Dar a los bebes el mejor comienzo

 

 

 

Por Pat Törngren

 

Pocos adultos asociarían hoy en día la forma en que fueron tratados cuando eran bebés con los problemas que pudieran estar experimentando en sus vidas de adultos. Por otro lado, muchas personas que están pasando a través de varias psicoterapias se dan cuenta de esto perfectamente. Yo he estado luchando por un largo tiempo dentro de mi terapia con el dolor insoportable de mi propia soledad de cuando era una bebé. No me alimentaban con la suficiente frecuencia ni me cargaban lo suficiente para satisfacer mis necesidades y me hicieron dormir sola desde que nací en adelante. Mi terapeuta me dio recientemente a leer un libro en el que confirmaba perfectamente lo que yo estaba reviviendo en mis sesiones con él y me gustaría compartirlo aquí. Es un libro llamado La Prehistoria del Sexo escrito por Timothy Taylor, que está basado en la arqueología, publicado por Bantam Books en 1997. La sección relevante está en las páginas 189-191.

 

Taylor afirma aquí que en las sociedades cazadoras-recolectoras, los niños eran amamantados hasta la edad de cinco o seis años, obteniendo un gran consuelo del amor “incondicional” que brinda el amamantamiento. Ellos aprendían así a confiar, a ser independientes y a compartir. El autor señala que lejos de convertirse en seres dependientes, ellos mostraban una autonomía notable, por que tenían un fuerte sentido interno acerca de su propio valor.

 

El señala que en las sociedades guerreras sucedía a menudo lo contrario. No se le daba el calostro al bebé y se le destetaba a muy temprana edad. Esto provocaba con frecuencia que el bebé se quedara con dolor, enojo e ira que no podía ni entender ni explicar y que emergía más tarde en su vida en la forma de tendencias agresivas y violentas que eran descargadas sobre alguien más o sobre un grupo de personas y la sociedad se convertía así en una sociedad guerrera. ( La psicóloga suiza Alice Miller describe este fenómeno en sus libros. )

Hay una práctica que se le está enseñando ahora a los doctores y a los que están a cargo del cuidado de los niños llamada “llanto controlado”. (una revista local acerca del cuidado infantil publicó recientemente un artículo promoviendo esto.) en la que se urge a los padres a que la usen para hacer más independientes a sus hijos. Timothy Taylor tiene otras ideas acerca de los que le hace realmente a los bebés. Dice que para que el destete sea exitoso, se debe de dejar a los niños dormir solos y dejarlos llorar. Bajo el ‘llanto controlado’, al niño se le deja llorar un poco más cada noche antes de responder a sus necesidades de comida y consuelo. Como resultado, el bebé termina por callarse. ( En este momento, todo mundo se siente encantado porque piensan que el bebé ha sido ‘entrenado’ para tener mejores hábitos.)

 

En contraste, Timothy Taylor sugiere que lo que ha sucedido es que ha entrado en juego un instinto animal básico-observado en bebés de mamíferos y aves, en el que el bebé siente instintivamente que ’si nadie atiende tus señales de sufrimiento, significa que has sido abandonado y que morirás a menos de que conserves tu energía’. El llorar requiere de mucha energía y por lo tanto para poder sobrevivir necesitas dejar de llorar y bloquear el llanto’. Sin embargo, antes de dejar de llorar, el bebé necesita adoptar el conocimiento de que ha sido abandonado. El resultado de ésto es muy serio y Taylor lo relaciona con la teoría de Martín Seligman acerca del ‘desamparo aprendido’ en la cual argumenta que si el niño llora y su llanto no es atendido ni sus necesidades satisfechas, empieza a desligarse de la realidad ya que el sentimiento es ‘no importa que tanto trate ya que nada cambia ni recibo ningún consuelo, así que para qué tratar más si mis esfuerzos son en vano de cualquier manera.’. Un conocimiento semejante es abrumador para un bebé quien para poder sobrevivir lo reprime en el inconsciente y trata de bloquearse hasta dormirse.

 

El experimentar la futilidad que afecta a su entorno y que describe a su cuidador, se convierte en la base de lo que se conoce como ‘desamparo aprendido’en el que el niño ha aprendido desde el principio que es inútil el tratar de hacer que se satisfagan sus necesidades o de afirmarse a sí mismo. Trágicamente el desamparo aprendido es el presagio de una depresión de por vida. ¿Cuántos padres están conscientes del hecho de que sus bebés bien portados y entrenados están en riesgo de deprimirse y de continuar así de por vida a menos de que pasen mucho años de costosas terapias? E incluso así, los resultados de la depresión por el desamparo aprendido son muy difíciles de tratar y por lo tanto es necesario que hagamos algo para remediar esta situación ahora.

 

El doctor Nils Bergman de Ciudad del Cabo cita en un documento leído en 1998 en la conferencia internacional Kangaroo Mother Care la investigación realizada por Lozoff et al (1977) quien estudió la manera en la que los pueblos cazadores-recolectores crían a sus hijos. El dice que ‘un hecho común a todos los grupos es que cargan a sus recién nacidos constantemente. Los bebés duermen con sus madres y su llanto es atendido inmediatamente, se les alimenta cada una o dos horas y el amamantamiento continúa hasta los dos años’. El urge a los padres a darle esta clase de cuidado a sus niños.

 

Trágicamente para la mayoría de nosotros esta información ha llegado demasiado tarde. Lo que me entristece es que aunque mi madre no era una persona cálida ni afectuosa, era muy consciente y si los libros del cuidado del bebé de su época le hubieran dicho me sostuviera y consolara después de nacer, que me cargara cerca de su cuerpo, que me alimentara cada vez que tuviera hambre y que no me dejara llorar de hambre durante ocho horas cada noche de mi vida, ella habría seguido sus instrucciones y la historia de mi vida habría sido probablemente muy diferente.

 

En vez de eso, el doctor le dijo que no me cargara con demasiada frecuencia ni que me alimentara bajo ninguna circunstancia entre las 10pm y las 6pm, porque mi estómago necesitaba ‘descansar’. (Algunas de mis regresiones de bebé más dolorosas han sido acerca de esta terrible prueba nocturna de soledad y hambre), porque mi madre era una madre muy ‘consciente’ y seguía las instrucciones del doctor al pié de la letra.

 

Sin embargo, mi llanto le preocupaba y llamaba al doctor y le decía: ‘No puedo dejar a mi bebé llorar así, ¿que puedo hacer? Y el doctor le respondía, no importa lo que haga, pero de ninguna manera alimente a su bebé antes de las 6 de la mañana porque le puede afectar al estómago. Así que me paseaba durante dos horas desde las 4 de la mañana, pero nunca me alimentaba. Ella me dijo más tarde que se sentía desesperada y yo también. Yo le estaba diciendo tan directamente como podía, que tenía hambre y dolor y sin embargo parecía como si nada de lo que hiciera, pudiera hacerle entender acerca de lo que necesitaba. Esto ha producido en mi vida el miedo de que nunca seré comprendida sin importar qué tan claramente trate de expresarme.

 

Esto también me ha dejado con muchas inseguridades acerca de la comida y el miedo de que nunca va a haber suficiente. Además esto me dejaba la sensación de que era ‘mala’ y que no merecía recibir nada (ni siquiera comida cuando tenía hambre), porque yo podía sentir la irritabilidad y el resentimiento de mi madre por ser levantada tan temprano cada mañana. Así que en mi vida adulta he tenido que batallar para abrirme paso a través de problemas de baja autoestima, sentimientos de no merecer, falta de asertividad, desamparo aprendido y depresión. Todo esto ha contribuido a tener que pasarme años en terapia, recuperándome de mi infancia.

 

Mucho de esto podría haber sido evitado, si el doctor le hubiera dicho a mi madre que simplemente siguiera sus instintos maternales y que escuchara lo que su bebé estaba tratando de comunicarle. Pero él no lo hizo y yo he tenido que pagar el precio. Desafortunadamente, no podemos deshacer el pasado, pero lo que sí podemos hacer es intentar todo o que este en nuestro poder para ver que los padres de hoy reciban esta información. Necesitan ser re-enseñados acerca de cómo pueden criar a sus hijos, estimulándolos para que confíen en sus instintos maternales. De esta forma, los niños que nazcan hoy, crezcan más sanos y felices que lo que nosotros lo hicimos, con la esperanza de que el mundo sea un lugar un poquito más sano.

 

Hay varios buenos sitios en el internet para ayudar a los padres. Hay dos que yo recomiendo el The Natural Child Project y The Good Parenting Page. Se los recomiendo mucho a todos aquellos que estén por tener o estén planeando tener un hijo en el futuro. Ellos promueven la ‘Maternidad Afectivamente Conectada’ manteniendo al bebé en estrecho y amoroso contacto con el cuerpo de la madre (o del padre) en los primeros meses de vida, alimentándolo siempre que tenga hambre y permitiéndole dormir cerca del cuerpo de sus padres en la noche., esperando que esta amorosa y cercana manera de criar a los niños se convierta en la manera de ser padres del futuro. De lo contrario, nos espera un futuro gris.

 

El Dr. Niels Bergman terminó esté artículo con estas palabras: ‘Esto es imperativo para la Salud Pública. Es el diseño del pasado y nuestro futuro depende de él.’

 

 

 

Extraído de Para el Bebé www.paraelbebe.net