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Subtema 1

Planificación y Desarrollo Regional Sostenible

Subtema 2

Planificación y Descentralización

Subtema 3

Planificación y Desconcentración

Subtema 4

Planificación Estratégica y Núcleo de Desarrollo Endógeno

Subtema 5

Planificación de Regiones Innovadoras de Desarrollo

Subtema 6

Integración Regional en América Latina

Subtema 7

Experiencia de Regionalización y Desarrollo en Venezuela

 
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Minnelia Moreno Carmen García
Raicelys Gómez Miguel Grarcía
Sabrina Díaz Yngris Zapata
Nileima Tillero  
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Planificación y desarrollo regional sostenible

 

RESUMEN

La complejidad que presenta hoy día la sociedad, sometida a procesos de cambios políticos, sociales y fundamentalmente económicos, demandan revisión en la concepción de las herramientas de la planificación; en este contexto la relevancia de aspectos comunes en su estructura y metodología en la concepción de planes directores y  planes estratégicos territoriales, deben ser contempladas como base y directriz de la acción, visión y misión en la promoción del desarrollo, objetivo de la planificación regional, para integrarlos a través de estos mecanismos, como estrategia para el cambio, en la toma de conciencia, cultura y de educación, para profundizar y calificar el proceso político e ideológico, vía fundamental del desarrollo.

 

La falta de visión global en la planificación regional tradicional, de integralidad en sus enfoques, y ausencia de mecanismo de participación efectiva de la comunidad, en la concreción de sus herramientas, genera en muchos casos, planes directores desconectados de su realidad, con pocas probabilidades de incorporarse con cierto éxito en la gestión regional, imposibilitada de observar el fenómeno social cultural y económico que se lleva a cabo en el territorio durante el proceso de ordenamiento.

 

A partir de la Conferencia Sobre Medio Ambiente y Desarrollo Humano (Estocolmo, 1972), la concepción de dividir al mundo bajo la óptica antropocéntrica que enfatiza la realidad social sobre la realidad natural, ha ido desdibujándose para dar paso a una visión integral de ambos sistemas, social y natural, que revalorice la relación hombre – naturaleza. Posteriormente, con el Informe Brundtland (1987) y especialmente con la Cumbre de Río (1992), se inserta definitivamente la variable Ambiente en el tratamiento de los grandes problemas sociales: desarrollo, pobreza, participación, etc., para concluir que el paradigma válido es el Desarrollo Sostenible, basado en un uso racional de los recursos, dado su carácter de finitud en el espacio y en el tiempo.

 

Según el informe "Cuidar la Tierra" preparado por WWF, UICN y PNUMA (1991) con ocasión de la Cumbre de la Tierra de 1992, "desarrollo sostenible" es "mejorar la calidad de vida humana sin rebasar la capacidad de carga de los ecosistemas que la sustentan".

El desarrollo sostenido debe entonces entenderse como el proceso de transformaciones naturales, económicas, sociales, culturales e institucionales que tienen por objeto asegurar el mejoramiento de las condiciones de vida del ser humano y de su producción, sin deteriorar el ambiente natural, ni comprometer las bases de un desarrollo similar para las futuras generaciones.

 

Fue en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, Cumbre de la Tierra o Río-92, donde se consolidó el concepto de Desarrollo Sostenible, El mismo se fundamenta en tres principios:
1º- La sostenibilidad ecológica la cual garantiza que el desarrollo sea compatible con el mantenimiento de los procesos ecológicos esenciales, de la diversidad biológica y de los recursos biológicos.

2º- La sostenibilidad social y cultural que garantiza que el desarrollo aumente el control de los hombres sobre sus propias vidas, sea compatible con la cultura y los valores de las personas afectadas, y mantenga y fortalezca la identidad de la comunidad.

3º- La sostenibilidad económica que garantiza que el desarrollo sea económicamente eficiente y que los recursos sean gestionados de modo que se conserven para las generaciones futuras.
 

De modo que se materializa el anhelo de un modelo de desarrollo económico y social, que no continúe teniendo como fundamento el deterioro del ambiente   para   lograr sus  objetivos,  en  un  instrumento  político  denominado   Agenda   21,  que contiene  a  la  vez algunos instrumentos jurídicos de obligatorio cumplimiento para los países signatarios que los hayan ratificado.

Conforme a la Agenda 21, Venezuela comprometió el fortalecimiento de la política pública hacia los postulados contenidos en ella, lo cual tuvo como resultado una serie de iniciativas estrechamente vinculadas a la vida política del país.

Desde la promulgación de una nueva Carta Magna, a través de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999, se empiezan a establecer las bases de un nuevo ordenamiento jurídico de la República Bolivariana de Venezuela que fundamenta el nuevo modelo de desarrollo, como pilar fundamental para alcanzar las transformaciones del Estado, establecido en la Agenda XXI y declarado en nuestro texto normativo de mayor jerarquía como Desarrollo Sustentable, teniendo además entre sus fines, “la garantía del equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad”. Se advierte entonces, que al otorgarle rango constitucional al Modelo de Desarrollo Sustentable, Venezuela se muestra consecuente con el compromiso asumido en Río 92.

 

Los pilares esenciales sobre los cuales se construye el desarrollo sostenible y la ecoeficiencia, son el desarrollo económico, el mejoramiento ambiental y la responsabilidad social. Ser un buen vecino, mostrar una genuina preocupación por una parte, y ser exitoso en los negocios, por la otra, son dos caras de la misma moneda.

 

Según el informe “Corporate Social Responsability; Making Good Business Sense, publicado en enero de 2000, una estrategia de responsabilidad social empresarial coherente, basada en integridad, valores sociales y un abordaje a largo plazo exige compromisos y aporta beneficios:

Lo que requiere:

Comprometerse en un diálogo abierto y en asociaciones constructivas con:
El Gobierno en sus diferentes niveles,Organizaciones intergubernamentales, Organizaciones No Gubernamentales, Otros elementos de la sociedad civil, Comunidades locales, entre otras.

Lo que ofrece:

Beneficios económicos claros a las empresas, Contribución positiva al bienestar de la sociedad, Provee la oportunidad de demostrar el rostro humano de la empresa.

 

Un plan económico de consenso para implementar un desarrollo sostenible en Venezuela, puede incluir los siguientes aspectos como elementos fundamentales para dicho plan:

1- Fomento del trabajo y empresas productivas: Un plan económico de emergencia que fomente la inversión en todos los sectores y reactive a todos los niveles la economía venezolana.

2- Política fiscal: Una reforma tributaria integral que garanticen sostenibilidad de finanzas públicas y permitan alcanzar objetivos de desarrollo.

3- Política monetaria: La implementación de una política monetaria transparente. 

4- Erradicación de la pobreza: Implementar medidas de que logren iniciar la superación de la pobreza y mitiguen de inmediato la pobreza extrema. 

5- Fomento de la institucionalidad: Fomentar instituciones fuertes e independientes, especialmente un BCV y un Sistema Judicial autónomos y eficientes. 

6- Educación para el progreso: Acelerar la calidad y cantidad de inversión en educación.

 7- Petróleo para crecer: Implementar una política petrolera que acelere el crecimiento económico del país.

 8- Seguridad Social sostenible: Para apalancar las inversiones a mediano y largo plazo que requiere una economía sostenible en el tiempo es indispensable contar con un sistema de seguridad social saneado financieramente.

 

Bases para un Futuro Sostenible

Las actividades son sostenibles cuando:

1.   Usan materiales en ciclos continuos, usan fuentes de energía contínuas y confiables, se derivan de las cualidades de ser humano, (tales como: creatividad, comunicación, coordinación, valoración y desarrollo espiritual e intelectual).

Las actividades no son sostenibles cuando:

1.   Requieren permanente adición de recursos no renovables, usan recursos renovables más rápidamente que su tasa de renovación, causan un deterioro progresivo del ambiente, requieren recursos en cantidades que afectan el bienestar de otras personas, llevan a la extinción de otras formas de vida.

 

El término sustentable hace referencia a la actividad económica humana, no a los recursos renovables. Una propiedad de los recursos bióticos es la renovabilidad, mientras que la sustentabilidad es una condición particular de los niveles de uso de esos recursos por la sociedad.

 

El pensamiento ambiental: de las márgenes al "mainstream".

Cuando Rachel Carson advirtió en 1962 a la sociedad estadounidense sobre las sutiles relaciones entre cierto tipo de desarrollo económico y la contaminación del medio ambiente, pocas personas habrán imaginado la enorme trascendencia que tomaría, poco tiempo después y a nivel mundial, la búsqueda de vías compatibles entre la protección del medio ambiente y el progreso material de la humanidad.

La suma de evidencia empírica acumulada y el traspaso de esa información hacia la comunidad y el poder político, han permitido que en poco menos de 30 años, las reflexiones sobre la gravedad de la crisis ambiental y sobre la necesidad de revertirla mediante acciones conjuntas a diferentes niveles de la organización social humana, hayan llegado a ser compartidas por la mayor parte de las sociedades.

Más allá de las especulaciones etimológicas, de los antecedentes que se le puedan reconocer en las ciencias ecológicas, en la economía o en otras ciencias sociales, el concepto de sustentabilidad como meta deseable para las sociedades humanas modernas se ha instalado con una fuerza tal que genera cierta perplejidad. Esa perplejidad deriva de dos consideraciones:

.- En primer lugar, como se ha visto, no es el primer intento conceptual generado para redefinir la relación deseable entre las sociedades humanas y su entorno natural. Todos los anteriores sin embargo fueron siendo de un modo u otro deglutidos en los intensos debates de ideas de las últimas dos décadas, aunque algo de todos ellos puede reconocerse alimentando este nuevo concepto. ¿Qué es lo nuevo?

.- En segundo lugar, la sustentabilidad hasta hoy no alcanza a constituir una formulación única, lo cual permite que bajo ese nombre coexistan visiones muy diferentes sobre las causas y especialmente sobre las soluciones que deben implementarse para enfrentar los problemas ambientales.

Hubo varios cambios de importancia que permiten comprender la gran receptividad actual para el desarrollo sustentable en contraste con pocos años atrás. Antes había habido numerosas conceptualizaciones y propuestas de acción pero no podían por su origen generar un discurso común a extensas capas sociales:

i) Durante los años setenta, mientras se aceleraba la acumulación de información que confirmaba la pertinencia de la preocupación ecológica, las conceptualizaciones sobre el problema ambiental provenían principalmente de sectores marginales dentro de las propias sociedades del hemisferio norte.

ii) Estas concepciones presentaban serios problemas de escala. Buena parte de la literatura generada durante los años setenta y ochenta ponía el eje en la necesidad de buscar soluciones a escalas chicas: familias, aldeas, eventualmente pequeños municipios. Este pensamiento era fuertemente utópico.

iii) Una corriente de pensamiento cercana a ésta era la del llamado ecodesarrollo. Tuvo su momento de mayor auge hacia 1980, impulsada por autores como Amílcar Herrera o Ignacy Sachs. En ese momento una parte importante de los especialistas ambientales de la escuela de la Cepal se acercó a esta corriente. Acá nuevamente el eje de las reflexiones estaba centrado a escala de las comunidades pequeñas o medianas, principalmente rurales. El ecodesarrollo se limitaba en consecuencia a tener una perspectiva aldeana del problema ambiental.

iv) Por su parte el importante movimiento conservacionista de cuño clásico no abría juicio sobre el tipo de organización social que producía tal deterioro de la naturaleza.

v) Las diferentes corrientes del marxismo fueron particularmente ciegas para analizar la agenda ambiental de ese entonces. Pocos pensadores se ocuparon de este problema. Pero básicamente el marxismo nunca alcanzó a advertir la base real de las advertencias ecológicas, quizás por no encontrar explicación satisfactoria a la pésima calidad ambiental de los países con economías socialistas.

vi) Uno de los antecedentes más inmediatos del actual concepto de desarrollo sustentable fue el Programa El Hombre y la Biosfera (MAB), impulsado por la UNESCO. Reunió en sus inicios a una masa crítica de científicos destacados de diversas disciplinas y procedencias geográficas, a cargo de la ejecución de proyectos de terreno que procuraban analizar in situ la compatibilidad de la conservación de la naturaleza con el desarrollo económico y social. Dejó la semilla de compatibilizar la conservación y el desarrollo, con propuestas de acción particulares para las distintas escalas de organización de las sociedades humanas.

Buena parte de los enfoques del MAB nutrieron al Informe de la Comisión Bruntland, con el que se populariza en 1987 la noción de desarrollo sustentable como hoy se la conoce si bien el empleo del giro había sido ya adoptado en ciertos círculos (Clark y Munn, 1986). Esa comisión tuvo a su cargo la preparación de los documentos de base para la Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo.