Counter

Educando Bajo el Horizonte

 

Compartimos la sensación de hacer un trabajo importante y la confirmación de saberlo, la sociedad nos confía la formación intelectual pero también humana y de los valores de sus hijos, del futuro. 

Al parecer va a haber cambios, y esto debería ser bueno. Los cambios son necesarios, la ciencia se basa en el cambio. Al parecer algunos cambios en la reforma afectarían a la única materia en la que tengo razón de hablar. La noticia: mutilar curricularmente Astronomía como materia. (Esto puede ser su eliminación o algo peor). 

Casi de inmediato uno se pregunta cuales son las consecuencias de un acto de esta índole. 

¿Deteriorar aún más la naturaleza decaída de nuestra enseñanza?

¿Prolongar la ignorancia en temas fundamentales acerca del universo? 

Ya es bastante difícil explicar muchas de las cosas que suceden al ciudadano común, el que nos confía a sus hijos. 

La tecnología ya se parece a la magia, la usamos apretando botones que disparan acciones que no comprendemos. 

El programa de Astronomía nos da una visión del universo completa y sin complejidades absurdas, nos explica como orientarnos, por qué el cielo es azul, por qué los planetas son esféricos y cómo puede existir una fuente de energía que permita que el sol brille miles de millones de años. ¿Por qué existe un principio del universo y del tiempo? ¿Qué es la vida y qué es el Sistema Solar con relación a la vida? ¡Cuán preciosa y rara! Y nos lleva desde los griegos con sus errores, intuiciones y aciertos hasta la actualidad. Vemos como se combaten los dogmas con la razón a través de Copérnico, Galileo, Kepler y toda figura científica brillante de nuestra historia. 

Entonces no resisto preguntarme: ¿Esto es lo peligroso? 

En relación con referentes de la materia solicité humildemente adhesiones y así presentar ante las autoridades una moción plural para que se reconsidere este paso; la respuesta fue una sorpresa enorme, cientos de personas en todo el mundo inmediatamente pusieron a disposición sus nombres, teléfonos y direcciones de correo-e como muestra de apoyo. Personalidades a cargo de los observatorios más importantes del mundo, pero también ciudadanos comunes, maestros, amas de casa. Gente en distintos países, de distintas edades comienzan a interesarse por lo que hacemos, algunos no hablan español, o reaccionan ante la palabra Uruguay como nosotros a Tanzania o Tombuctú, algunos desearían haber tenido la oportunidad de aprender algo acerca del universo cuando tenían la edad para dirigir sus carreras, otros se asombran que ante la claridad que supone que exista Astronomía como asignatura curricular, se decida eliminarla. De hecho miles de alumnos no la tienen ya. Miles de alumnos a los que nunca se les responderán los enigmas fascinantes del universo. 

Estoy seguro de algo, si ha de haber un cambio, este debe ser más astronomía. 

En primero, dos horas semanales para complementar e introducir a los más jóvenes al siglo XXI. 

En segundo para que comprendan los rudimentos de las nuevas asignaturas que ven aplicadas en forma única en esta ciencia que muestra a las demás en forma absolutamente aplicada. 

En tercero, tres horas semanales para lentamente intuir y entender las complejidades del universo que no vemos porque escapamos al funcionamiento real del universo por ser demasiado lentos o demasiado grandes, pero que basan toda la tecnología que utilizamos para salvar vidas o recrearnos. 

En cuarto cuatro horas semanales que permitan enlazar a la filosofía y a la literatura, así como a la física y a la química y matemáticas e historia, para que aquellos que continúen en su camino por las letras tengan claros algunos importantes hechos y eventos de la ciencia y un sano escepticismo hacia las promesas y las pseudociencias. 

Para que los que continúen en un camino hacia la ciencia tengan todo el conocimiento que les provee nuestra condición de frágiles humanos producidos por una serie de casualidades casi impensables, y acerca de como la sucesión de eventos humanos ha dado origen a una civilización única, y sin duda la única que conocemos. 

Si existe una reforma, los que opten por un bachillerato artístico no deben olvidar que grandes músicos han sido astrónomos y matemáticos, que artistas plásticos y literarios han salido directamente de las entrañas de la ciencia que nada humano es ajeno, que negar una faceta del mundo y parcelar el conocimiento es parcelarnos a nosotros mismos. 

En suma, repetir lo que ya sabemos como una cosa nueva, lo que es muy triste. 

Si somos lo que sabemos, nuestros recuerdos, nosotros mismos, estamos mutilando nuestros hijos y nuestro futuro. 

Al menos diremos que no lo hacemos inconscientemente. Y si tenemos suerte e integridad, podremos decir que no lo hicimos nunca. Perdida que parezca una batalla, no se termina hasta que no se termina.

 

Volver a página principal

1