LIAN TIMOR (Noticias de Timor) ISSN:1885-3846
BOLETÍN DE TIMOR HAMUTUK
Aunque la violencia sigue remitiendo, no puede darse por cerrada la crisis política. Se han producido declaraciones que ponen de relieve la persistencia de los problemas que desembocaron en la anterior crisis y que podrían dar lugar a nuevos incidentes. Ron Redmond, portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados ha hablado de síntomas de polarización entre las comunidades orientales y occidentales en Díli y sus alrededores. El gobierno australiano ha advertido a sus ciudadanos sobre el incremento del riesgo de incidentes. En este contexto, la mayoría de refugiados ha optado por no abandonar los campamentos.
Una noticia positiva para la vuelta a la normalidad es la recogida de unas 1.700 armas de fuego, que fue anunciada por el general de brigada Mick Slacker, que está al frente de las fuerzas australianas. También han sido recogidas y destruidas una gran cantidad de armas blancas.
Unas declaraciones de Abílio Mesquita (Mausoko), que fue vicecomandante de la policía del distrito de Díli, han reabierto la cuestión de las responsabilidades de la crisis. Mesquita, que se halla desde su detención a fines de junio en la prisión de Becora, de donde no escapó con el grupo del mayor Reinaldo, asegura que el 25 de mayo el presidente Xanana Gusmão le ordenó atacar la residencia de Taur Matan Ruak, jefe del ejército y además ha acusado a Xanana de instigar las protestas que condujeron a la dimisión del anterior presidente del Gobierno, Mari Alkatiri. Xanana no ha contestado a las acusaciones de Mesquita.
El 24 de septiembre hubo nuevos incidentes en las proximidades del mercado de Comoro, entre grupos rivales que se lanzaron piedras. Varias familias, en su mayoría originarias del Este del país, buscaron refugio en el Seminário Dom Bosco.
La carmelita timorense Romana Maia, tras trece años de presencia en la Comunidad Valenciana, ha pasado desde el mes de septiembre a desarrollar su trabajo dentro de la congregación en la localidad sevillana de Paradas.
Una ceremonia en Díli, presidida por José Ramos Horta, marcó el inicio del despliegue de los 554 policías extranjeros llegados en virtud de las medidas adoptadas por el Consejo de Seguridad en el mes de agosto. En él se aprobó la creación de la Misión Integrada de Naciones Unidas en Timor Este (UNMIT), con un mandato inicial de seis meses. La misión contará con 1.608 policías y 34 militares, que estarán dirigidos por el portugués Antero Lopes.
Posteriormente Horta ha pedido que, en caso de que la presencia policial internacional no aumente, la antigua metrópoli envíe más policías. Actualmente se encuentran en Timor 120 efectivos de la Guárdia Nacional Republicana.
Los ministros de Asuntos Exteriores australiano (Alexander Downer), indonesio (Hassan Wirajuda) y timorense (José Luís Guterres) se reunieron en Díli para analizar la evolución del país, así como problemas regionales como el terrorismo, la pesca o los movimientos migratorios. Australia deseaba una retirada significativa de sus fuerzas en Timor. Wirajuda se mostró dispuesto a incrementar la cooperación con Timor Este y Australia (especialmente con el Norte de este país).
El mayor timorense, fugado de la prisión de Becora a fines de agosto, como ha venido haciendo desde que se sumó a las protestas contra el gobierno de Alkatiri, ha reiterado su lealtad a Xanana y ha pedido que no se le detenga, pues –aunque está armado- niega ser un problema para la seguridad del país. Reinaldo ha añadido que si las tropas australianas usaran la fuerza para intentar detenerle, se defendería.
El 22 de septiembre, Domingus Silva, natural de Atambúa, localidad fronteriza con Timor Este, fue fusilado junto con otros dos indonesios en Palu (Celebes). Fueron condenados a muerte en 2001 tras incidentes entre musulmanes y cristianos en Celebes. El fusilamiento ocasionó protestas en Atambúa, resultando heridos dos policías y registrándose, según estimaciones de Cruz Roja, unas 200 detenciones. La intervención de sacerdotes hizo que la tensión entre los habitantes disminuyese.