LIAN TIMOR (Noticias de Timor)   ISSN:1885-3846

BOLETÍN DE TIMOR HAMUTUK 

52-Julio de 2006

 

CRISIS POLÍTICA

 

Lamentablemente, como en pasados meses, la crisis política monopoliza la información sobre Timor. Durante este mes se ha mantenido una alta tensión, aunque el nivel de violencia ha sido significativamente más bajo.

La salida del gabinete de los ministros de Interior y Defensa, que debería haberse producido hace mucho tiempo –lo que tal vez habría evitado la sangre derramada- no llegó hasta el 1 de junio. Las carteras fueron asumidas respectivamente por Alcino Baris (que había sido viceministro de Interior) y Ramos Horta, que mantenía además la de Asuntos Exteriores. Para entonces esta medida resultaba insuficiente y  Alfredo Reinaldo, uno de los militares opositores -que declaraba a inicios de junio liderar la totalidad de dichos militares- pedía la dimisión del propio Alkatiri. Pero este, lejos de reconocer cualquier responsabilidad, afirmaba haber evitado una guerra civil con su actitud e indicaba que tras la crisis había “intereses extranjeros”, añadiendo además que habían operado miembros de las antiguas milicias proindonesias.

A inicios de junio todavía se registraron algunos incidentes, como el asalto de un almacén del gobierno el día 2. Ese día el Hospital Nacional Guido Valadares –que ya padecido graves carencias tanto de material como de personal- cifraba en 21 muertos y 122 heridos las víctimas de la violencia en las semanas anteriores en Díli, pero ese mismo día hubo otro muerto en Comoro, como fruto de enfrentamientos de grupos rivales. Posteriormente, estimaciones de la ONU han elevado a 37 la cifra de muertos.

La falta de seguridad ha hecho que la mayoría de los aproximadamente  140.000 timorenses que abandonaron sus hogares no han regresado a ellos, existiendo problemas para darles una atención adecuada. Unos 65.000 de estos refugiados se han instalado en 30 campamentos ubicados en Díli y sus alrededores, hallándose el resto en distintos puntos del país, sobre todo en lugares de los que eran originarios.

El día 3 la normalidad seguía abriéndose paso, recuperando su tono la actividad comercial en la capital, mientras se producía el acto de toma de posesión de los dos nuevos ministros ante el Presidente de la República. También tomaron posesión 11 jueces, 9 procuradores y 7 defensores públicos, en lo que era también un síntoma de regreso a la normalidad política.

Se produjeron roces entre dos países con gran influencia en Timor: Portugal y  Australia. Portugal envió 120 miembros de la Guarda Nacional Republicana, que llegaron el día 4 y cuyo desplazamiento de Baucau a Díli estuvo jalonado por grandes demostraciones de alegría por parte de la población timorense, que en general no estaba demasiado satisfecha con la actitud de las tropas australianas, por estimar que no se habían implicado suficientemente en la erradicación de la violencia. Sin embargo, Australia intervino con mayor celeridad y tiene un contingente mucho mayor, superando de hecho a los contingentes de Portugal, Malaysia y Nueva Zelanda conjuntamente. Pero Portugal se negó a que sus hombres quedasen bajo las órdenes de mandos australianos. Las diferencias entre Australia y Portugues hicieron que el ministro de Asuntos Exteriores asutraliano, Downer, se desplazase a Lisboa para limar asperezas, alcanzándose un acuerdo para que la GNR portuguesa operase en determinadas zonas de modo autónomo.

El exministro de Interior Rogério Lobato fue elegido el día 4 vicepresidente del FRETILIN. El acceso a tan alto cargo de una figura que había sido cuestionada durante mucho tiempo y responsabilizada por el estallido de la crisis, fue interpretado por los  opositores como una muestra de que el partido gubernamental no aceptaba realmente la existencia de errores en su gestión. Las protestas contra el gobierno se incrementaron. El día 6 hubo una manifestación en Díli pidiendo la disolución del Parlamento Nacional, la dimisión de Mari Alkatiri y la formación de un gobierno de transición. Tales peticiones fueron presentadas al Presidente de la República, Xanana Gusmão.

Alkatiri concretó el día 7 sus acusaciones a los extranjeros: entre elogios a Portugal, acusaba a sectores conservadores indonesios y australianos de provocar la crisis, aunque eludiendo acusar directamente a los gobiernos, especialmente al australiano. Era consciente de que su imagen en los países vecinos, gracias a los medios de comunicación, era mala. También valoró negativamente el apoyo dado por el Vaticano a Xanana. Afirmó estar dispuesto a adelantar las elecciones pero alegó la imposibilidad de hacerlo por la ausencia de legislación que regulara tal medida.

Además, el deterioro de las relaciones de Alkatiri y su ministro Ramos Horta, ahora con dos carteras, se iba haciendo más visible. Horta, entre tanto, mantuvo en Maubisse conversaciones con los militares rebeldes a la que asistió Hasegawa, responsable de la misión de la ONU en Timor. El mayor Reinaldo se mostró dispuesto a iniciar negociaciones, reafirmando su lealtad a Xanana. Horta se mostró dispuesto a suceder eventualmente a Alkatiri en la presidencia del gobierno, posibilidad que fue bien acogida por diversas figuras, como el obispo de Baucau, Basílio do Nascimento, quien rechazó las críticas de Alkatiri a la Iglesia Católica por intromisión en la política, afirmando que se limitaba a favorecer la conclusión pacífica de la crisis.

El día 8 fue incendiada la sede del FRETILIN en Ermera, así como la vivienda de uno de sus dirigentes, mientras se afianzaba como principal cuestión política la posible dimisión de Alkatiri. Horta aceptaba sustituirle si contaba con el apoyo del FRETILIN, pero este, a traves de Francisco Guterres Lu-Olo, presidente del partido y del Parlamento Nacional, reafirmó su apoyo.

La emisión de un reportaje en la televisión australiana ABC constituyó un nuevo y duro embate al liderazgo de Alkatiri. Vicente da Conceição Railos, antiguo comandante de las FALINTIL, acusaba a Lobato y Alkatiri de haber proporcionado a un grupo que él encabezaba armas para eliminar a sus adversarios políticos, cosa que Railos se negó a hacer. Alkatiri lo desmintió tajantemente mientras Horta pidió una investigación rigurosa.

Los militares rebeldes liderados por los mayores Alfredo Reinaldo y Tara comenzaron a entregar sus escasas armas a tropas australianas el día 16, cumpliendo órdenes de Xanana. El grueso de los militares rebeldes, los 591 que iniciaron las protestas y fueron expulsados del ejército, estaban desarmados.

Las acusaciones sobre la actitud de Lobato se incrementaron. La publicación portuguesa Expresso recogía nueva información implicándose en la distribución de armas a escuadrones de la muerte. Rogério Lobato admitió que se formaron grupos para ayudar en caso de necesidad a la policía y pasó a la ofensiva acusando a Xanana de estar implicado en un intento de golpe de Estado para derribar al gobierno. Ante las acusaciones que se cernían sobre Lobato, Horta, cuya posición se reforzaba a medida que se desgastaban Alkatiri o Lobato, pidió una profunda investigación. Respecto a las acusaciones de Lobato a Xanana, fueron rechazadas por el propio Lu-Olo.

El día 17 Xanana y Horta se desplazaron a Bali, donde se reunieron con sus homólogos indonesios para hablar sobre la situación del país.

El día 19 el cerco sobre Alkatiri y sus partidarios se cerraba. Tras una reunión cerca de Liquiçá con Ramos Horta, el comandante Railos, reafirmó sus acusaciones a Lobato y Alkatiri. Añadió que no entregaría las armas hasta que Alkatiri fuera juzgado por un tribunal internacional. Un día después la misión de la ONU en Timor (UNOTIL) ordenó que en caso de que Lobato intentase salir del país, fuese detenido, por considerar que estaba implicado en la distribución de armas a civiles. Mientras, un Alkatiri cada vez más acosado y aislado negaba nuevamente las acusaciones, presentándose como víctima de una conspiración que pretendía satanizarlo para expulsarlo del poder. Explicó la entrega de armas por Lobato como algo normal, ya que desde el período colonial portugués en Timor habían existido unidades de segunda línea.

La UDT, uno de los partidos históricos timorenses, pero con escasa presencia política hoy, anunció el 20 que abandonaba el Parlamento Nacional, alegando falta de seguridad.

Vehículos blindados australianos se apostaron el día 21 en torno a la casa de Rogério Lobato para protegerle de eventuales agresiones. Según medios de comunicación australianos, Lobato, que al prestar declaración ante las autoridades judiciales no había negado ninguna de las acusaciones que se le imputaban (conspiración, asociación criminal, posesión ilegal de armas, intento de revuelta), había intentado huir en avión a Darwin (Australia). Se produjo una nueva manifestación frente al Palácio das Cinzas, residencia del Presidente de la República. Los manifestantes fueron recibidos por Sukehiro Hasegawa, que recibió efusivos saludos por parte de algunos manifestantes. El responsable de UNOTIL pidió a los manifestantes que actuasen de modo pacífico. Xanana convocó una reunión del Conselho de Estado, tras la cual exigió la dimisión de Alkatiri, porque tras haber conocido su implicación en la distribución de armas, no confiaba en él, amenzando con cesarlo si no lo hacía. Alkatiri se  mostró dispuesto a dimitir si así lo pedía su partido.

Lobato prestó declaración y el día 22 fue puesto en arresto domiciliario por orden judicial. Aunque un pequeño sector del FRETILIN se mostró partidario de que Alkatiri abandonse sus cargos en gobierno y partido, ese día el partido reiteró su apoyo al presidente del gobierno, denunciando la persecución de Lobato y pidió a sus militantes que se mantuviesen alerta.

Dentro del largo puso entre presidentes de república y gobierno, el primero intentó mermar la legitimidad del liderazgo Alkatiri del FRETINLIN afirmando que durante su último congreso se habían producido compras de votos. Pero sobre todo dijo que si Alkatiri no dimitía aquel mismo día, sería él quien lo haría el día 23. Con ello la presión sobre Alkatiri se incrementó. Éste mostró su disposición a dejar la estratégica cartera de Recursos Energéticos, pero no la presidencia del gobierno.

En un mensaje al país, Xanana acusó al FRETILIN de no haberse desprendido todavía de su bagaje marxista-leninista e hizo críticas a los moçambicanos, grupo reducido pero influyente del FRETILIN que estuvo exiliado en Mozambique durante la ocupación indonesia y entre los que se cuentan Alkatiri o Roque Rodrigues.

Ante esta escalada, varios líderes de partidos políticos mostraron su preocupación. Fernando Araújo, del PD, temía que la población intentase ocupar las sedes de gobierno y parlamento y anunció que sus diputados abandonarían el parlamento, como ya habían hecho los de la UDT. Mário Carrascalão, líder del PSD, declaraba que se podría producir un levantamiento popular a favor de Xanana para desplazar definitivamente a Alkatiri. El obispo de Díli, Alberto Ricardo, se pronunció a favor de la dimisión de Alkatiri. Xanana también recibió apoyos del primer ministro australiano Howard y la propia ONU –a través de Hasegawa- terminó pidiendo a Xanana que no dimitiese para evitar males mayores. Se estaba preparando una gran manifestación de apoyo a Xanana, acudiendo timorenses llegados de distintos puntos del país, habiendo reforzado tropas australianas la protección de edificios oficiales en previsión de posibles disturbios.

El largo pulso entre Xanana y Alkatiri estaba llegando a su fin. La tarde del día 23 Xanana se desplazaba al Palácio do Governo, donde se habían concentrado millares de manifestantes para pedir la dimisión del gobierno, siendo acogido entusiásticamente. Dio esperanzas de una pronta resolución de la crisis, pero sin concretar el modo. Después intervino Railos, reiterando sus denuncias y pidiendo a los manifestantes que actuasen de modo pacífico. Desde Baucau, el obispo Basílio do Nascimento también pedía la dimisión de Alkatiri.

En el seno del FRETILIN se extendía la convicción de que había que ceder, consolidándose la idea de admitir la dimisión de Alkatiri, pero manteniendo un miembro del partido la presidencia del gobierno. Ramos Horta se ofreció a reingresar en el FRETILIN si con ello contribuía a aliviar las tensiones. Anunciaba también que Alkatiri estaba decidido a dimitir.  Pero además de Horta, se hablaba de Ana Pessoa, ministra de Estado, como posible sustituta de Alkatiri. Este comunicaba el 24 su disposición personal para dimitir, pero consideraba que la decisión debía ratificarla  el Comité Central del partido, que le designó para el puesto. Entonces, se produjo una manifestación frente a la sede del FRETILIN, pidiendo los manifestantes la dimisión. Lu Olo, presidente del partido, estimó que no había condiciones para poder debatir libremente, atrasando la reunión. Poco después se producía otra manifestación frente al Parlamento Nacional, procediendo a un cierre simbólico del mismo.

El día 24 empezaron a entregarse a las autoridades judiciales las armas supuestamente distribuidas a escuadrones de la muerte. El gobierno padecía una nueva fisura al dimitir Maria Domingas Alves, asesora de Alkatiri, alegando que el gobierno había perdido cualquier poder efectivo.

El día 25 millares de ciudadanos venidos de diversos puntos del país estaban en las afueras de la ciudad, pretendiendo entrar en ella para manifestarse contra Alkatiri. Acudían llamados por un Frente Nacional Justiça e Paz, liderado por el mayor Tara, uno de los militares que, junto con Reinaldo y Salsinha, más se ha distinguido por su oposición al gobierno. Los manifestantes fueron entrando en pequeños grupos, siendo sometidos a estrictos controles de seguridad para asegurarse de que no llevaban material que pudiese ser empleado en acciones violentas.

El Comité Central del FRETILIN se reunió, en un ambiente de descomposición del gobierno, ya que Luís Lobato, vice-ministro de Sanidad, también había presentado la dimisión por no existir condiciones para poder desarrollar su trabajo. Más grave era la dimisión de Ramos Horta, que acumulaba dos carteras y la de Ovídeo Amaral, ministro de Transportes y Comunicaciones. En la reunión se rechazó la solicitud de dimisión de Alkatiri. Al día siguiente el deterioro se hizo más profundo, dimitiendo el ministro de Educación, Armindo Maia, y tres secretarios de Estado. Finalmente, viéndose al frente de un gabinete fantasma, Alkatiri tomó la decisión que tanto se le había pedido y que tanto había eludido, anunciando en rueda de prensa su dimisión.

Solucionado un problema, otro apareció en el horizonte, ya que se temían las posibles protestas de los partidarios de Alkatiri. Desde Mozambique, sectores que apoyaron a este durante su exilio acusaron a Australia de haberle derribado por sus intereses petrolíferos en el Mar de Timor. Desde Australia, Howard mostró satisfacción por la salida de Alkatiri, estimando que su decisión era un paso importante para resolver la crisis.

El día 27 millares de partidarios de Alkatiri se movilizaron en los alrededores de Díli, dispuestos a entrar en la capital. La mayoría de partidos opositores retiró su confianza al presidente del Parlamento Nacional, Francisco Guterres Lu-Olo. Este acudió a Hera, donde había millares de seguidores del FRETILIN, para pedirles que no entrasen en la ciudad, evitando así posibles enfrentamientos con los manifestantes opositores, cuyo número había descendido tras la dimisión del presidente del gobierno. El Conselho de Estado prorrogó 30 días las medidas de emergencia adoptadas el 30 de mayo. Prueba de que no faltaban motivos para la medida fue que aquella noche volvieron los incidentes entre partidarios y opositores de Alkatiri, levantándose barricadas y quemándose diez casas en Díli. La intervención de tropas internacionales impidió que los disturbios cobrasen mayor magnitud.

Xanana, entre tanto, iniciaba las gestiones para nombrar un nuevo gobierno, tarea que se reveló complicada. Horta a ejercido de facto la coordinación del gabinete en funciones. Además, para rebajar la tensión, Xanana pidió a los manifestantes opuestos a Alkatiri de otras poblaciones que abandonasen la capital, cosa que empezaron a hacer el 28. No obstante, la situación distaba de ser normal y las instalaciones de Rádio Televisão de Timor Leste debieron cerrar al veer amenazada su seguridad por la acción de manifestantes partidarios de Xanana.

El 29 se permitía entrar en Díli a unos 4.000 manifestantes del FRETILIN procedentes del interior que se habían concentrado en las afueras de la ciudad y a los que Alkatiri pidió que no entrasen hasta que se retirasen los manifestantes contrarios. Como sucedió días antes, los manifestantes fueron sometidos a un exhaustivo registro para evitar que promoviesen incidentes. No obstante, existía temor de que estos apareciesen. Un grupo de partidarios de Xanana se aproximó a los manifestantes gritando consignas contra Alkatiri. En el barrio de Bidau hubo algunos enfrentamientos.

Xanana dirigió un mensaje a los manifestantes pidiéndoles que se comportaran pacíficamente y Alkatiri y Lu-Olo hicieron otro tanto, solicitando que volviesen a sus casas y prometiendo una victoria en las próximas elecciones.

El día 30 Alkatiri solicitaba el retrasar su declaración sobre la supueste entegra de armas a escuadrones de la muerte. Alegó, además de su inmunidad parlamentaria, la ausencia de sus abogados. Lobato admitió haber entregado armamento a Railos para que actuase como apoyo a la policía, después de que el comandante de ésta abandonase su puesto.

En el exterior, la ONU. El 20 el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad prolongar por dos meses el mandato de UNOTIL. El día 22, en plena pugna entre Xanana y Alkatiri, Kofi Annan reconoció la conveniencia de reforzar la presencia de la ONU. Ian Martin sigue jugando un importante papel y ha viajado a Timor encabezando un grupo de expertos de la ONU. Martin admitió la posibilidad de que en los próximos meses acudan fuerzas de Naciones Unidas. El 30 Annan nombra al brasileño Sérgio Pinheiro jefe de una comisión especial que investigará los actos violentos producidos desde abril.

Además, en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea que se celebró en Bruselas a mediados de mes se expresó no sólo la preocupación por la situación de Timor, sino interés por un incremento de la presencia de la ONU. También se celebró poco después una cumbre de la Comunidade dos Países de Língua Portuguesa (CPLP), decidiéndose crear una comisión para estudiar la situación de su único miembro asiático.

Se están emprendiendo acciones para encauzar ayuda económica al país. La Comisión Europea ha concedido una ayuda de 18 millones de euros para reducir la pobreza y promover un desarrollo sostenible en Timor. Se destinarán sobre todo a zonas rurales, donde vive la mayoría de la población y donde está más extendida la pobreza. Sanidad y educación serán áreas prioritarias. ACNUR está recogiendo fondos para atender a los numerosos refugiados.