LIAN TIMOR (Noticias de Timor)   ISSN:1885-3846

BOLETÍN DE TIMOR HAMUTUK 

51-Junio de 2006

 

CRISIS EN TIMOR

 

Lamentablemente, la situación de Timor ha continuado deteriorándose. El gobierno no ha gestionado correctamente la crisis militar y esta se ha convertido en el detonante de un estallido de violencia, tras la cual existen otras causas, como la pobreza de jóvenes desempleados o la larga pugna entre los presidentes de la república y el gobierno.

Los militares rebeldes mostraron en todo momento desconfianza hacia el gobierno y especialmente hacia Mari Alkatiri, confiando en Xanana Gusmão para la resolución de sus diferencias.

A inicios de mayo, el grupo de militares, en gran parte desplazados a Aileu, al Sur de Díli. Durante esos días, se extendió el pánico entre numerosos habitantes de Díli, que abandonaron la ciudad, para buscar refugio en las montañas o en otras poblaciones. Otros acudieron a instalaciones consideradas más seguras, como iglesias, centros religiosos o de la Misión de Naciones Unidas en Timor Este (UNOTIL). En este momento se estima que más de 60.000 habitantes de Díli están fuera de la ciudad.

Sin embargo, durante esos días no hubo actos violentos reseñables y la tranquilidad parecía ir ganando terreno. No obstante, países como Estados Unidos o Australia recomendaban la salida de sus ciudadanos.

El día 5, el Consejo de Seguridad aprobó la permanencia de Naciones Unidas en el territorio; el día 12 prolongaría la misión de UNOTIL hasta el 19 de junio.

El 6 de mayo la crisis profundizó, ya que a los 591 militares que habían iniciado las protestas por discriminaciones hacia los militares originarios del Oeste del país, se les sumaron veinte militares en activo y cuatro policías. A partir de entonces, Gastão Salsinha, que había sido la figura más destacada de los rebeldes, pasó a un segundo plano, en beneficio del mayor Alfredo Reinaldo. Este responsabilizó directamente a Alkatiri por las muertes producidas a finales de abril.

Aunque Alkatiri se ha mostrado en todo momento reacio a plantear su dimisión, comenzaron a aparecer fisuras en el gobierno. El día 8 dimitía el ministro Abel Guterres, alegando que era incompatible su permanencia en el gobierno con un proceso de apertura del partido que lo apoya, el FRETILIN. Ese mismo día, en Gleno (Ermera), el secretario de Estado para el distrito, Egídio de Jesus, y varios policías fueron retenidos por manifestantes, debiendo usar la policía gases lacrimógenos para liberarles.

Alkatiri ha hablado reiteradamente de que las movilizaciones pretendían derribar al gobierno mediante un golpe que pretendía dotarse de una apariencia de legitimidad constitucional.

El día 9 el gobierno habló de la posible reintegración de los militares disidentes y el 11 Ramos Horta se desplazó a Suai y Maliana, cerca de la frontera con Indonesia, para tranquilizar a la población. Más al norte, en el paso fronterizo de Mota Ain, se registraba desde hacía días un flujo de personas –sobre todo indonesios- que buscaban mayor seguridad en Timor Occidental.

El día 12 el Consejo de Ministros aprobó el presupuesto anual para el año económico 2006-2007, que ascendía a 240 millones de dólares. Pretendía crear 10.000 puestos de trabajo, especialmente fuera de Dili, que trabajarían sobre todo en la construcción de infraestructuras. También el 12, Henry Kissinger, uno de los responsables de la invasión indonesia en 1975, opinaba que Timor ya había sufrido mucho y que debería cesar la escalada de violencia. Por entonces, parecía que así era. Xanana mantenía una visita a China prevista y Ramos Horta declaraba que no era necesario el envío de fuerzas internacionales para mantener la paz.

Desde Aileu, Alfredo Reinaldo reiteraba su fidelidad a Xanana y declaraba haber roto la cadena de mando por disconformidad con la represión de los manifestantes en abril. Horta y Reinaldo dialogaron ese día en Aileu y acordaron un encuentro entre éste y Xanana que tuvo lugar el día 13 en Díli. Xanana mostró confianza hacia Reinaldo y le pidió que mantuviese el orden en Bobonaro, donde podrían producirse brotes de violencia. Reinaldo se mostró satisfecho al final del encuentro.

El día 14 Alkatiri decía que lo peor de la crisis ya había pasado. Parte de quienes habían abandonado la capital estaba regresando y la actividad económica recuperaba su pulso. Una comisión de investigación debía ocuparse de estudiar las demandas de los militares que protagonizaban las protestas. Incluso en Díli se celebró un concierto que fue aprovechado por Ramos Horta para pedir a los jóvenes que mantuvieran la unidad de los timorenses.

Sin embargo, lo peor estaba por llegar. Los días 17, 18 y 19 se celebró un Congreso del FRETILIN en Díli. Parecía un momento propicio para plantearse los problemas de fondo que aquejan al país. José Luís Guterres, veterano miembro de la formación política y actual embajador en Washington, llegó a lanzar su candidatura para sustituir a Alkatiri como secretario general, por estimar que su liderazgo resultaba contraproducente. Sin embargo, debió retirar su candidatura, porque se introdujo una modificación en el método de la votación: en lugar de ser secreta sería a mano alzada. Mari Alkatiri fue reelegido con más del 97% de votos, optando a encabezar la lista electoral para la Asamblea Nacional en las elecciones legislativas del próximo año. Guterres manifestó su rechazo a un estilo que le parecía más propio de un trasnochado leninismo y opinó que se estaban poniendo las bases de un futuro fracaso electoral.

Quienes esperaban que el congreso se aprovechase para dar un giro político, vieron esfumarse sus esperanzas y volvió a elevarse la tensión.

Las declaraciones de Reinaldo subieron de tono el día 22, acusando al coronel Lere de ser responsable de la represión de finales de abril y de no ser capaz de adaptarse a la situación establecida tras el final de la ocupación indonesia.

El 23 se produjeron los primeros enfrentamientos en Díli entre militares seguidores de Reinaldo y otros fieles al gobierno, registrándose los primeros muertos. La capital ha sido el escenario principal desde entonces de estos incidentes, en los que han participado numerosos civiles que han usado armas de fuego y armas blancas.

El 24 el Cuartel General de las Fuerzas Armadas, situado en Taci Tolu (al Oeste de la capital) fue atacado por militares rebeldes, policías y civiles armados. La intervención de la lancha “Oecussi” ayudó a repeler el ataque. Posteriormente los combates se extendieron por diversos puntos de Díli, muchos de cuyos habitantes salieron de la ciudad. Las casas del general Taur Matan Ruak y del coronel Lere fueron  atacadas. En varios puntos de las afueras de la ciudad también había combates, así como en Liquiçá. Entre tanto, Reinaldo hizo una propuesta de paz en las condiciones que pudiera establecer Xanana, en quien depositaba su confianza y se mostró dispuesto a cooperar con las tropas de pacificación extranjeras que pudieran llegar.

El 25 se hablaba ya de 20 muertos y aterrizaron las primeras tropas australianas para intentar restablecer el orden. Xanana manifestó que asumía el control de la seguridad, apareciendo un nuevo punto de discrepancia con Alkatiri, que declaró que se trataba de una decisión inconstitucional, mientras su ministro Ramos Horta entendía que la decisión de Xanana sí encajaba dentro del marco constitucional, al ser Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas.

El cuartel de la Policía Militar fue atacado cuando se encontraba en el interior el ministro de Defensa, Roque Rodrigues. Por otra parte, miembros de la Polícia Nacional de Timor Leste se sumaron a los rebeldes. Su cuartel fue cercado por militares, produciéndose un tiroteo. Tras una mediación de la Policía de la ONU (UNPOL), los policías se rindieron. Ochenta policías salieron a la calle en columna para depositar las armas –flanqueados por oficiales de la ONU, entre los que se encontraba un Guardia Civil español- cuando los militares les dispararon, produciéndose en el momento 7 muertos y 25 heridos entre los policías timorenses (al menos tres murieron poco después como consecuencia de las heridas) y dos oficiales de la UNPOL fueron también heridos. El general Taur Matan Ruak pidió disculpas, pero posteriormente Posteriormente, algunos militares –acompañados por civiles armados- se desplazaron al Hospital Nacional Guido Valadares, donde había numerosos policías ingresados, con intención de matarlos.

Ocho militares dispararon desde un camión indiscriminadamente contra la población en varios puntos de la ciudad.

La ONU –cuyo Consejo de Seguridad había pedido el final de la violencia- estableció un campo para refugiados en Díli. Kofi Annan decidió enviar como representante suyo a Ian Martin, cuya labor durante el referendum de 1999 fue valorada muy positivamente tanto por los timorenses como en el exterior.

Al caer la noche, el vuelo de helicópteros australianos no pudo impedir que siguiesen produciéndose tiroteos en distintos puntos de la capital. Muchas personas se habían refugiado en centros de las canosianas, las carmelitas o los salesianos. Las canosianas, en el barrio de Balide, acogían a unas 8.000 personas, viéndose desbordadas por tal avalancha humana. Ramos Horta agradeció el apoyo de las diversas congregaciones y de la Iglesia en general, especialmente a Alberto Ricardo da Silva, obispo de Díli.

Cuando amaneció el día 26, la ministra Ana Pessoa decía que el Gobierno seguía firme en torno a Alkatiri, aunque admitía que se habían producido algunas discrepancias en el seno del FRETILIN. Reinaldo acusó a Alkatiri de ordenar la masacre del cuartel de la PNTL. Los enfrentamientos eran especialmente intensos en los barrios de Comoro, Balide, Pité y Taibessi. Se producían saqueos e incendios. En ocasiones afectaron a casas de políticos, pero otras veces resultan más difíciles de entender, como el ataque a la casa del Domingos Soares, conocido como Padre Maubere por su inquebrantable defensa de los derechos humanos y el derecho a la autodeterminación durante la ocupación indonesia. Otras veces fueron actos de barbarie injustificable, como el asesinato de una madre y sus cinco hijos –el menor de tres años- por el simple hecho de pertenecer a la familia de Rogério Lobato.

Los efectivos australianos se incrementaron sensiblemente –sumando unas 600 unidades- y comenzaron a llegar militares de Malaysia. Se esperaba también la llegada de portugueses y neozelandeses.

El 27 Mike Smith, uno de los máximos responsables de las tropas de la ONU en Timor en el pasado, opinó que la salida de estas tropas en 2005 fue prematura, dejando al país en una situación vulnerable.

Xanana y Horta enviaron policías de sus propios cuerpos de seguridad para restaurar el orden en el barrio de Pité, que estaba siendo atacado por militares y civiles armados. Mientras, Alkatiri, en una entrevista, admitió la posibilidad de haber cometido algunos errores, especialmente en las cuestiones relacionadas con injusticias en el seno del ejército, pero repetía que la violencia encubría un intento de golpe de Estado. Entre tanto, la falta de alimentos para la población empezó a hacerse más patente.

El 28 de mayo Ramos Horta declaraba que la policía había dejado de ser operativa. Se celebró una reunión de militares rebeldes con militares australianos en Ermera. También se encontraron Xanana y Alkatiri, sin que se alcanzara ningún acuerdo, reiterando Alkatiri su intención de no dimitir.

El 29 los enfrentamientos disminuyeron, pero permanecieron los saqueos. Mientras estaba reunido el Consejo de Estado en el Palácio das Cinzas, se produjo una manifestación de partidarios de Xanana, pidiendo la disolución del parlamento y la dimisión del gobierno. Xanana salió para pedirles calma y que se disolviesen, pero la sesión del Consejo de Estado debió aplazarse. La posibilidad de una dimisión de los ministros más rechazados, Lobato (Interior) y Rodrigues (Defensa) fue tomando fuerza. Más de un centenar de militares y policías rebeldes se entregaron a las tropas australianas que custodiaban el aeropuerto de Díli.

El día 30 millares de timorenses acudían a buscar alimentos en el Ministerio de Agricultura. Los alimentos fueron distribuidos de modo ordenado por militares australianos.

Fueron saqueados el Ministerio de Justicia y la Procuraduría General y la Dirección General de Tierras y Propiedades. Las bases de datos sobre la violencia en 1999 han desaparecido, así como todo el equipo informático.

Se reanudó la sesión del Consejo de Estado, ya sin manifestantes en el entorno. Sin embargo, como durante el transcurso sí se formaron pequeños grupos, Alkatiri eludió la salida principal del Palácio das Cinzas, donde se celebró la reunión, siendo escoltado por militares australianos.

Tras la reunión, Xanana comunicó que asumía la responsabilidad principal en seguridad y defensa y anunciaba medidas de emergencia para restablecer el orden. Salsinha y Reinaldo, militares rebeldes, consideraban que era necesaria la dimisión del propio Alkatiri. Ramos Horta, en cambio, opinaba que ésta podría provocar una reacción violenta por parte de los miembros del FRETILIN. Por su parte, Alkatiri no quería hacer declaraciones sobre las posibles dimisiones de los dos ministros más cuestionados, pero mostraba su conformidad completa con la declaración de Xanana.

El día 30 Kofi Annan declaraba que la salida de las tropas de la ONU podría haber sido prematura, admitiendo que había una extendida opinión de que la ONU tiende a retirarse de las zonas en conflicto excesivamente pronto.

El día 31, tras el anuncio de Xanana, la tranquilidad iba ganando terreno, pero aún se producían saqueos en el barrio de Bécora. Los comercios abrían en el mercado de Comoro, pero un comerciante fue atacado.

Se sumaron nuevas llamadas a la paz, como las de Benedicto XVI y Downer, primer ministro australiano. El obispo de Díli declaraba que el paso dado por Xanana era el primero para la solución de la crisis.

Sin embargo, el pulso entre Xanana y Alkatiri se mantenía, siendo responsable de un aplazamiento de una reunión sobre defensa y seguridad. Xanana quería que los dos ministros cuestionados ya no estuvieran presentes.

En el momento de escribir estas líneas, la violencia, sin haber desaparecido, parece haber remitido y Rogério Lobato y Roque Rodrigues han presentado su dimisión a Mari Alkatiri, que las ha aceptado. Las tropas internacionales constan de 1.800 australianos, 200 malaysios y están en camino militares portugueses y neozelandeses.

 

AMU XICU BAEZA

 

El claretiano valenciano Francisco José Baeza, párroco de Salele (Covalima) está pasando una temporada con su familia en Valencia. Hace dos años que Amu Xicu (Padre Francisco) fue destinado a Timor.

 

INMINENTE VISITA DE MONSEÑOR BELO

 

Don Carlos Ximenes Belo se desplazará próximamente a la Comunidad Valenciana con motivo del acto de investidura como doctor Honoris Causa por la Universidad Cardenal Herrera-CEU San Pablo, que tendrá lugar en Moncada(Valencia) el día 7 de junio. Posteriormente intervendrá en actos en Elche y Mislata los días 8 y 12 de junio respectivamente.

 

AYUDA EUROPEA

 

La Comisión Europea ha decido conceder una ayuda de 18 millones de euros destinados a promover el desarrollo en zonas rurales pobres. Estará financiada por el Fondo Europeo para el Desarrollo.

 

ANIVERSARIO DE LA INDEPENDENCIA

 

El aniversario de la independencia, el 20 de mayo, no ha tenido celebraciones oficiales, a pesar de haber coincidido con un momento de tranquilidad. En Lisboa sí hubo un acto, destacando la presencia de la embajadora Pascoela Barreto y de monseñor Belo, que pidió unidad a los timorenses durante una misa. Para monseñor Belo, el país debe ser capaz de superar odios y violencias, debiendo abrirse un diálogo entre el Gobierno y las autoridades militares para que prevalezca el bien común y la paz por encima de discrepancias de cualquier tipo.

En la Universidade Nova hubo conferencias de Pascoela Barreto, Carlos Belo, el historiador portugués José Mattoso y el profesor portugués Paulo Freixas.

 

PETRÓLEO

 

Una de las concesiones para la explotación de hidrocarburos en el Mar de Timor ha sido adjudicada a la empresa italiana ENI, que ha ofrecido 4’5 millones de dólares, muy por encima de las otras empresas que aspiraban a la concesión.

 

AMNISTÍA INTERNACIONAL

 

Un informe de Amnistía Internacional indica que en el país se han producido detenciones arbitrarias y torturas por parte de la policía y que la justicia se muestra débil ante estos delitos, que con frecuencia quedan impunes.