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EXPERIENCIAS DE PROGRAMACION NEUROLINGUISTICA EN UN HOMBRE ADULTO

Miguel García Vives

 

Cada vez que nosotros hemos querido explicar cómo las audiciones adquieren significación en el encéfalo humano hemos sido mal comprendidos o no hemos sido comprendidos. Ahora vamos a presentar, para hacernos comprender mejor, unas experiencias realizadas, en un principio, con sujetos humanos parlantes estimulados por audiciones para ellos aún desprovistas de sentido (1). Estas audiciones, originalmente no significativas, fueron, poco a poco, activando significados en el encéfalo de nuestro sujeto de experimentación, en la medida en que las experiencias iban desarrollándose. Léanlas.

 

PRIMERA EXPERIENCIA RAVI

 

1.- El sujeto humano parlante es estimulado con una audición, para él, insignificativa.

 

1º .- Hemos pronunciado delante de nuestro sujeto de experimentación, teniendo la precaución de articular muy claramente para evitar una mala audición y para producir el efecto de estar pronunciando una sola palabra: VONTINA.

 

Nuestro sujeto, al escuchar nuestra pronunciación VONTINA, no emitió respuesta fonética alguna. Su audición le fue inesperada y desprovista de significación. No reaccionó más que con  un gesto de extrañeza.

 

2º .- Hemos pronunciado, varias veces, de nuevo: VONTINA.

 

El sujeto lo repitió como un eco (Se le activó la conexión cortical oído-laringe, en el fascículo arqueado de su hemisferio derecho (era diestro), y experimentó un proceso ecolálico y balbuceal)

 

Le preguntamos que quería decir y él movió la cabeza de derecha a izquierda, como diciendo: NADA.

 

He aquí los resultados en este momento de la primera experiencia:

 

Nuestro sujeto había escuchado pronunciar varias veces VONTINA.

 

El, asimismo, articuló VONTINA

 

Y nos manifestó con su gesto de sorpresa y con su movimiento de cabeza que, para él, su audición VONTINA no tenía significado.

 

En efecto; para que la audición VONTINA le significase algo, unas mecánicas significativas deberían activarse en su encéfalo.

 

 

2.- La audición VONTINA activa, en el sujeto de experimentación, una significación perceptorial, una significación olfativa.

 

1º -- Hemos asociado, en nuestro sujeto de experimentación, la audición VONTINA a su percibir olfativo. Para ello, hemos pedido a nuestro sujeto que cerrase los ojos y después hemos aproximado a su nariz el objeto VONTINA, que será descrito más tarde, empapado con una maceración de tabaco y alcohol, al mismo tiempo que hemos pronunciado VONTINA.

 

Hemos ocultado el objeto y le hemos pedido al sujeto que abriese los ojos. Enseguida le preguntamos ¿Qué significa para ti VONTINA?

 

Ahora él fue capaz de dar una respuesta: No sé bien, pero es algo que huele a tabaco y alcohol.

 

Su respuesta se podría traducir así: No he visto, no he tocado nada, pero sé que VONTINA huele a tabaco y alcohol.

 

VONTINA tenía para él un significado gracias a los elementos siguientes:

 

1.- Una percepción auditiva VONTINA.

 

2.- Una percepción olfativa determinada.

 

3.- Y una asociación cortical entre ambas percepciones.

 

Ciertamente habíamos programado lingüísticamente en el encéfalo del sujeto de experimentación unas mecánicas significativas asociativas que se activaban merced a la audición VONTINA y que, por lo tanto, también deberían activarse tras una determinada percepción olfativa.

 

Para estar seguros de que el sujeto había adquirido dichas mecánicas asociativas significativas, le hemos pedido que pronunciase VONTINA cada vez que percibiese el olor VONTINA. Con los ojos cerrados, nuestro sujeto no tuvo dificultad alguna en distinguir el olor en cuestión entre muchos otros olores de canela, de amoniaco, de éter, etc.

 

Conclusión: En nuestro sujeto, con la audición VONTINA se había activado una precisa significación olfativa.

 

 

3.- La audición  VONTINA activa, en nuestro sujeto, una nueva significación, una significación táctil.

 

Hemos procedido de la siguiente manera para establecer una relación entre su audición VONTINA y su percibir táctil.

 

Hemos pedido al sujeto que cerrase los ojos y, entonces, desplazando suavemente, varias veces, el objeto VONTINA sobre la palma de sus manos hemos pronunciado: VONTINA.

 

Más tarde le hemos hecho abrir los ojos y le hemos pedido que nos dijese que le significaba VONTINA.

 

Ahora –nos dijo— ya sé más. VONTINA no solo huele a alcohol y tabaco, sino que raspa.

 

¿Crees –le hemos preguntado-- que nos puedes explicar, por completo, qué es una VONTINA? ¿Sabes exactamente a qué denominas VONTINA?

 

Para saberlo –nos respondió— necesito verla.

 

 

4.- La audición VONTINA activa, en nuestro sujeto, una nueva significación, una significación visual.

 

Hemos mostrado a nuestro sujeto el objeto VONTINA. El objeto en cuestión es una pequeña brocha en forma de cono y con mango de madera. Y, tras mostrárselo pronunciando VONTINA, le hemos pedido que nos describiese el objeto VONTINA que tenía delante de sus ojos.

 

“Es una especie de limpiachimeneas en miniatura que huele a tabaco y alcohol y que, por tener las cerdas muy duras,  raspa.”

 

Conviene señalar, en este momento del relato de nuestra experiencia, un punto de gran importancia: El sujeto de experimentación era un adulto capaz, por consiguiente, de escuchar y comprender nuestras explicaciones sobre el objeto VONTINA.

 

Cuando hemos hecho la experiencia con sujetos que no hablaban aún, que no articulaban frases, con niños de corta edad, han reaccionado de la siguiente manera:

 

1.- Al escucharnos VONTINA –al activar su conexión cortical oído-laringe-,  pronunciaron VONTINA.

 

2.- Tras su percibir táctil también pronunciaron VONTINA. La activación de esta asociación, ha sido más laboriosa en los niños que en los adultos.

 

3.- Asimismo, al percibir su olor característico, pronunciaron VONTINA.

 

4.- Tras su percibir visual también pronunciaron VONTINA.

 

4.- Y, más tarde, al escucharnos pronunciar VONTINA, teniendo ante sus ojos una VONTINA, los niños dirigieron su mirada hacia donde estaba el objeto VONTINA

 

5.- Pero estos niños pequeños no pudieron explicar que les significaba su audición VONTINA.

 

Por el contrario, algunos días después de nuestra anterior experiencia, hemos preguntado al sujeto adulto ¿Qué entiendes cuando nos escuchas VONTINA?

 

--Es un limpiachimeneas en miniatura— nos contestó.

 

Había sido imposible, para los niños, darnos una respuesta similar por el simple hecho de que las audiciones “limpiachimeneas” y “miniatura” estaban aún ausentes en sus programaciones lingüísticas. Y no pudieron, por la misma razón, darnos otra explicación. En consecuencia, la única respuesta que nos dieron, porque dicha audición ya les había sido programada corticalmente, era la de repetir balbuceando: VONTINA. Más tarde, a medida que fueron activando nuevos mecanismos encefálicos que le permitieron articular frases, los niños nos dieron otras respuestas diferentes a la sola pronunciación VONTINA.

 

 

5.- La audición VONTINA le es explicada al sujeto de experimentación, en el que se activa una significación nominal perceptorial. (Fijarse, amigos contertulios que me estoy refiriendo a que en nuestro sujeto de experimentación se activa tridimensionalmente una significación nominal al cosificar, al comprender nominalmente, parte de su entorno)

 

Nosotros, voluntariamente, hasta este momento, habíamos evitado explicar  a nuestro sujeto humano adulto de experimentación, cual era la utilidad practica de VONTINA, para evidenciar las diferencias entre una persona que no pronuncia más que algunas palabras aisladas, respecto a otra que habla con frases ya estructuradas.

 

Pero ahora hemos explicado al adulto la utilidad del objeto en cuestión, definiéndole el objeto VONTINA, con el fin  de que las respuestas que nos diese en adelante fuesen diferentes a aquellas otras que nos había dado anteriormente; es decir, distintas a “limpiachimeneas en miniatura”.

 

Nuestra definición de VONTINA ha sido la siguiente: Una VONTINA ES una brocha que sirve para limpiar la cazoleta de la pipa. De ahí su olor a tabaco. El olor a alcohol se debe a que se usa para disolver la nicotina. (Fijarse, amigos tertulianos, que, en esta definición, los grafismos ES, que he subrayado, equivalen al signo =, como sucede en todas las definiciones. No he tratado de confundir a Maxi, amigo Mazo. Maxi, yo no hago trampas. En todas las definiciones, los grafismos ES establecen una identidad entre los grafismos con los que aludimos a lo definido y los grafismos con los que aludimos a la definición. Como comprendo que esta explicación no os puede convencer, os anticipo que sobre este ES subrayado, incluso en definiciones y en proposiciones no definitorias, versaré en mi tercera exposición. Esperad hasta entonces).

 

Unos días más tarde le hemos preguntado al sujeto de experimentación.

 

¿Qué te significa VONTINA? ¿Quieres explicárnoslo?

 

Una VONTINA –nos respondió— ES  una brocha pequeña de cerdas duras. Y sirve para limpiar las cazoletas de las pipas. Por ello huele tabaco. Y huele también a alcohol porque la VONTINA se impregna en este líquido para disolver la nicotina.

 

Como se puede constatar en esta respuesta, habíamos provocado en el sujeto el que, tras haber activado una determinadas mecánicas olfativas, táctiles y visuales, fuera capaz de, fonéticamente, darnos una explicación comprensiva sobre el objeto VONTINA.

 

En este punto de nuestras experiencias se pueden deducir las conclusiones siguientes:

 

1.- Hemos activado, en nuestro sujeto, una significación nominativa precisa a una audición insignificativa.

 

2.- Hemos programado, en nuestro sujeto, una mecánica cortical asociativa que se activa:

 

Con su audición VONTINA

Con su sentir olfativo específico.

Con su percibir táctil específico.

Con su percibir visual específico.

Con la audición de ciertas frases que le significan la explicación de las características y de la utilidad del objeto VONTINA.

 

3.- Estas nuevas mecánicas corticales, que hemos programado en nuestro sujeto, revelan la presencia, en él, de una serie de nuevas conexiones significativas como lo muestra el que, viendo el objeto VONTINA, pronuncie VONTINA; y que pueda, asimismo, describirnos su olor específico, nos hable de su utilidad y de su sentir táctil al contactar digitalmente con sus cerdas. Obtenemos el mismo resultado, la descripción del objeto VONTINA, si tomamos como punto de partida, otra percepción, la olfativa o la táctil.

 

 

6.- La audición VONTINA da lugar a una nueva significación en el encéfalo de nuestro sujeto de experimentación, una significación sensorial compleja. (Mazo, me refiero a la significación verbal, a lo que los gramáticos califican como verbos y que definen sin atender al hombre que, al verborizar, alude tetradimensionalmente a su entorno, a las cosas móviles de su entorno)

 

¿Nos sería posible, a partir de la audición VONTINA, audición ya con significaciones nominales perceptoriales en nuestro sujeto, elaborar en su encéfalo otras mecánicas más complejas, correspondientes a nuevas audiciones?

 

Hemos buscado, a partir de la audición VONTINA, siguiendo un orden de complejidad creciente, otra audición que a nuestro sujeto de experimentación le significase la acción realizada con la VONTINA. Para ello hemos puesto, sobre una mesa, una pipa y una  VONTINA, diciéndole a nuestro sujeto de experimentación que estaba a nuestro lado: Vamos a VONTINEAR.

 

Y hemos sumergido la brocha de la VONTINA en alcohol, comenzando seguidamente a limpiar la cazoleta de la pipa. En el curso de esta operación hemos pronunciado sin cesar: VONTINEAR, VONTINEAR. . .

 

Al poco rato hemos parado nuestra labor y le hemos preguntado a nuestro sujeto:

 

- ¿Puedes explicarnos en qué consiste la acción de VONTINEAR?

 

La acción de VONTINEAR consiste en limpiar la cazoleta de la pipa con la VONTINA –nos contestó.

 

¿Qué nuevas mecánicas se habían activado en el encéfalo de nuestro sujeto de experimentación? ¿Qué nuevos mecanismos se habían conexionado en su córtex? ¿Dichas mecánicas y dichos mecanismos debemos considerarlas similares a las que le habían ocasionado la activación significativa de la audición VONTINA o, por el contrario, resultaba que intervenían otros factores en su significación de VONTINEAR?

 

Por el momento nos fue necesario prestar atención a las mecánicas fisiológicas que se activaban en nuestro sujeto al ser estimulado con su audición VONTINEAR..

 

Y encontramos que en nuestro sujeto de experimentación se habían activado unas mecánicas fisiológicas más complejas que las activadas con la audición VONTINA.

 

En efecto, en la activación de sus circuitos significativos, al escuchar VONTINEAR, habían intervenido.

 

1.- La percepción visual VONTINA.

 

Pero esta percepción visual no constituía, ni explicaba, por sí sola, la acción de VONTINEAR, En efecto; en el caso de su audición VONTINA, dicha audición había activado un significado preciso en el sujeto de experimentación al correlacionarse con su visión tridimensional VONTINA. En el caso de VONTINEAR no; tenían que intervenir más factores.

 

2.- La percepción visual PIPA, diferente a la de VONTINA.

 

3.- La percepción visual MANOS, diferente a la de PIPA y a la de VONTINA..

 

4.-Y así como por separado, ninguna de estas tres percepciones podía activar la significación de VONTINEAR, en su conjunto tampoco.

 

Para que la asociación de estas tres percepciones activasen, en el encéfalo de nuestro sujeto de experimentación, las significaciones de VONTINEAR, en su córtex debían activarse otras conexiones más complejas que no dependían de la percepción visual, por aislado, de la VONTINA, de la pipa o de las manos, ni tampoco de la percepción conjunta de dichos elementos.

 

La significación de VONTINEAR se activaba en nuestro sujeto de experimentación con las percepciones sucesivas y superpuestas de dichos elementos, moviéndose coordinadamente, a la manera de las imágenes cinematográficas. Esperamos, con esta respuesta, haber contestado a nuestra cuestión anterior sobre la mayor complejidad de los circuitos quimioeléctricos activados al escuchar VONTINEAR, respecto a los activados al escuchar VONTINA.

                                                                   

La continuación de nuestra experiencia nos permitió constatar un hecho nuevo: VONTINEAR, derivado fonético de VONTINA, y VONTINA parecen dos audiciones estrechamente ligadas. Sin embargo, se pueden separar y unirse a otras audiciones. He aquí la prueba. Hemos  preguntado a nuestro sujeto de experimentación:

 

-¿Podría usted VONTINEAR con un objeto diferente a la VONTINA? Si es así ¿Con qué objeto?

 

Podría VONTINEAR –nos respondió- con un trozo de papel enrollado o con un palillo y un poco de algodón, por ejemplo.

 

La significación de VONTINEAR, en el encéfalo de nuestro sujeto, ya no guardaba relación alguna con la significación de VONTINA. Debíamos considerarlos circuitos diferentes. ¿A qué se debía este cambio? La causa debemos considerarla como muy simple y se encontraba, precisamente, en la manera en que la audición VONTINEAR había activado su significación en el encéfalo de nuestro sujeto de experimentación.

 

Recordemos que un cierto número de percepciones visuales le fueron necesarias al sujeto de experimentación para poder atribuir una significación precisa a su audición VONTINEAR: Las percepciones visuales de la VONTINA, de la pipa, de las manos y de toda suerte de elementos que intervienen en las acciones que denominamos como “movimientos organizados” La audición VONTINEAR no activa su significación en el encéfalo de un hombre adulto merced a una percepción única, como era el caso de VONTINA sino que le activa gracias a la percepción compleja de varios elementos en movimiento organizado, con lo que se ocasiona, en el encéfalo de nuestro sujeto de experimentación, una abstracción, una inhibición, respecto a sus percepciones directas de las cosas en movimiento.

 

Por ello, por dicha abstracción respecto a su medio, la audición VONTINEAR podía activarse significativamente independientemente de los objetos con los que se realizaba la acción que dicha audición designaba originariamente. Nosotros lo comprobamos diciendo a nuestro sujeto:

 

¿Podría VONTINEAR, con este pequeño rollo de papel, esta botellita que se nos ha caído y está llena de barro?

 

Y lo hizo sin dificultad alguna.

 

En nuestro sujeto de experimentación se habían activado unas mecánicas significativas tendentes hacia una mayor complejidad, hacia la abstracción de sus percepciones directas.

 

Pero las mecánicas de abstracción significativa, a partir de la audición VONTINA, no habían hecho más que comenzar, puesto que aún se conexionaban con percepciones visuales, digitales, etc.

 

 

7.- La audición VONTINA da lugar a una nueva significación en el encéfalo de nuestro sujeto de experimentación, una significación general o recordatoria.

 

Hemos comprado una pipa y se la hemos regalado a nuestro sujeto de experimentación.

 

Mira la cazoleta –le hemos dicho-. Está nueva y limpia; en consecuencia, no es VONTINEABLE. ¿Sabes lo que quiero decir al pronunciar VONTINEABLE?

 

            En efecto, lo sabía.

 

            Y con las tres pronunciaciones VONTINA, VONTINEAR y VONTINEABLE, hemos enunciado la siguiente proposición: “Para que se pueda VONTINEAR una cazoleta de pipa con una VONTINA, es necesario que sea VONTINEABLE”.

 

Con la pronunciación y audición “VONTINEABLE” habíamos activado un nuevo circuito significativo con el que aludíamos a otro acontecer diferente, a la percepción visual de la limpieza de la pipa.

 

¿Cuál era la significación activada por esta nueva pronunciación y audición en el encéfalo de nuestro sujeto? ¿Cuáles eran las asociaciones que se activaban en el córtex de nuestro sujeto, constituyendo las significaciones de VONTINEABLE?.

 

Al calificar a una pipa de VONTINEABLE se refería a aquella en la que viese nicotina y restos de tabaco.

 

En consecuencia, para activar su significación en nuestro sujeto de experimentación, la audición VONTINEABLE:

 

1.- No necesitaba que nuestro sujeto activase la significación “VONTINA”, como pudimos apreciar ya que, en ausencia de la “VONTINA, se podía calificar si la pipa era, o no, VONTINEABLE.

 

2.- No se refería a su percepción de una acción propiamente dicha, no equivalía a la acción de “VONTINEAR”. En consecuencia, las mecánicas fisiológicas que se activaban en nuestro sujeto al escuchar “VONTINEABLE” eran diferentes a las que se le activaban al escuchar “VONTINEAR”.

 

3.- Su significación, en el córtex de nuestro sujeto, era diferente a la que se le activaba con la audición PIPA, pues en el caso contrario, en el caso de que sus circuitos significativos en ambos casos fueran análogos, dichas audiciones le serían sinónimas.

 

Las significaciones activadas en nuestro sujeto al escuchar o pronunciar “VONTINEABLE” dependían de sus percepciones visuales al no observar presencia alguna de restos de nicotina o de tabaco en el interior de las cazoletas de las pipas. Estas percepciones visuales, en nuestro sujeto de experimentación, se relacionaban con sus procesos de recordar –señalo de pasada que al referirme a RECORDAR estoy haciendo alusión a unos procesos muy específicos-- otras pipas VONTINEABLES, no VONTINEABLES y más o menos VONTINEABLES.

 

Esperamos que esta rápida exposición posibilitará a nuestros lectores para apercibirse someramente de que la estructura significativa activada en nuestro sujeto al escuchar o pronunciar VONTINEABLE no le remite a la percepción visual de objetos determinados (cazoletas, restos de tabaco, manchas de nicotina, etc.) sino  a una serie de coordinadas percepciones visuales que se caracterizan porque su significación, o mejor dicho porque la estructura neuronal encefálica correspondiente a su significación, no se le activa con percepciones visuales concretas sino que le es activada por unas simples activaciones auditivas, las de su pronunciación o su audición “VONTINEABLE”. Y ello les sucede así porque las pronunciaciones y audiciones en estado de abstracción activan significaciones que remiten a estas significaciones que he calificado como audiciones y pronunciaciones generales o recordatorias.

 

 

8.- La audición VONTINA da lugar a una nueva significación en el encéfalo de nuestro sujeto de experimentación, una significación abstracta.

 

 ¿Cómo mostrar que las estructuras significativas que activa un hombre abstraído de su entorno no se corresponden  a visiones, tactos, olores, etc. sino únicamente a audiciones?

 

Intentando responder a esta pregunta hemos pedido a nuestro sujeto de experimentación que nos dijese que significado tenía para él una audición que respondía a las características siguientes:

 

1.- Parecía derivada de la audición VONTINA, pero tenía el sufijo propio de las pronunciaciones efectuadas en abstracción.

 

2.- No designaba ningún objeto o acción que se pudiera percibir visual, táctil, olfativamente. . .

 

He aquí nuestra pregunta:

 

-¿Puedes decirnos que significado te activa esta audición: VONTINENCIA?

 

Nuestra pregunta le dejó perplejo. La audición le era familiar, pero no llegaba a comprenderla completamente. Buscó repetidamente, entre sus audiciones, aquellas que más se le parecían. Y repitió en voz baja: VONTINA, VONTINEAR, VONTINEABLE . . . Como en la primera de sus experiencias, se veía incapaz de explicar lo que pronunciaba y escuchaba.

 

En efecto; la VONTINENCIA no equivalía a:

 

1.- La VONTINA, cuya significación se le había activado a partir de sus percepciones olfativas, táctiles, visuales. . .

 

2.- La acción de VONTINEAR, que dependía de la percepción visual de movimientos de determinados objetos.

 

3.- La cualidad VONTINEABLE que podía comprobar mirando las cazoletas de las pipas.

¿Qué podría activar su significación al escuchar VONTINENCIA?

 

A diferencia de VONTINA,  VONTINEAR y VONTINEABLE que para activar su significación, en nuestro sujeto de experimentación, no habíamos necesitado explicar nada, en este caso hemos tenido que dar una larga explicación. Tuvimos que recurrir a ciertos artificios consistentes en explicar una audición, para que activase un significado en nuestro sujeto, con otras audiciones explicativas.

 

La VONTINENCIA –le hemos dicho—es una esencia. La esencia es la capacidad que tiene una cosa para ser dicha cosa y no otra. La esencia de una cosa es el conjunto de característica que definen, explican y cualifican dicha cosa. Las características pueden ser substanciales y accidentales.

 

Después de haber pronunciado dos o tres veces esta definición, nosotros se la hemos dado por escrito, para que pudiese comprender más fácilmente a qué se refería con VONTINENCIA. Y, tras un largo rato de meditación, el sujeto de experimentación comenzó a encontrarle un significado.

 

-La VONTINENCIA –nos dijo al fin—es la esencia de la VONTINA. Esta esencia consiste en el conjunto de hechos constitutivos que definen, explican y cualifican al objeto VONTINA y hacen  que sea él y no otro.

 

Poco a poco, nuestro sujeto adquirió la convicción de que su explicación era correcta, que tenía un sentido concreto y exacto. Y hasta llegó a afirmarnos que era una definición tan profunda que era difícil de entender.

 

Suponemos haber probado que la estructura significativa, en el encéfalo de nuestro sujeto de experimentación, al escuchar y leer VONTINENCIA, a diferencia de lo ocurrente en las experiencias VONTINA VONTINEAR y VONTINEABLE que le fueron activadas a partir de sus percepciones sensoriales, no se activaron en él más que con simples estímulos auditivos (o visuales en el caso de leer).

 

--Acaba de afirmar –le hemos dicho—que la VONTINENCIA es una ESENCIA que posee el objeto VONTINA. He aquí una VONTINA con su pequeño mango y sus cerdas, lista para limpiar las cazoletas de las pipas. . . ¿Dónde se encuentra su esencia?

 

Nuestro sujeto pareció desconcertado por esta observación. Después de unos momentos de duda nos respondió:

 

De hecho no se puede ver la esencia de la VONTINA. El objeto VONTINA posee un cierto número de características que la definen y la hacen ser como es. Una de ellas es su esencia. . .

 

Entonces –le hemos replicado- ¿No hubiera sido más preciso si nos hubiera dicho que este objeto con su mango y sus cerdas duras se llama VONTINA y que no es ni un paquete de cigarrillos ni una pistola? Por otro lado si la pronunciación o audición ESENCIA no designa una cosa que se pueda ver, tocar o percibir de alguna manera ¿Por qué la pronuncia tan usualmente sin autopreguntarte si lo que te significa es correcto o no?

 

Nuestro sujeto quedó callado. Sus explicaciones se desvanecieron al confrontarlas con su entorno perceptorial.

 

¿Qué significaciones corticales se activaron en nuestro sujeto de experimentación al abstraerse de su entorno?

 

De otra manera: ¿Qué mecánicas significativas se le activaron al escuchar y pronunciar VONTINENCIA?

 

1.- Al pronunciar y escuchar abstraído de su entorno no se le activaron significaciones en sus áreas corticales correspondientes a sus percepciones visuales, olfativas, táctiles, etc., excepto el área primaria visual, al leer y el área primaria auditiva al escuchar.

 

2.- Los circuitos significativos activados en nuestro sujeto de experimentación se activaron ahora por vía auditiva (al escuchar) y por vía visual (al leer).

 

3.- Su pronunciación VONTINENCIA le fue activada por sus circuitos no significativos perceptorialmente, análogos a los que le activaron sus pronunciaciones ESENCIA, HECHOS CONSTITUTIVOS, etc., que fueron pronunciados a partir de diferentes definiciones.

 

4.- Si sus pronunciaciones asignificativas VONTINENCIA, ESENCIA, HECHOS CONSTITUTIVOS, etc. las asociase a otras pronunciaciones consecuentes a sus percepciones visuales, táctiles, auditivas, etc, dichas pronunciaciones estarían activadas por las mismas significaciones. Por ejemplo; si nos dijese que la VONTINENCIA ES la ESENCIA de la VONTINA, que la ESENCIA de la VONTINA ES el CONJUNTO de sus HECHOS CONSTITUTIVOS y que estos HECHOS CONSTITUTIVOS SON EL MANGO Y LAS CERDAS DURAS, resultaría que a sus pronunciaciones VONTINENCIA y VONTINA habría que considerarlas sinónimas.

 

De todo lo expuesto he deducido:

 

1.- Que, en nuestro sujeto de experimentación sus pronunciaciones, al estar abstraído de su entorno, no tenían relación con los circuitos significativos activados desde las áreas primarias de percepción.

 

2.- Que, en nuestro sujeto de experimentación sus pronunciaciones, al estar abstraído de su entorno, tenían relación visual (al leer) o auditiva (al escuchar) con otras pronunciaciones o grafismos ejecutados igualmente por él o por alguien que estuviese abstraído de su entorno.

 

Esta última característica que estamos aseverando como ocurrente en nuestro sujeto de experimentación, le permitía ejecutar toda suerte de definiciones según las pseudosignificaciones que se le activasen.

 

Como una de las posibles conclusiones a estas experiencias, nos dijimos: Los seres humanos, al hallarse abstraídos de su entorno, pueden enunciar un número ilimitado de proposiciones lingüísticas (proposiciones polisémicas) resultantes de las asociaciones de sus visiones (al leer) y de sus audiciones (al escuchar).

 

 

9.- Comentarios finales

 

En el parque zoológico de la ciudad de Córdoba hay un cierto número de cabras de las que ignoramos su especie. Están reducidas en sus movimientos por el espacio de su corral. Y dichas cabras, animales montaraces, han desarrollado enormemente sus pezuñas ya que no sufren desgaste alguno al no andar apenas por el reducido recinto, al  no limarlas contra las rocas contrarrestando sus crecimientos. Vimos, sobre todo, a  un viejo macho cuyas desmesuradas pezuñas se retorcían como si fuesen cuernos y que le impedían andar normalmente; sus movimientos eran lentos y penosos

 

¿No nos habremos hiperespecializado, en nuestra evolución, los hombres, conforme hemos desarrollado más y más nuestras funciones lingüísticas, de tal modo que nos estamos imposibilitando el correlacionarnos con nuestro entorno de manera pertinente? ¿Acaso nuestra hiperespecialización lingüística ha incidido en la excesiva actividad de determinadas áreas asociativas corticales en detrimento de las áreas involucradas en las mecánicas de nuestras percepciones sensoriales?

 

Miguel García Vives

 

(1) Se trata de varias experiencias realizadas aproximadamente en el año 1973, por Carlos Ramírez de la Lastra, en Sevilla.