LA
GUERRILLA ANTIFRANQUISTA EN SABERO.
Resumen del libro "La guerrilla antifranquista en León (1936-1951) de Secundino Serrano. Junta de Castilla y León. Consejería de Educación y Cultura. 1986.
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Los primeros grupos de
huidos.
Pese a que su formación era anterior, como se ha escrito, fue a partir del año 1940 cuando empezaron a conocerse los primeros grupos, que eran básicamente tres: el de Sabero, encabezado por Ramiro de Cabo Arenas Ramirón (Vozmediano, 1903), minero, socialista... (Condenado a 30 años a raíz de la revuelta de 1934). ...Una serie de hombres, todos combatientes en el frente asturiano, se unirán a los tres grupos, reuniéndose por cuestiones de vecindad e ideológicas. Hacia 1940 el grupo más numeroso era el dirigido por Ramirón, que tenía como segundo a Calixto López Abad (Olleros, 1914), minero, cenetista, apodado Zara, Zaranda y Zarandona. Les acompañaban, entre otros, Pedro Ardides Carrera El Francés (Llanes-Asturias, 1902), Madruga, Inocencio y Manuel Díez Ferreras (Llamas de Colle, 1919 y 1916), Cayo Cachán Pardo El Jamonón (Villacelama, 1912), Policarpo González Presa Pistolas (y también Pelirón), Francisco Suárez Salvador El Químico (Saelices de Sabero) y Jesús Monje González (Olleros, 1901). Todos ellos de profesión mineros y la mayor parte, cenetistas... La tónica general de los tres grupos era la supervivencia y el deseo general de huir al extranjero. Por tanto, se limitaban a conseguir alimentos de los rebaños de la zona, de algún asalto y, sobre todo, gracias a familiares y amigos. Al grupo de Sabero se le atribuyó la muerte de Agustín García Valladares, hecho acaecido el 17 de octubre de 1941. Tuvo la partida, a su vez, las bajas de Pedro Ardides Carrera El Francés y Madruga. En la partida se iba a producir inmediatamente la primera fisura importante al surgir dos tendencias: la primera, partidaria de la actitud pasiva, encabezada por Ramirón, y la segunda, favorable a una mayor combatividad, encabezada por Calixto López Abad. Ramirón, derrotadas sus tesis, se retiró del monte, escondiéndose: moriría poco después de muerte natural. Un privilegio entre los huidos. López Abad rehízo el grupo y empezó seguidamente a dar golpes económicos por la zona de Sabero, Boñar, Cistierna, etcétera, llegando incluso hasta Santander y Palencia (Guardo y Saldaña, sobre todo). También se desplazaron ocasionalmente a la comarca de Sahagún de Campos. Desde sus bases en los montes de Pardomino, cerca de Vozmediano, el grupo iniciará acciones de represalia contra falangistas, más económicos que cruentos. Fidel Tejerina Ibáñez (La Uña) empezará a actuar por su cuenta en compañía de los hermanos Bercero, Felipe y Ovidio García Valladares... La característica de las tres partidas seguía siendo la supervivencia (finales de 1941), con las acciones necesarias para poder llevar adelante su intento de escapar fuera del país. Evitaban los enfrentamientos con las fuerzas de represión, ya que cualquier muerte por parte de la fuerza pública habría aumentado notablemente la represión contra los huidos. El medio geográfico era, por lo demás, especialmente propicio para la subsistencia. La Cordillera Cantábrica, y especialmente los Picos de Europa, conforman una orografía agreste... IV Congreso de la Federación de guerrillas. ...Aunque César Ríos contacto con Fidel Ibáñez Tejerina, un huido del nordeste leonés, y quedó ratificado el acuerdo, en la práctica la Federación no conseguirá aglutinarlos, entre otras razones porque la distancia dificultaba los contactos y los huidos de Boñar no tenían demasiadas inclinaciones por la guerrilla organizada. Además, Tejerina por esas fechas ya se había escindido de una de las partidas más importantes del nordeste, la de Calixto López Abad Calixto, y se dedicaba a practicar una forma de bandolerismo con escasas connotaciones políticas... El nordeste: Guerrilleros sin guerrilla. En el año 1942 existían en el nordeste leonés tres partidas consolidadas, dirigidas por los Arias, Calixto López Abad y San Pedro, y un minúsculo grupo autónomo aglutinado en torno a Tejerina. Después de algunas reuniones entre los tres primeros grupos -Tejerina operaba por libre y próximo al bandolerismo-, optaron por delimitar el espacio en el que cada uno de ellos debía ejercer una suerte de "soberanía". A los Arias les fue asignada la franja existente entre los ríos Porma y Torío, con base en la Mata de la Bérbula y centro en la Vecilla; la de Calixto López Abad Zara se encargó del espacio que hay entre los ríos Porma y Esla, con base en Vozmediano y centro en Sabero, y, finalmente, la de San Pedro se situó entre los ríos Bernesga y Torío. La división se mantendría hasta el final de los huidos... Los tres grupos unidos iban a dar asaltos en muchos de los pueblos de la comarca: Boñar, Pesquera, Plazuelo de Boñar, Lois, etc. Pero la acción que tendría una mayor repercusión popular sería el secuestro y posterior muerte de Manuel Zapico Arriola, ingeniero agrónomo de la Diputación, director de la Fundación Chicarro - Canseco - Banciella, y miembro de una de las familias más pudientes de la provincia. En contra de lo que se ha escrito, en el hecho no participaron las tres partidas, y tampoco lo hizo Manuel Ramos Rueda. La acción posiblemente fuera planificada por Secundino Rodríguez El Practicante, auxiliado por elementos ajenos a los huidos que conocían los hábitos de Zapico Arriola. La acción fue realizada por el grupo de Sabero con incorporaciones de algunos elementos de la partida de los Arias. Arriola fue secuestrado en su finca de Santibáñez de Porma el día 29 de septiembre de 1945, pidiéndose a la madre dos millones por el rescate, una cifra muy alta para la época. La madre de Arriola, que no disponía en efectivo de la suma, se dirigió a una entidad bancaria leonesa, que comunicó a la polcía el hecho. Las autoridades policiales decidieron que no se pagara el rescate, y diseñaron una estrategia para conseguir la detención de los secuestradores. Disfrazados de mujer, un capitán de la Guardia Civil y dos guardias fueron al encuentro de los huidos. A la altura de la finca conocida como el Carrizal les salieron al paso tres hombres vestidos de guardias civiles. Todos se dieron cuenta del engaño mutuo y se inició, seguidamente, un tiroteo en el que cayó abatido Francisco Suárez Salvador El Químico y un miembro de la Benemérita resultó herido. Los demás huidos, que observaban la operación desde unos montes próximos, ejecutaron a Manuel Zapico Arriola. Era el 2 de octubre. La noticia conmovió la vida local, aunque la prensa -que se hizo eco del fallecimiento- no facilitó las causas de la muerte de Arriola. He aquí la versión oficial de los hechos: Comandancia de León: El capitán D. FRANCISCO MARTÍNEZ GALLO, con motivo del secuestro del ingeniero Sr. Zapico en el mes de septiembre, se prestó voluntario y salió disfrazado, de León, al encuentro de los bandoleros que habían de ahcerse cargo del rescate exigido, dando muerte a uno de ellos y sosteniendo un intenso tiroteo con los restantes en inferioridad de condiciones. El interés y actividad desplegados por este Oficial en represión del bandolerismo no ha pasado desapercibido a los malhechores, que pretendieron anularlo haciéndole objeto de una emboscada en Boñar, agrediéndole a corta distancia con ráfagas de ametralladora y bombas de mano, resultando herido menos grave. Recompensas: Le fue concedida Cruz del M.M. sencilla. En efecto, al año siguiente un grupo de huidos atentará contra el capitán Matínez Gallo, consiguiendo herirle. También aparece el cadáver de Benedicto Díez Berciano, que había sido inhumado por sus propios compañeros. El 28 de octubre de 1946 Calixto López Abad, Inocencio Ferreras Díez y Acendino Fraile Santos Peleas (Fresno del Río-Palencia, 1915), llevaban a cabo un asalto a la sucursal del Banco Español de Crédito en Saldaña... El día 2 de marzo de 1947 el grupo de Sabero llevó a cabo un audaz atentado contra el capitán auditor Navas, tiroteado a las puertas de su casa, en el centro de la ciudad y a pleno día. El oficial resultó herido. Pero el desánimo empezaba a cundir entre los huidos, a los que se presentaban dos opciones: o entregarse o intentar la huida. Así, en ese mismo año se iban a presentar a las autoridades Avelino Gutiérrez, Policarpo González y Cayo Cachán Pardo, que, tras los correspondientes juicios sumarísimos, serían condenados a prisión y luego liberados, como antes había ocurrido con Silverio Getino Bayón, que había cumplido su condena en el penal de Santoña (Santander). Los demás buscarían la alternativa de la huida al extranjero...
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