Gestión de Calidad y Reorganización - ¿Una
contradicción?
La introducción de una gestión de calidad integral y la
renovación constante de estructuras viejas y obsoletas se convierten
cada vez más en condición previa para el éxito empresarial. En estos
tiempos de rápido progreso tecnológico por un lado y de creciente
competencia por los países de salarios bajos por otro lado se
manifiesta la necesidad de crear estándares que ayuden al consumidor
de elegir productos y servios de alta calidad. Por esta necesidad
muchas empresas deciden garantizar la calidad de sus servicios y
productos siguiendo ciertas normas.
Una de las medidas más eficaces para lograr este objetivo es
garantizar una estructura eficiente de la organización. En los
últimos años se han creado conceptos que deben de reflejar el
proceso de cambio interno. Hoy en día palabras claves tales como
Total Quality Management (TQM), ISO
9000, Kaizen, Lean Management y Downsizing caracterizan
el pensamiento empresarial que puede ceñirse en el lema "Quality
is what the customer says it is".
Muchas veces las empresas intentan lograr esta mejora de la
calidad a través de un análisis de sus estructuras de flujo - lo que
muchas veces supone un gran esfuerzo. En ello se dividen las
actividades en unidades minúsculas que luego se optimizan de manera
local. Este procedimiento analítico se conoce bajo el nombre
Taylorismo y se caracteriza por un grado alto de trabajos de
coordinación, tiempos de transmisión y funciones de control. Este
overhead organizativo a su vez genera costes elevados de transacción
que contradicen al concepto de calidad empresarial. Así la norma de
calidad ISO 9000 exige que una organización documente sus
actividades principales para posibilitar el control y la evaluación
objetivos (audit.). El objetivo secundario de esta norma es
garantizar la eficiencia de estos procesos. Tendiendo en cuenta
estos aspectos y el hecho de que cada cambio de la organización
lleve consigo un gran número de documentos, es fácil explicarse un
efecto que en la práctica puede observarse muchas veces: empresas y
organizaciones que han introducido un tal sistema de control de
calidad tienden a conservar sus estructuras ya que cada “cambio de
rumbo” causa mucho trabajo.
Ya que la mayoría de las normas de sistemas de control de calidad
no regulan este problema, le incumbe a la organización definir la
eficiencia y la eficacia de sus procesos.
Un método que
compagina tanto el concepto de la optimización del flujo como la
documentación necesaria para el audit se basa en el Paradigma
BPMS:
La optimización innovadora de la
calidad es un proceso cíclico que - partiendo de la situación
REAL - lleva a una mejora paulatina de la calidad de los procesos.
El estado actual de este desarrollo puede documentarse de manera
adecuada; esta documentación a la vez puede servir para lograr, por
ejemplo, el certificado de ISO. Para ello se usa la Herramienta de
Documentación ADONIS®.
Autor: C. Hillbrand,
BOC-Wien
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