejércitos y se sentían
legitimados para cometer los peores crímenes y crueldades. Leemos, en
referida al nacimiento de una de tantas mitologías de guerra: "...
mitología de guerra divinamente autorizada." (Campbell,
1994: 208).
Y desde el momento de la conquista de una región, los nuevos
gobernantes exclusivamente divulgaban los mitos, el arte a su servicio
y otros sistemas de propaganda política CON UN FIN ALECCIONADOR, como
estrategia complementaria, para modelar las ideas que les interesaba
prestigiar (y lograron) imponer, en los que se daban modelos centrado
en la violencia y la fuerza, en la jerarquía y el dominio patriarcal.
A partir de entonces la religión es intolerancia.
De las narraciones y poemas griegos leemos: "... desarrollan una
teología que influirá profundamente en la especulación posterior, dado
que se convirtieron en obras aceptadas por todos los griegos,
conocidas y aprendidas desde la infancia y que sirvieron para
homogeneizar las creencias..." (Díez de Velasco, 1995: 270).
A medida que las civilizaciones patriarcales fueron aumentando su
poder, extendieron sus creencias, sus postulados, sus mitos, sus
sistemas religiosos y filosóficos sobre otros pueblos de manera
violenta, y a la par se modificaba la sociedad, se dejaba de disfrutar
de libertades individuales y aparecía la esclavitud y subordinación
humanas y la guerra.
Influyeron de forma poderosa en la mente humana y en muy pocos
siglos, junto con los otros medios de comunicación, transformaron las
mentalidades y aniquilaron los valores de la sociedad matriarcal y
contribuyeron a su evolución hacia el patriarcado.
Hoy día, sabemos que los mitos, en los que una enorme mayoría de
personas cree y ha creído ciegamente, son una invención humana, pura
fantasía sin fundamento racional. Pero siguen perviviendo estos
conceptos aunque queden invalidadas por el conocimiento científico.
(Con algunas excepciones como es el caso de la creencia en occidente
del mito de la creación del ser humano directamente por Dios, a Adán a
imagen suya y a Eva "Madre de Todos" de su costilla, creencia
invalidada por la teoría evolucionista, que pocos habitantes de
nuestra cultura creen ya).
Generalmente, la creencia en los mitos sigue actuando en las
conciencias humanas, sin que se oponga resistencia a sus mensajes. En
ese sentido son muy importantes porque hablan en imágenes de gran
carga pedagógica e instructiva que penetran muy profundamente. "Los
mitos son metáforas de la potencialidad espiritual del ser humano, y
los mismos poderes que animan nuestra vida animan la vida del mundo."
(Campbell, 1991a: 54).
Los mitos son relatos sobre figuras
legendarias que relatan historias en los que se cifran de forma
simbólica los papeles sociales de una determinada sociedad, las
categorías y el conocimiento del mundo. Unos atañen a las
prohibiciones, otros dan explicaciones del Más Allá, otros describen
cómo fueron hechas las cosas y por qué son como son e imponen
sanciones sobrenaturales.
Los mitos siempre tienen una FINALIDAD:
—Ya sea la de poner fin a ciertas costumbres indeseadas o sirven
para evitar padecimientos, como por ejemplo se inventa un mito para
prohibir comer de un animal bien porque esté enfermo o bien porque no
sea rentable su cría cuando es desproporcionada la relación entre
costo y beneficio.
—O se construyen mitos para permitir la catarsis ante situaciones
conflictivas o para dar la posibilidad de revancha o para ofrecer una
posibilidad de expresión.
—O se inventan mitos para desacreditar ciertas conductas y
prestigiar otras.
—O se inventan por cuestiones económicas e intereses de estado, que
la religión favorece.
Su FUNCIÓN en una determinada cultura es:
—Revelar modelos y simbolizar con metáforas ciertas ideas
abstractas, ciertas creencias sobre lo que el mundo dice a la
humanidad. Son una historia moral con una envoltura pedagógica, un
código mítico que da amparo legal a ciertas conductas humanas y modela
las pautas a seguir.
—Al considerar cualquier elenco de mitos, jamás debemos olvidar una
cosa: que se originan como hierofanías, fábulas que -siempre
transmitidas oralmente- explican los orígenes del mundo, de la raza
humana y de los dioses, y que con frecuencia sientan los parámetros de
la conducta humana hacia estos últimos. (Rutherford, 1994: 34).
—Actúan como sugestiones, como una fuerza operativa que condiciona
la realidad y sugiere lo que se ha de pensar respecto a la vida y a
los Dioses. Constituyen los mecanismos de control social.
Así que el mito es un POTENTE Y SUTIL MEDIO DE ADOCTRINAMIENTO
junto con el arte, las leyendas, la literatura y otros medios de
comunicación típicos de cada cultura, que influyen en la visión
inconsciente, moldean las actitudes y hacen que se acepten las normas.
En general, los mitos:
1) Reflejan costumbres o dan modelos de comportamiento para cada
sexo en la sociedad, según el modelo cultural vigente en un momento
histórico.
2) Se prestigian o critican ciertas conductas y propone pautas de
conducta, lo que influye poderosamente en el proceso de adquisición de
los patrones culturales.
3) Se refieren a algún aspecto de la Naturaleza cíclica coincidente
con un hecho astronómico.
4) Incluyen algún proceso histórico: emigración, invasión, lucha
entre pueblos...
Pero en toda tradición mitológica —y esto es aún más cierto en el
caso de los celtas—, hay que preguntarse siempre si el mito no recubre
una cierta realidad histórica, sea por proceso de evemerización, sea
porque el mito, para resultar comprensible y transmisible, debe
encarnarse, materializarse tanto en la ficción como en la historia. (Markale,
1989: 67).
Es evidente que un mito se cifra en términos diferentes, si está
condicionado por los valores de una sociedad en la que lo femenino
juega un papel importante que si está subordinada: cada sociedad
presenta unos hechos según la ideología que defienden.
Los mitos inventados por las mitólogas desde la Prehistoria,
estaban centrados en la Naturaleza, adjudicaba la victoria al
Principio femenino, reafirmaban el modelo matriarcal y reflejaban la
sociedad en su arcaica existencia real y pacífica. Y así la religión
primitiva seguía el modelo social de la Gran
Diosa Madre
Naturaleza, que ejercía un poder Pacífico y de Protección sobre sus
hijos, a los que procuraba suficientes alimentos.
Pero los mitos inventados por los mitólogos del patriarcado, fueron
usados pedagógicamente como sistema de propagando que divulgaba la
ideología patriarcal y modificaron la sociedad anterior.
De los mitos de la civilización de Mesopotamia, tras la revolución
patriarcal, leemos: "...en la civilización de Uruk, se observa por el
contrario la instauración de un poder masculino personal. Éste no pudo
imponerse más que después de una larga lucha contra el poder
matriarcal establecido, poseedor de las tierras. Tal lucha fue
indicada claramente en la epopeya (espos) babilónico de la creación el
Enuma Elish." (Laviosa, 1977: 63)
Algunas estrategias míticas
patriarcales para erradicar el culto a
Diosa
En los más antiguos mitos patriarcales de diferentes regiones, se
observan una serie de estrategias para modificar las ideas anteriores.
[ Cambio de género de la
Divinidad que culminaba el panteón ]
La primera estrategia patriarcal de los mitólogos y mitógrafos
patriarcales fue la de elaborar mitos de exagerada ideología
patriarcal, modificando el sexo de los protagonistas míticos que
culminaba el panteón. Y a partir del patriarcado, las Divinidades
masculinas son las juegan los papeles dominantes y a las que se les
adjudican las funciones naturales de la
Diosa Madre: se
apropian y usurpan sus funciones naturales (por ejemplo Dionisios /
Baco, Apolo, Zeus / Júpiter). O simplemente se les cambia el género a
la Diosa, y sus
sustitutos conservan, a veces, incluso el mismo nombre (Por ejemplo
Mitra o Sin, que antes de ser masculinos, eran Diosas).
Mientras que la Gran
Diosa Madre,
Origen de la vida, encarnación de la Naturaleza, fue rebajada a
Diosa
secundaria. Y las figuras femeninas sufrieron cambios de
poder en las narraciones. Algunas fueron convertidas en hijas o
esposas o en amantes o hermanas de las Deidades masculinas y quedaron
unidos al padre. O se les adjudicaron los nuevos valores femeninos
subordinados característicos del patriarcado, que inducía por
modelamiento (servía de modelo) la conformidad de las conductas:
asumieron durante algún tiempo funciones de entretenedoras, objeto ya
al servicio masculino. O su poder declinó hacia una naturaleza
terrenal, relacionada con el ama de casa. O adquirieron
características de intercesión, con cualidades "femeninas" como
compasión, clemencia y humildad.
Hacia el final de la Edad del Bronce y, con más fuerza, en el
amanecer de la Edad del Hierro (alr. 1250 a.C. en Levante), las
antiguas cosmologías y mitologías de la
diosa madre
fueron transformadas radicalmente, reinterpretadas, e incluso en gran
medida fueron suprimidas por aquellos repentinos intrusos, los
guerreros tribales patriarcales, cuyas tradiciones han llegado a
nosotros fundamentalmente en el Antiguo y el Nuevo Testamento y en los
mitos de Grecia. (Campbell, 1992: 24).
En aquellos tiempos remotos, los griegos primitivos adoraban sobre
todo a la Gran Madre, la Madre tierra, llamada Gea.
No fue hasta el siglo VIII a. C. cuando
Homero convirtió a Zeus en el padre supremo de una extensa familia
olímpica regida según los cánones de la aristocracia patriarcal.
Casi al mismo tiempo que Homero, Hesíodo creó una teogonía, esto
es, una historia donde se relata el origen de los dioses (Vandenberg,
1993: 78).
Son ejemplos los mitos de las Diosas
Walkirias escandinavas o las Diosas Apsaras hindúes, que
sufrieron un cambio de función: en principio eran Grandes Diosas de la
Naturaleza, según lo evidencias sus atributos y títulos: Diosas del
Destino que tejen el hilo de la vida y la cortan con sus tijeras
cuando deciden (asociada a Escorpio, arácnido que teje y con su
aguijón mata). En el patriarcado los mitólogos las convierten en
servidoras de los muertos en batalla y en objetos de placer.
Es un mito que además manifiesta su tergiversación por intereses
políticos. Cuando las políticas de los estados consideraron
conveniente hacer uso de las guerras para lograr sus objetivos
expansionistas, ilusionaron a los soldados para atraerlos a la defensa
de sus intereses y les reforzaron la muerte violenta y heroica en el
campo de batalla, con la esperanza de los placeres que iban a
disfrutar de en el Paraíso con las Walkirias. Así el mito promete a
los que mueren en batalla la inmortalidad y el disfrute de placeres
¡Divinos!
Con ello se dio nacimiento a las religiones de fuerte espíritu
patriarcal, que produjo modificaciones machistas de la sociedad.
[ Desacreditaron las funciones de
la Diosa ]
Otra estrategia que contribuyó a la modificación patriarcal, fue la de
desacreditar las funciones que la
Diosa había
detentado. Y también se desacreditaba las antiguas ideas y se
castigaba a las mujeres que las defendían, como estrategia
manipuladora para imponer las nuevas ideas patriarcales, además de
derrocar a la Diosa:
"... ejemplo de "política religiosa", por la cual las divinidades de
una cultura anterior conquistada se convierten en los demonios de la
nueva." (Husain, 1997: 22). "Los valores emanados de lo femenino, del
ancestral culto a la Magna Mater, fueron relegados, cuando no
perseguidos y destruidos con toda la saña de lo odiado y temido a la
vez." (Atienza, 1991: 392).
Por ejemplo las funciones Legislativas de la
Diosa, que daba
normas y castigaba a los infractores de sus leyes, en los panteones
patriarcales se convirtieron en Diosas de la Venganza, que
personificaba todo lo malo: los vicios, la guerra, la peste, el
fraude, la miseria,... muestra de la evolución al patriarcado.
Un ejemplo es el de las Diosas Furias /
Erinias, Juezas que castigaban tras juzgar a los delincuentes:
"representantes de la antigua ley matriarcal" (Espasa, Tomo
33, 1988: 1005), a partir de Esquilo se convierten en
personificaciones morales de carácter repulsivo, en seres
horripilantes y demoníacas (Espasa, Tomo 25, 1988: 247).
Otro ejemplo es el de las Diosas Harpías
(arpía animal similar a buitre, arpa instrumento de música asociada a
Lira / Buitre). Se consideraban que eran juezas que habitaban en las
islas Estrofadas y juzgaban y castigaban a los delincuentes. En la
mitología patriarcal, el mito las define como mujeres feas, de mala
condición, codiciosas (harpías), cuyas palabras eran cantos de Sirenas
que enloquecían a los varones y temidas por su poder de seducción. Ya
que con sus cantos al son de harpas, llevaban a los varones a la
perdición. Y las convirtieron en personificaciones de los vicios
Y así en la Odisea se narra que Ulises,
para huir de la seducción de las Sirenas / para defenderse de los
fuertes vientos marinos y de los temporales de primeros de noviembre,
se ató al mástil de su barco y se taponó las orejas con cera. (Aparece
las Sirenas volando alrededor del Ulises atado al mástil de su barco
en una cratera de Vulci).
Y en la sociedad, las mujeres defensoras de las ideas matriarcales
y representantes de las Diosas, sufrían el castigo patriarcal y el
descrédito. Y así Apolo castigó a
la famosa princesa Sacerdotisa profetisa
Casandra / Alexandra de Troya, desacreditándola para que
sus profecías no fuesen creídas, a pesar de sus aciertos. En una
advertía sobre el caballo de madera de Troya.
La Gran
Diosa Madre
Naturaleza terminó por ser degradada y descalificado su reino
Y finalmente la Gran
Diosa Madre
Naturaleza, terminó por ser degradada y descalificado su reino, para
así revalorizar el Principio masculino: "... el empleo de una
estratagema Sacerdotal de difamación mitológica, que desde entonces ha
sido utilizada constantemente, principal, pero no únicamente, por los
teólogos occidentales. Consiste simplemente en llamar a los dioses de
los otros pueblos demonios,..." (Campbell, 1992: 84).
En la nueva mitología se la desacredita y se convierte en
Diosa infernal
y maléfica / de las Tinieblas / Principio del Mal que es
vencida por la luz del sol y se la culpa de ser la causa de la
introducción de mal en el mundo.
La morada de la Gran
Diosa tierra,
en todos los panteones, era el Mundo Subterráneo / el
Mundo de la Muerte / el Abismo /
el Seno de la Diosa
en donde se producía el renacimiento de la semilla y la resurrección
de los difuntos / el Paraíso Terrestre, de donde la
Diosa era
soberana / por donde desaparecen las constelaciones, el sol y la luna
del cielo nocturno, en la nueva mitología esta morada el Scheol /
Tártaro (todavía llamada Belial en el Antiguo Testamento de Belis =
Soberana) / el mundo de las Tinieblas y se descalifica como el
Infierno a donde iban las almas merecedoras de castigo.
Y termina dando género masculino al Espíritu / Principio del Mal
que es destruido por el del Bien. Y el Principio vencido pasará a
llamarse: Ahura-Daeva, Angra Mainyu, Ahriman,
Satán, Armany (Hungría), Daeva, Lucifer,...
Y dada la correlación entre los mitos y la realidad económica y
social, al perder importancia el Principio femenino y su papel activo,
se modificó igualmente la importancia femenina en la vida económica,
se produjo un cambio profundo en la estructura social y sobrevino la
sociedad patriarcal.
[ Invento de mitos protagonizados
por guerreros para imponer valores machistas ]
A partir de la promoción de los valores patriarcales, el antiguo
héroe-paredro mortal (Divinidad inferior del que la
Diosa se
enamoraba, al que imponía reglas y que se autocastraba, moría como
semilla y la Diosa
resucitaba) pasó a convertirse: en una divinidad masculina solar.
En la nueva mitología, el paredro se
convierte en un héroe Salvador, identificado en la visión patriarcal
con el sol, al que se le atribuye todo tipo de hazañas y acciones
agresivas, modeladoras de los nuevos valores guerreros.
Los mitólogos patriarcales inventaron mitos que suelen adoptar la
forma de epopeyas protagonizadas por varones que viajan en busca de
algún objeto valioso, o para colonizar un nuevo territorio, o con
cualquier otra excusa, para mientras tanto, en diferentes episodios,
ir prestigiando los nuevos rasgos patriarcales arquetípicos, que iban
a impregnar a la sociedad y a la par se iban desacreditando los
valores femeninos, así como su resistencia a la conquista. El viaje de
los héroes termina con la fundación de un imperio y el aniquilamiento
del poder femenino.
Sol-héroe Salvador que se
apropia de los símbolos y funciones de la Luna-Diosa
Salvadora, le arrebata sus facultades de Fertilidad y protagoniza
epopeyas como fábulas que narran sus aventuras durante su vida
errante, sus encuentros y enfrentamientos con monstruos y dragones.
Asesinato de mujeres-monstruos: enmascara
la lucha contra el poder femenino y la conquista de regiones donde
reinaban
En todos los casos, las epopeyas se desarrollaron mezclándose
historia con la leyenda y los enfrentamientos tienen tanto una
explicación doctrinal-histórica como otra astronómica.
— La explicación doctrinal-histórica de las aventuras de los
héroes, es que se refieren a la emigración violenta-invasión
patriarcal de regiones, en las que gobernaban reinas Sacerdotisas,
mientras se van prestigiando diferentes tipos de conductas agresivas.
Ejemplo paradigmático sería las hazañas de
Hércules: "... Hércules era más bien un nombre apelativo
que propio dado a los célebres negociantes que iban a descubrir nuevos
países y a fundar colonias..." (Noël, Tomo 2, 1987: 51).
En esencia los mitos patriarcales, adjudican a los héroes una serie
de actos atroces y violentos, que traduce como hazañas heroicas, en
contra de monstruos. Con ello se enmascara la lucha contra el poder
femenino y las destrucciones y devastaciones de regiones por parte de
invasores patriarcales, a la vez que se prestigia el proceso de
conquista. (Y que corresponden a veces exactamente a hechos
astronómicos y otras a su inversión).
— Y la explicación astronómica del viaje del héroe-sol es que
pretende imitar el viaje de la
Diosa-Luna
en su recorrido por el cielo nocturno, junto con las constelaciones
animalísticas.
Explicación astronómica que ya se ha dado al viaje de Rama que se
narra en la epopeya Ramayana. "El
carmelita padre Paulino de San Bartolomé prueba con muchas razones que
no es más que una ficción de geografía astronómica, aunque cree que
bajo esta fábula podría ocultarse algún héroe verdadero." (Espasa,
Tomo 49, 1991: 488).
Aunque los mitógrafos han interpretado a los héroes como
personificaciones solares, que viajan mientras realizan las hazañas de
matar monstruos (constelaciones) y pretenden atenerse al hecho de que
cuando el sol nace, todas las constelaciones nocturnas desaparecen, no
todos están de acuerdo.
En la tesis que he expuesto en detalle en mi estudio sobre
siegfried ou lor du Rhin, París, Ed. Retz, 1984. Sostengo, basándome
en numerosos documentos, que el abusivamente llamado héroe solar es en
realidad un "héroe cultural", un "héroe civilizador" que no tiene
fuerza por sí mismo si no se regenera constantemente junto a la
Mujer-sol, detentadora real de la soberanía”... Aporta también la
prueba de que, ni entre los celtas, ni entre los germanos, hay
dios-solar o sol representado en forma de dios. (Markale, 1989: 95).
En realidad, al atribuir al héroe-sol ciertas aventuras basadas en
la mitología matriarcal, estarían refiriéndose a su identificación con
varias constelaciones, considerados "Pequeños soles": Crátera, Flecha,
Can Mayor, Águila y Escorpio (como Divinidades de la Luz, no como
personificación del sol).
Existen antecedentes en autores actuales que también denominan
"sol" a algunas estrellas muy brillantes. Por ejemplo leemos de la
estrella Arctosoura, hoy conocida como Arturo: "... la estrella
Arturo, brillante sol del hemisferio boreal, de color variable,..." (Espasa,
Tomo 9, 1088: 499). Y también es cierto que en ciertas mitologías
históricas se consideraban que había cinco "Pequeños soles",
correspondientes a diferentes situaciones de las constelaciones: Can
Mayor, Crátera, Libra-Escorpio, Águila y Flecha, por lo que ello
estaría en el origen de la equivocación de los mitógrafos
patriarcales, que les llevó a identificar a los héroes con el sol.
Los enfrentamientos de los héroes se refieren a varios hechos
astronómicos correspondientes a distintas situaciones de las
constelaciones consideradas "Pequeño sol", con las que se identifican
en el cielo y en relación a las otras constelaciones.
Y así los principales hechos de los protagonistas patriarcales
están cifrados en mitos que narran que los héroes en sus viajes de
invasión se encuentran con fenómenos y calamidades como torbellinos,
escollos, tempestades, huracanes, rayos, sequía y otros fenómenos, que
hacían detener su marcha o naufragar sus barcos... o viajan a regiones
habitadas por monstruos dañinos con los que se enfrentan.
Estando las calamidades asociadas a diferentes fenómenos
atmosféricos, coincidentes con la desaparición por el cielo
crepuscular (o la reaparición matutina) de una precisa constelación
animalística / monstruo.
Constelación animal que se creía animada por la
Diosa en sus
diferentes aspectos. Y que eran representadas en la tierra por
poderosas Sacerdotisas y amazonas armadas, que al ejercer sus
ceremonias sagradas y al actuar de guardianas de sus grutas /
Santuarios, lugares de culto a Diosas, se ponían máscaras.
Representantes Divinas que gozaban de gran poder bajo la advocación
de la Diosa que
les dictaba sus oráculos en sus Santuarios, en donde almacenaban
enormes riquezas y formaban parte de los tribunales de justicia,
juzgando y castigando a los asesinos y delincuentes y que se opusieron
a la invasión patriarcal.
El desacreditar a las juezas y a las
Sacerdotisas enmascaradas y calificarlas de monstruos dañinos y
horripilantes, servía para justificar las acciones
emprendidas por los héroes para eliminar a los monstruos, para así
salvar a la humanidad de su influencia.
Y así los defensores y representantes patriarcales encontraban
plena justificación para que Hércules o Indra o Rama o Apolo o Perseo
o Cecrops (o san Jorge o san Miguel...) destruyesen al demonio /
dragón (monstruo femenino asociado a constelación animalística).
(El dragón, como representación
del Principio femenino en su faceta que animaba la constelación Dragón
que presidía diferentes oficios en la tierra como la metalurgia, es el
animal más universalmente perseguido y derrotado. Era representado por
las guardianas de los Santuarios de ciudades marítimas, artesanas
metalúrgicas, que en la defensa de su territorio, usaban espejos de
metales bruñidos como faros que reflejaban los rayos solares y
achicharraban / dragón vomitaba fuego).
La interpretación de los héroes como Divinidad solar es patriarcal,
pero sus aventuras tienen un fundamento ajeno. De ahí que en algunas
ocasiones, los mitólogos patriarcales para hacer al héroe siempre
vencedor, invierten, sin saberlo, el hecho astronómico en que se
sustentan.
Y así los representantes patriarcales
encontraron justificación para robar las propiedades y riquezas de
mujeres y maltratarlas, violarlas y asesinarlas. Y con ello
arrebatarles su libertad y su autonomía, para así ¡salvar a la
humanidad! "Los valores emanados de lo femenino, del ancestral culto a
la Magna Mater, fueron relegados, cuando no perseguidos y destruidos
con toda la saña de lo odiado y temido a la vez." (Atienza, 1991:
392).
El culpar a la víctima de la violencia patriarcal es un ejemplo
típico que demuestra la existencia del mecanismo psicológico de
INVERSIÓN MÍTICA para justificar la violencia del agresor. Y que
demuestra igualmente la existencia del mecanismo de DESCRÉDITO del
modelo centrado en la Naturaleza y amante de la paz por parte de los
vencedores patriarcales: las pacíficas mujeres son consideradas las
causas de los males. ¡Y de ahí que por considerarla, ser la culpable
de la introducción de mal en el mundo, se justificaba las actuaciones
masculinas en contra de los derechos femeninos!
[ Hazañas de héroes patriarcales:
robo, rapto y desprestigio de conductas femeninas ]
Y así los mitos patriarcales valoran y prestigian ciertas conductas,
que encierran la violencia masculina sobre la mujer, del fuerte sobre
el débil, como sistema pedagógico que modelaba las conductas
reflejadas. Y así sus ¡hazañas! consistían en robar, violar, raptar,
asesinar, dejar embarazada y abandonar... a otros seres humanos y bajo
la Protección de figuras Divinizadas.
Las ¡hazañas! prestigiadas son del tipo:
a) Robo
Y así los héroes roban objetos como frutos, árboles, jugos sagrados
por ser mujeres las dueñas del suelo de cultivo y sus frutos heredados
matrilinealmente, así como las profesiones de cultivadora y nutricias
/ maestras.
O roban posesiones como animales o riquezas femeninas u objetos de
adorno o de protección, estando los mismos identificados con los
objetos del trabajo femenino, por ser las mujeres las más arcaicas
artesanas que los elaboraban en talleres de fabricación de armas y
talismanes: cascos, escudos, corazas, fabricación de espejos,
instrumentos musicales, trípodes metálicos, horcas (instrumento de
labranza con el que se avienta los granos o se hacinan las mieses) o
tridentes, esculturas de madera (asociadas a la salud), curtido de las
pieles de animales-pergaminos usados para escribir o como vasijas
(zurrón) o como vestidos o de los cuernos de animales usados como
arados, o símbolo de sus funciones: paladión de su profesión de
médica, cinturón de su profesión dirigente, coronas de reina,...
b) Rapto de mujeres
En los mitos patriarcales existen leyendas de rapto de: princesas,
Sacerdotisas y reinas. Tanto con la función prestigiadora y
modeladoras de tales ¡hazañas! y concreción de la apropiación
patriarcal de las funciones que ejercían en la sociedad, como con
significado astronómico de sucesión de constelaciones.
Y así frente a los mitos astronómicos matriarcales pacíficos
agrícolas, que se cifraban en leyendas que narraban que una princesa
identificada con la semilla, desaparecía dulcemente o se quedaba
dormida y se despertaba o descendía al Mundo Subterráneo o se montaba
dulcemente en un animal, simbolizando el período de enterramiento y
muerte de la semilla (período de siembra), los mitos patriarcales
narraban que las princesas, como objetos deseables, sufrían una
agresión violenta y eran raptadas por un varón o por un animal.
Tras el rapto de las princesas, los raptores y el pueblo patriarcal
al que simbolizaban, se apropiaban de la antigua función asociada a lo
femenino (el ejercicio del poder político y religioso). Y a la par la
Divinidad masculina -que sustituía a la
Diosa- se
apropiaba de sus facultades Nutricias y Fecundantes.
c) Desprestigio de la respuesta femenina
frente a la agresión y a la invasión patriarcal
A partir de la revolución patriarcal se inventan mitos que
desprestigiaban la resistencia que oponían las mujeres para impedir el
avance de los conquistadores patriarcales, como mecanismo psicológico
de descrédito que castiga a las mujeres para modelarles conductas
sumisas.
Y los mitos empezaron a reflejar a las protagonistas femenina en
actuaciones sumisas o de huida frente a la agresión.
Y así la Tiniebla o la Aurora o el
Crepúsculo (personificaciones femeninas) ya no luchan
cuando aparecen sus perseguidores (considerados el sol traducido en
términos de mitología patriarcal), sino que huyen. Expresando además
el hecho astronómico de la desaparición de cualquier constelación del
cielo nocturno, justo cuando aparece / nace el sol (amanece). Y que el
mito traduce: la Luz vence a las Tinieblas.
d) Desprestigio de mujeres que persistían
en sus antiguos ritos
También se desprestigiaron a las Sacerdotisa que persistían en sus
antiguos ritos. Y así las leyendas narran que eran castigadas
convirtiéndolas en monstruos o rocas o fuentes, por negarse a ponerse
al servicio de Divinidades masculinas.
e) Trato denigratorio a mujeres
También abundan los mitos patriarcales que defienden conductas
discriminatorias de las diferencias sexuales y prestigian actitudes
machistas, que exaltan y revalorizan las conductas por parte de los
varones, denigradoras de la mujer y de la
Diosa. Todo
como estrategia modeladora que ejemplariza que las mujeres aceptan el
sometimiento y subordinación masculina.
A partir del patriarcado los mitos narraban que las mujeres se
enamoraban de los héroes, pero a diferencia de los mitos anteriores,
ellas ya no les imponían reglas, sino que se supeditaban totalmente a
los intereses masculinos y ponían a su servicio sus conocimientos y
dotes. Y mientras, sufrían sumisamente las infidelidades de su pareja,
vejaciones, abandonos, maltratos,...
f) Adulterio femenino castigado
Frente a los numerosos mitos en los que la esposa infiel de un esposo
impotente, era inviolable para el celoso y era el amado el que moría y
era rescatado por su propia esposa [ahí están las infieles Asertu,
Neith,... y sus amantes Baal, Osiris,... son los que mueren a manos
del ofendido esposo, El / Elkunirsa, Seth,...], en los mitos
patriarcales se presentan siempre a las esposas adúlteras siendo
castigadas y asesinadas por su infidelidad, a veces por su propio hijo
(matricidio).
g) Embarazo femenino castigado fuera del
matrimonio
Si a principios de los tiempos históricos todavía la mujer disfrutaba
de libertad sexual y cuando quedaba embarazada se consideraba que su
hijo: "... fue engendrado por Zeus, es decir, por un padre
desconocido, una característica del matriarcado." (Espasa, Tomo 33,
1988: 1005), en época patriarcal son castigadas si se quedan
embarazadas fuera del matrimonio.
Mito de Hércules
Un representante patriarcal mítico, que ha ejercido una gran
influencia en la sociedad occidental es Hércules / Heracles. Sus
aventuras empiezan narrando que sufrió varios castigos por sus muchos
asesinatos, que les fueron impuestos tras ser juzgado por varias
Pitonisas del Oráculo de Pito / Delfos.
Con ello nos informa quienes eran las que en principio ejercían de
juezas y juzgaban a los delincuentes, muestra del poder femenino aún a
principios de la época histórica, antes que la revolución patriarcal
negara todos los derechos a las mujeres.
En uno de los castigos impuestos por una jueza fue comprado por la
Diosa / reina
Onfalia / Omfalo / Ónfala de Lidia que lo obligó a vestirse y trabajar
como mujer durante tres años. En otra ocasión la Pitonisa le ordenó
que se estableciera en Tirinto como esclavo durante doce años y fue
cuando Euristeo, rey de Argos le encargó los doce trabajos.
Pero mientras la reina ONFALIA HABÍA TRATADO A HÉRCULES ¡COMO A UNA
MUJER!, EURISTEO LO CONVIRTIÓ ¡EN UN HOMBRE!
encargándole que: robara, asesinara y devastara las regiones donde
gobernaban mujeres. Y así sus "hazañas" manifiestan ya el
carácter revolucionario patriarcal y prestigiador de las nuevas
acciones guerreras.
La mayor parte de las hazañas de Hércules tienen lugar en Asia
Menor, La Argólida, Eubea y La Arcadia, donde es manifiesto imperaba
el poder femenino, gobernaban reinas y en algunas regiones se adoraba
a la Diosa HERA
/ JUNO, considerada su enemiga perpetua. Y
Diosa a la que
el mito le echa la culpa de la respuesta de Hércules.
Y así ¡el pobre Dios de la Fuerza sólo se defiende de su enemiga
que lo perseguía de manera implacable!, por el odio que le tenía por
ser hijo de su infiel esposo Zeus y de Alcmena.
Sus doce trabajos corresponden a la destrucción de las regiones que
el mito considera habitada por monstruos dañinos-constelaciones
femeninas y protegidas por guardianas con máscaras / artesanas
metalúrgicas de talleres de metalurgia adscritos a Santuarios, en
donde la Diosa
Hera o la Diosa
Artemisa, recibían culto.
Y así estas regiones se sabe sufrieron gran parte de las hazañas de
Hércules / conquista patriarcal. Al final el héroe fundó la ciudad de
Heraclea = en gloria de Hera, origen de que se le conozca como
Heracles. Después como ¡recompensa a sus buenas acciones! en la Otra
vida, Hércules fue perdonado por la
Diosa Hera y se
casó con su Hija la
Diosa Hebe. ¡Ese es el mensaje que se enviaba a la sociedad!: los
varones que se comportasen conforme a los intereses patriarcales y
conquistasen otras regiones mediante el asesinato, violación y robo de
sus legítimos dueños, encontrarían al morir, en vez de castigo, una
recompensa llena de placeres (mensaje que influyó poderosamente en la
sociedad durante miles de años e hizo mover a los aventureros a ir a
otras regiones a ¡colonizarlas! sin miedo).
CONCLUSIÓN
Así que bajo el bombardeo continuo de mitos que narraban como
hazañas: el arrebatamiento de las propiedades femeninas, su asesinato
o la apropiación de sus Santuarios. A la vez que los varones imponían
sus costumbres agresivas y sus cultos patriarcales y vengativos, se
encargaban del culto y de las profesiones y talleres femeninos, no es
de extrañar que la mujer terminase perdiendo su poder milenario, fuese
subordinada y los varones extendieran su dominio a todos los campos.
(“Revista de antropología experimental” (ISSN: 1578 -4282) número 1,
2001)
“Eran dos hermanos –relata la Biblia-, Caín el labrador y Abel el
pastor. Pero Javhé prefería las ofrendas de este último. (¿Cómo podía
preferir, en efecto, al vencido Caín?). Y entonces –continua el
relato-, Caín, movido por los celos, “atacó a su hermano y lo mató”. Y
de ahí que Caín se volviera maldito por los siglos de los siglos.
Ahora sabemos que las cosas no fueron exactamente así, sino todo lo
contrario. Fue Abel (abel en euskera
significa ganado, y abeltzain es el pastor) el que invadió las tierras
de Caín el labrador, y quién realmente mató o esclavizó a los
habitantes del Este de Europa, Anatolia, Canaán... Puede
ser que algún Caín, en alguna revuelta, matara a algún que otro Abel,
pero la historia no sucedió, tampoco esta vez, como quedó escrita por
los historiadores del bando vencedor. Y los vencedores seguirían, en
adelante también, manipulando sistemáticamente la historia:
convirtiendo al agresor en víctima, y a la víctima en agresor.”
Josu Naberan. La vuelta de Sugaar.
Y es que la invención de la agricultura no trajo consigo la
propiedad privada y los excedentes (como dicen muchos autores).
Fue la invención de la ganadería la que
comenzó a generar el concepto de “riqueza” como
acertadamente nos indica Ortiz-Osés. (ganado-ganancia).
Así ha quedado reflejado también en el euskera (el idioma más
antiguo de Europa): Aberatza
(rico), compuesto de Abere
(ganado) y tza (abundancia).
“En el tiempo de imposición del nombre Aberatza (rico), no se
conocía el oro, la plata, ni otras cosas preciosas que hoy constituyen
al verdadero rico; y que esta verdad y la de haber sido la primitiva
riqueza la abundancia de ganados, hace ver la analogía que tiene
nuestra voz Aberatza con el origen antiquísimo de la riqueza”. P.Pedro
de Astarloa 1803
El control de la capacidad reproductora de la mujer implicó la
desposesión de sus deseos y la eliminación de su líbido para hacer
funcionar la fisiología de su cuerpo, esclavizado y robotizado, según
los fines específicos del nuevo orden patriarcal: reproducir esclavos
resignados y guerreros insensibles al sufrimiento humano, así como
esclavas resignadas y futuras nuevas madres insensibles al sufrimiento
de su prole; en lugar de la vida exuberante y pacífica que llegó a
existir en los palacios de las sociedades matricéntricas del
Neolítico”.
“Después de las guerras de devastación, ya constituida la sociedad
patriarcal, siguió habiendo una dura y larga resistencia durante la
cual se siguieron exterminando a las mujeres que guardaban el rescoldo
del antiguo modo de vida y de la otra sexualidad. Para justificar este
holocausto, se creó la imagen de la 'bruja' que tiene trato con el
demonio, que todavía perdura en nuestros días.
Pero la vida es como es, y no deja de serlo, a pesar y en contra
del Poder. Y para impedir que nuestra sexualidad se desarrolle, además
de silenciarla había que hacerla inimaginable, eliminando todo aquello
que pudiera delatarla o aludir a su eventual existencia.
Por ello tuvieron que cambiar el significado de los símbolos de las
culturas neolíticas, que habían estado durante milenios vinculados a
nuestra sexualidad. Símbolos presentes en costumbres y objetos
materiales de 1a vida cotidiana. Para conseguirlo se escribieron las
historias y los mitos que cambiaron el significado v el sentido de
aquellos símbolos (las grandes obras míticas, como la Biblia o la
Iliada se escribieron en el siglo VIII a.c).
El nuevo orden simbólico correlativo al nuevo orden social,
proyecta en nuestra imaginación y en nuestro inconsciente el modelo de
mujer patriarcal: una falsa percepción de nuestros cuerpos, con una
orientación exclusivamente falocéntrica de nuestro anhelo emocional,
que debe acompañar la relación de sumisión al hombre.
Este proceso de construcción del nuevo orden simbólico, se puede
verificar siguiendo el rastro del que fue símbolo de nuestra
sexualidad en casi todas las culturas: la
serpiente.
Cambiaron su significado simbólico cambiando las historias míticas,
y convirtiendo el movimiento ondulante de la
serpiente en un
símbolo de todos los males y de todos los demonios. También el asco
que nos producen los reptiles, sus mucosas y sus pieles húmedas, es
una construcción cultural paralela al asco y al pudor que sentimos
hacia nuestros cuerpos y sus fluidos, y que tiene por objeto sacar de
nuestra imaginación su sentido maternal y simbiótico.
El orden simbólico tiene que hacer a lo bueno, malo, y a lo malo,
bueno. Así, junto a la satanización de la sexualidad de la mujer, se
sataniza también a la
serpiente que
pasa a ser el demonio del infierno judeo-cristiano; y el infierno y el
Hades pasaron a ser los lugares a donde va todo lo que no debe ser,
por contraste de los cielos donde habitan los paradigmas de lo que
debe ser; y el guardián del Hades en la mitología griega, fue el can
Cerbero, hermano de la amazona Medusa, la de la cabellera de
serpientes, que lleva también el lomo lleno de serpientes y su cola es
una serpiente.
Las sirenas y las Nereidas que representaban la asociación de lo
femenino con el agua, se convirtieron en monstruos marinos que
atacaban a los héroes, como Escila que no deja a Ulises pasar por el
estrecho de mesina. Atenea, en un tiempo representada con serpientes,
pasa a ser la diosa
de la guerra, y las serpientes pasan simbólicamente a manos de
Esculapio, dios, como no, de la Medicina, y de Hermes, dios de la
fertilidad, de manera que la sexualidad femenina en vez de ser una
emanación de 1a mujer para la autorregulación de la vida, pasa a ser
algo administrado y gobernado por los dioses.
Ante el cuadro del Museo del Prado de Cornelio de Vos que
representa Apolo matando a Pitón, un profesor de instituto les decía a
sus alumnos y alumnas que simbolizaba el origen de nuestra
civilización. Siempre nos sorprendemos cuando descubrimos que ellos ya
sabían estas cosas. Es la complicidad transgeneracional de los señores
del Poder y de la Guerra.
Fijaos que la resistencia al orden patriarcal a lo largo de los
siglos la delatan los mitos: porque la Virgen María tiene que volver a
aplastar a la
serpiente que ya había sido enviada por Jehova al Infierno 2500
años antes. Y en la Edad Media, para hacer las naciones modernas y
acabar con el relativo descontrol de las aldeas desperdigadas por la
tierra, siguen haciendo falta mitologías con santos que matan a las
serpientes locales: San Jorge en Inglaterra, San Patricio en Irlanda,
pueblos en donde los campesinos celtas animados por los druidas
conservaron durante mucho tiempo reductos de antiguos modos de vida.
Arturo es otro mito, en plena Edad Media que representa, al igual que
Edipo, la tragedia de la transición. Arturo, no mata al dragón, sino
que lo salva, era conocido como Arturo de Pendragón, y al principio
llevaba su imagen en su estandarte porque era un caballero que
defendía el antiguo modo de vida. Llevaba sendas serpientes tatuadas
en ambas muñecas. Junto al cambio de significado simbólico de la
serpiente, está
la inversión de lo que vale, del bien y del mal, y también, la
significación de los que la matan: el héroe o el santo. Matando a la
serpiente, el
santo salva nuestras almas y el caballero o el príncipe azul, nuestros
cuerpos.
Dice Robert Graves que muchas de estas historias son versiones
falseadas de las originales; y asegura que las fábulas de las
doncellas salvadas por héroes, que matan a los dragones o a los
monstruos, sólo puede deberse a un error 'iconotrópico': porque la
doncella o la princesa no es la futura víctima de la
serpiente, sino
que ella es quien ha sido encadenada por Bel, Marduk, Perseo o
Hércules después de haber vencido éstos al monstruo que era una
emanación de ellas.
Este cambio en los mitos corresponde al paso de la dominación de la
mujer por la fuerza bruta (se captura a la mujer tras destruir por la
fuerza lo que emana de ella), a la sumisión voluntaria de la misma (la
mujer se considera 'salvada' cuando se destruyen las monstruosas
emanaciones de su cuerpo).” Extraído de
"Tender la Urdimbre" de Casilda Rodrigañez
¿De qué se acusa a Adán y Eva? De querer saber demasiado sobre el
Bien y el Mal, sobre la Muerte y la Vida, de la pretensión de lograr
la “facultad de conocer todo” todo lo referente al
Árbol de la Vida. En adelante, el
Conocimiento será malo, el Sexo y la Procreación serán sucios, la
Muerte será sagrada... Conocemos bien estas doctrinas y a sus
impulsores. -” Josu Naberan
La armada persa está a las puertas de Atenas y los ciudadanos no
saben qué hacer: evacuar o no a sus hijos y familiares. Al final toman
la decisión de evacuarlos:
Estos sucesos corresponden al siglo V a/C., y para entonces se
había desvanecido casi por completo la memoria de la
Serpiente
preindoeuropeo no se había perdido del todo. En el pensamiento mítico
de los griegos de aquella época, la
Serpiente de
Atenas personificaba a Erecteo, el ser que nació del semen derramado
en la tierra por Hefesto al intentar violar a la
diosa Atenea.
Por eso, la
Serpiente era el símbolo ctónico de Atenea, la
diosa guerrera
que protegía la ciudad.