MANIFIESTO UNABOMBER
Por F.C.
INTRODUCCIÓN
1.
2. El sistema tecnológico-industrial puede sobrevivir o puede fracasar.
Si sobrevive, PUEDE conseguir eventualmente un nivel bajo de sufrimiento
físico y psicológico, pero sólo después de pasar a
través de un periodo de ajuste largo y muy penoso y sólo con el
coste permanente de reducir al ser humano y a otros muchos organismos vivos a
productos de ingeniería y meros engranajes de la maquinaria social.
Además, si el sistema sobrevive, las consecuencias serán
inevitables: no hay modo de reformar o modificar el sistema así como
prevenirlo de privar a la gente de libertad y autonomía.
3. Si el sistema fracasa las consecuencias aún serán muy penosas.
Pero cuanto más crezca el sistema más
desastrosos serán los resultados de su fracaso, así que,
si va a fracasar, será mejor que lo haga antes que después.
4. Por eso nosotros abogamos por una revolución contra el
sistema industrial. Esta revolución puede o no usar la violencia: puede
ser súbita o puede ser un proceso relativamente gradual abarcando pocas
décadas. No podemos predecir nada de eso. Pero sí delineamos de
una forma general las medidas que aquellos que odian el sistema industrial
deberían tomar para preparar el camino para una revolución contra
esta forma de sociedad. No debe ser una revolución POLíTICA.
Su objeto no será derribar gobiernos, sino las bases económicas y
tecnológicas de la sociedad actual.
5. En este artículo prestamos atención sólo a
algunos de los acontecimientos negativos que han engordado demasiado con el
sistema tecnológico-industrial. Además, mencionamos tales acontecimientos
sólo brevemente o los ignoramos en su totalidad. Esto no quiere decir
que observemos estos otros acontecimientos como triviales. Por razones
prácticas, tenemos que limitar nuestras discusiones a áreas que
no han recibido suficiente atención del público o en las cuales
tenemos algo nuevo que decir. Por ejemplo, desde que están bien
reveladas las tendencias ambientales y desérticas, hemos escrito muy
poco sobre la degradación del medio o la destrucción de la
naturaleza salvaje, incluso aunque consideremos esto de gran importancia.
6. Casi todo el mundo estará de acuerdo en que vivimos en una sociedad
profundamente molesta. Una de las manifestaciones más extendidas de la
locura de nuestro mundo es el izquierdismo, así que una discusión
sobre la psicología del izquierdismo nos puede servir de
introducción al debate de los problemas de la sociedad moderna en
general.
7. Pero, ¿qué es el izquierdismo? Durante la primera
mitad del siglo XX pudo ser prácticamente identificado con el
socialismo. Hoy el movimiento está fragmentado y no está claro a
quién se le puede llamar propiamente izquierdista. Cuando en este
artículo hablamos de izquierdistas pensamos principalmente en socialistas,
colectivistas, «políticamente correctos», feministas,
activistas por los homosexuales y los discapacitados, activistas por los
derechos de los animales. Pero no todos los que están asociados en uno
de estos movimientos es un izquierdista. A lo que intentamos llegar es que no es
tanto un movimiento o una ideología como un tipo psicológico, o,
mejor dicho, una colección de tipos relacionados. Así, lo que
queremos decir con «izquierdista» aparecerá con más
claridad en el curso de la discusión de la psicología
izquierdista. (También, ver párrafos 227-230).
8. Incluso así, nuestra concepción quedará
menos clara de lo que desearíamos, pero no parece haber ningún
remedio para esto. Todo lo que intentamos hacer es indicar de una manera tosca
y aproximada las dos tendencias psicológicas que creemos son las
principales fuerzas conductoras del izquierdismo moderno. Con esto no
pretendemos estar diciendo TODA la verdad. Además, nuestra
discusión sólo se ciñe al izquierdismo moderno. Dejamos
abierta la pregunta de con qué extensión puede ser aplicada al
izquierdismo del siglo XIX y principios del XX.
9. Las dos tendencias psicológicas que sirven de base al
izquierdismo moderno las llamamos «sentimientos de inferioridad» y
«sobresocialización». Los
sentimientos de inferioridad son característicos de todo izquierdismo,
mientras que la sobresocialización es
sólo característica de un determinado segmento del izquierdismo
moderno, pero este segmento es altamente influyente.
SENTIMIENTOS DE INFERIORIDAD
10. Por «sentimientos de inferioridad» no sólo nos referimos
a los sentimientos de inferioridad en el sentido estricto, sino a todo el
espectro de rasgos relacionados: baja autoestima, sentimientos de impotencia,
tendencias depresivas, derrotismo, culpa, autoaborrecimiento,
etc. Argumentamos que algunos izquierdistas modernos tienden a tales
sentimientos (más o menos reprimidos) y que éstos son decisivos
en determinar la dirección del izquierdismo moderno.
11. Cuando alguien interpreta como despectivo casi todo lo que se
dice de él (o acerca de grupos con quienes se identifica), concluimos
que tiene sentimientos de inferioridad o baja autoestima. Esta tendencia
está pronunciada entre los defensores de los
derechos de las minorías, tanto si pertenecen como si no a la
minoría cuyos derechos defienden. Son hipersensibles sobre las palabras
usadas para designar a éstas. Los términos «negro»,
«oriental», «discapacitado», «pollito» para
un africano, un asiático, una persona imposibilitada o una mujer
originariamente no tenían una connotación despectiva. «Broad» y «pollito» eran simplemente los
equivalentes femeninos para «tío», «caballerete»
o «mozo». Las connotaciones negativas han sido agregadas a estos
términos por los propios activistas. Algunos defensores de los derechos
de los animales han ido tan lejos como para rechazar la palabra
«mascota» e insistir en su reemplazamiento
por «animal de compañía». Antropólogos
izquierdistas llegan demasiado lejos al no querer decir nada acerca de personas
primitivas que pueda ser interpretado como negativo: quieren reemplazar la
palabra «primitivo» por «iletrado». Parecen casi
paranoicos sobre cualquier cosa que les sugiera que alguna cultura primitiva es
inferior a la nuestra. (No queremos decir que las culturas primitivas SON
inferiores a la nuestra. Solamente apuntamos la hipersensibilidad de estos
antropólogos).
12. Aquellos que son más delicados sobre la
terminología «políticamente correcta» no son los
negros medios habitantes del gueto, inmigrantes asiáticos, mujeres
maltratadas o personas imposibilitadas, sino una minoría de activistas,
muchos de los cuales no pertenecen a ningún grupo
«oprimido», sino que provienen de estratos sociales privilegiados.
La corrección política tiene su mayor arraigo entre los profesores
de universidad, los cuales tienen empleo seguro con salarios confortables y, la
mayoría de ellos, son varones blancos heterosexuales de familias de
clase media.
13. Muchos izquierdistas tienen una intensa identificación
con los problemas de grupos que tienen una imagen de débiles (mujeres),
derrotados (indios americanos), repelentes (homosexuales), o por lo que sea
inferiores. Nunca admitirán en su fuero interno que tienen tales
sentimientos, pero es precisamente por su visión de estos grupos como
inferiores por lo que se identifican con sus problemas. (No sugerimos que las
mujeres, los indios, etc., SON inferiores; sólo estamos haciendo un
apunte sobre la psicología izquierdista).
14. Las feministas están ansiosamente desesperadas por
demostrar que las mujeres son tan fuertes y tan capaces como los hombres. Ellas
están claramente machacadas por el miedo de que las mujeres puedan NO
ser tan fuertes y capaces como los hombres.
15. Los izquierdistas odian todo lo que tenga una imagen de ser
fuerte, bueno y exitoso. Ellos odian América, odian la
civilización occidental,.odian a los varones
blancos, odian la racionalidad. Las razones que dan para odiar occidente, etc.
claramente no coinciden con sus motivos reales. DICEN que odian occidente
porque es guerrero, imperialista, sexista, etnocéntrico, pero cuando las
mismas faltas aparecen en países socialistas o culturas primitivas,
encuentran excusas para ellos o, como mucho, lo admiten REFUNFUÑANDO,
mientras que señalan (y muchas veces exagerando en exceso) estas faltas
cuando aparecen en civilizaciones occidentales. Así, está claro
que estas faltas no son los motivos reales para odiar América y
occidente: odian América y occidente porque son fuertes y exitosos.
16. Palabras como «autoconfianza»,
«seguridad en uno mismo», «iniciativa»,
«empresa», «optimismo», etc. juegan un papel muy
pequeño en el vocabulario liberal e izquierdista. El izquierdismo es antiindividualista, es procolectivista.
Quieren a la sociedad para resolver las necesidades de todo el mundo por ellos,
para cuidar de ellos. No es la clase de personas que tienen un sentido interior
de confianza en sus propias habilidades para resolver sus propios problemas y
satisfacer sus propias necesidades. El izquierdista es antagonista al concepto
de competición porque, interiormente, se siente como un perdedor.
17. Las formas de arte que apelan a los intelectuales del
izquierdismo moderno tienden a enfocarse en la sordidez, la derrota y la
desesperación o, por otro lado, toman un tono orgiástico,
renunciando al control racional, como si no hubiera esperanza de lograr nada a
través del cálculo racional y todo lo que ha quedado fuera el
sumergirse en la sensación del momento.
18. Los filósofos izquierdistas modernos tienden a rechazar
la razón, la ciencia, la realidad objetiva e insisten en que todo es
culturalmente relativo. Es cierto que uno puede hacer preguntas serias sobre
los fundamentos del saber científico y sobre todo cómo el
concepto de realidad objetiva puede ser definido. Pero es obvio que estos
filósofos no son simplemente lógicos de cabeza fría que
sistemáticamente analizan los fundamentos del conocimiento. Están
profundamente envueltos emocionalmente en su ataque a la verdad y a la
realidad. Atacan estos conceptos por sus necesidades psicológicas. Por
una cosa, su ataque es una salida para la hostilidad, y al ser exitoso,
satisface el impulso por el poder. Más importante, los izquierdistas
odian la ciencia y la racionalidad porque clasifican ciertas creencias como
verdaderas (es decir, éxito, superior) y otras creencias como falsas (es
decir, fracaso, inferior). Los sentimientos izquierdistas de inferioridad
corren tan profundamente que no pueden tolerar ningún
clasificación de algo como exitoso o superior y otra cosa como fracasada
o inferior. Esto también subraya el rechazo de muchos de enfermedad
mental y de la utilidad de las pruebas de inteligencia. Son antagonistas de las
explicaciones genéticas de las habilidades o conductas humanas porque
estas explicaciones tienden a hacer aparecer a algunas personas como superiores
o inferiores a otras. Prefieren dar a la sociedad el mérito o la culpa
para una habilidad o carencia individual. Así, si una persona es
«inferior» no es su culpa, sino de la sociedad, porque no ha sido
educada correctamente.
19. El izquierdista no es típicamente la clase de persona
de la que sus sentimientos de inferioridad hacen de ella un bravucón, un
egoísta, un valentón, un promotor de sí mismo, un
competidor cruel. Esta clase de persona no ha perdido totalmente su confianza.
Tiene un déficit en su sentido de poder y en su valor, pero aún
se puede concebir teniendo la capacidad para ser fuerte, y sus esfuerzos por
fortalecerse producen su comportamiento desagradable. Alegamos que TODOS, o
casi todos, los fanfarrones y los competidores despiadados sufren sentimientos
de inferioridad. Pero el izquierdista está demasiado lejos para eso. Sus
sentimientos de inferioridad están tan arraigados que no puede
concebirse como un individuo fuerte y valioso. De ahí el colectivismo
del izquierdista: sólo puede sentirse fuerte como miembro de una
organización grande o un movimiento de masas con el cual identificarse.
20. Atención a la tendencia masoquista de las
tácticas izquierdistas. Protestan tumbándose ante los
vehículos, provocan intencionadamente a la policía o a los racistas
para que los maltraten, etc. Estas tácticas a menudo pueden ser
efectivas, pero muchos las usan, no como medios para un fin, sino porque
PREFIEREN tácticas masoquistas. El odio por uno mismo es la
característica izquierdista.
21. Pueden pretender que su activismo está motivado por la
compasión o por principios morales, y los principios morales juegan un
papel para los izquierdistas del tipo sobresocializado,
pero la compasión y los principios morales no pueden ser los principales
motivos para su activismo. La hostilidad es un componente demasiado distinguido
del comportamiento izquierdista, de igual manera que el impulso por el poder.
Además, muchos de los comportamientos izquierdistas no están
racionalmente calculados para servir de beneficio a la gente a quienes claman
estar intentando ayudar. Por ejemplo, si uno cree que las acciones afirmativas
son buenas para la gente negra, ¿tiene sentido el demandar acciones
afirmativas en términos hostiles o dogmáticos? Obviamente será
más productivo tomar una aproximación diplomática y
conciliadora que por lo menos haga concesiones verbales y simbólicas a
las personas blancas que piensan que las acciones afirmativas los discriminan.
Pero los activistas izquierdistas no tomarán semejantes aproximaciones
porque no satisfarán sus necesidades emocionales. Ayudar a la gente
negra no es su verdadera finalidad. En vez, los problemas raciales sirven para
ellos como una excusa para expresar su propia hostilidad y frustración
por su necesidad de poder. Haciendo esto ellos realmente hacen daño a la
gente negra, porque la actitud hostil de los activistas hacia la mayoría
blanca tiende a intensificar el odio racial.
22. Si nuestra sociedad no tuviera ningún problema social,
tendrían que INVENTAR problemas con objeto de proporcionarse una excusa
para organizar un alboroto.
23. Enfatizamos que lo precedente no pretende ser una
descripción exacta de todo el mundo que pueda considerarse un
izquierdista. Es sólo una indicación tosca de una tendencia
general.
SOBRESOCIALIZACIÓN
24. Los psicólogos usan el término
«socialización» para designar el proceso por el cual los
niños son entrenados para pensar y actuar como demanda la sociedad. Se
dice que una persona está bien socializada si cree y obedece el
código moral de su sociedad y encaja bien como parte del funcionamiento
de ésta. Puede parecer con poco sentido decir que muchos izquierdista están sobresocializados,
desde que el izquierdista es percibido como un rebelde. Sin embargo, la
posición puede ser defendida: muchos no son tan rebeldes como parecen.
25. El código moral de nuestra sociedad es tan exigente que
nadie puede pensar, sentir y actuar de una forma completamente moral. Por
ejemplo, se supone que no podemos odiar a nadie, sin embargo casi todo el mundo
odia a alguien alguna vez, bien se lo admita a sí mismo o no. Alguna
gente está tan altamente socializada que intenta pensar, sentir y actuar
moralmente, imponiéndose una severa carga. Con objeto de eludir
sentimientos de culpa, continuamente tienen que engañarse sobre sus
propios motivos y encontrar explicaciones morales para sentimientos y acciones
que en realidad no tienen un origen moral. Usamos el término sobresocializado para describir a tales personas. Durante
el periodo Victoriano mucha gente sobresocializada
sufrió serios problemas psicológicos como resultado de reprimir o
del intento de represión de sus sentimientos sexuales. Freud aparentemente basa sus teorías en gente de
este tipo. Hoy en día el foco de la socialización se ha
trasladado del sexo a la agresión.
26. La sobresocialización puede
conducir a una baja autoestima, a sentimientos de impotencia, al derrotismo, a
la culpa, etc. Uno de los más importantes recursos por los cuales
nuestra sociedad socializa a los niños es haciéndolos sentir
avergonzados del comportamiento o del habla que es contraria a las expectativas
de la sociedad. Si esto es excesivo o si un chico en particular es
especialmente sensible a tales sentimientos, acaba por sentirse avergonzado de
Sí MISMO. Además el pensamiento y el comportamiento de la persona
sobresocializada están más restringidos
por las expectativas de la sociedad de lo que lo están los de aquellas
personas levemente socializadas. La mayoría de la.gente
ajusta en una cantidad significativa de comportamiento travieso. Mienten,
cometen robos despreciables, violan las normas de tráfico, holgazanean
en el trabajo, odian a alguien, dicen cosas rencorosas o usan trucos para
ponerse por delante de otro sujeto. La persona sobresocializada
no puede hacer estas cosas, o si las hace le generan un sentimiento de
vergüenza y autoaborrecimiento. La persona sobresocializada incluso no puede experimentar, sin
culpabilidad, pensamientos o sentimientos que son contrarios a la moralidad
aceptada; no puede tener ideas «impuras». Y la socialización
no es sólo un problema de moralidad; estamos socializados para confirmar
mucha normas de comportamiento que no están
bajo el encabezamiento de la moralidad. Así la persona sobresocializada está retenida con una correa
psicológica y pasa su vida corriendo por los railes
que la sociedad ha tendido para él. En mucha gente sobresocializada
esto resulta en un sentido de coacción e impotencia que puede ser una
severa pena. Sugerimos que la sobresocialización
está entre las crueldades más serias que los seres humanos se
infligen unos a otros.
27. Deducimos que un segmento muy importante e influyente de la
izquierda moderna está sobresocializado y que
su sobresocialización es de gran importancia
en la determinación de la dirección del izquierdismo moderno. Los
izquierdistas del tipo sobresocializado tienden a ser
intelectuales o miembros de la clase media alta. Nótese que los
intelectuales universitarios, sin incluir necesariamente a los especialistas en
ingeniería o la ciencia «hard», constituyen
el segmento más altamente socializado de nuestra sociedad y el ala
más izquierdista.
28. El izquierdista del tipo sobresocializado
trata de huir de su correa psicológica y reafirmar su autonomía
rebelándose. Pero normalmente no es suficientemente fuerte como para
rebelarse contra los valores más básicos de la sociedad.
Generalmente hablando, las finalidades de los izquierdistas de hoy NO
están en conflicto con la moral establecida. Antes bien, la izquierda
toma un principio de la moral establecida, lo adopta a su manera y entonces
acusa a la corriente mayoritaria de la sociedad de violar ese principio.
Ejemplos: igualdad racial, igualdad de los sexos, ayudar a la gente pobre, paz
como opuesto a la guerra, generalmente pacifistas, libertad de expresión,
amabilidad a los animales. Aún más fundamental, la
obligación de la persona de servir a la sociedad y la obligación
de la sociedad de hacerse cargo de la persona. Todos estos han sido valores
profundamente arraigados de nuestra sociedad (o al menos por mucho tiempo de su
clase media y alta). Hay bastantes personas de la clase media y alta que se
resisten a algunos de estos valores, pero normalmente su resistencia
está más o menos encubierta. Tal resistencia aparece en los
medios de masas sólo con una extensión muy limitada. El principal
impulso de la propaganda en nuestra sociedad es en favor de los valores
declarados. La principal razón de que estos valores hayan resultado, por
así decirlo, como los valores oficiales de nuestra sociedad es que le
son útiles al sistema industrial. La violencia se desaprueba porque transtorna el funcionamiento del sistema. El racismo se
desaprueba porque los conflictos étnicos también lo transtornan, y la discriminación malgasta el talento
de los miembros de un grupo minoritario que pueden ser útiles para el
sistema. La pobreza debe ser «curada» porque la clase baja causa
problemas al sistema y el contacto con ésta abate la moral de las otras
clases. Las mujeres son animadas a tener carreras porque su talento es valioso para
el sistema y, aún más importante, por medio de trabajos regulares
las mujeres están mejor integradas en el sistema y se atan directamente
a él antes que a sus familias. Esto ayuda a debilitar la solidaridad
familiar. (Los líderes del sistema dicen que quieren fortalecer la
familia, pero lo que realmente quieren decir es que procuran que la familia
sirva como herramienta eficaz para socializar a los hijos de acuerdo con sus
necesidades. Razonamos en los párrafos 51, 52 que el sistema no puede permitir
a la familia o a otro grupo social de pequeña escala ser fuerte y
autónomo). Estos valores son explícitamente o
implícitamente expresados o presupuestos en mucho del material
presentado por los medios de comunicación de corriente de opinión
mayoritaria y por el sistema educativo. Los izquierdistas especialmente del
tipo sobresocializado, normalmente no se rebelan
contra estos principios, sino que justifican su hostilidad a la sociedad
afirmando (con algún grado de verdad) que esta no está viviendo
conforme a ellos.
29. He aquí una ilustración de la manera en como el
izquierdista sobresocializado enseña su apego
real a las actitudes convencionales de nuestra sociedad mientras pretende estar
en rebelión contra ellas. Muchos promueven acciones afirmativas, para
mover a la gente negra dentro de los trabajos prestigiosos, para mejorar la
educación en los colegios negros e invertir más dinero en tales
colegios; la forma de vida de la «clase baja» negra la conservan
como una desgracia social. Quieren integrar al hombre negro dentro del sistema,
hacer de él un ejecutivo de negocios, un juez, un científico,
simplemente como la gente blanca de clase medio alta. Responderán que la
última cosa que quieren es hacer del hombre negro una copia del hombre
blanco; en vez, quieren preservar la cultura afroamericana.
¿Pero en qué consiste esta preservación? Puede consistir
simplemente en comer el estilo de comida negra, escuchar música negra,
vestir ropa al estilo negro e ir a una iglesia o mezquita negras. En otras
palabras, sólo pueden expresarse en los problemas superficiales. En
todos los aspectos ESENCIALES más izquierdistas del tipo sobresocializado quieren armonizar al hombre negro respecto
a los ideales de clase media del hombre blanco. Quieren hacer al padre negro
«responsable», quieren que las bandas negras se vuelvan no
violentas, etc. Pero estos son exactamente los valores del sistema
tecnológico-industrial. El sistema no puede preocuparse menos de la
clase de música que un hombre escucha, qué clase de ropa lleva o
en qué religión cree, mientras estudie en el colegio, tenga un
trabajo respetable, ascienda la escala social, sea un padre
«responsable», sea no violento y así sucesivamente. En
efecto, porque muchos pueden negarlo, el izquierdista sobresocializado
quiere integrar al hombre negro en el sistema y hacer que adopte sus valores.
30. Ciertamente no postulamos que los izquierdistas, incluso del
tipo sobresocializado, NUNCA se rebelen contra los
valores fundamentales de nuestra sociedad. Claramente algunas veces lo hacen.
Algunos izquierdistas sobresocializados han ido
demasiado lejos hasta rebelarse contra uno de los principios más
importantes de la sociedad moderna atrayendo la violencia física. Por su
propia cuenta, la violencia es para ellos una forma de «liberación».
En otras palabras, cometiendo violencia atraviesan las restricciones
psicológicas que han sido experimentadas en su interior. Porque
están sobresocializados estas restricciones
han sido más limitantes para ellos que para otros; por lo tanto necesitan
liberarse de ellas. Pero normalmente justifican su rebelión en
términos de valores de la corriente de opinión principal. Si se
comprometen en la violencia postulan el estar luchando contra el racismo o algo
parecido.
31. Comprendemos que se pueden poner de realce muchas objeciones
al pequeño esbozo precedente. La situación real es compleja, y
algo como una descripción completa ocuparía varios
volúmenes, incluso si los datos necesarios estuvieran disponibles.
Afirmamos sólo haber indicado muy aproximadamente las dos tendencias
más importantes en la psicología del izquierdismo moderno.
32. Los problemas del izquierdismo son indicativos de los
problemas de nuestra sociedad como conjunto. Baja autoestima, tendencias depresivas
y derrotismo no están restringidos a la izquierda. Aunque son
especialmente notables en ésta, están extendidos en nuestra
sociedad. Y la sociedad de hoy trata de socializarnos a un mayor alcance que
cualquier sociedad previa. Incluso los expertos nos dicen cómo comer,
cómo hacer el amor, cómo educar a nuestros hijos y así
sucesivamente.
EL PROCESO DE PODER
33. Los seres humanos tienen una necesidad (probablemente basada en la
biología) por algo que llamaremos el «proceso de poder».
Esto está estrechamente relacionado a la necesidad de poder (la cual
está ampliamente reconocida) pero no es exactamente la misma cosa. El
proceso de poder tiene cuatro elementos. Los tres más claramente
delineados los llamamos finalidad, esfuerzo y logro de la finalidad. (Todo el
mundo necesita tener finalidades cuyo logro requiera esfuerzo, y necesita
triunfar logrando al menos alguna de sus finalidades). El cuarto elemento es
más difícil de definir y puede que no sea necesario para todos.
Lo llamamos autonomía y lo discutiremos más tarde
(párrafos 42-44).
34. Consideremos el caso hipotético de un hombre que pueda
tener todo lo que quiera simplemente deseándolo. Tal hombre tiene poder,
pero desarrollará problemas psicológicos serios. Al principio
tendrá mucha diversión, pero conforme siga estará
agudamente aburrido y desmoralizado. Eventualmente puede convertirse en
clínicamente deprimido. La historia nos enseña a esos
aristócratas ociosos, que tienden a convertirse en decadentes. Esto no
es cierto en aristócratas luchadores que tenían que esforzarse
para mantener su poder. Pero los aristócratas ociosos y seguros, que no
tenían necesidad de esforzarse, normalmente se convertían en
aburridos, hedonistas y desmoralizados, incluso aunque tuvieran poder. Esto
muestra que el poder no es suficiente. Uno debe tener finalidades hacia las que
ejercitarlo.
35. Todos tenemos finalidades; si no hay nada más, obtener
las necesidades de vida: comida, agua y cualquier vestido y refugio que sean
necesarios por el clima. Pero los aristócratas ociosos obtienen estas
cosas sin esfuerzo. La consecuencia de ello es su aburrimiento y
desmoralización.
36. El no lograr finalidades importantes conlleva la muerte, si
estas son necesidades físicas, y la frustración, si son compatibles
con la supervivencia. Consecutivas derrotas al intentar alcanzarlas a lo largo
de la vida resulta en derrotismo, baja autoestima o depresión.
37. Así, con objeto de eludir problemas psicológicos
serios, el ser humano necesita finalidades cuyo logro requiera esfuerzo, y debe
tener un éxito razonable consiguiéndolas.
ACTIVIDADES SUSTITUTORIAS
38. Pero no todo aristócrata ocioso se convertía en aburrido y
desmoralizado. Por ejemplo, el emperador Hirohito, en
vez de hundirse en un hedonismo decadente, se volvió un apasionado de la
biología marina, un campo en el que se distinguió. Cuando la
gente no tiene que esforzarse en satisfacer sus necesidades físicas a
menudo crean finalidades artificiales para ellos mismos. En muchos casos
persiguen estas finalidades con la misma energía y compromiso emocional
que hubieran puesto de otro modo en buscar sus necesidades físicas.
Así, los aristócratas del Imperio Romano tenían sus
pretensiones literarias, muchos aristócratas europeos hace pocos siglos
invertían mucho tiempo y energía en cazar, siendo que no
necesitaban la carne, otros aristócratas rivalizaban por la
posición social a través de elaborados despliegues de riqueza, y
unos pocos aristócratas, como Hirohito, han
girado hacia la ciencia.
39. Usamos el término «actividad sustitutoria»
para designar una actividad que persigue directamente una finalidad artificial
que la gente ensalza para ellos mismos meramente con objeto de tener alguna
finalidad por la que trabajar, o, dejadnos decir, meramente por la razón
de la satisfacción que consiguen al perseguir dicha finalidad. He
aquí una regla fácil para la identificación de actividades
sustitutorias. Dada una persona que dedica mucho
tiempo y energía a la persecución de la finalidad X,
pregúntate esto: ¿si tuviera que dedicar la mayoría de su
tiempo y energía a satisfacer sus necesidades biológicas, y este
esfuerzo le requiriera usar sus posibilidades físicas y mentales de un
modo variado e interesante, se sentiría privado seriamente por no
alcanzar la finalidad X? Si la respuesta es no, entonces la persecución
de la finalidad X es una actividad sustitutoria. Los
estudios de Hirohito de biología marina
constituyen claramente una actividad sustitutoria, ya
que es bastante seguro que si Hirohito tuviera que
invertir su tiempo trabajando en tareas interesantes no científicas con
objeto de obtener las necesidades de vida, no se hubiera sentido privado por no
saber todo acerca de la anatomía y los ciclos de vida de los animales
marinos. Por otro lado, la persecución del sexo y del amor (por ejemplo)
no es una actividad sustitutoria, porque mucha gente,
incluso si su existencia fuera de otro modo satisfactoria,
se sentirían privados si pasaran sus vidas sin tener nunca una
relación con un miembro del sexo opuesto. (Pero perseguir una cantidad
excesiva de sexo, más de lo que uno necesita realmente, puede ser una
actividad sustitutoria).
40. En la sociedad industrial moderna sólo es necesario un
mínimo esfuerzo para satisfacer las necesidades físicas propias.
Es suficiente el atravesar un programa de entrenamiento para adquirir alguna
pequeña escala técnica, después llegar al trabajo puntal y
ejercer un esfuerzo muy modesto para mantenerlo. Los únicos requisitos
son una cantidad moderada de inteligencia y, la mayor parte de todo, simple
OBEDIENCIA. Si uno tiene esto, la sociedad se ocupa de ti desde la cuna hasta
la sepultura. (Sí, hay una clase baja que no puede garantizarse las
necesidades físicas, pero aquí estamos hablando de la corriente
principal de la sociedad). Así, no es sorprendente que la sociedad
moderna esté llena de actividades sustitutorias.
Esto incluye el trabajo científico, las proezas atléticas, el
trabajo humanitario, la creación artística y literaria, el
ascender el escalón corporativo, la adquisición de dinero y
bienes materiales más allá del punto que dejan de dar
satisfacciones físicas adicionales y el activismo social cuando las
cuestiones a las que se dirige no son importantes para el activista
personalmente, como en el caso de activistas blancos que trabajan por los
derechos de las minorías que no son blancas. Estas no son siempre
actividades sustitutorias puras, desde que para mucha
gente pueden ser motivadas en parte por otras necesidades que la necesidad de
tener alguna finalidad que perseguir. El trabajo científico puede estar
en parte motivado por un impulso de prestigio, la creación
artística por una necesidad de expresar sentimientos, el activismo
social militante por la hostilidad. Pero para mucha gente que las persigue
estas actividades son a la larga parte de actividades sustitutorias.
Por ejemplo, la mayoría de los científicos estarán de
acuerdo probablemente en que la autorrealización que adquieren de sus
trabajos es más importante que el dinero y el prestigio que ganan.
41. Para alguna, si no para mucha gente, las actividades sustitutorias son menos satisfactorias que el perseguir
finalidades reales (éstas son finalidades que la gente querría
alcanzar incluso si la necesidad del proceso de poder estuviera ya realizada).
Una muestra de esto es el hecho de que, en muchos o en la mayor parte de los
casos, la gente que está profundamente comprometida en actividades sustitutorias no está nunca satisfecha. Así
el que hace dinero se esfuerza constantemente por obtener más y
más riqueza. El científico tan pronto como ha resuelto un
problema se mueve al siguiente. El corredor de larga distancia se impulsa a
correr más lejos y más rápido. Mucha gente que persigue
actividades sustitutorias dirá que consigue
más satisfacción de estas actividades del que consiguen de los
negocios «mundanos» de satisfacer sus necesidades
biológicas, pero esto es porque en nuestra sociedad el esfuerzo
necesario para satisfacer las necesidades biológicas ha sido reducido a
la trivialidad. Más importante, en nuestra sociedad la gente no
satisface sus necesidades biológicas AUTóNOMAMENTE
ya que funcionamos como parte de una inmensa máquina social. En
contraste, la gente tiene generalmente bastante autonomía persiguiendo
sus actividades sustitutorias.
AUTONOMÍA
42. La autonomía como parte del proceso de poder puede que no sea
necesaria para todas las personas. Pero mucha gente necesita un grado mayor o
menor de autonomía al trabajar por sus finalidades. Su esfuerzo debe ser
tomado por su propia iniciativa y debe estar bajo su propia dirección y
control. Sin embargo mucha gente no tiene que ejercer esta iniciativa,
dirección y control como personas individuales. Normalmente basta con
actuar como miembro de un grupo PEQUEÑO. Así si media docena de
personas discuten una finalidad y hacen un esfuerzo exitoso
unidas para alcanzarla, su necesidad por el proceso de poder
estará cumplida. Pero si trabajan bajo órdenes rígidas que
no les dejan espacio para decisiones autónomas e iniciativa, entonces su
necesidad por el proceso de poder no estará cumplida. Lo mismo ocurre
cuando las decisiones están tomadas en bases colectivas, si el grupo que
toma las decisiones es tan grande que el papel de cada persona es
insignificante. Se puede argumentar que la mayoría de la gente no quiere
tomar sus propias decisiones y quieren jefes para pensar por ellos. Hay un
elemento de verdad en esto. La gente quiere tomar sus propias decisiones en
pequeños asuntos, pero tomar decisiones en problemas difíciles y
fundamentales requiere encararse con conflictos psicológicos, y la
mayoría de la gente los odia. Por consiguiente tienden a apoyarse en
otros para tomar decisiones difíciles. La mayoría de la gente son
seguidores naturales, no jefes, pero quieren tener acceso directo y personal a
sus jefes y participar en cierta extensión en la toma de decisiones
difíciles. Pero no se sigue que les guste que les impongan decisiones
sin tener oportunidad de influir en ellas. Al menos a ese nivel necesitan
autonomía.
43. Es cierto que algunas personas parecen tener poca necesidad de
autonomía. Su impulso por el poder es débil o lo satisfacen
identificándose con alguna organización poderosa a la cual
pertenecen. Y entonces hay irreflexivos, tipos de animal que parecen estar
satisfechos con un sentido puramente físico de poder (el buen soldado de
combate, que obtiene su sentido de poder desarrollando habilidades de lucha que
está bastante contento de usar en obediencia ciega a sus superiores).
44. Pero la mayoría de la gente pasa a través del
proceso de poder teniendo una finalidad, haciendo un esfuerzo AUTóNOMO y alcanzándola adquiere esa
autoestima, autoconfianza y un sentido de poder.
Cuando uno no tiene oportunidades adecuadas para pasar a través del
proceso de poder, las consecuencias son (dependiendo de la persona y de la
manera en que el proceso de poder se ha desorganizado) aburrimiento,
desmoralización, baja autoestima, sentimientos de inferioridad,
derrotismo, depresión, ansiedad, culpabilidad, frustración,
hostilidad, abuso del cónyuge y de niños, hedonismo insaciable,
conducta sexual anormal, desórdenes del sueño, desórdenes
alimenticios, etc. Algunos de los síntomas enumerados son similares a
aquellos que muestran los animales en cautividad. Para explicar como surgen
estos síntomas de la privación respecto al proceso de poder: el
sentido común del entendimiento de la naturaleza humana le dice a uno
que la falta de finalidades cuyo logro requieren esfuerzo conduce al
aburrimiento y este, continuado largamente, a menudo lleva a la frustración
y a la depresión. El fracaso a la hora de obtener finalidades conduce a
la frustración y a bajar la autoestima. La frustración lleva al
enfado, y este a la agresión, a menudo en la forma de abuso del
cónyuge o de niños. Se ha demostrado que la frustración
continuada comúnmente dirige a la depresión, y esta tiende a
causar ansiedad, culpabilidad, desórdenes del sueño,
desórdenes alimenticios y malos sentimientos sobre uno mismo. Aquellos
que tienden a la depresión buscan el placer como un antídoto; en
consecuencia recurriendo al hedonismo insaciable y al sexo excesivo, con
perversiones queriendo significar conseguir diversiones nuevas. El aburrimiento
también tiende a causar excesiva búsqueda del placer ya que, a
falta de otras, la gente usa con frecuencia éste como una finalidad. Ver
diagrama. Lo precedente es una simplificación, la realidad es más
compleja y por supuesto la privación con respecto al proceso de poder no
es la ÚNICA causa de los síntomas descritos. Por cierto, cuando mencionamos
la depresión no queremos decir necesariamente la que es lo
suficientemente severa como para ser tratada por un psiquiatra. A menudo
están comprometidas formas de depresión suaves. Y cuando hablamos
de finalidades no queremos decir necesariamente que estas sean de periodo largo y muy pensadas. A través de la larga
historia de la humanidad para mucha o la mayor parte de la gente, las
finalidades precarias de la existencia (simplemente proporcionarse a uno y a su
familia la comida del día a día) ha sido por completo suficiente.
DIAGRAMA ORIGEN DE LOS PROBLEMAS SOCIALES
45. Cualquiera de los síntomas precedentes pueden ocurrir en cualquier
sociedad, pero en la sociedad industrial moderna están presentes en una
escala masiva. No somos los primeros en mencionar que hoy el mundo parece estar
volviéndose loco. Esta clase de cosas no son normales en sociedades
humanas. Hay buenas razones para creer que el hombre primitivo sufría
menos tensión y frustración y estaba más satisfecho con su
forma de vida de lo que está el hombre moderno. Es cierto que en las
sociedades primitivas no todo era un camino de rosas. El abuso a las mujeres
era común entre los aborígenes australianos, la transexualidad
era bastante común entre algunas tribus de los indios americanos. Pero
parece que HABLANDO EN GENERAL la clase de problemas que hemos nombrado en el
párrafo precedente eran mucho menos comunes entre las personas
primitivas de lo que lo son en la sociedad moderna.
46. Atribuimos los problemas sociales y psicológicos de la
sociedad moderna al hecho de que esta requiere gente que viva bajo condiciones
radicalmente diferentes de aquellas bajo las cuales la raza humana se
desarrolló y a maneras de comportarse que entran en conflicto con los
patrones de comportamiento que desarrollaba mientras vivía bajo las
condiciones iniciales. Queda claro por lo que ya hemos escrito que consideramos
la falta de oportunidad de experimentar propiamente el proceso de poder como la
más importante de las condiciones anormales a la que la sociedad moderna
somete a la gente. Pero no es la única. Antes de proceder con el colapso
del proceso de poder como el origen de los problemas sociales discutiremos
algunos de los otros orígenes.
47. Entre las condiciones anormales presentes en la sociedad
industrial moderna están la excesiva densidad de población, el
aislamiento del hombre de la naturaleza, la excesiva rapidez del cambio social
y el colapso de las comunidades naturales de pequeña escala tales como
la familia prolongada, el pueblo o la tribu..
48. Es bien sabido que el hacinamiento incrementa la
tensión y la agresión. El grado de hacinamiento que existe hoy y
el aislamiento del hombre de la naturaleza son consecuencias del proceso
tecnológico. Todas las sociedades preindustriales eran predominantemente
rurales.
49. Para las sociedades primitivas el mundo natural (que
normalmente cambiaba sólo despacio) proporcionaba un armazón
estable y por eso una sensación de seguridad. En el mundo moderno es la
sociedad humana la que domina la naturaleza al contrario que antes, y la
sociedad moderna se transforma muy rápidamente debido al cambio
tecnológico. Así que no hay un armazón estable.
50. ¡Los conservadores son unos mentecatos! Se quejan de la
decadencia de los valores tradicionales y sin embargo soportan con entusiasmo
el progreso tecnológico y el crecimiento económico. Aparentemente
nunca se les ha ocurrido que no puedes hacer cambios rápidos y
drásticos en la tecnología y en la economía de la sociedad
sin causar cambios rápidos en todos los otros aspectos de esta, y que
esos cambios rápidos inevitablemente rompen los valores tradicionales.
51. La descomposición de los valores tradicionales a cierto
alcance implica la descomposición de los huesos que sujetan juntos los
grupos sociales de pequeña escala. La desintegración de estos
grupos está también promovida por el hecho de que las condiciones
modernas muchas veces requieren o seducen a las personas a moverse a una
ubicación nueva, separándolas de sus comunidades. Más
allá de eso, una sociedad tecnológica TIENE QUE debilitar los
lazos familiares y las comunidades locales si quiere funcionar eficazmente. En
la sociedad moderna la fidelidad personal debe ser primero al sistema y sólo
secundariamente a una comunidad de pequeña escala, porque si la
fidelidad interna a las comunidades de pequeña escala fuera más
fuerte que la fidelidad al sistema, estas comunidades perseguirían su
propio provecho a expensas del sistema.
52. Supongamos que un funcionario público o un ejecutivo de
una corporación nombra a su primo, a su mejor amigo o a su
correligionario para una posición antes que nombrar a una persona mejor
cualificada para el trabajo. Ha permitido que la fidelidad personal reemplace
su fidelidad por el sistema, y eso es «nepotismo» o
«discriminación», pecados terribles en la sociedad moderna.
Será que las sociedades industriales han hecho un trabajo pobre de
subordinación de la fidelidad personal o local a la fidelidad al
sistema, ya que son normalmente muy ineficientes. (Mira América Latina).
Así una sociedad industrial avanzada sólo puede tolerar esas
comunidades de pequeña escala que estén castradas, domesticadas y
convertidas en herramientas del sistema. Una excepción parcial se puede
hacer con unos pocos grupos cerrados y pasivos, tales como los *Amish, los cuales tienen pocas consecuencias en la sociedad
lejana. Aparte de estos, hoy en día existen en América algunas
otras comunidades de pequeña escala genuinas. Por ejemplo, pandillas de
jóvenes y «cultos». Todo el mundo los considera peligrosos,
y lo son, porque los miembros de estos grupos primeramente son leales los unos
a los otros antes que al sistema, por tanto éste no los puede controlar.
O consideremos a los gitanos. Estos comúnmente escapan con el robo y el
fraude porque sus lealtades son tales que siempre pueden conseguir otros
gitanos para dar testimonio que «pruebe» su inocencia. Obviamente
el sistema estaría en un serio problema si demasiada gente perteneciera
a tales grupos. Algunos de los pensadores chinos de principios del siglo XX que
estaban interesa-dos en la modernización de China reconocieron la
necesidad de acabar con los grupos sociales de pequeña escala tales como
la familia: «(Según Sun Yat-sen) La gente china necesitaba una nueva oleada de
patriotismo, la cual dejaría transferir la lealtad de la familia al
Estado... (Según Li Huang)
los apegos tradicionales, particularmente a la familia, tenían que ser
abandonados, si el nacionalismo debía desarrollarse en China.» (Chester C. Tan, «Pensamiento Político Chino en
el Siglo Veinte», página 125, página 297).
53. El hacinamiento, el cambio rápido y la
descomposición de las comunidades han sido ampliamente reconocidos como
orígenes de los problemas sociales, pero no creemos que sean suficiente para
relacionar la amplitud de los problemas que hoy vemos.
54. Unas pocas ciudades preindustriales eran muy grandes y
hacinadas, sin embargo sus habitantes no parecían sufrir problemas
psicológicos en la misma extensión que el hombre moderno. Hoy
todavía hay en América áreas rurales que no están
hacinadas, y encontramos allí los mismos problemas que en las
áreas urbanas, aunque tienden a ser menos agudos en las áreas
rurales. Así el hacinamiento no parece ser el factor decisivo.
55. En la edad de crecimiento de la frontera Americana durante el
siglo XIX, la movilidad de la población probablemente se rompió,
familias prolongadas y grupos sociales de pequeña escala, hasta al menos
la misma amplitud que lo están hoy. De hecho, algunas familias nucleares
eligen vivir aisladas, sin tener vecinos en varias millas, sin pertenecer a
ninguna comunidad; sin embargo, no parecen haber desarrollado como resultado
ningún problema.
56. Además, el cambio en la frontera americana fue muy
rápido y profundo. Un hombre pudo nacer y crecer en una barraca de
madera, fuera del alcance de la ley y el orden y alimentarse largamente con
carne salvaje; y cuando llegase a viejo podía estar trabajando
metódicamente y viviendo en una comunidad ordenada con ejecución
efectiva de las leyes. Éste fue el profundo cambio que
típicamente ocurrió en la vida de una persona moderna, sin
embargo, no parece haber conducido a problemas psicológicos. De hecho,
en el siglo XIX la sociedad americana tenía un tono optimista y de autoconfianza, completamente diferente que en la sociedad
actual. Sí, sabemos que
57. Argumentamos que la diferencia es que el hombre moderno tiene
la sensación (largamente justificada) de que el cambio se le IMPONE,
mientras que el hombre de la frontera del siglo XIX tenía la
sensación (también largamente justificada) de que creó el
cambio por sí mismo, por su propia elección. Así el
pionero arraigado en un pedazo de tierra bajo su propia elección y
convirtiéndolo en granja por su propio esfuerzo. En aquellos días
un condado entero podía tener sólo unos cuantos cientos de
habitantes y estaba mucho más aislado y tenía más entidad
autónoma que un condado moderno. Por tanto el pionero dedicado a la
granja participaba como miembro de un grupo relativamente pequeño en la
creación de una comunidad nueva y moderna. Uno puede preguntar con
acierto si la creación de esta comunidad fue una mejora, pero en todo
caso satisfacía la necesidad de los pioneros por el proceso de poder.
58. Sería posible dar otros ejemplos de sociedades en las
que haya habido cambios rápidos y/o falta de lazos estrechos entre
comunidades sin la clase de conducta masiva aberrante que vemos en la sociedad
industrial actual. Afirmamos que la causa más importante de los
problemas sociales y psicológicos en la sociedad moderna es el hecho de
que la gente no tiene suficientes oportunidades de atravesar el proceso de poder
de una forma normal. No queremos decir que la sociedad moderna es la
única en la que el proceso de poder ha sido desorganizado. Probablemente
muchas si no todas las sociedades civilizadas han interferido en el proceso de
poder con una mayor o menor extensión. Pero en la sociedad industrial
moderna el problema se ha hecho particularmente agudo. El izquierdismo al menos
en su forma reciente (de mitad hasta finales del siglo XX), es en parte un
síntoma de la privación con respecto al proceso de poder.
COLAPSO DEL PROCESO DE PODER EN
59. Dividimos los impulsos humanos en tres grupos: (1) aquellos impulsos que
pueden ser satisfechos con un esfuerzo mínimo; (2) aquellos que pueden
ser satisfechos pero sólo con el coste de un esfuerzo serio; (3)
aquellos que no pueden ser satisfechos adecuadamente, sin importar cuanto
esfuerzo hagamos. Cuantos más impulsos haya en el tercer grupo habrá
más frustración, cólera, eventualmente derrotismo,
depresión, etc.
60. En la sociedad industrial moderna los impulsos humanos
naturales tienden a ser desplazados al primer y al tercer grupo, y el segundo
grupo tiende a consistir cada vez más en impulsos creados artificialmente.
61. En las sociedades primitivas, las necesidades físicas
generalmente pertenecen al grupo 2: pueden ser obtenidas, pero sólo con
el coste de un esfuerzo serio. Pero la sociedad moderna cuida el garantizar las
necesidades físicas de todo el mundo a cambio de un mínimo
esfuerzo, por tanto las necesidades físicas son desplazadas al grupo 1.
Dejamos aparte a la clase baja, estamos hablando de la tendencia principal.
(Puede haber desacuerdo sobre si el esfuerzo necesario para mantener un trabajo
es «mínimo»; pero normalmente, en trabajos de grado medio o
bajo, todo el esfuerzo que se requiere es meramente la obediencia. Te sientas o
te levantas donde te ha sido dicho que lo hagas y haces lo que se te ha
encargado de la manera que se te manda. Raramente tienes que esforzarte
seriamente, y en cualquier caso escasamente tienes autonomía en el
trabajo, así que la necesidad por el proceso de poder no está
bien cumplida).
62. Las necesidades sociales, tales como el sexo, el amor y la
posición social, a menudo permanecen en el grupo 2 en la sociedad
moderna, dependiendo de la situación de la persona. Algunos
científicos sociales, educadores, profesionales de la «salud
mental», están haciendo lo imposible para desplazar los impulsos
sociales al grupo 1 intentando hacer ver que todo el mundo tiene una vida
social satisfactoria. Pero, excepto para las personas que tienen un impulso
particularmente fuerte por la posición social, el esfuerzo requerido
para complacer los impulsos sociales es insuficiente para satisfacer
adecuadamente la necesidad por el proceso de poder.
63. Así se han creado ciertas necesidades artificiales a
fin de que correspondan al grupo 2, por tanto sirven para la necesidad del
proceso de poder. Se han desarrollado técnicas de publicidad y mercado
para que mucha gente sienta que necesita cosas que sus abuelos nunca desearon o
incluso soñaron. Requiere un serio esfuerzo el ganar suficiente dinero
para satisfacer estas necesidades artificiales, por tanto corresponden al grupo
2. (Ver párrafos 80-82). El hombre moderno debe satisfacer su necesidad
por el proceso de poder en gran parte a través de la persecución
de necesidades artificiales creadas por la industria publicitaria y de mercado
y a través de actividades sustitutorias.
¿Es el impulso por la adquisición ilimitada de bienes materiales
una creación artificial de la industria de la publicidad y de mercado?
Ciertamente no hay un impulso innato en el hombre por la adquisición de
bienes materiales. Ha habido muchas culturas en las que la gente ha deseado
pequeñas riquezas materiales más allá de lo que era
necesario para satisfacer sus necesidades físicas básicas
(aborígenes australianos, campesinos mejicanos de cultura tradicional,
algunas culturas africanas). Por otro lado también ha habido muchas
culturas preindustriales en las que la adquisición material ha tenido un
importante papel. Por lo tanto no podemos pretender que la cultura de la
adquisición, naciente hoy en día, es exclusivamente una
creación de la industria de la publicidad y de mercado. Pero es claro
que ésta ha tenido una parte importante en la creación de esta
cultura. Las grandes corporaciones que gastan millones en publicidad no
estarían invirtiendo esa cantidad de dinero sin pruebas sólidas
de que la reembolsarán incrementando las ventas. Un miembro de FC
conoció un par de años atrás a un director de ventas que
fue lo suficientemente sincero como para decirle, «Nuestro trabajo es
hacer que la gente compre cosas que no quiere ni necesita». Luego describió
como un novato sin experiencia podía presentar las realidades de un
producto, y no hacer ninguna venta en absoluto, mientras que un vendedor
profesional entrenado y con experiencia hubiera hecho muchas ventas a la misma
gente. Esto demuestra que ésta es manipulada para comprar cosas que
realmente no quiere.
64. Parece ser que para alguna gente, puede que para la
mayoría, estas formas artificiales del proceso de poder son
insuficientes. Un tema que aparece repetidamente en los escritos de las
críticas sociales de la segunda mitad del siglo XX es la
sensación de la falta de objetivos que aflige a bastantes en la sociedad
moderna. (Esta falta de objetivos es frecuentemente llamada «anomic» o «vacío de la clase
media»). Sugerimos que la llamada «crisis de identidad» es
actualmente una búsqueda del sentido de propósito, frecuentemente
comprometido a una actividad sustitutoria
conveniente. Puede que el *existencialismo sea en gran parte una respuesta a la
falta de objetivos de la vida moderna. El problema de la falta de objetivos
parece haberse convertido en menos serio durante los últimos 15
años aproximadamente, porque ahora la gente siente menos seguridad
física y emocional que antes y la necesidad de seguridad les proporciona
una finalidad. Pero la falta de objetivos ha sido sustituida por la
frustración sobre la dificultad de obtener seguridad. Enfatizamos el
problema de la falta de objetivos porque los liberales y los izquierdistas
desearían resolver nuestros problemas sociales por medio de garantizar
la seguridad de todos a través de la sociedad; pero si eso pudiera
hacerse sólo traería de nuevo el problema de la falta de
objetivos. El problema real no es si la sociedad proporciona bien o pobremente
la seguridad a las personas, la molestia es que la gente depende del sistema
para su seguridad antes que tenerla en sus propias manos. Esto, dicho sea de
paso, es parte de la razón de porque algunos se exaltan sobre el derecho
a portar armas, la posesión de un arma pone ese aspecto de su seguridad
en sus propias manos. En la sociedad moderna está muy extendida la
búsqueda de la «realización», pero pensamos que para
la mayoría una actividad cuya principal finalidad es la
realización (esto es, una actividad sustitutoria)
no trae una realización completamente satisfactoria. En otras palabras,
no satisface completamente la necesidad por el proceso de poder. (Ver
párrafo 41). Esa necesidad puede ser completamente satisfecha
sólo por medio de actividades que tienen alguna finalidad externa, tales
como necesidades físicas, sexo, amor, posición social, venganza,
etc.
65. Además, donde las finalidades son perseguidas
enteramente por ganar dinero, ascender en la posición social o funcionar
como parte del sistema de cualquier otro modo, muchos no están en una
posición de perseguir sus finalidades AUTóNOMAMENTE.
La mayoría de los trabajadores son los empleados de alguien y, como
señalamos en el párrafo 61, deben emplear sus días
haciendo lo que les dicen de la manera que les es dicho. Incluso el que tiene
un negocio propio tiene una autonomía limitada. Una queja crónica
de los pequeños comerciantes y empresarios es que sus manos están
atadas por las excesivas regulaciones del gobierno. Algunas de estas
regulaciones son indudablemente innecesarias, pero la mayor parte son
esenciales y partes inevitables de nuestra extremadamente compleja sociedad.
Una gran porción de los pequeños negocios de hoy operan con el
*sistema de franquicia. En el Wall Street Journal se narraba hace
unos años que muchas de las compañías adjudicatarias de
franquicias pedían a los solicitantes de estas pasar una prueba de
personalidad que está ideada para EXCLUIR a aquellos que tienen
creatividad e iniciativa, porque tales personas no son suficientemente
dóciles como para seguir obedientemente con el sistema de franquicia.
Esto excluye de pequeños negocios a muchos que más necesidad
tienen de autonomía.
66. Hoy en día la gente vive más por la eficacia de
lo que el sistema hace POR ellos o PARA ellos que por la eficacia de lo que
hacen por ellos mismos. Y lo que hacen por ellos mismos lo es cada vez
más por los cauces establecidos por el sistema. Las oportunidades
tienden a ser aquéllas que el sistema proporciona y éstas deben
ser explotadas de acuerdo con las reglas y regulaciones, y se han de seguir las
técnicas prescritas por los expertos, si ha de encontrarse una
oportunidad de éxito. Los esfuerzos de los conservadores por disminuir
la cantidad de las regulaciones del gobierno son de escaso beneficio para el
hombre medio. Por un lado, sólo una fracción de estas pueden ser eliminadas porque la mayoría son
necesarias. Por otro lado, la mayoría de las regulaciones afectan a los
hombres de negocios antes que a la persona media, por lo que el principal
efecto es el de quitar poder al gobierno para dárselo a las
corporaciones privadas. Lo que esto significa para el hombre medio es que la
interferencia del gobierno en su vida es reemplazada por la interferencia de
las grandes corporaciones, lo que puede ser permitido, por ejemplo, para verter
más productos químicos que penetran en su suministro de agua y le
producen cáncer. Los conservadores toman al hombre medio por un
mamón, explotando su resentimiento por el Gran Gobierno para promover el
poder de
67. Así el proceso de poder se colapsa en nuestra sociedad
a causa de una deficiencia de finalidades reales y de autonomía en la
persecución de dichas finalidades. Pero es también colapsado por
aquellos impulsos humanos que pertenecen al grupo 3: los impulsos que uno no puede
satisfacer adecuadamente, sin importar cuanto esfuerzo haga. Uno de estos
impulsos es la necesidad de seguridad. Nuestra vida depende de decisiones
hechas por otras personas; no tenemos control sobre estas decisiones e incluso
normalmente no sabemos las personas que las toman. («Vivimos en un mundo
en el que relativamente poca gente -puede que 500 o 1000- toma las decisiones
importantes» -Philip B. Heymann
del colegio de leyes de Harvard, citado por Anthony Lewis, New York
Times, 21 de Abril, 1995). Nuestras vidas dependen de si el modelo de seguridad
está debidamente mantenido en una central nuclear; o de cuanto pesticida
está permitido que penetre en nuestros alimentos o de cuanta
polución en nuestro aire; en cómo es de hábil (o de incompetente)
nuestro médico; si perdemos o conseguimos un trabajo puede depender de
las decisiones hechas por los economistas gubernamentales o de los ejecutivos
de una corporación; y así sucesivamente. La mayor parte de las
personas no están en una posición de asegurarse contra estas
amenazas más allá de un alcance muy limitado. Las personas que
buscan seguridad están por eso frustradas, lo que las conduce a un
sentimiento de impotencia.
68. Se puede objetar que el hombre primitivo estaba
físicamente menos seguro que el hombre moderno, como se puede ver por su
corta expectativa de vida; por tanto el hombre moderno está más
seguro de lo que es normal en seres humanos. Pero la seguridad
psicológica no corresponde estrechamente con la seguridad física.
Lo que nos hace SENTIRNOS seguros no es tanto la seguridad objetiva como la
sensación de confianza en nuestra habilidad de hacernos cargo de
nosotros mismos. El hombre primitivo amenazado por un animal fiero o por el
hambre, podía luchar para defenderse o viajar para buscas alimento. No
tenía la certeza de tener éxito en estos esfuerzos, pero por
término medio no estaba indefenso contra las cosas que le amenazaban.
Por otro lado la persona moderna está indefensa ante muchas de las cosas
que le amenazan; accidentes nucleares, agentes cancerígenos en la comida,
polución ambiental, guerra, aumento de los impuestos, invasión de
su vida privada por grandes organizaciones, fenómenos sociales o
económicos a lo ancho del país que pueden desorganizar su modo de
vida.
69. Es cierto que el hombre primitivo era impotente ante algunas
de las cosas que le amenazaban; la enfermedad por ejemplo. Pero podían
aceptar el riesgo de la enfermedad estoicamente. Es parte de la naturaleza de
las cosas, no es culpa de uno, a no ser que sea la culpa de algo imaginario, un
demonio impersonal. Pero los temores de la persona moderna tienden a estar
HECHOS POR EL HOMBRE. Ya no son el resultado del azar, son IMPOSICIONES de
otras personas, en cuyas decisiones, como individuo, es incapaz de influir.
Consecuentemente se siente frustrado, humillado y furioso.
70. De este modo el hombre primitivo tiene su seguridad en la
mayor parte en sus propias manos (tanto como persona como parte de un grupo
PEQUEÑO). Mientras que la seguridad del hombre moderno está en
manos de personas u organizaciones demasiado remotas o grandes como para
influir personalmente sobre ellas. Así el impulso del hombre moderno por
la seguridad tiende a pertenecer a los grupos 1 y 3; en algunas áreas
(comida, refugio, etc.) su seguridad está confiada al coste de un esfuerzo
trivial, mientras que en otras áreas no puede conseguir seguridad. (Lo
precedente simplifica enormemente la situación real, pero indica
toscamente y de manera general como la condición del hombre moderno
difiere de la del hombre primitivo).
71. La gente tiene muchos impulsos transitorios que son
necesariamente frustrados en la vida moderna, así que corresponden al
grupo 3. Uno puede enfadarse, pero la sociedad moderna no puede permitir el
enfrentamiento físico. Incluso en muchas situaciones no permite la
agresión verbal. Yendo a algún sitio uno puede tener prisa, o
puede estar de humor para viajar despacio, pero generalmente no hay
elección y ha de moverse con el tráfico y obedecer las
señales. Uno puede querer hacer su trabajo de un modo diferente, pero
normalmente sólo se puede trabajar de acuerdo a las reglas impuestas por
su jefe. De otras muchas maneras también, el hombre moderno está
subordinado a la red de reglas y regulaciones (explícitas o
implícitas) que frustran muchos de estos impulsos y de esta manera
interfieren con el proceso de poder. La mayoría de estas regulaciones no
pueden ser eliminadas, porque son necesarias para el funcionamiento de la
sociedad industrial.
72. La sociedad moderna es en ciertos aspectos extremadamente permisiva.
En cuestiones que son irrelevantes para el funcionamiento del sistema podemos
generalmente hacer lo que queramos. Podemos creer en cualquier religión
que nos guste (en tanto que no fomente comportamientos que sean peligrosos para
el sistema). Podemos acostarnos con quien queramos (en tanto que practiquemos
«sexo seguro»). Podemos hacer todo lo que queramos en tanto que sea
TRIVIAL. Pero en todas cuestiones IMPORTANTES el sistema tiende a incrementar
las regulaciones sobre nuestro comportamiento.
73. El comportamiento no sólo está regulado a
través de reglas explícitas y no sólo por el gobierno. El
control está frecuentemente ejercido a través de coerción
indirecta o de presión o manipulación psicológica, y por
otras organizaciones a parte del gobierno, o por el sistema como conjunto.
Muchas grandes organizaciones usan alguna forma de propaganda para manipular la
actitud o el comportamiento del público. Cuando alguien acepta el
propósito para el que la propaganda está siendo usada en un caso
determinado, generalmente la llama «educación» o le aplica
algún eufemismo similar. Pero la propaganda es propaganda
independientemente para el propósito que sea usada. Ésta no
está limitada únicamente a los «clientes» y a los
anuncios, e incluso algunas veces no es conscientemente intencionada por la
gente que la hace. Por ejemplo, el contenido de la programación de
entretenimiento es una forma poderosa de propaganda. Un ejemplo de
coerción indirecta: no hay ninguna ley que diga que tengamos que ir a
trabajar todos los días y seguir las órdenes de nuestro jefe.
Legalmente no hay nada para evitar que vayamos a vivir a la naturaleza como la
gente primitiva o de entrar en los negocios por nuestra cuenta. Pero en la
práctica hay muy poco campo salvaje, y en la economía sólo
hay sitio para un número limitado de pequeños propietarios de
negocios. Por tanto muchos de nosotros sólo podemos sobrevivir como el
empleado de algún otro.
74. Sugerimos que la obsesión del hombre moderno por la
longevidad, y con el mantenimiento del vigor físico y el atractivo
sexual hasta una edad avanzada, es un síntoma de la irrealización
resultante de la privación con respecto al proceso de poder. La
«crisis de los cincuenta» también es un síntoma
semejante. Tal es la falta de interés por tener hijos que es bastante
común en la sociedad moderna pero casi inaudito
en la sociedad primitiva.
75. En las sociedades primitivas, la vida es una sucesión
de etapas. Habiendo realizado las necesidades y propósitos de una, no
había ninguna aversión en pasar a la siguiente. Un hombre joven
atravesaba el proceso de poder convirtiéndose en cazador, cazando no por
deporte o realización, sino por la carne que era necesaria para
alimentarse (en las mujeres jóvenes el proceso es más complejo,
con gran énfasis en el poder social; no discutiremos esto aquí).
Habiendo atravesado esta fase con éxito, el hombre joven no tenía
aversión en arraigar las responsabilidades de fundar una familia. (En
contraste, alguna gente moderna pospone indefinidamente el tener hijos porque
están demasiado ocupados buscando algún tipo de
«realización». Sugerimos que la realización que
necesitan es experimentar adecuadamente el proceso de poder con finalidades
reales en vez de finalidades artificiales de actividades sustitutorias).
De nuevo, teniendo prosperidad criando a sus hijos, atravesando el proceso de
poder proporcionándoles las necesidades físicas, el hombre
primitivo sentía que su trabajo estaba hecho y que estaba preparado para
aceptar la edad anciana (si sobrevivía hasta entonces) y la muerte.
Mucha gente moderna, por otra parte, está perturbada por la perspectiva
de la muerte, como se ve por la cantidad de esfuerzo que pasan intentando
mantener su condición física, apariencia y salud. Argumentamos
que esto es debido a la falta de realización resultado del hecho de no
haber puesto nunca en uso sus fuerzas físicas, nunca han atravesado el
proceso de poder usando sus cuerpos de una manera seria. No es el hombre
primitivo, que ha usado diariamente su cuerpo para motivos prácticos, el
que teme el deterioro por la edad, sino el hombre moderno, que nunca ha tenido
un uso práctico para su cuerpo más allá de andar del coche
a su casa. Es el hombre cuya necesidad por el proceso de poder ha sido
satisfecha durante su vida el que está mejor preparado para aceptar el
final de esta.
76. En respuesta al argumento de esta sección alguien
dirá, «la sociedad debe encontrar una manera de dar a la gente la
oportunidad de atravesar el proceso de poder». Para tales personas el
valor de la oportunidad está perdido por el mismo hecho de que la
sociedad se la proporcione. Lo que necesita es encontrar o crear sus propias
oportunidades. En tanto el sistema se las DE todavía las tendrá
con una correa. Para conseguir autonomía deben quitársela.
CÓMO SE AMOLDA ALGUNA GENTE
77. No todo el mundo en la sociedad tecnológico-industrial sufre
problemas psicológicos. Alguna gente incluso declara estar bastante
satisfecha de la sociedad tal y como es. Ahora discutiremos alguna de las
razones de porque la gente difiere tanto en su respuesta a la sociedad moderna.
78. Primero, sin duda hay diferencias en la intensidad del impulso
por el poder. Personas con un impulso débil pueden tener relativamente
poca necesidad de atravesar el proceso de poder, o al menos relativamente poca
necesidad de autonomía en el proceso de poder. Estos son tipos
dóciles que hubieran sido felices en una plantación de negritos
en el Viejo Sur. (No queremos burlarnos de las «plantaciones de
negritos» del Viejo Sur. A su apreciación, la mayoría de
los esclavos NO estaban contentos con su servidumbre. Nos burlamos de la gente
que ESTÁ contenta con la servidumbre).
79. Alguna gente puede tener un impulso excepcional por perseguir
lo que satisface su necesidad por el proceso de poder. Por ejemplo,
aquéllos que tienen un impulso inusualmente fuerte por la
posición social pueden pasar toda su vida subiendo de escala social sin
cansarse nunca con ese juego.
80. La gente varía en la susceptibilidad a los anuncios y a
las técnicas de mercado. Algunos son tan susceptibles que, incluso si
ganan gran cantidad de dinero, no pueden satisfacer su constante deseo por los
nuevos y relucientes juguetes que la industria de mercado pone ante sus ojos.
Por lo que siempre se sienten financieramente oprimidos, incluso si sus
ingresos son grandes. Y sus deseos se ven frustrados.
81. Otros tienen una susceptibilidad baja a los anuncios y
técnicas de mercado. Son la gente que no está interesada por el
dinero. Las necesidades materiales no cumplen su necesidad por el proceso de
poder.
82. La gente que tiene una susceptibilidad media a los anuncios y
a las técnicas de mercado son capaces de ganar el suficiente dinero como
para satisfacer su deseo de bienes y servicios, pero sólo al coste de un
esfuerzo serio (haciendo horas extras, teniendo un segundo trabajo, adquiriendo
promociones, etc). Así las adquisiciones
materiales cumplen su necesidad por el proceso de poder. Pero no se sigue
necesariamente que sus necesidades estén completamente satisfechas.
Puede que no tengan suficiente autonomía en el proceso de poder (su
trabajo puede consistir en seguir órdenes) y algunos de sus impulsos
pueden ser frustrados (ejemplo, seguridad, agresión). (Somos culpables
de simplificar demasiado en los párrafos 80-82 porque asumimos que el
deseo de adquisiciones materiales es enteramente una creación de los
anuncios y de las técnicas de mercado. Por supuesto no es así de
simple). (Ver párrafo 63).
83. Alguna gente satisface en parte su necesidad por el proceso de
poder identificándose con una organización poderosa o con un
movimiento de masas. El poder o las finalidades que le faltan a una persona se
unen a un movimiento o a una organización, adopta sus finalidades como
propias, y trabaja por ellas. Cuando se consigue alguna de las finalidades, la
persona, incluso si su esfuerzo ha jugado sólo una parte insignificante
en la consecución de estas, se siente (por su identificación con
el movimiento o con la organización) como si hubiera atravesado el proceso
de poder. Este fenómeno fue explotado por los fascistas, por los nazis y
por los comunistas. Nuestra sociedad también lo usa, aunque menos
cruelmente. Ejemplo: Manuel Noriega era irritante para los EE.UU.
(finalidad: castigar a Noriega). Los EE.UU. invaden
Panamá (esfuerzo) y castigan a Noriega (consecución de la
finalidad). Los EE.UU. atravesaron el proceso de
poder y muchos americanos, por.su
identificación con los EE.UU., lo hicieron
indirectamente. Por consiguiente el dilatado público está
conforme con la invasión de Panamá; lo que da a la gente una
sensación de poder. (No estamos aprobando o desaprobando la
invasión de Panamá. Sólo la usamos para ilustrar un
punto). Vemos el mismo fenómeno en ejércitos, corporaciones,
partidos políticos, organizaciones humanitarias, movimientos religiosos
o ideológicos. En particular los movimientos izquierdistas tienden a
atraer gente que está buscando satisfacer su necesidad por el poder.
Pero para mucha gente la identificación con una gran organización
o un movimiento de masas no satisface por completo la necesidad por el poder.
84. Otra manera en que la gente satisface su necesidad por el
proceso de poder es a través de necesidades sustitutorias.
Tal y como explicamos en los párrafos 38-40, una actividad sustitutoria es una actividad que va directamente
detrás de una finalidad artificial, que la persona persigue por la
razón del «reconocimiento» que consigue por perseguir dicha
finalidad, no porque necesite alcanzarla en sí misma. Por ejemplo, no
hay un motivo práctico para desarrollar músculos enormes, golpear
una pequeña pelota dentro de un agujero o adquirir una serie completa de
sellos de correos. Sin embargo mucha gente en nuestra sociedad se consagra con
pasión al culturismo, al golf o a la filatelia. Alguna gente es más
«manipulable» que otra y por eso darán más
importancia a actividades sustitutorias simplemente
porque la gente de su alrededor las trata como importantes o porque la sociedad
les dice que son importantes. Es por eso por lo que alguna gente se pone muy
seria sobre actividades esencialmente triviales como el deporte o el *bridge, o el ajedrez, o los ejercicios de arcanos eruditos,
mientras que otros que tienen la vista más clara nunca ven estas cosas
como algo más que las actividades sustitutorias
que son, consecuentemente nunca les asignan suficiente importancia como para
satisfacer en esa dirección su necesidad por el proceso de poder. Esto
nos recuerda que en muchos casos la forma de una persona de utilizar una
vivencia es también una actividad sustitutoria.
No una actividad sustitutoria PURA desde que parte
del motivo para la actividad es adquirir necesidades físicas y (para
algunas personas) posición social y las suntuosidades que los anuncios
les hacen querer. Pero bastante gente pone en su trabajo mucho más esfuerzo
del necesario para ganar todo el dinero y la posición que requieren, y
este esfuerzo extra constituye una actividad sustitutoria.
Este, junto con la inversión emocional que lo acompaña, es una de
las fuerzas más potentes que actúan hacia el continuo desarrollo
y perfeccionamiento del sistema, con consecuencias negativas para la libertad
individual (ver párrafo 131). Especialmente, para los científicos
e ingenieros más creativos, cuyo trabajo tiende a ser en gran parte una
actividad sustitutoria. Este punto es tan importante
que merece un.debate propio, que abordaremos en un
momento (párrafos 87-92).
85. En esta sección hemos explicado cuanta gente satisface
su necesidad por el proceso de poder en la sociedad moderna en mayor o menor
extensión. Pero pensamos que para la mayoría de la gente la
necesidad por el proceso de poder no está totalmente satisfecha. En
primer lugar, aquellos que tienen un impulso insaciable por la posición
social, o aquellos que se sienten firmemente «enganchados» a una
actividad sustitutoria, o los que se identifican lo
suficientemente fuerte con un movimiento o una organización para
satisfacer su necesidad por el poder de esa forma, son personajes
excepcionales. Otros no están satisfechos con las actividades sustitutorias o con la identificación con una
organización (ver párrafos 41, 64). En segundo lugar, el sistema
impone demasiado control a través de regulaciones explícitas o de
la socialización, lo que resulta en una deficiencia de autonomía,
y en frustración debida a la imposibilidad de conseguir ciertas
finalidades y la necesidad de reprimir demasiados impulsos.
86. Pero si la mayoría de la gente en la sociedad
tecnológico-industrial estuviera satisfecha, nosotros (FC) aún
nos opondríamos a esta forma de sociedad, porque (entre otras razones)
lo consideramos rebajarse para realizar la propia necesidad por el proceso de
poder a través de actividades sustitutorias o
a través de la identificación con una organización, antes
que a través de la persecución de finalidades reales.
LOS MOTIVOS DE LOS CIENTíFICOS
87. La ciencia y la tecnología nos proporcionan los ejemplos más
importantes de actividades sustitutorias. Algunos
científicos pretenden estar motivados por la «curiosidad»;
esa idea es simplemente absurda. Muchos científicos trabajan en
problemas altamente especializados que no son el objeto de ninguna curiosidad
normal. Por ejemplo, ¿tiene un astrónomo, un matemático o
un entomólogo curiosidad por las propie dades del isopropiltrimetilmetano?
Por supuesto que no. Sólo un químico tiene curiosidad sobre tal
cosa, y la tiene sólo porque la química es su actividad sustitutoria. ¿Tiene un químico curiosidad
sobre la apropiada clasificación de una nueva especie de escarabajo? No.
Esa pregunta es sólo del interés del entomólogo, y lo
está porque la entomología es su actividad sustitutoria.
Si el químico y el entomólogo tuvieran que esforzarse seriamente
para obtener las necesidades físicas, y si el esfuerzo ejercitara sus
habilidades de una manera interesante pero en algún empeño no científico,
entonces les traería sin cuidado el isoprepilmetilmetano
o la clasificación de los escarabajos. Supongamos que la falta de fondos
para la educación de postgraduado hubiera dejado al químico
convertirse en un corredor de seguros en vez de en químico. En ese caso
hubiera estado muy interesado en problemas de seguros pero no le hubiera
importado nada a cerca del isopropilmetilmetano. En
cualquier caso, no es normal.poner en la
satisfacción de la mera curiosidad la cantidad de tiempo y esfuerzo que
los científicos ponen en su trabajo. La explicación de la
«curiosidad» por la motivación científica simplemente
no se mantiene en pie.
88. La explicación del «beneficio para la
humanidad» tampoco funciona mucho mejor. Algunos trabajos
científicos tienen una relación inconcebible con el bienestar de
la raza humana la mayor parte de los arqueólogos o lingüistas
comparativos por ejemplo. Algunas de las otras áreas de la ciencia
presentan obviamente posibilidades peligrosas. Sin embargo los
científicos de estas áreas son simplemente tan entusiastas sobre
su trabajo como aquellos que desarrollan vacunas o estudios de la
polución del aire. Consideremos el caso del Dr. Edward
Teller, el cual tenía un obvio compromiso
emocional con la promoción de centrales nucleares. ¿Este
compromiso contenía un deseo de beneficiar a la humanidad? De ser
así, entonces, ¿por qué el Dr. Teller
no adquiría este compromiso con otras causas «humanitarias»?
¿Si era tan humanitario por qué ayudo a desarrollar la bomba H?
Como con otras muchas proezas científicas, cabe preguntar cómo
las centrales nucleares benefician actualmente a la humanidad. ¿La
electricidad barata compensa la acumulación de desperdicios y el riesgo
de accidente? El Dr. Teller enseñó
sólo una parte de la cuestión. Su compromiso emocional claramente
no despierta de un deseo de «beneficio a la humanidad» sino de una
realización personal que consigue con su trabajo y viendo como este es
puesto en práctica.
89. Lo mismo podría decirse de todos los científicos
en general. Con posibles raras excepciones, sus motivos no son ni la curiosidad
ni el deseo de beneficiar a la humanidad sino la necesidad de atravesar el
proceso de poder: tener una finalidad (un problema científico que
resolver), hacer un esfuerzo (investigación) y conseguir la finalidad
(solución del problema). La ciencia es una actividad sustitutoria
porque los científicos trabajan principalmente por la realización
que consiguen del trabajo en si.
90. Por supuesto, no es así de sencillo. Otros motivos
juegan un papel para muchos científicos. El dinero y la posición
social por ejemplo. Algunos pueden ser personas del tipo que tienen un
insaciable impulso por la posición social (ver párrafo 79) y esto
puede proporcionar mucha de la motivación por su trabajo. Sin duda, la
mayoría, como la mayoría de la población en general, son
más o menos susceptibles a los anuncios y a las técnicas de
empresa y necesitan dinero para satisfacer el deseo de bienes y servicios.
Así, la ciencia no es una actividad sustitutoria
PURA. Pero es en gran parte una actividad sustitutoria.
91. Así mismo, la ciencia y la tecnología
constituyen un movimiento de masas poderoso, y muchos científicos
gratifican su necesidad por el poder a través de la
identificación con este movimiento de masas (ver párrafo 83). 92.
Así la ciencia camina en la ceguera, sin mirar el verdadero beneficio de
la raza humana o a cualquier otro modelo, obedeciendo únicamente a las
necesidades psicológicas de los científicos, de los funcionarios
del gobierno y de los ejecutivos de corporaciones los cuales poseen los fondos
para la investigación.
93. Vamos a argumentar que la sociedad tecnológico-industrial no puede
ser reformada de tal modo, como para prevenirla del progresivo estrechamiento
de la esfera de la libertad humana. Pero, porque «libertad» es una
palabra que puede ser interpretada de muchas maneras, debemos dejar claro
primero en qué clase de libertad estamos interesados.
94. Con «libertad» nos referimos a la oportunidad de
atravesar el proceso de poder, con finalidades reales, no las finalidades
artificiales de las actividades sustitutorias, y sin
interferencias, manipulaciones o supervisión de nadie, especialmente de
ninguna gran organización. Libertad significa tener control (tanto como
una persona o como miembro de un grupo PEQUEÑO) de los problemas de la
vida y de la muerte de la existencia de uno; comida, vestido, refugio y defensa
contra cualquier temor que pueda haber en nuestro medio. Libertad significa
tener poder, no el poder de controlar a otra gente sino el poder de controlar
la propia vida. Uno no tiene libertad si cualquier otro (especialmente una gran
organización) tiene poder sobre ti, no importa la benevolencia, la
tolerancia y la permisividad con que el poder pueda ser ejercido. Es importante
no confundir libertad con la mera permisividad (ver párrafo 72).
95. Se dice que vivimos en una sociedad libre porque tenemos un
cierto número de derechos constitucionalmente garantizados. Pero esto no
es tan importante como parece. El grado de libertad personal que existe en una
sociedad está más determinado por la estructura económica
y tecnológica de la sociedad que por sus leyes o por su forma de
gobierno. Cuando las colonias americanas estaban bajo el gobierno
británico había menos garantías legales de libertad y de
menor efectividad que después de que
96. En cuanto a nuestros derechos constitucionales, consideremos
por ejemplo eso de la libertad de prensa. Ciertamente no queremos acabar con
ese derecho: es una herramienta muy útil para limitar la
concentración de poder político y para mantener a aquéllos
que lo tienen en línea exponiendo públicamente cualquier mala
conducta por su parte. Pero la libertad de prensa es de muy poca utilidad para
el ciudadano medio como individualidad. Los medios de masas están en su
mayor parte bajo el control de grandes organizaciones que están
integradas en el sistema. Cualquiera que tenga un poco de dinero puede imprimir
algo, o puede distribuirlo en Internet o de alguna otra manera, pero lo que
tenga que decir será sumergido por el vasto volumen de material lanzado
por los medios, por tanto no tendrá un efecto práctico. Es por
eso casi imposible para muchas personas y grupos pequeños el hacer un
efecto en la sociedad con palabras. Tomémonos (FC) como ejemplo. Si no
hubiéramos hecho nada violento y hubiéramos presentado los
presentes escritos a un editor, probablemente no hubieran sido aceptados. Si
hubieran sido aceptados y publicados, probablemente no hubieran atraído
muchos lectores, porque es más divertido ver el entretenimiento lanzado
por los medios que leer un ensayo sobrio. Incluso si estos escritos hubieran
tenido muchos lectores, la mayoría hubieran olvidado pronto lo que
habían leído porque sus mentes habrían sido anegadas por
la masa de material a que los medios las exponen. A fin de presentar nuestro
mensaje ante el público con alguna oportunidad de crear una
impresión duradera, tuvimos que matar gente.
97. Los derechos constitucionales son útiles hasta cierto
punto, pero no sirven para garantizar mucho más que lo que puede ser
llamada la concepción burguesa de la libertad. Según la
concepción burguesa, un hombre «libre» es esencialmente un
elemento de una maquinaria social y tiene sólo una cierta serie de
libertades prescritas y delimitadas; libertades que son designadas para servir
a las necesidades de la máquina social más que aquellas de la
persona. Así el hombre «libre» burgués tiene libertad
económica porque eso promueve el crecimiento y el progreso; tiene
libertad de prensa porque la crítica del público restringe la
mala conducta por parte de los líderes políticos; tiene derecho a
un juicio imparcial porque la prisión al antojo del poderoso
sería mala para el sistema. Esta era claramente la actitud de
Simón Bolívar. Para él, la gente merece libertad
sólo si la usa para promover el progreso (progreso como lo conciben los
burgueses). Otros pensadores burgueses han tomado un punto de vista similar de
la libertad, como mero medio para finalidades colectivas. Chester
C. Tan, «Pensamiento Político Chino en el Siglo XX»,
página 202, explica la filosofía del líder del *Kuomitang, Hu Han-min: «Una persona tiene concedidos derechos porque es
un miembro de la sociedad y la vida de su comuni-dad
requiere tales derechos. Con comunidad Hu quiere
decir la totali-dad de la sociedad de la
nación». Y en la página 259, Tan declara que, de acuerdo
con Carsum Chang (Chang Chung-mai,
cabeza del Partido Socialista Estatal en China), la libertad debe ser usada en
interés del Estado y de las personas como conjunto. Pero,
¿qué libertad tiene uno si sólo puede ser usada como
algún otro prescribe? La concepción de libertad de FC no es como
la de Bolívar, Hu, Chang
u otros teóricos burgueses. El problema con tales teóricos es que
han hecho del desarrollo y la aplicación de teorías sociales su
actividad sustitutoria. Consecuentemente, las teorías
están ideadas para servir las necesidades de los teóricos
más que las necesidades de cualquier persona que pueda tener tan poca
suerte como para vivir en una sociedad en que las teorías son impuestas.
98. Debemos tener en cuenta un punto más en esta
sección: no debe ser asumido que una persona tiene suficiente libertad
simplemente porque DIGA que tiene suficiente. La libertad está en parte
restringida por el control psicológico del que la gente es inconsciente,
y además muchas ideas de lo que constituye la libertad son gobernadas
más por la convención social que por sus necesidades reales. Por
ejemplo, es probable que muchos izquierdistas del tipo sobresocializado
dirían que mucha gente, incluidos ellos mismos, están muy poco
socializados antes que demasiado, sin embargo los izquierdistas sobresocializados pagan un precio psicológico fuerte
por su alto nivel de socialización.
ALGUNOS PRINCIPIOS DE
99. Pensad en la historia como la suma de dos componentes: uno errático
que consiste en eventos inapreciables que siguen una norma no discernible y un
componente regular que consiste en tendencias históricas de periodos
largos. Aquí estamos interesados en estas últimas.
100. PRIMER PRINCIPIO. Si se hace un PEQUEÑO cambio que
afecte a una tendencia histórica de periodo largo, entonces el efecto
del cambio será casi siempre transitorio-la tendencia pronto
retrocederá a su estado original. (Ejemplo: Un movimiento de reforma
designado para limpiar la corrupción política en una sociedad
raramente tendrá más que un efecto de duración corto,
tarde o temprano los reformistas se relajaran y la corrupción se
deslizará otra vez dentro. El nivel de corrupción política
en una sociedad dada tiende a permanecer constante o cambia despacio
sólo con la evolución de la sociedad. Normalmente, una limpieza
política sólo será permanente si va acompañada de
cambios sociales generales, un PEQUEÑO cambio en la sociedad no
será suficiente). Si un pequeño cambio en una tendencia
histórica de periodo largo se presenta como permanente, es sólo
porque el cambio actúa en la dirección con que la tendencia se
estaba moviendo de antemano, así la tendencia no se ve alterada, pero
sí empujada socialmente un paso adelante.
101. El primer principio es casi una *tautología. Si una
tendencia no fuera estable con respecto a pequeños cambios,
vagaría al azar antes que seguir una dirección definida; en otras
palabras, no sería una tendencia de periodo largo.
102. SEGUNDO PRINCIPIO. Si se hace un cambio que es lo
suficientemente grande como para alterar permanentemente una tendencia
histórica de periodo largo, eso alterará la sociedad en su
conjunto. En otras palabras, una sociedad es un sistema en que todas sus partes
están interrelacionadas, y no puedes cambiar permanentemente ninguna
parte importante sin cambiar también todas las otras.
103. TERCER PRINCIPIO. Si se hace un cambio que es lo
suficientemente grande como para alterar permanentemente una tendencia de
periodo largo, entonces las consecuencias para la sociedad como conjunto no
pueden predecirse de antemano. (A no ser que varias sociedades hayan pasado a
través del mismo cambio y hayan experimentado todas las mismas
consecuencias, en tal caso uno, puede predecir en terrenos empíricos que
otra sociedad que pase por el mismo cambio probablemente experimentará
consecuencias similares).
104. CUARTO PRINCIPIO. Un nuevo tipo de sociedad no se puede
diseñar en el papel. Esto es, no puedes planear un nuevo tipo de
sociedad por adelantado, entonces construirla y esperar que funcione para lo
que se ha diseñado.
105. El tercer y el cuarto principio resultan de la complejidad de
las sociedades humanas. Un cambio en el comportamiento humano afectará a
la economía de una sociedad y a su medio físico; la
economía afectará el medio y viceversa, y los cambios en la
economía y el medio afectarán al comportamiento humano de una
manera compleja e imprevisible. La red de causas y efectos es demasiado
compleja para ser desenmarañada y entendida.
106. QUINTO PRINCIPIO. La gente no elige conscientemente y
racionalmente la forma de su sociedad. Las sociedades se desarrollan a
través del proceso de evolución social que no está bajo el
control racional humano.
107. El quinto principio es una consecuencia de los otros cuatro.
108. Como ilustración: por el primer principio, hablando en
general, una tentativa de reforma social actúa en la dirección en
que la sociedad se está desarrollando de todas maneras (así que
simplemente acelera el cambio que hubiera ocurrido en cualquier caso) pues de
otro modo sólo tiene un efecto transitorio, de modo que la sociedad
pronto volverá a su vieja rutina. Para hacer un cambio duradero en la
dirección del desarrollo de cualquier aspecto importante de una
sociedad, la reforma es insuficiente y se requiere una revolución. (La
cual no envuelve necesariamente un levantamiento armado o el derribo de un
gobierno). Por el segundo principio, una revolución nunca cambia
sólo un aspecto de una sociedad; y por el tercer principio el cambio que
ocurre no hubiera sido esperado o deseado por los revolucionarios. Por el
cuarto principio, cuando los revolucionarios o utópicos organizan una
nueva clase de sociedad, nunca funciona como la planearon.
109.
110. No obstante, uno tiene que usar el sentido común en la
aplicación de los principios. Están expresados en un lenguaje
impreciso que permite amplitud para la interpretación y se pueden
encontrar excepciones a ellos. Así que los presentamos no como normas
inviolables sino como reglas sencillas, o guías para pensar, que pueden
proporcionar un antídoto parcial a las ideas ingenuas a cerca del futuro
de la sociedad. Los principios deben estar constantemente en la mente, y cuando
quiera que uno alcance una conclusión que entre en conflicto con ellos
uno debe reexaminar cuidadosamente su pensamiento y sólo retener la
conclusión si tiene buenas y sólidas razones para hacerlo.
111. Los principios precedentes ayudan a ver lo desesperadamente difícil
que sería reformar el sistema industrial como para prevenirlo del
estrechamiento progresivo de nuestra esfera de libertad. Ha habido una
tendencia consistente, retrocediendo al menos a
112. La gente ansiosa por rescatar la libertad sin sacrificar los
supuestos beneficios de la tecnología sugerirán ingenuos esquemas
para alguna nueva clase de sociedad que reconcilie la libertad con la
tecnología. Aparte del hecho de que la gente que hace sugerencias rara
vez propone algún término medio práctico por la que la
nueva forma de sociedad pueda ser levantada en primer lugar, se sigue del
cuarto principio que incluso sin la nueva forma de sociedad pudiera ser en
principio establecida, puede colapsarse o dar resultados muy diferentes de
aquellos esperados.
113. Así que, incluso en terrenos muy generales, parece
improbable que se pueda encontrar alguna forma de cambio social para
reconciliar la libertad con la tecnología moderna. En las siguientes
secciones daremos razones más específicas para concluir que
libertad y progreso tecnológico son incompatibles.
114. Como explicamos en los párrafos 65-67, 70-73, el hombre moderno
está encadenado por la red de normas y regulaciones, y su condena
depende de las acciones de personas remotas a ellos en cuyas decisiones no
pueden influir. Esto no es accidental o, el resultado de las arbitrariedades de
arrogantes burócratas. Es necesario e inevitable en cualquier sociedad
tecnológicamente avanzada. El sistema con objeto de funcionar TIENE QUE
regular el comportamiento humano de cerca. En el trabajo, la gente tiene que
hacer lo que le digan que haga, de otra manera la producción
sería arrojada al caos. Las burocracias TIENEN QUE estar organizadas de
acuerdo con reglas rígidas. El permitir algún ingenio personal
sustancial a los burócratas de nivel bajo desorganizaría el
sistema y llevaría a cargos de injusticia debido a las diferencias en la
manera individual en que ejercerían su ingenio. Es verdad que algunas
restricciones de nuestra libertad se podrían eliminar, pero HABLANDO EN
GENERAL la regulación de nuestras vidas por parte de grandes
organizaciones es necesaria para el funcionamiento de la sociedad
tecnológico-industrial. El resultado es un sentimiento de impotencia por
parte de la persona media. Puede sin embargo, que las regulaciones formales
tiendan a ser reemplazadas por herramientas psicológicas que nos hagan
querer hacer lo que el sistema requiera de nosotros (propaganda, técnicas
educacionales, programas de «salud mental», etc.). (Ver
párrafo 73).
115. El sistema TIENE QUE forzar a la gente a comportarse de
maneras que son crecientemente remotas al modelo natural de comportamiento
humano. Por ejemplo el sistema necesita científicos, matemáticos
e ingenieros. No puede funcionar sin ellos. Se presiona mucho a los
niños para sobresalir en estos campos. No es natural para un ser humano
adolescente el consumir el grueso de su tiempo sentado en una mesa absorbido
por el estudio. Un adolescente normal quiere pasar su tiempo en contacto activo
con el mundo real. Entre la gente primitiva las cosas para lo que eran
entrenados estaban en armonía con los impulsos humanos naturales. Entre
los indios americanos, por ejemplo, los chicos eran entrenados en ejercicios
activos al aire libre -simplemente la clase de cosas que les gusta hacer. Pero
en nuestra sociedad los niños son empujados a estudiar materias
técnicas, que la mayoría hacen refunfuñando.
116. Debido a la constante presión que el sistema ejerce
para modificar el comportamiento humano, hay un incremento gradual en el
número de personas que no pueden o no podrán ajustarse a los
requerimientos de la sociedad: sanguijuelas del bienestar, jóvenes
miembros de bandas, cultistas, rebeldes antigubernamentales,
saboteadores medioambientales radicales, imperfectos y resistentes de varias
clases.
117. En cualquier sociedad tecnológicamente avanzada la
suerte de las personas depende de decisiones que ellas no pueden influir
personalmente en ninguna gran extensión. Una sociedad tecnológica
no se puede romper en comunidades pequeñas y autónomas, porque la
producción depende de la cooperación de un gran número de
personas y máquinas. Dicha sociedad tiene que estar altamente organizada
y las decisiones TIENEN que hacerse para afectar a un gran número de
gente. Cuando una decisión, afecta digamos, a un millón de
personas, entonces cada una de las personas tiene, como media, sólo una
millonésima parte en tomar la decisión. Lo que normalmente pasa
en la práctica es que la decisión es tomada por funcionarios
públicos o ejecutivos de corporaciones, o por especialistas
técnicos, pero cuando incluso el público vota una decisión
el número de votantes ordinariamente es demasiado grande como para que
el voto de cualquier persona resulte significativo. Encontramos defensores del
sistema que citan casos en que las elecciones han sido decididas por uno o dos
votos, pero tales casos son raros. Así muchas personas son incapaces de
influenciar mesurablemente la decisión mayoritaria que afecta a sus
vidas. No hay manera concebible de remediar esto en una sociedad
tecnológicamente avanzada. El sistema trata de «solventar»
este problema mediante el uso de propaganda para hacer a las personas QUERER
las decisiones que han sido hechas para ellas, pero incluso si esta
«solución» fuera completamente exitosa haciendo a la gente
sentirse mejor, sería vejatoria.
118. Los conservadores y algunos otros abogan por una mayor
«autonomía local». Una vez las comunidades locales tuvieron
autonomía, pero fue cada vez menos posible porque se hicieron más
complicadas y dependientes del sistema de gran escala como servicios
públicos, redes de ordenadores, sistemas de autopistas, medios de
comunicación de masas y el sistema de salud moderno. También
opera en contra de la autonomía el hecho de que la tecnología
aplicada en una localidad muchas veces afecte a gente de otras comunidades
lejanas. Así los pesticidas o los productos químicos usados cerca
de un riachuelo pueden contaminar los suministros de agua de cientos de millas
río abajo, y el efecto invernadero afecta a todo el planeta.
119. El sistema no existe y no puede existir para satisfacer las
necesidades humanas. En vez, es el comportamiento humano el que tiene que ser
modificado para encajar en las necesidades del sistema. Esto no tiene nada que
ver con la ideología política o social que pueda pretender guiar
el sistema tecnológico. Es culpa de la tecnología, porque el
sistema no está guiado por la ideología sino por las necesidades
técnicas. «Hoy en día, en las regiones
tecnológicamente avanzadas, el hombre lleva vidas muy similares a pesar
de las diferencias geográficas, religiosas o políticas. Las vidas
diarias de un oficinista cristiano de un banco en Chicago, un oficinista
budista en un banco de Tokio, y uno comunista en Moscú son mucho
más parecidas que la vida de cualquiera de ellos con un hombre que
viviera hace mil años. Los parecidos son el resultado de una
tecnología común...» L. Sprague
de Camp, The Ancien Engineers, ediciones Ballantine, página 17. Las vidas de los tres
oficinistas de banco no son IDÉNTICAS. La ideología tiene
ALGÚN efecto. Pero todas las sociedades tecnológicas, a fin de
sobrevivir, tienen que evolucionar APROXIMADAMENTE a lo largo de la misma
trayectoria. Por supuesto el sistema satisface muchas necesidades humanas, pero
hablando en general, hace esto sólo en la medida en que le beneficia el
hacerlo. Son las necesidades del sistema las que son supremas, no las de los
seres humanos. Por ejemplo, el sistema provee a la gente con comida porque no
puede funcionar si todo el mundo está muerto de hambre; atenta contra
las necesidades psicológicas de la gente siempre que pueda ser
CONVENIENTE el hacerlo, porque no puede funcionar si demasiada gente se vuelve
depresiva o rebelde. Pero el sistema por buenas razones, sólidas y
prácticas, tiene que ejercer presión constante sobre la gente
para moldear su comportamiento hacia sus necesidades. ¿Demasiada basura
acumulada? El gobierno, los medios, el sistema educacional, los medioambientalistas, todo el mundo nos inunda con masas de
propaganda sobre el reciclado. ¿Necesita más personal
técnico? Un coro de voces exhorta a los chavales a que estudien
ciencias. Nadie se para a preguntar si es inhumano el forzar a los adolescentes
a consumir el grueso de su tiempo estudiando materias que la mayoría
odian. Cuando echan de su trabajo a trabajadores especializados y son
sustituidos por técnicos avanzados y tienen que sufrir
«retenciones», nadie pregunta si es humillante para ellos el que los
echen de esa manera. Se da por supuesto que todo el mundo tiene que reverenciar
la necesidad técnica y por buenas razones: si las necesidades humanas
fueran puestas antes que la necesidad técnica habría problemas
económicos, paro, escaseces o peor aún.
El concepto de «salud mental» en nuestra sociedad está
largamente definido por el alcance del comportamiento de una persona
esté de acuerdo con las necesidades del sistema y que lo haga sin
mostrar signos de tensión.
120. Los esfuerzos por hacer sitio a un sentimiento de proyecto y
autonomía en el interior del sistema no son mejor que una broma. Por
ejemplo: en una compañía, en vez de tener cada uno de sus
empleados que montar sólo una sección del catálogo, cada
uno tiene que montar el catálogo entero, y esto se supone que les tiene
que dar un sentimiento de proyecto y realización. Algunas
compañías han intentado dar a sus empleados más
autonomía en su trabajo, pero por razones prácticas esto
normalmente sólo puede ser hecho en una extensión muy limitada y,
en cualquier caso, a los empleados no se les da autonomía como para
ultimar finalidades-sus esfuerzos «autónomos» no pueden ir
nunca directamente detrás de finalidades que seleccionan personalmente,
sino sólo detrás de las finalidades del jefe, tales como la
supervivencia y el crecimiento de la compañía. Cualquier
compañía pronto saldría de los negocios si permitiera
actuar a sus empleados de otro modo. De igual manera, en cualquier empresa en
el interior de un sistema socialista, los trabajadores tienen que dirigir sus
esfuerzos detrás de las finalidades de la empresa, de otra manera
ésta no servirá su propósito como parte del sistema. Una
vez más, por razones puramente técnicas no es posible para muchas
personas o grupos pequeños tener mucha autonomía en la sociedad
industrial. Incluso el pequeño propietario de un negocio
comúnmente sólo tiene una autonomía limitada. Aparte de la
necesidad de las regulaciones del gobierno, está restringido por el
hecho de que tiene que ajustarse dentro del sistema económico y
someterse a sus requerimientos, por ejemplo cuando alguien desarrolla una nueva
tecnología, la persona del peque ño
negocio a menudo tiene que usarla tanto si quiere como si no, con objeto de
seguir siendo competitivo.
LAS PARTES «MALAS» DE
121. Además, una razón de porque la sociedad industrial no puede
reformarse en favor de la libertad es que la tecnología moderna es un
sistema unificado en el cual todas las partes dependen las unas de las otras.
No puedes deshacerte de las partes «malas» de la tecnología
y conservar sólo las partes «buenas». Consideremos como
ejemplo la medicina moderna. El progreso en la ciencia médica depende
del progreso en química, física, biología, ciencia de ordenadores
y otros campos. Los tratamientos médicos avanzados requieren
equipamiento caro y de alta tecnología que sólo una sociedad
avanzada tecnológica-mente y económicamente rica lo puede hacer
disponible. Claramente no puedes tener mucho progreso en medicina sin la
totalidad del sistema tecnológico y todo lo que conlleva.
122. Incluso si el progreso médico se pudiera mantener sin
el resto del sistema tecnológico, traería en sí ciertos
males. Supongamos por ejemplo que se descubriera una cura para la diabetes. La
gente con una tendencia genética a la diabetes serían capaces de
sobrevivir y reproducirse tan bien como cualquier otro. La selección
natural contra los genes de la diabetes pararía y se dispersarían
por la población. (Esto puede estar ocurriendo ya a cierta
extensión, desde que la diabetes, si bien no es curable, puede ser
controlada mediante el uso de insulina). Lo mismo ocurrirá con muchas
otras enfermedades, a cuya sensibilidad es afectada por la degradación
genética de la población. La única solución
sería alguna clase de programa de *eugenesia o de ingeniería
genética extensiva de seres humanos, por lo que el hombre en el futuro
no sería por más tiempo una creación de la naturaleza, o
de la casualidad, o de dios (dependiendo de tus opiniones religiosas o
filosóficas), sino un producto manufacturado.
123. Si piensas que un gran gobierno interfiere AHORA demasiado en
tu vida, simplemente espera hasta que empiece a regular la constitución
genética de tus hijos. Tal regulación inevitablemente irá
seguida de la introducción de ingeniería genética de seres
humanos, porque las consecuencias de una ingeniería genética no
regulada serían desastrosas. Simplemente piensa que un ingeniero
genético irresponsable podría crear muchos terroristas.
124. La respuesta habitual a tales asuntos es hablar de una
«ética médica». Pero un código ético no
serviría para proteger la libertad en el aspecto del progreso
médico; sólo empeoraría el problema. Un código
ético aplicable a la ingeniería genética tendría
como resultado un intento de regulación de la constitución
genética de los seres humanos. Alguien (probablemente la clase alta y
media, mayoritariamente), decidiría que tales o cuales aplicaciones
serían «éticas» y otras no por lo que en
consecuencia, estarían imponiendo sus propios valores en la
constitución genética de la población en libertad. Incluso
si un código ético fuera elegido en bases completamente
democráticas, la mayoría estaría imponiendo sus propios
valores a una minoría que podría tener una idea diferente de lo
que constituye un uso ético de la ingeniería genética. El
único código ético que verdaderamente protegería la
libertad sería uno que prohibiera CUALQUIER ingeniería genética
en seres humanos, y puedes estar seguro que tal código nunca será
aplicado en una sociedad tecnológica. Ningún código que
reduzca la ingeniería genética a un papel menor, podría
mantenerse erguido por mucho tiempo, porque la tentación presentada el
inmenso poder de la biotecnología sería irresistible,
especialmente desde que a la mayoría de la gente muchas de sus
aplicaciones les parecerán obvia e inequívocamente buenas
(eliminando enfermedades mentales y físicas, dando a la gente las
habilidades que necesitan para prosperar en el mundo de hoy). Inevitablemente,
la ingeniería genética será usada extensivamente pero
sólo de manera consecuente con las necesidades del sistema
tecnológico-industrial. Como ejemplo además de las consecuencias
indeseables del progreso médico, supongamos que se descubre la cura para
el cáncer: incluso si el tratamiento es demasiado caro como para ser
asequible para alguien excepto para una élite,
progresivamente reduciría la iniciativa de parar el escape de
cancerígenos en el medio.
125. No es posible hacer un compromiso DURADERO entre tecnología y
libertad, porque la tecnología es de lejos la fuerza social más
poderosa e invade continuamente la libertad a través de compromisos
REPETIDOS. Imagina el caso de dos vecinos, cada uno de los cuales al principio
posee la misma cantidad de tierra, pero uno de ellos es más poderoso que
el otro. El poderoso demanda un trozo de tierra del otro. El débil se
niega. El poderoso dice, «Muy bien, lleguemos a un acuerdo. Dame la mitad
de lo que te he pedido». El débil tiene poca alternativa sino es
ceder. Algún tiempo después el vecino poderoso demanda otro trozo
de tierra, otra vez hay un acuerdo, y así sucesivamente. Forzando a una
larga serie de compromisos al hombre débil, el poderoso finalmente
consigue toda su tierra. Así funciona el conflicto entre
tecnología y libertad.
126. Dejadnos explicar porqué la tecnología es una
fuerza social más poderosa que la aspiración de libertad.
127. Un avance tecnológico que parece no amenazar la
libertad frecuentemente más tarde resulta amenazarla muy seriamente. Un
paseante en un principio podía ir donde quisiera, ir a su propio paso
sin observar ninguna regulación del tráfico, y era independiente
de sistemas de soporte tecnológico. Cuando se introdujeron los
vehículos a motor aparecieron para incrementar la libertad del hombre.
No quitaron libertad al paseante, nadie tenía que tener un
automóvil si no quería uno, y cualquiera que eligiera comprar uno
no podía viajar mucho más rápido que el paseante. Pero la
introducción de transporte motorizado pronto cambio la sociedad de tal
manera como para restringir gravemente la libertad de locomoción del
hombre. Cuando los automóviles fueron numerosos, fue necesario regular
su uso extensivo. En un coche, especialmente en áreas densamente
pobladas, uno simplemente no puede ir donde uno quiera a su propio paso; los
movimientos de uno son gobernados por el fluir del tráfico y por
diferentes normas. Uno está restringido por diferentes obligaciones:
necesidad de permiso, examen de conducir, renovación del registro,
contrato del seguro, mantenimiento requerido para la seguridad, pagos mensuales
sobre precio firme. Además, el usar transporte motorizado no es en
adelante opcional. Desde la introducción de transporte motorizado la
distribución de nuestras ciudades ha cambiado de tal manera que la
mayoría de la gente ya no vive dentro de una distancia de su lugar de
trabajo, de las áreas de compra y de las oportunidades de recreo que
puede hacer andando, por lo que TIENE que depender del automóvil para
transportarse. Si no, tiene que usar el transporte público, en tal caso
tiene menos control incluso de su propio movimiento que conduciendo un coche.
Incluso la libertad del paseante está ampliamente restringida. En la ciudad
se tiene que parar continuamente y esperar en los semáforos, que
están diseñados principalmente para servir al tráfico. En
el campo, el tráfico motorizado lo hace peligroso y desagradable para
andar a lo largo de la carretera. (Señalar el importante punto que hemos
ilustrado con el caso del transporte motorizado: cuando un nuevo
artículo se introduce como una opción que una persona puede
aceptar o no como elija, no quiere decir necesariamente que PERMANEZCA
opcional. En muchos casos la nueva tecnología cambia la sociedad de tal
manera que la gente a la larga se ve FORZADA a usarla).
128. Mientras el progreso tecnológico COMO TOTALIDAD
continuamente estrecha nuestra esfera de libertad, cada nuevo avance
técnico considerado EN Sí MISMO parece deseable. Electricidad,
fontanería interior, comunicaciones rápidas de larga distancia...
¿cómo alguien podría argumentar contra cualquiera de estas
cosas, o contra cualquier otro de los innumerables avances técnicos que
ha hecho la sociedad moderna? Hubiera sido absurdo resistir la
introducción del teléfono, por ejemplo. Ofrece muchas ventajas y
ninguna desventaja. Sin embargo tal y como explicamos en los párrafos
59-76, todos estos avances técnicos tomados juntos han creado un mundo en
el cual la suerte del hombre medio ya no está en sus propias manos o en
la de sus vecinos y amigos, sino en la de los políticos, ejecutivos de
corporaciones y remotos y anónimos técnicos y burócratas
en los que como individuo no tiene poder para influir. Puesto que alguna gente
puede encontrar paradójica la noción de que un gran número
de cosas buenas se pueden sumar para dar una mala, lo ilustraremos con una
analogía. Supongamos que el Sr. A está jugando al ajedrez con el
Sr. B. El Sr. C, un gran maestro, está mirando por encima del hombro del
Sr. A. Este por supuesto quiere ganar la partida, así que si el Sr. C
indica un buen movimiento para el Sr. A, le está haciendo a éste
un favor. Pero ahora supongamos que el Sr. C le indica al Sr. A TODOS sus
movimientos. En cada instante particular hace al Sr. A un favor
enseñándole su mejor movimiento, pero haciendo TODOS estropea el
juego, puesto que no hay motivo en que el Sr. A juegue si algún otro
hace todos sus movimientos. La situación del hombre moderno es análoga
a la del Sr. A. El sistema hace la vida de una persona mucho más
fácil de innumerables formas, pero haciéndolo priva a esta del
control sobre su propia suerte. El mismo proceso continuará en el
futuro. La ingeniería genética, por ejemplo. Poca gente se
resistirá a la introducción de una técnica genética
que elimine las enfermedades hereditarias. Aparentemente no daña y
previene mucho sufrimiento. Así, un gran número de mejoras
genéticas tomadas juntas hará de los seres humanos un producto de
ingeniería antes que una libre creación del azar (o de dios, o de
lo que sea, dependiendo de tus creencias religiosas).
129. Otra razón de porque la tecnología es una
fuerza social poderosa es que, en el contexto de una sociedad dada, el progreso
tecnológico camina en una sola dirección; nunca puede dar marcha
atrás. Cuando se ha introducido una innovación técnica, la
gente normalmente se vuelve dependiente de ella, a no ser que sea reemplazada
por alguna innovación aún más avanzada. La gente no sólo
se vuelve dependiente como individualidades de un nuevo producto
tecnológico, sino, incluso en mayor grado, el sistema como conjunto se
vuelve dependiente de él. (Imagina que le pasaría al sistema
actual si los ordenadores, por ejemplo, fueran eliminados). Así el sistema
se puede mover en una sola dirección, detrás de una mayor tecnologización. La tecnología fuerza
repetidamente a la libertad a dar un paso atrás, pero la
tecnología nunca puede dar un paso atrás hacia el derribo de todo
el sistema tecnológico.
130. La tecnología avanza con gran rapidez y amenaza la
libertad en muchos puntos al mismo tiempo (hacinamiento, normas y regulaciones,
incrementa la dependencia de las personas en grandes organizaciones, propaganda
y otras técnicas psicológicas, ingeniería genética,
invasión de la intimidad por medio de dispositivos de vigilancia y
ordenadores, etc.). Para retener CUALQUIERA de las amenazas de la libertad se
requiere una lucha social diferente. Aquéllos que quieren proteger la
libertad están abrumados por el claro número de nuevos ataques y la
rapidez con la que se desarrollan, en consecuencia, se vuelven apáticos
y no resisten por más tiempo. El luchar contra cada una de las amenazas
por separado sería inútil. Se puede esperar el éxito
sólo luchando contra el sistema tecnológico como conjunto; pero
esto es revolucionario, no reformista.
131. Los técnicos (usamos este término para
describir a todos aquellos que realizan una tarea especializada que requiere
entrenamiento) tienden a estar tan comprometidos con su trabajo (su actividad sustitutoria) que cuando surge un conflicto entre
éste y la libertad, casi siempre deciden en favor de su trabajo
técnico. Esto es obvio en el caso de los científicos, pero
también aparece en otras partes: educadores, grupos humanitarios,
organizaciones de conservación, no vacilan en usar propaganda u otras
técnicas psicológicas para ayudarse a conseguir sus loables
finalidades. Las corporaciones y las agencias gubernamentales, cuando lo
encuentran provechoso, no vacilan en reunir información sobre personas
sin respetar su intimidad. Las agencias de ejecución de las leyes
están frecuentemente en dificultades con los derechos constitucionales
de los sospechosos y frecuentemente de personas completamente inocentes, y
hacen lo que legalmente puedan (o algunas veces ilegalmente) para restringir o
burlar esos derechos. Muchos de estos educadores, funcionarios gubernamentales
y oficiales de leyes creen en la libertad, en la intimidad y en los derechos
constitucionales, pero cuando estos entran en conflicto con su trabajo, normalmente
sienten que su trabajo es más importante.
132. Es bien sabido que generalmente la gente trabaja mejor y
más persistentemente cuando lucha por un premio que cuando intenta
evitar un castigo o un resultado negativo. Los científicos y otros
técnicos están motivados principalmente por los premios que
consiguen a través de su trabajo. Pero aquellos que se oponen a la
invasión técnica de la libertad están trabajando para
evitar un resultado negativo, consecuentemente son unos pocos los que trabajan persistentemente
y bien en esta tarea desalentadora. Si alguna vez los reformistas realizan una
victoria notable que parece levantar una barrera sólida contra futuras
erosiones de la libertad a través del progreso técnico, muchos
tenderán a relajarse y desviar su atención a empeños
más agradables. Pero los científicos permanecerán
atareados en sus laboratorios y la tecnología, como progresa,
encontrará caminos, a pesar de cualquier barrera, para ejercer más
y más control sobre las personas y hacerlas más dependientes del
sistema.
133. Ningún acuerdo social, sean leyes, instituciones,
costumbres o códigos éticos, puede proporcionar una
protección permanente contra la tecnología. La historia
enseña que todos los acuerdos sociales son transitorios; todos cambian o
fracasan a la larga. Pero los avances tecnológicos son permanentes
dentro del contexto de una civilización dada. Supongamos por ejemplo que
si fuera posible llegar a algún acuerdo social que previniera que la
ingeniería genética fuera aplicada a seres humanos, o prevenirlo
de tal manera como para no amenazar la libertad y la dignidad. No obstante, la
tecnología permanecerá esperando. Antes o después el acuerdo
social fracasará. Probablemente antes, dando paso a la oportunidad en
nuestra sociedad. Entonces la ingeniería genética empezará
a invadir nuestra esfera de libertad, y esta invasión será
irreversible (estando lejos de un fracaso de la civilización
tecnológica en sí). Cualquier ilusión a cerca de conseguir
algo permanente a través de acuerdos sociales debería disiparse
por lo que actualmente está pasando con la legislación ambiental.
Hace unos pocos años parecía que había barreras legales
seguras previniendo al menos ALGUNOS de las peores formas de degradación
ambiental. Un cambio en el viento político y esas barreras empiezan a
derrumbarse.
134. Por todas las razones anteriores, la tecnología es una
fuerza social más poderosa que la aspiración de libertad, pero
esta declaración requiere una importante calificación. Parece que
durante las próximas décadas el sistema
tecnológico-industrial experimentará una severa cuota de
tensión en problemas económicos y ambientales y, especialmente, en
problemas de comportamiento humano (alienación, rebelión,
hostilidad, una variedad de dificultades sociales y psicológicas).
Esperamos que la tensión que el sistema probablemente atravesará
le causará un colapso, o al menos lo
debilitará lo suficiente como para que ocurra una revolución y
tenga éxito. Entonces, en ese momento particular, la aspiración
por la libertad se habrá mostrado más poderosa que la
tecnología.
135. En el párrafo 125 usamos una analogía de un
vecino débil dejado desvalido por un vecino fuerte que le quita toda su
tierra forzándolo a una serie de compromisos. Pero supongamos ahora que
el vecino fuerte cae enfermo, por lo que es incapaz de defenderse. El vecino
débil puede forzar al fuerte a devolverle su tierra o lo puede matar. Si
deja sobrevivir al hombre fuerte y sólo lo fuerza a devolverle su
tierra, es un mentecato, porque cuando el hombre fuerte se recupere
volverá a quedarse con toda la tierra para él. La única
alternativa sensata para el hombre débil es matar al fuerte mientras
tiene una oportunidad. De la misma manera, mientras el sistema industrial
está enfermo debemos destruirlo. Si transigimos y le dejamos recuperarse
de su enfermedad a la larga destruirá toda nuestra libertad.
LOS PROBLEMAS SOCIALES MáS SIMPLES SE HAN MOSTRADO
INTRATABLES
136. Si alguien aún imagina que sería posible reformar el sistema
de tal manera como para proteger la libertad de la tecnología,
déjale considerar lo chapucera y, para la mayor parte, desafortunada que
nuestra sociedad ha sido tratando otros problemas sociales que son mucho
más simples y globales. Entre otras cosas, el sistema ha fallado en
parar la degradación ambiental, la corrupción política, el
tráfico de drogas o el abuso doméstico.
137. Tomemos nuestros problemas ambientales, por ejemplo.
Aquí el conflicto de valores es completo: actualmente la conveniencia
económica contra la salvación de alguno de nuestros recursos
naturales para nuestros nietos. Aquí estamos considerando sólo un
conflicto de valores dentro de la corriente de opinión principal. Por la
razón de simplificar dejamos fuera del cuadro de valores
«extraños» como la idea de que la naturaleza salvaje es
más importante que la prosperidad económica humana. Pero en esta
materia sólo obtenemos mucha burla y ofuscación por parte de la
gente que tiene el poder, y nada como una línea de acción clara y
consecuente, y continuamos acumulando los problemas ambientales con los que
tendrán que vivir nuestros nietos. Los intentos de resolver el problema
ambiental consisten en luchas y compromisos entre diferentes facciones, alguna
de las cuales ascienden en un momento, otras en otro momento. La línea
de lucha cambia con la corriente actual de movimiento de la opinión del
público. Éste no es un proceso racional, ni tampoco es apto para
conducir a una solución conveniente y próspera al problema. Los
principales problemas sociales, si alguna vez son «resueltos»,
raramente o nunca lo son a través de un plan racional y comprensible.
Simplemente se resuelven por sí mismos a través de un proceso en
el que varios grupos competidores persiguiendo sus propios intereses
(normalmente de periodo corto) llegan (principalmente debido a la suerte) a
algún *modus vivendi
más o menos estable. (Los propios intereses no son necesariamente
intereses MATERIALES. Pueden consistir en realizar alguna necesidad psicológica,
por ejemplo, promover la ideología o religión propia.) De hecho,
los principios que formulamos en los párrafos 100-106 hacen parecer
dudoso que los planes sociales racionales de periodo largo puedan ser ALGUNA
VEZ prósperos.
138. Así queda claro que la raza humana tiene en el mejor
de los casos una capacidad muy limitada para resolver incluso problemas
sociales relativamente globales. ¿Entonces cómo va ha resolver el
problema mucho más difícil y sutil de reconciliar libertad y
tecnología? La tecnología presenta avances materiales bien
delimitados, mientras que la libertad es una abstracción que significa
cosas diferentes para gente diferente, y su pérdida es fácilmente
confundida por la propaganda y la charla imaginativa.
139. Y nótese esta importante diferencia: es concebible que
nuestros problemas ambientales (por ejemplo) puedan algún día
estabilizarse a través de un plan comprensivo y racional, pero si esto
pasa será porque está en el interés de periodo largo del
sistema el resolver estos problemas. Pero NO le interesa el preservar la
libertad o la autonomía de pequeños grupos. Por el contrario, le
importa tener bajo control el comportamiento humano en la extensión
más amplia posible. Una nota: al sistema le corresponde permitir en
algunas competencias un cierto grado de libertad prescrito. Por ejemplo, la
libertad económica (con convenientes limitaciones y prohibiciones) se ha
demostrado efectiva en la promoción del crecimiento económico.
Pero sólo la libertad planeada, circunscrita y limitada interesa al
sistema. La persona tiene que ser mantenida con una correa, incluso si la
correa es algunas veces larga (ver párrafos 94, 97). Así,
mientras consideraciones prácticas pueden forzarle a la larga a tomar
una aproximación racional y prudente ante los problemas ambientales,
iguales consideraciones prácticas le forzarán a regular el
comportamiento humano cada vez más de cerca (probablemente por medio de
medios indirectos que disfrazarán el avance sobre la libertad). Esto no
es simplemente nuestra opinión. Eminentes científicos sociales
(por ejemplo James Q. Wilson) han enfatizado la importancia de
«socializar» a la gente con más efectividad.
140. Esperamos haber convencido al lector de que el sistema no puede ser
reformado de tal manera como para reconciliar libertad y tecnología. La
única salida es librarnos del sistema tecnológico industrial en
su conjunto. Esto implica la revolución, no necesariamente un
levantamiento armado, pero ciertamente un cambio radical y fundamental en la
naturaleza de la sociedad.
141. La gente tiende a asumir que como una revolución
envuelve un mayor cambio de lo que lo hace una reforma, es más
difícil producirla. Realmente, bajo determinadas circunstancias, la
revolución es más sencilla que la reforma. La razón es que
un movimiento revolucionario puede inspirar una intensidad de compromiso que un
movimiento reformista no puede. Un movimiento reformista meramente ofrece
arreglar un problema social en particular. Un movimiento revolucionario ofrece
resolver todos los problemas de golpe y crear un nuevo mundo entero.
Proporciona la clase de ideal por el cual la gente correría grandes
riesgos y haría grandes sacrificios. Por esta razón sería
más fácil el derribar todo el sistema tecnológico que
poner restricciones efectivas y permanentes en el desarrollo de la
aplicación de cualquier segmento de tecnología, tal cómo
la ingeniería genética; bajo condiciones adecuadas un gran
número de gente se puede dedicar apasionadamente a una revolución
contra el sistema tecnológico-industrial. Tal y como señalamos en
el párrafo 132, los reformistas pretendiendo limitar ciertos aspectos de
la tecnología estarían trabajando para evitar un resultado negativo.
Pero los revolucionarios trabajan para ganar una recompensa poderosa y, por
eso, más duramente y más persistentemente que lo hacen los
reformistas.
142. La reforma está siempre restringida por el temor a las
consecuencias dolorosas si los cambios van demasiado lejos. Pero una vez la
fiebre revolucionaria ha tomado asidero en una sociedad, la gente
voluntariamente experimenta trabajo arduo ilimitado por la razón de su
revolución. Esto se vio claramente en las Revoluciones Francesa y Rusa. Puede ser que en tales casos sólo una
minoría de la población esté realmente comprometida, pero
esta minoría es suficientemente grande y activa como para convertirse el
la fuerza dominante en la sociedad. Tendremos más que decir sobre la
revolución en los párrafos 180-205.
CONTROL DEL COMPORTAMIENTO HUMANO
143. Desde el comienzo de la civilización, las sociedades organizadas
han tenido que presionar a los seres humanos a causa del funcionamiento del
organismo social. Los tipos de presión varían enormemente de una
sociedad a otra. Algunas son físicas (dieta pobre, trabajo excesivo,
polución ambiental), algunas son psicológicas (ruido,
hacinamiento, forzar el comportamiento humano al molde que la sociedad
requiere). En el pasado, la naturaleza humana ha sido aproximadamente
constante, o de cualquier modo ha variado sólo cerca de ciertos lindes.
Consecuentemente, las sociedades han sido capaces de empujar a la gente
sólo hasta ciertos límites. Cuando se sobrepasa el límite
de la resistencia humana, las cosas empiezan a ir mal: rebelión, o
crimen, o corrupción, o evasión del trabajo, o una tasa menguante
de nacimiento o alguna otra cosa, por lo que la sociedad también se
colapsa, o su funcionamiento se vuelve demasiado ineficiente o es
(rápidamente o gradualmente, a través de consecuencias, desgaste
o evolución) reemplazada por alguna otra forma más eficiente de
sociedad.
144. Así, la naturaleza humana ha puesto ciertos
límites en el pasado al desarrollo de las sociedades. La gente
podía ser empujada a un punto y no más allá. Pero hoy esto
puede estar cambiando, porque la tecnología moderna está
desarrollando formas de modificar a los seres humanos.
145. Imagina una sociedad que somete a la gente a condiciones que
los hacen terriblemente infelices, entonces les da drogas para quitarle su infelicidad.
¿Ciencia ficción? Ya está ocurriendo en cierta
extensión en nuestra sociedad. Es bien sabido que la tasa de depresiones
clínicas se ha incrementado enormemente en las décadas recientes.
Creemos que esto es debido al colapso del proceso de poder, como explicamos en
los párrafos 59-76. Pero incluso si estamos equivocados, el incremento
de la tasa de depresiones es ciertamente el resultado de ALGUNAS condiciones
que existen en la sociedad de hoy. En vez de extirpar las condiciones que hacen
que la gente esté deprimida, las sociedad
moderna les da drogas antidepresivas. En realidad, los antidepresivos son un
medio de modificar el estado interno de un individuo de tal manera que le
permita tolerar las condiciones sociales que de otra manera encontraría
intolerables. (Sí, sabemos que la depresión es con frecuencia de
origen puramente genético. Aquí nos estamos refiriendo a esos
casos en los que el medio juega un papel predominante).
146. Las drogas que afectan a la mente son sólo un ejemplo
de los métodos de control del comportamiento humano que la sociedad
moderna está desarrollando. Veamos algunos otros.
147. Para empezar, están las técnicas de vigilancia.
Las videocámaras ocultas se usan en la actualidad en la mayoría
de los almacenes y en otros muchos lugares, los ordenadores se usan para
recoger y procesar enormes cantidades de información sobre personas. La
información así obtenida aumenta enormemente la efectividad de la
coacción física (es decir *ley de aplicación). (Si piensas
que una ley de aplicación más efectiva es inequívocamente
buena porque suprime el crimen, entonces recuerda que el crimen como lo define
el sistema no es necesariamente lo que Tú llamarías crimen. Hoy
en día fumar marihuana es un «crimen», y, en algunos sitios
de EE.UU., también es la posesión de
una pistola sin registrar. Mañana, la posesión de CUALQUIER arma
de fuego, registrada o no, puede ser contemplado como delito, y lo mismo puede
suceder con métodos desaprobados de criar a los niños, tales como
los azotes. En algunos países, expresiones de disidencia política
son un crimen, y no hay certeza de que esto no ocurra en los EE.UU., ya que ninguna constitución o sistema
político dura para siempre. Si una sociedad necesita el establecimiento
de una ley de aplicación amplia y poderosa, entonces algo grave ocurre
con esa sociedad; tiene que haber gente sujeta a presiones severas si tantos se
niegan a seguir las reglas, o seguirlas sólo porque están
forzados. En el pasado muchas sociedades se las han arreglado con pocas o ninguna
ley de aplicación formal). También están los
métodos de propaganda, para los cuales los medios de comunicación
de masas proporcionan vehículos efectivos. Se han desarrollado
técnicas eficientes para ganar elecciones, vender productos, influir en
la opinión pública. La industria del entretenimiento sirve como
importante herramienta psicológica del sistema, posiblemente incluso
cuando se están repartiendo grandes cantidades de sexo y violencia. El
entretenimiento proporciona al hombre actual un medio de escape. Mientras es
absorbido por la televisión, los videos, etc. se puede olvidar la
tensión, la ansiedad, la frustración, la insatisfacción.
Mucha gente primitiva, cuando no tiene ningún trabajo que hacer, está
lo bastante contenta como para sentarse durante horas por un tiempo sin hacer
nada, porque están en paz consigo mismos y con su mundo. Pero la
mayoría de la gente moderna debe estar constantemente ocupada o
entretenida, de otro modo se «aburren», es decir se vuelven inquietos,
incómodos, irritables.
148. Otras técnicas golpean más profundamente que
las precedentes. La educación ya no es un simple asunto de darle una
colleja a un chaval cuando no se sabe la lección y de darle una
palmadita en la espalda cuando se la sabe. Se está convirtiendo en una
técnica científica para controlar el desarrollo del niño.
Los Centros de aprendizaje Sylvan, por ejemplo, han
tenido mucho éxito motivando a los niños al estudio y
también han usado técnicas psicológicas con más o
menos éxito en muchos colegios convencionales. Las técnicas de
«paternidad» que se enseñan a los padres están
diseñadas para hacer que los niños acepten los valores
fundamentales del sistema y se comporten de la manera que éste encuentra
deseable. Los programas de «salud mental», las técnicas de
«intervención», la psicoterapia y así sucesivamente
están ostensiblemente diseñadas para beneficiar a los individuos,
pero normalmente en la práctica sirven como métodos para inducir
a pensar y comportarse como el sistema requiere. (No hay ninguna contradicción
aquí; un individuo que sus actos o su comportamiento le llevan a un
conflicto con el sistema está en contra de una fuerza demasiado poderosa
como para conquistarla o escapar de ella, por tanto es probable que sufra tensión,
frustración, derrota. Su patología será mucho más
fácil si piensa y se comporta como desea el sistema. En este sentido se
está actuando en beneficio del individuo cuando se le lava el cerebro
para que esté conforme). Se desaprueba el abuso de niños en sus
formas más indecorosas y obvias, si no en todas, en la mayoría de
las culturas. Atormentar a un niño por ninguna razón o por una
sin importancia es algo que horroriza a casi todo el mundo. Pero muchos
psicólogos interpretan el concepto de abuso mucho más
extensamente. ¿Son los azotes, cuando se usan como parte de un sistema
de disciplina racional y consecuente, una forma de abuso? En última
instancia la respuesta será decidida por si los azotes tienden o no a
producir comportamientos que hagan a una persona encajar bien con el sistema
existente de sociedad. En la práctica la palabra «abuso»
tiende a ser interpretada para incluir cualquier método de criar
niños que produzca comportamientos inconvenientes para el sistema.
Así, cuando van más allá de la prevención de la
crueldad obvia y privada de sentido, los programas para prevenir el
«abuso de niños» son dirigidos hacia el control del
comportamiento humano por parte del sistema.
149. Presumiblemente, la investigación continuará
para incrementar la efectividad de las técnicas psicológicas de
control del comportamiento humano. Pero pensamos que es improbable que
sólo las técnicas psicológicas sean suficiente
para adaptar a los seres humanos a la clase de sociedad que la
tecnología está creando. Probablemente tendrán que usar
métodos biológicos. Ya hemos mencionado el uso de drogas en
relación con esto. La neurología puede proporcionar otros caminos
de modificación de la mente humana. La ingeniería genética
en seres humanos está ya empezando a darse en la forma de la
*»terapia de gen», y no hay razón para asumir que tales
métodos no serán usados a la larga para modificar aquellos
aspectos del cuerpo que afectan al funcionamiento mental.
150. Como mencionamos en el párrafo 134, la sociedad
industrial parece estar entrando en un periodo de severa tensión, en
parte a causa de los problemas del comportamiento humano y en parte debido a
los problemas económicos y ambientales. Y una proporción
considerable de estos dos últimos resultan de la manera en que se comportan
los seres humanos. La alienación, la baja autoestima, la
depresión, la hostilidad, la rebelión; niños que no
estudian, las bandas de jóvenes, el uso de drogas ilegales, el robo, el
abuso de niños, otros crímenes, el sexo inseguro, los embarazos
de adolescentes, el crecimiento de la población, la corrupción
política, el odio racial, la rivalidad étnica, el amargo
conflicto ideológico (por ejemplo pro-elección contra pro-vida),
el extremismo político, el terrorismo, el sabotaje, los grupos
antigubernamentales, los grupos de odio. Todo esto amenaza la sola
supervivencia del sistema. Por tanto se verá FORZADO a usar todos los
medios prácticos de control del comportamiento humano.
151. El colapso social que hoy vemos no es desde luego el
resultado del simple azar. Sólo puede ser el resultado de las
condiciones de vida que el sistema impone a la gente. (Hemos argumentado que la
condición más importante es el colapso del proceso de poder). Si
el sistema tiene éxito imponiendo suficiente control sobre el comportamiento
humano para asegurar su propia supervivencia, se habrá pasado un momento
crítico en la historia de la humanidad. Mientras antiguamente los
límites de la resistencia humana han impuesto límites al
desarrollo de las sociedades (tal como explicamos en los párrafos
143,144) la sociedad tecnológico-industrial será capaz de
traspasar esos límites modificando a los seres humanos, ya sea por
métodos psicológicos, biológicos o por ambos. En el
futuro, los sistemas sociales no estarán adaptados para ajustarse a las
necesidades de los seres humanos. En cambio, los seres humanos estarán
adaptados para ajustarse a las necesidades del sistema. Para ser exactos, las
sociedades pasadas han tenido medios de influenciar el comportamiento humano,
pero estos han sido primitivos y de baja efectividad comparados con los medios
tecnológicos que están desarrollándose ahora.
152. Hablando en general, el control tecnológico sobre los
seres humanos probablemente no será introducido con una intención
totalitaria ni siquiera a través de un deseo consciente de restringir la
libertad humana. Sin embargo, algunos psicólogos han expresado
públicamente opiniones indicando su desprecio a la libertad humana. Y el
matemático Claude Shannon
fue citado en Omni (agosto de 1987) diciendo
«visualizo un tiempo en el que seremos para los robots lo que los perros
son para los humanos, y yo estoy apoyando a las máquinas». Cada
nuevo escalón en la afirmación del control sobre la mente humana
será tomado como una respuesta racional a un problema al que se enfrente
la sociedad, tal como curar el alcoholismo, reducir la tasa de crimen o inducir
a la gente joven a que estudie ciencia e ingeniería. En muchos casos,
habrá una justificación humanitaria. Por ejemplo, cuando un
psiquiatra prescribe un antidepresivo a un paciente deprimido, le está
haciendo claramente un favor a esa persona. Sería inhumano negar la
droga a alguien que la necesita. Cuando los padres mandan a sus hijos a los
Centros de aprendizaje Sylvan para que sean
manipulados para que se entusiasmen con sus estudios, lo hacen desde la
preocupación del bienestar de sus hijos. Puede que algunos de estos
padres deseen que uno no tuviera que tener entrenamiento especializado para
conseguir un trabajo y que su niño no tuviera que sufrir un lavado de
cerebro para convertirse en un primo de los ordenadores. Pero,
¿qué pueden hacer? No pueden cambiar la sociedad, y su hijo puede
estar en el paro si no tiene ciertas destrezas. Así que lo mandan a Sylvan.
153. Así, el control sobre el comportamiento humano
será introducido no por la decisión calculada de las autoridades,
sino a través de un proceso de evolución social (evolución
RÁPIDA, de cualquier manera). El proceso será imposible de
resistir, porque cada avance, considerado en sí mismo, parecerá
beneficioso, o, al menos, el mal envuelto en hacer el avance parecerá
ser menor de lo que resultaría no hacerlo. (Ver párrafo 127). La
propaganda, por ejemplo, se usa para muchos propósitos buenos, tales
como desalentar el abuso a los niños o el odio racial. La
educación sexual es obviamente útil, a pesar de todo el efecto de
ésta (hasta el punto de que tiene éxito) es quitar la
formación de actitudes sexuales de la familia y ponerlas en las manos
del Estado, representado por el sistema de colegio público.
154. Supongamos que se descubre un rasgo biológico que
incrementa la probabilidad de que un niño crezca para ser un criminal, y
supongamos alguna clase de terapia genética que pueda extirpar ese
rasgo. Por supuesto, la mayoría de los padres cuyos hijos posean el
rasgo lo someterían a la terapia. Sería inhumano el hacerlo de
otra manera, puesto que el niño probablemente tendría una vida
miserable si creciera para ser un criminal. Pero muchas o la mayoría de
las sociedades primitivas tienen una tasa baja de crímenes en
comparación con la nuestra, aunque no tuvieran ni métodos de alta
tecnología para criar a los niños, ni sistemas crueles de
castigo. Ya que no hay razón para suponer que más hombres
modernos que primitivos han iniciado tendencias depredadoras, la alta tasa de
crímenes en nuestra sociedad tiene que ser debida a las presiones que
las condiciones modernas ponen en la gente, a las cuales muchos no pueden o no
podrán ajustarse. Así, un tratamiento diseñado para
extirpar tendencias criminales potenciales es, al menos en parte, una manera de
rediseñar a la gente para que ajusten a los requerimientos del sistema.
¡Esto no es ciencia ficción! Después de escribir este
párrafo encontramos un artículo en Scientific
American según el cual están
desarrollando activamente técnicas para identificar posibles futuros
criminales y para tratarlos con una combinación de medios
biológicos y psicológicos. Algunos científicos abogan
compulsivamente por la aplicación del tratamiento, que puede estar
disponible en el futuro próximo. (Ver «Buscando el Elemento
Criminal» por W. Wayt Gibbs,
Scientific American, marzo
1995). Puede que pienses que esto está bien porque el tratamiento
será aplicado a aquellos que puedan convertirse en criminales violentos.
Pero, por supuesto, no pararía ahí. Lo siguiente, un tratamiento
sería aplicado a aquellos que puedan convertirse en conductores
borrachos (también ponen en peligro la vida humana), igual luego a la
gente que azota a sus hijos, luego a los medioambientalistas
que sabotean equipamiento para la tala de árboles, en el futuro a
cualquiera que su comportamiento sea inconveniente para el sistema.
155. Nuestra sociedad tiende a considerar como una
«enfermedad» cualquier forma de pensamiento o comportamiento que es
inconveniente, y esto es creíble porque cuando una persona no ajusta en
el sistema se causa sufrimiento a ella misma así como problemas al
sistema. De esta manera la manipulación de un individuo para ajustarlo
se ve como una «cura» para una «enfermedad» y por tanto
como buena.
156. En el párrafo 127 señalamos que si el uso de un
nuevo artículo tecnológico es INICIALMENTE opcional,
necesariamente no SE MANTIENE como opcional, porque la nueva tecnología
tiende a cambiar de tal manera la sociedad que se vuelve difícil o
imposible para una persona el funcionar sin usar esa tecnología. Esto
también es aplicable a la tecnología del comportamiento humano.
En un mundo en el que la mayoría de los niños son lanzados a
través de un programa para entusiasmarlos por el estudio, unos padres se
verán prácticamente forzados a poner a su hijo a través de
tal programa, porque si no lo hacen, entonces el niño crecerá
para ser, hablando comparativamente, un ignorante, y por tanto, un parado. O
supongamos que se descubre un tratamiento biológico que, sin efectos
secundarios, gradualmente reducirá la tensión psicológica
de la que demasiada gente sufre en nuestra sociedad. Si una gran cantidad de
personas elige experimentar el tratamiento, entonces el nivel general de
tensión se reducirá, por lo que será posible para el
sistema incrementar las presiones que producen la tensión. Esto
conducirá a que más gente experimente el trata-miento y
así sucesivamente, por lo que en el futuro la tensión puede
convertirse en tan pesada que poca gente pueda sobrevivir sin sufrir el
tratamiento de reducción de la tensión. De hecho, algo como esto
parece haber pasado ya con una de las herramientas psicológicas
más importantes de nuestra sociedad para permitir a la gente el reducir
(o al menos escapar temporalmente) la tensión, llamados, entretenimientos
de masas (ver párrafo 147). Nuestro uso de ellos es
«opcional»: ninguna ley nos obliga a que veamos la
televisión, oigamos la radio, leamos revistas. Sin embargo los
entretenimientos de masas son un medio de escapar y de reducir la
tensión a los que muchos de nosotros nos hemos vuelto dependientes. Todo
el mundo se queja sobre la mala calidad de la televisión, pero casi todo
el mundo la ve. Unos pocos han dado un puntapié al habito de la
televisión, pero sería una persona rara la que pudiera pasar hoy
sin usar NINGUNA forma de entretenimiento de masa (sin embargo hasta hace
bastante recientemente en la historia de la humanidad la mayor parte de la
gente lo llevaba muy bien sin otro entretenimiento que el que cada comunidad
local creaba para sí misma). Sin la industria del entretenimiento el
sistema probablemente no hubiera sido capaz de poner impunemente en nosotros
tanta presión de producción de tensión como lo hace.
157. Asumiendo que sobreviva la sociedad industrial, es probable
que la tecnología adquiera a la larga algo próximo
al control completo sobre el comportamiento humano. Se ha establecido
más allá de cualquier duda racional que el pensamiento y el
comportamiento humano tienen unas importantes bases
biológicas. Como han demostrado los experimentadores, sentimientos tales
como el deseo, el placer, la cólera y el miedo pueden ser conectados y
desconectados mediante la estimulación eléctrica de las partes
apropiadas del cerebro. Dañando otras partes se pueden destruir
recuerdos o se pueden traer a la superficie mediante la estimulación
eléctrica. Las drogas pueden inducir alucinaciones o cambios de humor.
Puede haber o no un alma humana inmaterial, pero, si la hay, es claramente
menos poderosa que los mecanismos biológicos del comportamiento humano.
Puesto que, si ese no fuera el caso, entonces las investigaciones no
podrían manipular tan fácilmente los sentimientos y el
comportamiento humano con drogas y corrientes eléctricas.
158. Presumiblemente, no sería práctico que toda la gente
tuviera electrodos insertados en la cabeza para poder ser controlada por las
autoridades. Pero el hecho de que los pensamientos y los sentimientos humanos
estén tan abiertos a intervenciones biológicas muestran que esta
cuestión es principalmente un problema técnico; un problema de
neuronas, hormonas y moléculas complejas; la clase de asunto que es
accesible al ataque científico. Dada la marca destacada de nuestra
sociedad en resolver problemas técnicos, es abrumadoramente probable que
los grandes avances se harán en el control del
comportamiento humano.
159. ¿La resistencia del público prevendrá la
introducción del control tecnológico del comportamiento humano?
Seguramente, si hicieran un intento de introducir tal control de una sola vez.
Pero ya que será introducido a través de una larga secuencia de
pequeños avances, no habrá resistencia racional y efectiva. (Ver
párrafos 127, 132, 153).
161. Pero nos hemos adelantado en nuestra historia. Una cosa es desarrollar en
el laboratorio una serie de técnicas psicológicas o
biológicas para manipular el comportamiento humano y otra el integrar
estas técnicas dentro del funcionamiento de un sistema social. El
segundo problema es el más difícil de los dos. Por ejemplo,
mientras que las técnicas de educación psicológicas
funcionan indudablemente bastante bien en los «colegios
laboratorio» donde son desarrolladas, no es necesariamente fácil
el aplicarlas efectivamente a lo largo de nuestro sistema educativo. Todos
sabemos como son muchos de nuestros colegios. Los profesores están
demasiado ocupados quitando a los niños cuchillos y pistolas como para
someterlos a las últimas técnicas para convertirlos en primos de
los ordenadores. Así, a pesar de todos sus avances técnicos
referentes al comportamiento humano, el sistema hasta la fecha no ha sido notablemente
afortunado en controlar a los seres humanos. La gente cuyo comportamiento es
bastante bueno bajo el control del sistema son aquellos del tipo que puede ser
llamado «burgués». Pero hay un número creciente de
personas quienes de un modo u otro son rebeldes al sistema: sanguijuelas del
bienestar, bandas de jóvenes, cultistas, satanistas, nazis, medioambientalistas
radicales, milicianos, etc.
162. Actualmente, el sistema está ocupado en una lucha
desesperada para superar ciertos problemas que amenazan su supervivencia, entre
los cuales los más importantes son los del comportamiento humano. Si
prospera en adquirir el control suficiente sobre éste lo bastante
deprisa, probablemente sobrevivirá. De otra manera fracasará.
Pensamos que el problema será resuelto, lo más probable, dentro
de las próximas décadas, digamos de
163. Supongamos que el sistema sobrevive a la crisis de las
próximas décadas. Para entonces tiene que tener resuelto, o al
menos sometido a control, los principales problemas a los que se enfrenta, en
particular aquel de la «socialización» de los seres humanos;
esto es, hacer a la gente lo suficientemente dócil como para que su
comportamiento no lo amenace por más tiempo. Llevándose eso a
cabo, no parece que habría ningún nuevo obstáculo al
desarrollo de la tecnología, y presumiblemente avanzaría hacia su
conclusión lógica, que es el control total sobre todo en
164. No imagines que el sistema parará de desarrollar
nuevas técnicas para controlar a los seres humanos y a la naturaleza una
vez halla terminado la crisis de las próximas décadas y el
incremento del control no sea necesario por más tiempo para su
supervivencia. Al contrario, una vez hallan terminado
los tiempos duros, el sistema incrementará el control más
rápidamente, porque no le estorbarán las dificultades del tipo
que ha experimentado actualmente. La supervivencia no es el motivo principal
del control. Como explicamos en los párrafos 87-90, los técnicos
y los científicos continúan con su trabajo en gran parte como una
actividad sustitutoria, satisfacen su necesidad de
poder resolviendo problemas técnicos. Continuarán haciendo esto
con entusiasmo inmoderado y entre los problemas más interesantes y
desafiantes de resolver para ellos serán aquellos del entendimiento del
cuerpo y la mente humana e intervenir en su desarrollo. Por «el bien de
la humanidad», por supuesto.
165. Pero supongamos, por otra parte, que la tensión de las
décadas venideras pueda ser demasiado para el sistema. Si se colapsa
puede haber un periodo de caos, un «tiempo de problemas» tales como
aquellos que la historia ha experimentado en varias épocas en el pasado.
Es imposible predecir que surgirá de ese tiempo de problemas, pero, sea
como sea, a la raza humana se le dará una nueva oportunidad. El mayor
peligro es que la sociedad industrial pueda empezar a reconstituirse por
sí misma dentro de los primeros años después del colapso.
Desde luego habrá mucha gente (especialmente del tipo hambrientos de
poder) que estará ansiosa por volver a poner en marcha las
fábricas.
166. Por lo tanto aquellos que odian la servidumbre a la que el
sistema industrial está reduciendo a la raza humana se
enfrentarán a dos tareas. En primer lugar, tenemos que trabajar para
aumentar la tensión social dentro del sistema así como
incrementar la probabilidad de que se colapse o sea debilitado lo suficiente
para que una revolución contra él sea posible. En segundo lugar,
es necesario desarrollar y propagar una ideología que se oponga a la
tecnología y al sistema industrial. Tal ideología puede
convertirse en las bases de una revolución contra la sociedad industrial
siempre y cuando el sistema se debilite lo suficiente. Y tal ideología
ayudará a asegurar que, siempre y cuando la sociedad industrial se
colapse, sus restos sean hechos pedazos irreparables, por lo que no
podrá ser reconstruida. Las fábricas deben ser destruidas, los
libros técnicos quemados, etc.
SUFRIMIENTO HUMANO
167. El sistema industrial no se colapsará puramente como resultado de
una acción revolucionaria. No será vulnerable al ataque
revolucionario a no ser que sus propios problemas internos de desarrollo lo
lleven a dificultades muy serias. Por lo que si el sistema se colapsa lo
hará también espontáneamente o a través de un
proceso que es en parte espontáneo pero ayudado por los revolucionarios.
Si el colapso es repentino, mucha gente morirá, ya que la
población mundial se ha vuelto tan overblown
que no puede alimentarse a sí misma por más tiempo sin
tecnología avanzada. Incluso si el colapso es lo suficientemente gradual
para que la reducción de la población pueda suceder más a
través de la reducción de la tasa de nacimiento que a
través del ascenso de la tasa de muerte, el proceso de desindustrialización probablemente será muy
caótico e implicará mucho sufrimiento. Es ingenuo pensar que
probablemente la tecnología puede reducirse por etapas
arreglándoselas suavemente, de un modo ordenado, especialmente desde
entonces los tecnófilos lucharán
tercamente es cada escalón. ¿Por lo tanto es cruel trabajar para
el colapso del sistema? Puede, pero puede que no. En primer lugar, los
revolucionarios no serán capaces de colapsar el sistema a no ser que
éste ya esté con bastantes problemas para que haya una buena
oportunidad de su eventual colapso por si mismo de todas maneras; y cuanto
más crezca, más desastrosas serán las consecuencias del colapso,
por lo que puede ser que los revolucionarios, acelerando el comienzo,
estarán reduciendo la extensión del desastre.
168. Uno tiene que contrapesar el luchar y morir contra la
pérdida de la libertad y la dignidad. Para muchos de nosotros, la
libertad y la dignidad son más importantes que una vida larga o el
evitar el sufrimiento físico. Además, todos tenemos que morir
alguna vez y puede ser mejor morir luchando para sobrevivir, o por una causa,
que vivir una vida larga pero vacía y carente de sentido.
169. En tercer lugar, no es en absoluto cierto que la
supervivencia del sistema llevará a un menor sufrimiento de lo que lo
hará su colapso. El sistema ya ha causado, y continuará causando,
un sufrimiento intenso en todo el mundo. Las culturas antiguas que dieron a la
gente unas relaciones interpersonales y con su medio satisfactorias durante
cientos o miles de años, han sido hechas pedazos por el contacto con la
sociedad industrial, y el resultado ha sido un catálogo entero de
problemas económicos, ambientales, sociales y psicológicos. Uno
de los efectos de la intrusión de la sociedad industrial ha sido que
muchos de los controles tradicionales de la población en el mundo se han
desequilibrado, provocando la explosión demográfica, con todo lo
que implica. Además, hay un sufrimiento psicológico que
está extendido por todos los supuestamente afortunados países de
occidente (ver párrafos 44-45). Nadie sabe lo que pasará como
resultado de la reducción del ozono, del efecto invernadero y de otros
problemas ambientales que todavía no se pueden prever. Y, como la
proliferación nuclear enseñó, la nueva tecnología
no puede mantenerse fuera de las manos de dictadores y de las naciones
irresponsables del tercer mundo. Te gustaría especular sobre lo que Iraq o Korea del Norte
harán con la ingeniería genética.
170. «¡Oh!»
dicen los tecnófilos, «¡la ciencia
va ha arreglar todo eso! ¡Venceremos el hambre, eliminaremos el
sufrimiento psicológico, haremos a todo el mundo saludable y
feliz!» Sí, seguro. Eso es lo que dijeron hace 200 años. Se
supone que
EL FUTURO
171. Pero supongamos ahora que la sociedad industrial sobrevive las
próximas décadas y que los microbios a la larga salen del
sistema, por lo que funciona suavemente. ¿Qué clase de sistema
será? Consideremos algunas posibilidades.
172. Primero permítenos postular que los científicos
de ordenadores son afortunados desarrollando máquinas inteligentes que
pueden hacer todo mejor que los seres humanos. En ese caso presumiblemente todo
el trabajo lo harán enormes sistemas de máquinas altamente
organizadas y no será necesario ningún esfuerzo humano. Cualquiera
de los dos casos puede ocurrir. Se puede permitir a las máquinas que
tomen sus propias decisiones sin supervisión humana o se puede retener
el control humano de las máquinas.
173. Si se permite a las máquinas tomar sus propias
decisiones no podemos hacer ninguna conjetura hasta los resultados, porque es
imposible adivinar como se comportarán. Sólo señalamos que
la suerte de la raza humana estará a su merced. Se puede argumentar que
nunca será tan estúpida como para entregar todo el poder a las
máquinas. Pero no estamos sugiriendo que la raza humana voluntariamente
transfiera el poder a las máquinas ni que estas se apoderen de él
deliberadamente. Lo que sugerimos es que fácilmente se permita derivar a
una posición de tal dependencia que no tendría elección
práctica sino aceptar todas sus decisiones. Como la sociedad y los
problemas con que se enfrenta se vuelven más y más complejos y
las máquinas más y más inteligentes, la gente
dejará que tomen cada vez más decisiones por ellos, simplemente
porque éstas conducirán a mejores resultados que las hechas por
los seres humanos. A la larga se puede alcanzar una etapa en que las decisiones
necesarias para mantener el sistema en marcha serán tan complejas que
los seres humanos serán incapaces de tomarlas inteligentemente. En esa
etapa las máquinas poseerán el control efectivo. La gente no
podrá simplemente apagarlas, porque tendrán tal dependencia que
desenchufarlas equivaldría al suicidio.
174. Por otra parte es posible que se conserve el control humano
sobre las máquinas. En ese caso el hombre medio puede tener control
sobre ciertas máquinas propias, tales como su coche o su ordenador
personal, pero el control sobre grandes sistemas de máquinas
estará en las manos de una minúscula élite
simplemente como es hoy, pero con dos diferencias. Debido a la mejora de las
técnicas la élite tendrá mayor
control sobre las masas y, como no será necesario por más tiempo
el trabajo humano, las masas serán superfluas, una carga inútil
en el sistema. Si la élite es despiadada,
simplemente decidirán exterminarlas. Si son humanos, pueden usar
propaganda u otras técnicas psicológicas o biológicas para
reducir la tasa de nacimiento hasta que se extingan, dejando el mundo a la élite. O, si ésta consiste en liberales
bondadosos, pueden decidir desempeñar el papel de buenos pastores del
resto de la humanidad. Para esto, se encargarán de que todo el mundo
satisfaga sus necesidades físicas, que todos los niños se
críen bajo condiciones psicológicamente higiénicas, que
todo el mundo tenga una afición sana para mantenerlo ocupado y que
cualquiera que pueda estar insatisfecho reciba un «tratamiento»
para curar su «problema». Por supuesto, la vida estará tan
vacía de sentido que la gente tendrá que estar diseñada
biológica o psicológicamente, ya sea para extirpar su necesidad
por el proceso de poder o para hacerlos «sublimar» su impulso por
el poder en una afición inofensiva. Estos seres humanos diseñados
pueden ser felices en tal sociedad, pero desde luego la mayoría no
serán libres. Habrán sido reducidos a la categoría de animales
domésticos.
175. Pero supongamos ahora que los científicos de
ordenadores no son afortunados desarrollando la inteligencia artificial, por lo
que el trabajo humano seguirá siendo necesario. Aún así,
las máquinas cuidarán de cada vez más tareas simples por
lo que habrá un excedente de trabajadores humanos en los niveles
más bajos de habilidad. (Vemos que esto ya está pasando. Hay
bastante gente que encuentra difícil o imposible encontrar un trabajo,
porque por razones intelectuales o psicológicas no pueden adquirir el
nivel de entrenamiento necesario para hacerse útiles en el presente
sistema). Para aquellos que están empleados las exigencias irán
siempre en aumento: necesitarán más y más entrenamiento, más
y más habilidad, y tendrán que ser incluso más fieles,
conformistas y dóciles, porque serán cada vez más como
células de un organismo gigante. Sus tareas serán cada vez
más especializadas, por lo que su trabajo estará, en un sentido,
fuera de contacto con el mundo real, estando concentrados en una minúscula
porción de realidad. El sistema tendrá que usar cualquier medio
que pueda, sea psicológico o biológico, para diseñar a la
gente para ser dócil, para tener las habilidades que requiera el sistema
y «sublimar» su impulso por el poder en alguna tarea especializada.
Pero la afirmación de que la gente de tal sociedad tendrá que ser
dócil puede requerir reservas. Esta puede encontrar útil la
competitividad, siempre que se encuentren maneras de dirigirla dentro de
canales que sirvan a las necesidades del sistema. Imaginamos una sociedad
futura en la que hay una competición inacabable por la posición
de prestigio y poder. Pero muy poca gente alcanzará la cima, donde
está el verdadero poder. (Ver el final del párrafo 163). Una
sociedad en la cual una persona puede satisfacer su necesidad de poder
sólo empujando a gran cantidad de otra gente fuera del camino y
privándolos de SU oportunidad por el poder es muy repugnante.
176. Uno puede imaginar escenarios que incorporen aspectos de
más de una de las posibilidades que acabamos de tratar. Por ejemplo,
puede ser que las máquinas se encarguen de la mayoría del trabajo
que sea de importancia real y práctica, pero que se mantengan ocupados a
los seres humanos dándoles trabajos relativamente triviales. Se ha
sugerido, por ejemplo, que un gran desarrollo de las industrias de servicios
puede dar trabajo a los seres humanos. Así, la gente pasaría su
tiempo limpiándose los zapatos unos a otros, llevándose unos a
otros en taxi, haciéndose artesanía, esperando en la mesa de
otros, etc. Nos parece una manera profundamente despreciable de terminar, y
dudamos que mucha gente encuentre su vida realizante
en tal atareado trabajo sin sentido. Buscarán otras peligrosas salidas
(drogas, crimen, «cultos», grupos de odio) a no ser que
estén diseñados biológica o psicológicamente para
adaptarse a semejante clase de vida.
177. Huelga decir que los escenarios arriba esbozados no agotan
todas las posibilidades. Sólo indican la clase de resultados que nos
parecen más probables. Pero podemos imaginar escenarios
inverosímiles que son más aceptables que los que acabamos de
describir. Es arrolladoramente probable que, si el sistema
tecnológico-industrial sobrevive los próximos
178. El caso puede ser cualquier otro, pero es seguro que la
tecnología está creando un nuevo ambiente físico y social
radicalmente diferente al espectro de medios a los que la selección
natural ha adaptado a la raza humana física y psicológicamente.
Si el hombre no se adapta a ese nuevo ambiente, siendo rediseñado
artificialmente, entonces lo hará a través de un proceso largo y
doloroso de selección natural. Lo primero es bastante más
probable que lo segundo.
179. Sería mejor deshacerse de todo el fétido
sistema y aguantar las consecuencias.
ESTRATEGIA
180. Los tecnófilos nos están llevando
a un viaje totalmente imprudente a lo desconocido. Mucha gente entiende algo de
lo que el progreso tecnológico nos está haciendo sin embargo toma
una actitud pasiva porque piensa que es inevitable. Pero FC no piensa que lo
sea. Pensamos que se puede parar, y daremos aquí algunas indicaciones de
como arreglárselas para pararlo.
181. Como afirmamos en el párrafo 166, las dos tareas
principales para el presente son promover la tensión social y la
inestabilidad en la sociedad industrial y desarrollar y propagar una
ideología que se oponga a la tecnología y al sistema industrial.
Cuando el sistema esté suficientemente inestable y con tensión,
puede que sea posible una revolución contra la tecnología. El
modelo sería similar al de
182. Se objetará que
183. Pero una ideología, con objeto de ganar apoyo
entusiasta, tiene que tener un ideal positivo así como uno negativo;
tiene que estar A FAVOR de algo así como CONTRA algo. El ideal positivo
que proponemos es
184. La naturaleza hace de contraideal
perfecto a la tecnología por varias razones. La naturaleza
(aquélla que está fuera del poder del sistema) es lo opuesto de
la tecnología (que busca expandir infinitamente el poder de este). Mucha
gente estará de acuerdo con que la naturaleza es hermosa, desde luego
tiene un tremendo encanto popular. Los ambientalistas radicales YA sostienen
una ideología que exalta la naturaleza y se opone a la tecnología.
Una ventaja adicional de la naturaleza como contraideal
a la tecnología es que, en mucha gente, inspira la clase de reverencia
que está asociada con la religión, de modo que la naturaleza
quizá puede ser idealizada en bases religiosas. Es cierto que en muchas
sociedades la religión ha servido como soporte y justificación
del orden establecido, pero también es cierto que a menudo ha
proporcionado una base para la rebelión. Así, puede ser
útil introducir un elemento religioso en la rebelión contra la tecnología,
sobre todo porque hoy la sociedad occidental no tiene una base religiosa
fuerte. En nuestros días, también se usa como un soporte barato y
transparente para el egoísmo intolerante y miope (algunos conservadores
la usan de esta manera), o incluso es explotada cínicamente para hacer
dinero fácil (por muchos evangelistas), o ha degenerado a un
irracionalismo tosco (sectas protestantes fundamentalistas, «cultistas»), o está simplemente estancada
(catolicismo, línea principal del protestantismo). La cosa más
cercana a una religión fuerte, extendida y dinámica que occidente
ha visto en tiempos recientes ha sido la casi religión del izquierdismo,
pero hoy está fragmentado y no tiene finalidades claras, unificadas e inspiradas.
Así, hay un vacío religioso en nuestra sociedad que igual puede
llenarse por una religión enfocada en la naturaleza en oposición
a la tecnología. Pero sería un error intentar confeccionar
artificialmente una para llenar este papel. Algo semejante a una religión
inventada probablemente sería un fracaso. Tomemos la religión
«Gaía» por ejemplo. ¿Sus
partidarios creen REALMENTE en ella o simplemente están actuando? Si
están actuando, será al final un fracaso. Probablemente es mejor
no intentar introducir la religión en el conflicto de la naturaleza
contra la tecnología a no ser que REALMENTE creas en ella y encuentres
que despierta una respuesta profunda, fuerte y genuina en otra mucha gente. No
es necesario por el motivo de la naturaleza establecer alguna utopía
quimérica o ningún nuevo tipo de orden social. Ella cuida de
sí misma; fue una creación espontánea que existía
mucho antes que cualquier sociedad humana, y por incontables siglos muchas
sociedades humanas diferentes coexistieron con ella sin hacerle excesivo
daño. Sólo con
185. Y en cuanto a las consecuencias negativas de eliminar la
sociedad industrial bueno, no puedes comerte el pastel y al mismo tiempo
tenerlo. Para ganar una cosa tienes que sacrificar otra.
186. Mucha gente odia el conflicto psicológico. Por esta
razón odia cualquier pensamiento serio sobre cuestiones sociales
difíciles, y les gusta que tales asuntos les sean presentados en
términos simples: ESTO es todo bueno y AQUÉLLO es todo malo. Por
lo tanto, la ideología revolucionaria debe desarrollarse en dos niveles.
187. En el nivel más sofisticado debe dirigirse a personas
que sean inteligentes, pensativas y racionales. El objetivo debe ser crear un
núcleo de personas que se opondrían al sistema industrial con
bases racionales y sensatas, con total apreciación de los problemas y
ambigüedades implicadas, y el precio que hay que pagar para deshacerse del
sistema. Es particularmente importante atraer a gente de este tipo, ya que son
gente capaz y contribuirán a influir a otras. Esta gente debe ser
dirigida a un nivel tan racional como sea posible. Nunca deben deformarse los
hechos intencionadamente y debe eludirse el lenguaje inmoderado. Esto no quiere
decir que no se puede apelar a las emociones, pero se debe tener cuidado para
evitar falsificar la verdad o hacer alguna otra cosa que destruyera la
respetabilidad intelectual de la ideología.
188. En el segundo nivel, debe propagarse de una forma
simplificada que permita a la mayoría poco pensante ver el conflicto de
la tecnología contra la naturaleza en términos que no sean
ambiguos. Pero, incluso en este segundo nivel, la ideología no se debe
expresar en un lenguaje demasiado malo, inmoderado o irracional que aliene a
las personas del tipo pensativo y racional. Algunas veces la propaganda mala e
inmoderada alcanza ganancias de periodo corto impresionantes, pero será
más ventajoso a largo plazo el mantener la lealtad de un pequeño
número de personas inteligentes y comprometidas que despertar las
pasiones de una multitud poco pensante e inconstante que cambiará su
actitud tan pronto como alguien venga con un truco de mejor propaganda. De
cualquier manera, puede ser necesaria propaganda del tipo populacho entusiasta
cuando el sistema esté cerca del punto de colapsarse y haya una lucha
final entre ideologías rivales para determinar cuál se
convertirá en dominante cuando la vieja visión del mundo se
hunda.
189. Antes de esa lucha final, los revolucionarios no deben
esperar tener una mayoría de personas a su lado. La historia está
hecha por minorías activas y resueltas, no por la mayoría, que
rara vez tiene una idea clara y consistente de lo que realmente quiere. Hasta
que llegue el momento del empujón final para la revolución, la
tarea será menos ganar el apoyo superficial de la mayoría que el
construir un núcleo pequeño de gente profundamente comprometida.
Ya que para la mayoría, será suficiente el hacerles conscientes
de la existencia de la nueva ideología y recordárselo frecuentemente;
aunque por supuesto sería deseable tener un apoyo mayoritario hasta el
punto de que esto se pueda hacer sin debilitar al núcleo de gente
comprometida seriamente.
190. Cualquier clase de conflicto social ayuda a desestabilizar el
sistema, pero uno debe ser cuidadoso sobre la clase de conflicto que estimula.
La línea de conflicto se debe dibujar entre la masa de gente y la élite que sostiene el poder en la sociedad
industrial (políticos, científicos, ejecutivos de negocios de
alto nivel, funcionarios gubernamentales, etc.). NO se debe dibujar entre los
revolucionarios y la masa de gente. Por ejemplo, sería mala estrategia
el condenar a los americanos por sus hábitos de consumo. En vez, al
americano medio debe retratársele como a una víctima de los
anuncios de la industria de mercado, que lo han absorbido para comprar mucha
basura que no necesita y que es una compensación muy pobre a cambio de
su libertad perdida. Cualquier aproximación de
las dos es consecuente con los hechos. Es meramente una cuestión de
actitud si culpas a la industria publicitaria de manipular al público o
al público por permitir ser manipulado. Por una cuestión de
estrategia generalmente uno debe evitar culpar al público.
191. Uno se lo debe pensar dos veces antes de estimular cualquier
otro conflicto social que el de la élite que
sustenta el poder (la cual maneja la tecnología) y el público en
general (sobre los que la tecnología ejerce su poder). Por un lado,
otros conflictos tienden a distraer la atención del problema importante
(entre el poder de la élite y la gente normal,
entre la tecnología y la naturaleza); por otro lado, a la larga otros
conflictos pueden tender a estimular la tecnologización,
porque cada lado en tal conflicto quiere usar el poder tecnológico para
aventajar a su adversario. Esto se ve claramente en la rivalidad entre
naciones. También aparece en conflictos étnicos dentro de
éstas. Por ejemplo, en América muchos líderes negros
están ansiosos por ganar poder para los afroamericanos
situando personas negras en la élite
tecnológica. Los quieren ahí para que haya muchos funcionarios
gubernamentales, científicos y ejecutivos de corporaciones negros, y
así sucesivamente. En ese sentido, están ayudando a que la
subcultura afroamericana sea absorbida por el sistema
tecnológico. Hablando en general, uno debe estimular sólo
aquellos conflictos sociales que puedan encajar en el marco del conflicto del
poder de la élite contra la gente normal, de
la tecnología contra la naturaleza.
192. Pero la forma de oponerse al conflicto étnico NO es a
través de la militancia partidaria de los derechos de las
minorías (ver párrafos 21, 29). En vez, los revolucionarios deben
enfatizar que éstas también sufren más o menos
desventajas, y que son de una trascendencia periférica. Nuestro enemigo real
es el sistema tecnológico-industrial y en la lucha contra él las
distinciones étnicas no tienen importancia.
193. La clase de revolución que tenemos en mente no implica
necesariamente un alzamiento armado contra algún gobierno. Puede o no
suponer violencia física, pero no será una revolución POLÍTICA.
Su foco estará en la tecnología y en la economía, no en la
política. Se puede concebir (remotamente) que la revolución pueda
consistir sólo en un cambio masivo de actitudes hacia la tecnología
resultando en una desintegración relativamente gradual y sin dolor.
Pero, si esto pasa, seremos muy afortunados. Es bastante más probable
que la transición a una sociedad no tecnológica sea muy
difícil y esté llena de conflictos y desastres.
194. Probablemente los revolucionarios deben incluso EVITAR asumir poder
político, sea por medios legales o ilegales, hasta que el sistema
industrial tenga la suficiente tensión hasta un punto peligroso y haya
probado ser un fracaso a los ojos de mucha gente. Supongamos por ejemplo que
algún partido «verde» ganara el control del congreso de
Estados Unidos en una elección. Para evitar traicionar o aguar su propia
ideología deberían tomar medidas vigorosas para volver el
crecimiento económico en reducción económica. Al hombre medio
los resultados le parecerían desastrosos: habría paro masivo,
falta de comodidades, etc. Incluso si los peores efectos se pudieran evitar a
través de una administración superhumanamente
hábil, aún así la gente tendría que empezar a
renunciar a los lujos a los que se han vuelto adictos. Crecería la
insatisfacción, el partido «verde» sería echado del
despacho y los revolucionarios habrían sufrido un serio retraso. Por
esta razón no deben intentar adquirir poder político hasta que el
sistema se halla convertido en tal confusión que cualquier apuro será
visto como resultado del fracaso del sistema industrial y no de la
política de los revolucionarios. La revolución contra la
tecnología probablemente tendrá que ser desde fuera, una
revolución desde abajo no desde arriba.
195. La revolución tiene que ser internacional y mundial. No se puede
llevar a cabo en bases de nación por nación. Cuando se sugiere
que los Estados Unidos, por ejemplo, debe reducir el progreso
tecnológico o el crecimiento económico la gente se vuelve histérica
y empieza a gritar que, si nos quedamos atrás en tecnología, los
japoneses se pondrán por delante. ¡Santos robots! ¡El mundo
se saldrá de su órbita si los japoneses alguna vez venden
más coches que nosotros! (El nacionalismo es un gran promotor de la
tecnología). Más razonablemente, se discute que, si las naciones
relativamente democráticas se quedan atrás en tecnología
mientras las peligrosas naciones dictatoriales como China, Vietnam y Corea del
Norte continúan progresando, a la larga los dictadores pueden dominar el
mundo. Por esto es porque el sistema industrial debe atacarse en todas las
naciones simultáneamente, en la extensión en que esto sea
posible. Exacto, no hay garantía de que el sistema industrial se pueda
destruir aproximadamente al mismo tiempo en todo el mundo, y es incluso
concebible que en el intento de derrocar lo puede dirigirse en vez a ser
dominado por dictadores. Ese es el peligro que hay que correr. Y vale la pena
correrlo, ya que la diferencia entre un sistema industrial
«democrático» y uno controlado por dictadores es
pequeña, comparada con la diferencia entre un sistema industrial y uno
no industrial. La estructura tecnológica y económica de una
sociedad son bastante más importantes que su
estructura política a la hora de determinar la manera en que vive el
hombre medio. Ver párrafos 95, 119. Puede incluso discutirse que un
sistema industrial controlado por dictadores sería preferible, porque
normalmente se han demostrado ineficientes, por lo tanto presumiblemente es
más probable que se colapse. Mira Cuba.
196. Los revolucionarios pueden considerar una medida favorable que la
economía mundial tienda a atarse en un conjunto unificado. Acuerdos de
libre comercio como *NAFTA y GATT son probablemente perjudiciales a medio y
corto plazo, pero a largo plazo tal vez pueden ser ventajosos porque fomentan
la interdependencia económica entre naciones. Será más
fácil destruir el sistema industrial en bases mundiales si la
economía está tan unificada que el colapso en cualquier
nación principal lleve al colapso en todas las naciones
industrializadas.
197. Alguna gente toma la línea de que el hombre moderno tiene demasiado
poder, demasiado control sobre la naturaleza; pretenden una actitud más
pasiva por parte de la raza humana. En el mejor de los casos se están expresando
poco claramente, porque no distinguen entre el poder para las GRANDES
ORGANIZACIONES y el poder para las PERSONAS y los PEQUEÑOS GRUPOS. Es un
error pretender la impotencia y la pasividad, porque la gente NECESITA poder.
El hombre moderno como entidad colectiva ésta es, el sistema industrial
tiene un inmenso poder sobre la naturaleza, y nosotros (FC) consideramos esto
funesto. Pero las PERSONAS y los GRUPOS PEQUEÑOS DE PERSONAS actuales
tienen bastante menos poder del que nunca tuvo el hombre primitivo. Hablando en
general, el poder abrumador del hombre actual sobre la naturaleza se ejerce no
por las personas o por los pequeños grupos sino por grandes
organizaciones. Hasta el punto de que
198. Las personas y los grupos pequeños primitivos en realidad
tenían un poder considerable sobre la naturaleza, o puede que sea mejor
decir poder dentro de la naturaleza. Cuando el hombre primitivo necesitaba
comida sabía como encontrar y preparar raíces comestibles, como
seguir la pista a la caza y atraparla con armas hechas en casa. Sabía
como protegerse del calor, del frío, de la lluvia, de los animales
peligrosos, etc. Pero hizo relativamente poco daño a la naturaleza
porque el poder COLECTIVO de la sociedad primitiva era insignificante comparado
con el poder COLECTIVO de la sociedad industrial.
199. En vez de pretender la impotencia y la pasividad, uno debe argumentar que
el poder del SISTEMA INDUSTRIAL debe romperse, y que esto INCREMENTARÁ
ampliamente el poder y la libertad de las PERSONAS y los PEQUEÑOS
GRUPOS.
200. Hasta que el sistema industrial haya sido destruido minuciosamente,
ésta debe ser la úNICA finalidad. Otras
finalidades distraerían la atención y la energía de la
principal. Más importante, si los revolucionarios se permiten tener
cualquier otra finalidad, se verán tentados a usar la tecnología
como una herramienta para alcanzar esa otra finalidad. Si ceden a esa
tentación, caerán directamente en la trampa tecnológica,
porque la tecnología moderna es un sistema unificado y estrechamente
organizado, por lo que, con objeto de conservar ALGO de tecnología, uno
se encuentra obligado a conservar
201. Supongamos por ejemplo que los revolucionarios tomaran la «justicia
social» como finalidad. Siendo como es la naturaleza humana, la justicia
social no se daría espontáneamente, tendría que ser
forzada. Con este objeto los revolucionarios tendrían que retener las
organizaciones y el control central. Para eso necesitarían transporte
rápido de larga distancia y comunicación, y por tanto toda la
tecnología necesaria para sostenerlos. Para alimentar y vestir a la
gente pobre tendrían que usar tecnología agrícola y de
manufactura. Y así sucesivamente. Por lo que el intento de asegurar la
justicia social les forzaría a retener la mayor parte del sistema tecnológico.
No es que tengamos nada contra la justicia social, pero no debe permitirse que
interfiera en el esfuerzo de acabar con el sistema tecnológico.
202. Sería desesperado intentar atacar el sistema sin usar ALGUNA
tecnología moderna. Si nada más tienen que usar los medios de
comunicación para propagar su mensaje. Pero deben usar tecnología
moderna para UN sólo propósito: atacar el sistema
tecnológico.
203. Imagina un alcohólico sentado con un tonel de vino en frente.
Supón que empieza a decirse, «el vino no es malo si se usa con moderación,
porque pequeñas cantidades son incluso buenas...» Bueno ya sabes
lo que va a pasar. No olvides nunca que la raza humana es simplemente como un
alcohólico con un tonel de vino.
204. Los revolucionarios deben tener tantos niños como puedan. Hay una
fuerte evidencia científica de que las actitudes sociales son en una
extensión significativa heredadas. Nadie sugiere que una actitud social
es el resultado directo de la constitución genética de una
persona, pero parece que los rasgos de la personalidad son en parte heredados y
que algunos de ellos tienden, dentro del contexto de nuestra sociedad, a hacer
a una persona más probable de sostener esta o aquella actitud social. Se
ha planteado alguna objeción a estas recomendaciones, pero son
débiles y parecen estar motivadas ideológicamente. En cualquier
acontecimiento, nadie niega que como media los niños tienden
a sostener actitudes sociales similares a las de sus padres. Desde nuestro
punto de vista no importa mucho si las actitudes pasan genéticamente o a
través de la formación en la infancia. En cualquier caso pasan.
205. El problema es que mucha de la gente que está inclinada a rebelarse
contra el sistema industrial está también preocupada sobre el
problema de la población, por lo tanto creen oportuno tener pocos o
ningún niño. De esta forma pueden estar cediendo el mundo a gente
que mantiene o al menos acepta el sistema industrial. Para asegurar la
resistencia de la próxima generación de revolucionarios la actual
debe reproducirse abundantemente. Haciéndolo empeorará el
problema de la población sólo ligeramente. Y el problema
importante es acabar con el sistema industrial, porque una vez haya pasado la
población mundial necesariamente decaerá (ver párrafo
167); mientras, si el sistema industrial sobrevive, continuará
desarrollando nuevas técnicas de producción de comida que pueden
permitir a la población mundial incrementarse casi indefinidamente.
206. Respecto a la estrategia revolucionaria, en los únicos puntos en
los que insistimos absolutamente son que la única finalidad predominante
tiene que ser la eliminación de la tecnología moderna y que
ninguna otra finalidad puede permitirse que compita con esta. Para el resto, se
debe tomar una aproximación empírica. Si la experiencia indica
que alguna de las recomendaciones hechas en los párrafos precedentes no
va a dar buenos resultados, entonces se deben descartar.
DOS CLASES DE TECNOLOGÍA
207. Un argumento que probablemente se planteará contra nuestra
propuesta de revolución es que tiene el deber de fracasar, porque
(pretenden) a través de la historia la tecnología ha progresado
siempre, nunca lo ha hecho al revés, así la regresión
tecnológica es imposible. Pero esta pretensión es falsa.
208. Distinguimos entre dos clases de tecnología, que llamamos
tecnología de pequeña escala y tecnología dependiente de
organizaciones. La primera es la que pueden usar comunidades de pequeña
escala sin asistencia exterior. La segunda es la que depende de organizaciones
sociales de gran escala. No somos conscientes de casos significativos de
regresión de tecnología de pequeña escala. Pero en la
tecnología dependiente de grandes organizaciones Sí que hay
regresión cuando la organización social de la que depende se
colapsa. Ejemplo: Cuando el Imperio Romano cayó, su tecnología de
pequeña escala sobrevivió porque cualquier artesano inteligente
de una aldea podía construir, por ejemplo, una rueda de agua, cualquier
herrero hábil podía obtener acero por métodos romanos... y
así sucesivamente. Pero la tecnología dependiente de
organizaciones Sí que sufrió una regresión..Sus acueductos se desmoronaron y no se reconstruyeron
nunca. Se perdieron sus técnicas de construcción de calzadas. El
sistema romano de saneamiento urbano se olvidó, por lo que no se hizo
hasta tiempos más bien recientes el de las ciudades europeas igual a
aquél de la antigua Roma.
209. La razón de por qué la tecnología parece progresar
siempre es porque, puede que hasta un siglo o dos antes de
210. Por lo que está claro que si el sistema industrial
fuera una vez profundamente colapsado, la tecnología frigorífica
sería rápidamente perdida. Lo mismo pasaría con otras
tecnologías dependientes de organizaciones. Y una vez se hubiera perdido
por una generación o así llevaría siglos el reconstruirla,
simplemente como costó siglos el construirla la primera vez. Los libros
técnicos supervivientes serían pocos y dispersos. Y la sociedad
industrial, si fuera construida desde el principio sin ayuda externa,
sólo se podría hacer en una serie de etapas: necesitas
herramientas para hacer herramientas para hacer herramientas para hacer
herramientas... se requiere un largo proceso de desarrollo económico y
en la organización social. E, incluso en ausencia de una
ideología opuesta a la tecnología, no hay razón para
pensar que alguien estaría interesado en reconstruir la sociedad
industrial. El entusiasmo por el «progreso» es un fenómeno
particular de la forma moderna de sociedad, y parece no haber existido antes
del siglo XVII o por ahí.
211. En la última parte de
212. ¿Podría la sociedad A
EL PELIGRO DEL IZQUIERDISMO
213. Debido a su necesidad por la rebelión y por ser miembros de un
movimiento, los izquierdistas o las personas de tipo psicológico similar
son a menudo atraídos por movimientos de rebeldía o activistas
cuyos objetivos y miembros no son inicialmente izquierdistas. El resultado de
la entrada de izquierdistas puede, fácilmente, cambiar un movimiento no
izquierdista en uno izquierdista, por lo que las finalidades izquierdistas
reemplazan o cambian los objetivos iniciales del movimiento.
214. Para evitar esto, un movimiento que exalta la naturaleza y que se opone a
la tecnología, debe tomar un acuerdo contra los izquierdistas y debe
evitar la colaboración con estos. El izquierdismo está al fin y
al cabo en contradicción con la naturaleza salvaje, con la libertad
humana y con la eliminación de la tecnología moderna. El
izquierdismo es colectivista; está buscando vincular el mundo entero
(ambos, la naturaleza y la raza humana) en un todo unificado. Pero esto implica
el manejo de la naturaleza y de la vida humana por una sociedad organizada, y
requiere tecnología avanzada. No puedes tener el mundo unido sin medios
de transporte rápidos y sin comunicaciones, no puedes hacer que todo el
mundo se quiera sin técnicas psicológicas sofisticadas, no puedes
tener una «sociedad diseñada» sin la base tecnológica
necesaria. Además de todo, el izquierdismo está conducido por la
necesidad de poder, y el izquierdista requiere el poder en bases colectivistas,
a través de la identificación con un movimiento de masas o una
organización. El izquierdismo es inverosímil que nunca renuncie a
la tecnología, porque la tecnología es una fuente demasiado
valiosa del poder colectivo.
215. El anarquista también busca el poder, pero lo busca en bases
individuales o de pequeños grupos; quiere que estos sean capaces de
controlar las circunstancias de sus propias vidas. Se opone a la
tecnología porque hace que pequeños grupos dependan de grandes
organizaciones. Esta declaración se refiere a un determinado tipo de anarquismo.
Una amplia variedad de actitudes sociales han sido llamadas
«anarquistas», y puede ser que muchos que se consideran anarquistas
no acepten esta declaración. Debe ser apuntado, por otra parte, que hay
un movimiento anarquista no-violento cuyos miembros probablemente no aceptan a
FC como anarquista y seguro que no aprobarán nuestros métodos
violentos.
216. Algunos izquierdistas podría parecer que se oponen a la
tecnología, pero sólo se opondrán mientras sean intrusos y
el sistema tecnológico esté controlado por no izquierdistas. Si
alguna vez el izquierdismo dominase la sociedad, por lo que el sistema
tecnológico se convirtiera en una herramienta es sus manos, lo
usarían entusiastamente y promocionarían su crecimiento. Haciendo
esto estarían repitiendo el patrón que el izquierdismo ha
enseñado una y otra vez en el pasado. Cuando en Rusia los bolcheviques
eran intrusos, se oponían vigorosamente a la censura y a la
policía secreta, defendían la autodeterminación de las
minorías étnicas, etc; pero tan pronto
como tomaron el poder, impusieron una censura implacable y crearon una
policía secreta más dura que ninguna de las que existiera bajo
los zares y oprimieron a las minorías étnicas al menos tanto como
lo hicieron estos. En los Estados Unidos, hace un par de décadas cuando
eran una minoría en nuestras universidades, los profesores izquierdistas
eran los que proponían vigorosamente la libertad académica, pero
hoy, en aquellas universidades donde han pasado a ser mayoría, se han
visto preparados para quitar al resto la libertad académica. (Esto es
«corrección política»). Lo mismo ocurrirá con
los izquierdistas y la tecnología: la utilizarán para oprimir a
los demás si alguna vez cae bajo su propio control.
217. En las revoluciones recientes, los izquierdistas más hambrientos de
poder, repetidamente, han colaborado primero con los revolucionarios no
izquierdistas, tanto como con los izquierdistas de una inclinación
más libertaria, y más tarde los han engañado para agarrar
ellos el poder. Esto lo hizo Robespierre en
218. Diversos pensadores han señalado que el izquierdismo es un tipo de
religión. No lo es en el estricto sentido de la palabra porque esta
doctrina no postula la existencia de ningún ser supranatural.
Pero para los izquierdistas, su doctrina juega el mismo papel
psicológico que para mucha gente la religión. NECESITAN creer en
el izquierdismo, juega un papel vital el su economía psicológica.
Sus creencias no son fácilmente modificables por la lógica o por
los hechos. Tienen una profunda convicción de que es moralmente Correcto
con una C mayúscula y que no sólo tiene el derecho sino el deber
de imponer su moral a todo el mundo. (De todos modos, mucha de la gente a la
que nos referimos como «izquierdistas» no piensan
en sí mismos como tales y no describirían su sistema de creencias
como izquierdismo. Usamos este término porque no encontramos uno
más apropiado para designar el amplio espectro de creencias que incluya
a los movimientos feministas, a los derechos de los homosexuales, a la
corrección política, etc., y porque estos movimientos tienen una
fuerte afinidad con la vieja izquierda). (Ver párrafos 227-230).
219. El izquierdismo es una fuerza totalitaria. Dondequiera que esté en
una posición de poder tiende a invadir toda parcela privada y fuerza a
todo pensamiento a un molde izquierdista. En parte es por el carácter
casi religioso de este, todo lo que sea contrario a sus creencias representa el
Pecado. Más importante, el izquierdismo es una fuerza totalitaria debido
al impulso por el poder de sus seguidores. Busca satisfacer su necesidad por el
proceso de poder a través de la identificación con un movimiento
social y trata de atravesar el proceso de poder ayudando a perseguir y
conseguir las finalidades del movimiento (ver párrafo 83). Pero no
importa lo lejos que llegue el movimiento consiguiendo su objetivo, el
izquierdista nunca está satisfecho, porque su activismo es una actividad
sustitutoria (ver párrafo 41). Esto es, su
verdadero motivo no es conseguir las ostensibles finalidades del izquierdismo;
en realidad está motivado por el sentido de poder que obtiene luchando
por una finalidad social y luego vomitarla. Muchos están motivados
también por la hostilidad, pero ésta probablemente resulta en
parte de una necesidad de poder frustrada. Consecuentemente, no está
nunca satisfecho con lo conseguido, su necesidad por el proceso de poder le
conduce siempre a perseguir algún nuevo fin. Quiere igualdad de
oportunidades para las minorías. Cuando está conseguido insiste
en igualdad estadística de éxito para las minorías. Y
mientras alguien albergue en algún rincón de su mente una actitud
negativa hacia alguna minoría, tendrá que reeducarlo. Y las
minorías étnicas no son suficiente, a
nadie se le puede permitir el tener una actitud negativa hacia los
homosexuales, la gente discapacitada, gorda, vieja, fea, etc. No es suficiente
que el público esté informado sobre los riesgos de fumar, tiene
que ser estampado un aviso en cada paquete de cigarrillos, tienen que restringirse
o ser prohibidos los anuncios de cigarrillos. Los activistas no estarán
nunca satisfechos hasta que el tabaco esté fuera de la ley, y
después de eso será el alcohol, después la comida basura,
etc. Han luchado contra los brutales abusos a niños, lo que es
razonable. Pero ahora quieren parar todo castigo físico. Cuando hayan
hecho eso querrán prohibir alguna otra cosa que consideren malsana,
luego otra cosa y luego otra. Nunca estarán satisfechos hasta que tengan
control total sobre las prácticas de educación de los
niños. Y luego se moverán a alguna otra causa.
220. Supongamos que pides a un izquierdista hacer una lista de TODAS las cosas
que están mal en la sociedad y luego supongamos que instituyes todos los
cambios que demandan. Es seguro que después de un par de años la
mayoría de los izquierdistas encontrarán algo nuevo sobre lo que
protestar, algún nuevo «mal» social que corregir porque, una
vez más, están menos motivados por la angustia de las
enfermedades de la sociedad que por la necesidad de satisfacer su impulso por
el poder imponiendo sus soluciones en esta.
221. Debido a las restricciones emplazadas en sus pensamientos y
comportamientos por su alto grado de socialización, muchos izquierdistas
del tipo sobresocializado no pueden perseguir el
poder de la manera en que lo hace otra gente. Para ellos el impulso por el
poder sólo tiene una salida moral aceptable, y esa es la lucha para
imponer su moral a todo el mundo.
222. Los izquierdistas, especialmente del tipo sobresocializado,
son Verdaderos Creyentes en el sentido del libro de Eric Hoffer,
El Verdadero Creyente. Pero no todos los Verdaderos Creyentes son del mismo
tipo psicológico que los izquierdistas. Presumiblemente, un Verdadero
Creyente nazi, por ejemplo, es psicológicamente muy diferente al
Verdadero Creyente izquierdista. Debido a su capacidad de devoción a una
sola causa, los Verdaderos Creyentes son útiles, puede que un
ingrediente necesario, de todo movimiento revolucionario. Esto presenta un
problema que debemos reconocer no sabemos como tratar. No estamos seguros de
como aprovechar las energías del Verdadero Creyente para una
revolución contra la tecnología. En el presente, todo lo que
podemos decir es que ningún Verdadero Creyente hará un buen
enganche a la revolución, a no ser que su compromiso sea exclusivamente
a la destrucción de la tecnología. Si está comprometido
también con otra idea, puede que quiera usar la tecnología como
una herramienta para perseguir otro ideal (ver párrafos 220, 221).
223. Algunos lectores pueden decir, «este asunto sobre el izquierdismo es
un montón de mierda. Conozco a Jhon y a Jane
que son izquierdistas y no tienen todas estas tendencias totalitarias».
Es completamente cierto que muchos, incluso posiblemente una mayoría numérica,
son gente decente que creen sinceramente en la tolerancia de otros valores
(hasta cierto punto) y no quieren utilizar métodos arbitrarios para
conseguir sus finalidades sociales. Nuestras observaciones sobre el
izquierdismo no son por término medio aplicables a toda persona
izquierdista, pero sí sirven para describir el carácter general
del movimiento. Y este carácter general no tiene que estar
necesariamente determinado por las proporciones numéricas de las
distintas clases de personas comprometidas en dicho movimiento.
224. La gente que asciende a una posición de poder en los movimientos
izquierdistas tienden a ser los más ávidos de éste porque
el tipo de personas deseosa de poder son aquellas que luchan más
duramente para llegar a ellas. Cuando los ávidos de poder han tomado el
control, hay muchos izquierdistas de una ralea más moderada que
desaprueban interiormente muchas de las acciones de los jefes, pero no pueden
oponerse a ellas. NECESITAN su fe en el movimiento, y por no poder renunciar a
ésta prosiguen con los jefes. Es verdad, ALGUNOS izquierdistas tienen el
valor de oponerse a las tendencias totalitarias que surgen, pero generalmente
pierden, porque los ávidos de poder están mejor organizados, son
más despiadados y maquiavélicos y se han ocupado de construirse
una base de poder sólida.
225. Este fenómeno apareció claramente en Rusia y en otros
países en los que tomaron el poder los izquierdistas. De igual manera,
antes del fracaso del comunismo en
226. Así el hecho de que muchas personas izquierdistas sean
personalmente moderadas y bastante tolerantes no previene al izquierdismo como
conjunto de tener tendencias totalitarias.
227. Nuestra discusión del izquierdismo tiene una debilidad seria.
Estamos aún lejos de aclarar lo que queremos decir con la palabra
«izquierdista». No parece que podamos hacer mucho sobre esto. Hoy
el izquierdismo está fragmentado en todo un espectro de movimientos
activistas. Sin embargo, no todos tienen esta tendencia y algunos movimientos
(por ejemplo los medioambientalistas radicales)
parecen incluir ambas personalidades, del tipo izquierdista y enteramente no
izquierdistas, los cuales deben discernir mejor antes que colaborar con los
primeros. Variedades de izquierdistas se convierten gradualmente en variedades
de no izquierdistas y nosotros mismos estaríamos a menudo en
dificultades para decidir si una persona dada es o no un izquierdista. Hasta el
punto de que en absoluto está definida, nuestra concepción
está explicada por la discusión que hemos presentado en este
artículo, y sólo podemos aconsejar al lector que use su propio
juicio para decidir quién es un izquierdista.
228. Pero será de ayuda el catalogar algunos criterios para
diagnosticarlo. Estos no pueden ser aplicados de una manera tajante. Algunas
personas pueden reunir algunos de los criterios sin ser izquierdistas, algunos
izquierdistas pueden no reunir ninguno de los criterios. De nuevo, sólo
tienes que usar tu juicio.
229. El izquierdista está orientado hacia un colectivismo a gran escala.
Enfatizamos la obligación del individuo de servir a la sociedad y la
obligación de la sociedad de cuidar del individuo. Tiene una actitud
negativa hacia el individualismo. A menudo usa un tono moralista. Tiende a
estar por el control de armas, la educación sexual y otros
métodos psicológicos de educación «ilustrada»,
por el planteamiento, la acción afirmativa, el multiculturalismo. Tiende
a identificarse con las víctimas. Tiende a estar contra la
competición y la violencia, pero encuentra excusas para aquellos
izquierdistas que usan la violencia. Le gusta mucho usar tópicos
corrientes de la izquierda como «racismo», «sexismo»,
«homofobia», «capitalismo»,
«imperialismo», «neocolonialismo»,
«genocidio», «cambio social», «responsabilidad
social». Puede que el mejor diagnóstico es la
característica de tender a simpatizar con los siguientes movimientos:
feminismo, derechos de los homosexuales, minorías étnicas y
discapacitados, derechos de los animales, corrección política.
Cualquiera que simpatice con fuerza con TODOS estos movimientos es casi con
certeza un izquierdista. Es importante el entender que queremos decir alguien
que simpatice con estos MOVIMIENTOS tal y como existen hoy en nuestra sociedad.
Uno que crea que las mujeres, los homosexuales, etc., deben tener derechos
igualitarios no es necesariamente un izquierdista. Los movimientos feministas,
por los derechos de los homosexuales, etc., que existen en nuestra sociedad
tienen un tono ideológico particular que caracteriza al izquierdismo y,
si uno cree, por ejemplo, que la mujeres deben tener derechos igualitarios no
se sigue necesariamente que uno tiene que simpatizar con el movimiento feminista
tal y como existe en la actualidad.
230. Los izquierdistas más peligrosos, que son, aquellos que
están más hambrientos de poder, están frecuentemente
caracterizados por la arrogancia o por un enfoque dogmático de la
ideología. No obstante, los más peligrosos de todos pueden ser
ciertos tipos sobresocializados quienes evitan
despliegues irritantes de agresividad y se refrenan de hacer publicidad de su
izquierdismo, pero trabajan rápido y discretamente promoviendo valores
colectivistas, técnicas psicológicas
«ilustradas» para socializar a los niños, la dependencia del
individuo al sistema, y todo eso. Estos *cripto-izquierdistas
(como los podemos llamar) están próximos a ciertos tipos
burgueses en lo que ataña a acciones prácticas, pero difieren de
ellos en psicología, ideología y motivación. El
burgués corriente intenta llevar a la gente bajo el control del sistema
para proteger su modo de vida, o lo hace simplemente porque sus actitudes son
convencionales. El cripto-izquierdista intenta llevar
a la gente bajo el control del sistema porque es un Verdadero Creyente en una
ideología colectivista. Se diferencia del izquierdista medio del tipo sobresocializado por el hecho de que su impulso de
rebeldía es más débil y está más firmemente
socializado. Se diferencia del burgués corriente bien socializado por el
hecho de que hay una profunda carencia en su interior que le hace necesario
consagrarse a una causa y sumergirse en una colectividad. Y puede que su
impulso (bien subliminado) por el poder sea
más fuerte que aquel del burgués medio.
NOTA FINAL
231. A lo largo de este artículo, hemos hecho declaraciones imprecisas,
otras que debían tener toda clase de calificaciones y salvedades
adjuntas a ellas y algunas otras, pueden ser terminantemente falsas. A falta de
suficiente información y por la necesidad de la brevedad se nos hace
imposible formular nuestras afirmaciones más precisamente o
añadir todas las calificaciones necesarias. Y, por supuesto, en una
discusión de esta naturaleza uno tiene que confiar excesivamente en un
juicio intuitivo y eso algunas veces puede estar mal. Por lo que no pretendemos
que este artículo exprese más que una ruda aproximación a
la verdad.
232. Con todo, estamos razonablemente seguros de que el boceto general del
cuadro que hemos pintado es más o menos correcto. Hemos retratado al
izquierdismo en su forma moderna como un fenómeno peculiar de nuestro
tiempo y como síntoma del colapso del proceso de poder. Pero
posiblemente podemos estar equivocados sobre esto. Los tipos sobresocializados que intentan satisfacer su impulso por el
poder imponiendo su moralidad a todo el mundo ciertamente han estado dando
vueltas desde hace tiempo. Pero PENSAMOS que el papel decisivo jugado por los
sentimientos de inferioridad, la baja autoestima, la impotencia, la
identificación con las víctimas de gente que no son
víctimas, es una peculiaridad del izquierdismo moderno. La
identificación con las víctimas de gente que no son
víctimas se puede ver en cierta extensión en el izquierdismo del
siglo XIX y en el cristianismo primitivo pero, hasta donde lo podemos explicar,
los síntomas de baja autoestima, etc., no eran casi tan evidentes en
estos movimientos, o en ningún otro, como lo son en el izquierdismo
moderno. Pero no estamos en una posición como para alegar con seguridad
que ninguno de dichos movimientos haya existido antes junto al izquierdismo
moderno. Esta es una pregunta significativa a la que los historiadores
deberían prestar su atención.
NOTAS
2. «Broad» en el original.
3. Amish: movimiento que nació en Suiza en
1525 con los menonitas, otro grupo
religioso, bajo la influencia de Martín Lutero.
El nombre «amish» procede de Jacob
Amman, un líder religioso del siglo XVII, que señalaría
determinados preceptos
concretos que marcarían las diferencias entre amish
y los demás cristianos. Llegaron
a América en 1720.
4. Existencialismo: doctrina filosófica contemporánea que trata
de fundar el conocimiento
de toda realidad sobre la experiencia inmediata de la existencia propia. Sus
problemas arrancan del ser humano mismo, no de cuanto le envuelve. Algunos
existencialistas son Kierkegaard, Heidegger,
Jaspers, Sartre, Marcel,
etc.
5. Sistema de franquicia: exención total o parcial que se concede a una
persona para
no pagar derechos por las mercancías que introduce o extrae, o por el
aprovechamiento
de algún servicio público.
6. Bridge: juego de cartas.
7. Kuomintang: en el dialecto chino de Pekín,
partido popular nacionalista.
8. Tautología: repetición de un mismo pensamiento expresado de
distintas maneras.
9. Eugenesia: aplicación de las leyes biológicas de la herencia
al «perfeccionamiento»
de la especie humana.
10. Modus vivendi: modo de
vivir, base o regla de conducta, arreglo, ajuste o
transacción entre dos partes.
11. Terapia de gen: tratamiento mediante la manipulación
genética.
13. G.A.T.T.: siglas de General Agreement
on Tariffs and Trade (Acuerdo General
sobre Aranceles y Comercio).