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“LOS MANIFIESTOS
TALIBANES Y CONFESATORIOS DE FRANCESCHI Y PEÑA ESCLUSA”
Por: Carlos Ríos – Coordinador Principal.
El nivel de descomposición existente dentro de la Coordinadora Demagógica
es aberrante, ya que por su misma composición resulta imposible de sostener en
forma armónica y organizada. Han tenido que admitir muchos de sus voceros que
existe la división interna, explicando que es por cuestiones de la gran
diversidad presente, mas sin embargo, luego de una radiografía, es indiscutible
que lo que los lleva al fracaso es que cada quien quiere lo suyo, es decir,
solo están por agarrarse algo a la hora de la chiquita, pero están concientes
que otro que tienen al lado también quiere lo mismo, y por consiguiente origina
el distanciamiento, ya que ninguno tiene pensado dejarse quitar lo que tanto
anhela. Pero la misma Coordinadora Demagógica ha pasado por diversas etapas
después del 11-A, ya que al quedar al descubierto las fauces horrendas de su
fascismo, entonces comenzaron a tratar de cambiarse la imagen y colocarse en
diferentes poses que de nada sirvieron. Primero vino el Puntofijismo fascista
Light, encabezado por Elías Santana y Orlando Urdaneta, donde el primero fallo
por haber creído (supuestamente) en las ideas de Gandhi, tan contrarias para
los fans de la oposición y el otro por hablar pendejeras más allá de lo que le
tocaba y habérsele notado el plumero que soltaba. La segunda etapa era la
intimidatoria, protagonizada por Patricia Golpeo y su “comeaguacate” además de
la Zago y la Hidalgo Valero (la Tintorera), pero ambas también se tiraron la
toalla, ya que quedaron demasiado mal paradas ante la opinión publica, dándole paso
al tercero, es decir el Cabillero, reunido entre Rafael Marín, Ledezma y
Alvarenga, quienes fracasaron también, ya que luego de la Borrachera en la
fiesta del Nazional, de tanta incoherencia, fueron desplazados por la mas
reciente que es la del los Politiqueros, encabezada por Miquilena y Peña,
funcionando en el sentido simple del maletinazo y el perdigonazo
respectivamente, mas sin embargo, esto les ha costado prácticamente el nombre,
ya que el descrédito generalizado no tiene limites.
Pero como la fauna en dicho Zoológico
opositor tiene de todas las especies, no podían faltar los verdaderos Gorilas,
que no son otros que Alberto Franceschi y Alejandro Peña Esclusa, quienes a través
de la Internet, andan divulgando de forma constante por los correos escuálidos,
unas misivas, ambas parecidas, donde establecen que ya es el momento de apelar
a la violencia, con saña, de brincarse la constitución, ya que para ellos, no
les importa ni les interesa, porque huele y es de Chávez y les parece
despreciable. También contemplan la violencia como salida única al problema, ya
que si esta vuelve a salir, pues tendrá una respuesta golpista de los
militares, ya que consideran que esto es lo único que podrá sacar al Presidente
de Miraflores, mencionando de forma continua su desprecio hacia el pueblo
Revolucionario, calificándonos de Maleantes y repitiendo la tesis de la
supuesta invasión a las Zonas oligarcas de un momento a otro. Pero lo insólito resulta
en que ellos exhortan a sus seguidores, de centrarse en la necesidad de
capitular la violencia y presentarse como victima del Chavismo, y de una manera
simple y llana, que no es otra que dejarse matar, es decir, inmolarse en una confrontación
por el bien de su causa, mas sin embargo, ellos nunca mencionan que serán los
primeros en hacerlo, ni dejarse matar ni ser quienes violen la constitución, ya
que imaginamos que es porque ellos serian quienes tomen el poder en el momento
dado.
Pero lo dejamos a ustedes,
sin mas que agregar que lo que aquí leerán, solo pidiéndoles que divulguen esta
información por todas partes, para lograr desmontar este plan macabro, ya que
no es que nosotros vayamos ha matar a nadie, por el contrario, toda vida debe
preservarse, pero es esto una manera de avisar lo que subterráneamente traman
en la oposición y salvar vidas tanto de este como del otro lado, y ojo, esto es
muy reciente, y debemos andar moscas con el mes de Septiembre, ya que se cumpliría
el 11 otro año de la caída de Allende.
¿Cómo aplicar la desobediencia
civil?
Palabras pronunciadas por Alejandro Peña
Esclusa, Presidente de Fuerza Solidaria, en el Foro titulado "Después
de Puente Llaguno ¿Cómo aplicar la desobediencia civil?", realizado
el 8 de agosto de 2002.
El control que pretende ejercer el oficialismo sobre la mayoría de
los venezolanos es un control de tipo psicológico basado en el terror. Ellos
amedrentan e infunden miedo para que nosotros, que somos mayoría, no actuemos
contra ellos.
Esta operación psicológica tiene muchas
vertientes. Una primera vertiente es la del miedo y del
amedrentamiento, que es un simple chantaje; y para contrarrestarlo debemos
preguntarnos: "¿Qué pasa si por miedo no los enfrentamos? ¿Es que acaso no
vendrán tarde o temprano hasta nuestros hogares a quitarnos todo,
pero estando nosotros en inferioridad de condiciones?". Es un chantaje
absurdo en el que caemos.
La operación psicológica incluye el uso sofisticado y sutil de los prejuicios y
axiomas, del "cassette" que tenemos en la cabeza, para usarlo en
favor de ellos. Aquí está la verdadera asesoría de Fidel Castro. Hay un estudio
psicológico orientado a desentrañar cuál es la forma de pensar del venezolano,
sobre todo de la clase media; a determinar cuáles son los axiomas fundamentales
que lo motivan, a fin de usar esos axiomas para manipular y controlar al
venezolano.
-El virus
que infecta a la Oposición-
Un primer cassette que tenemos en la cabeza es éste:
"tenemos que ser democráticos". ¿Qué significa ser
demócrata?, que las Fuerzas Armadas no pueden intervenir; "porque eso
es golpe y el golpe es malo", nos decimos. Ese es un cassette
proveniente del temor a regresar al pasado, al pasado de los caudillos
militares. Sin embargo, obviamos que quien nos gobierna es justamente un
caudillo militar, que además está construyendo una estructura paramilitar
armada, por encima de las Fuerzas Armadas; y a estas alturas hay una
cantidad de políticos y líderes de ONGs que todavía se atreven a decir que
las Fuerzas Armadas no pueden intervenir, y mucha gente les de la razón. Ese
cassette, ese axioma falso, lo utiliza el Gobierno en nuestra contra.
Las Fuerzas Armadas también tienen ese cassette, ellos también se lo
creen: "nosotros no vamos a intervenir porque este es un asunto civil,
lo tienen que resolver los civiles", dicen. ¿Cómo que lo tienen que
resolver los civiles? Hay un millón de personas marchando y en el Puente
Llaguno hay cincuenta mafiosos, fascinerosos, maleantes, con pistolas 9
milímetros, ¿y estos cincuenta son más importantes que el millón de
manifestantes? Claro que no, pero éstos disparan y aquellos están desarmados.
¿Y las Fuerzas Armadas no van a intervenir? Eso es un cassette.
¿Cuál es el segundo cassette? Decimos: "Esto hay que
resolverlo de forma pacífica". Sin embargo, es una realidad incuestionable
que el chavismo, querámoslo o no, va a ejercer la violencia contra
nosotros. De hecho, lo está haciendo ya y lo seguirá haciendo.
El día que pretendamos deponer a Chávez, no importa cuán legitimamente lo hagamos
(juicio, referéndum, enmienda, etcétera), el chavismo ejercerá la violencia
generalizada con toda su fuerza y poder. Aún si no hacemos nada y si dejamos de
luchar, de todas maneras vendrá la violencia, pero de otra forma: nos quitarán
nuestras casas, abolirán la propiedad privada, cerrarán los colegios
privados, convertirán a Venezuela en una nueva Cuba y querrán que nos sometamos
a sus imposiciones arbitrarias o que nos vayamos del país, como han tenido que
hacer los cubanos.
Ahora bien, ¿Cuál es el desenlace más pacífico que podemos esperar? Bueno, lo
más pacífico es que el desenlace de esta pesadilla se lleve a cabo hoy y no
dentro de un año; porque hoy, hay un determinado número de círculos chavistas
paramilitares, dentro de un año habrá diez veces más; hoy, de las Fuerzas
Armadas todavía queda algo, dentro de un año no; hoy, algunos de nosotros
todavía están empleados, dentro de un año no; y encima, el Foro de Sao
Paulo va haber avanzado en todo el continente con el financiamiento que le
proporciona Chávez y él tendrá mayor respaldo internacional del que hoy tiene.
Por tanto, si el desenlace se da dentro de un año, no solo habrá mayor
violencia, sino que el chavismo tendrá muchas más posibilidades de salir
victorioso; en cambio, si el conflicto se desata hoy, seguramente Chávez
perderá.
Tercer cassette que existe dentro de la
Oposición: "En la unión está la fuerza. Hay que unirse con todo aquel
que esté en contra de Chávez". Pero resulta que dentro de
la Oposición hay quien dice "yo estoy en la Oposición, pero
estoy pensado en ser Vicepresidente de la República la próxima semana".
¿Como hacer planes con un fulano así? uno no sabe si al día siguiente se
los va a revelar a Chávez. Luego otro dice "yo estoy contra Chávez,
pero no contra Fidel Castro; es más, estoy inscrito en el Foro de Sao
Paulo". Llegado el momento culminante de la crisis, uno no sabe si
este hombre dará media vuelta y se pondrá al lado de Chávez, porque Chávez y
Fidel Castro son una y la misma cosa. Finalmente, otro dice "yo
practico la no violencia activa, quiero sacar a Chávez, pero sin
enfrentamientos, sin desobedecer lo que me ordena el Gobierno".
Este es el tipo de individuo que habla continuamente de Gandhi pero
sin entender una papa de lo que hizo Gandhi.
Como puede verse, en la unión no siempre está la fuerza. La unión solo funciona
cuando quienes participan de esa unión comparten los mismos
criterios, comparten la misma determinación, la misma
verticalidad. Pero con infiltrados, cobardes, oportunistas, mezquinos,
ambiciosos o corruptos, jamás se logrará nada. La falsa unidad con ese tipo de
pseudo líderes solo sirve para llevar a la sociedad civil a una serie de
acciones, que van fracasando por la errónea conducción del falso
liderazgo, y la gente se cansa y se desmoraliza.
Por lo tanto, en lugar de pedir la unidad de la Oposición, hay que
exigir su depuración. De lo contrario, seguiremos desperdiciando un
tiempo precioso.
El cuarto cassette existente en nuestra mente es éste:
"No puede haber un líder de la Oposición. Todos somos líderes. Si existe
un jefe, habrá división y además, se puede convertir en otro
Chávez".
Existe rechazo a la figura de un jefe, debido a la nefasta
sucesión de caudillos que ha tenido Venezuela en el pasado: dictadores, tiranos,
presidentes vitalicios de partidos, etc. Se ha descalificado la figura del
jefe, simplemente porque hemos tenido malas experiencias. Sin embargo, el uso
abusivo de la autoridad no justifica que desechemos una figura tan
importante en tiempos de crisis, como es la del jefe.
Sin un jefe, es imposible enfrentar una crisis política, o ganar una guerra, o
emprender acciones de desobediencia civil exitosamente.
Como es sabido, las acciones de desobediencia civil no son estáticas,
son profundamente dinámicas. Frente a cada acción de desobediencia
civil, el tirano contesta con otra acción de represión; uno le responde y él a
su vez riposta con otra, y así sucesivamente. En momentos de crisis, los
enfrentamientos pueden desarrollarse en lapsos cada vez más breves y
bajo intensas presiones. Un condominio de líderes o un cuerpo colegiado de
líderes no es capaz de dar respuesta rápida y eficiente a un proceso de este
tipo. Por el contrario, muchas veces disienten, e
incluso muestran sus desacuerdos en público, como ocurrió el pasado
11 de julio con los líderes de la Oposición durante la marcha a
Miraflores, causando confusión y frustración.
Estos axiomas, estos cassettes, actúan como un virus que nos
ha infectado a todos e impide que realicemos una acción definitiva y
final contra el Régimen. Somos nosotros, con nuestros axiomas equivocados,
los que impedimos la caída de Chávez. De allí la importancia de deshacernos de
esas falsas concepciones.
-Los
valores que inspiran la desobediencia civil-
Las recetas de desobediencia civil son meros actos, meros
predicados; lo importante, más que los actos, son las personas que los llevan a
cabo. No hay resistencia al imperialismo británico en la India sin Gandhi.
No hay derechos civiles en los Estados Unidos, durante la discriminación a los
negros, sin Martin Luther King. Personas, no recetas. Personas que tienen
una actitud, y esa actitud jamás es de orden material.
No se puede llevar a cabo la desobediencia civil sin motivaciones
trascendentes, imposible. Porque aquel que se rebela contra el poderoso, corre
el riesgo de perder todo lo que tenga, lo más preciado, incluso la vida. Si esa
persona tiene como primera prioridad resguardar su vida, cuando llega el
momento culminante de la desobediencia civil, cuando se enfrenta cara a cara
con el tirano, entonces el tirano amenaza con todo su poder, y la persona
retrocede, se rinde, porque lo primero es su vida.
No es posible llevar a cabo acciones de desobediencia civil si la vida de
quien las realiza no está en tercer o cuarto lugar de sus prioridades. La
persona se dice a sí misma: "Tengo que defender mi vida, no deseo
perderla, pero eso no es lo más importante, porque tarde o temprano de todas
maneras voy a morir. Primero están mis valores, primero están mis principios,
primero está mi país, primero están mis convicciones morales y espirituales;
después está mi vida". Y si el tirano pretende chantajearlo
amenazando con que le va a quitar la vida, la fuerza de quien realiza las
acciones de desobediencia civil consiste en responderle "¡Quítame la vida!
¡te reto! ¡pero hazlo en público, delante de todo el país! y veamos cuáles
serán los efectos en el país cuando tú, injustamente, me quites
la vida". La desobediencia civil consiste en tener esa actitud, firme,
valiente y generosa. Pero no puede ser un bluff, como
en el poker, tiene que ser un compromiso trascendente y verdadero.
Lo que ocurre con muchos líderes de la Oposición, es que
carecen del "equipamiento" moral y espiritual capaz
de suministrarle la fortaleza y la determinación requerida para
enfrentar adversarios tan peligrosos como Chávez y quienes le rodean. Más
bien hay un profundo sentido de pragmatismo, de oportunismo, de buscar
cargos y beneficios personales. Es imposible dar la pelea con esos
parámetros. La única forma de dar la pelea y ganarla es diciéndose:
"voy a luchar por un principio fundamental, que para mí es lo más
importante; lo que ocurra después, si me dan un cargo, si no me lo
dan; si me reconocen el esfuerzo o no lo hacen; eso es
secundario". Si no hay esa actitud, fracasa la desobediencia
civil.
Sólo una actitud sublime, basada en lo más hermoso, basada en el
amor a la Patria, el amor a la familia, el amor a los hijos de esos chavistas,
que no se imaginan en qué triste mundo van a vivir si llegasen a
triunfar sus padres; el amor a unos principios, el pensar en el futuro, en las
futuras generaciones, en nuestros nietos, en pensar: "¿Por qué no
podemos dejarles un país industrializado? ¿Por qué no dejarles un
país mejor, teniendo tantas riquezas, tantos recursos humanos y materiales,
tantas bellezas naturales?". Si eso no es lo que inspira a un líder,
entonces es incapaz de conducir con éxito una acción de desobediencia civil,
sobre todo cuando lo que está en juego es la vida misma.
-Motivar la
acción de las Fuerzas Armadas-
Habiéndoles dicho todo esto, quiero anunciarles que Fuerza
Solidaria retoma la calle. Pero con una consideración: todas nuestras
acciones de calle fueron diseñadas para salvaguardar la vida y la seguridad de
cada uno de los manifestantes que convocábamos. Decidimos dejar la
calle, cuando la vida de quienes marchaban junto a nosotros estuvo en
riesgo, por eso suspendimos las marchas, y por eso propusimos la realización de
una huelga general; para proteger la vida de los ciudadanos civiles, y que
actuaran las Fuerzas Armadas contra los círculos paramilitares
oficialistas. Lamentablemente, ya no hay en las instituciones económicas y
sindicales la fuerza para llevar a cabo exitosamente una huelga general. Y ya
se ha desgastado tanto la Oposición, por los errores cometidos por sus líderes,
que no hay otra forma de forzar la caída del Gobierno sino arriesgándose.
Así que las acciones de calle que emprenderemos de ahora en adelante -hay que
aclararlo- serán riesgosas; no por nuestra actitud, sino por la represión que
ejercerá el oficialismo. Todos aquellos que nos acompañen van a correr un
riesgo. Pero el riesgo y el peligro será mayor si no hacemos nada, si
permitimos pasivamente que el Gobierno imponga un modelo comunista en
Venezuela.
Las acciones que Fuerza Solidaria va a realizar,
van a tener un objetivo único: forzar a las Fuerzas Armadas a intervenir. Si
eso significa que hay que inmolarse -es decir, correr el riesgo de que los
círculos paramilitares chavistas nos ataquen- frente a los militares, para
que ellos se inspiren y decidan hacer lo que es su deber, estamos
dispuestos. ¡Hay que inspirar a las Fuerzas Armadas para que actúen! ¡Hay que
quitarles el cassette de la cabeza de que si actúan es golpe de Estado! ¡Ningún
golpe de Estado, es la defensa de la ciudadanía frente a unos criminales que
nos están masacrando!
No confiemos en que los militares van a actuar a motu propio
¿Por qué? Porque tienen el mismo cassette que los políticos. Van a hacer sus
cálculos: "si actúo y fracaso voy preso, si no voy preso me matan;
y aún si no fracaso, los civiles me criticarán y las fuerzas
internacionales van a condenar la acción" etcétera, etcétera, y así van
haciendo sus cálculos. Y cuando haces cálculos no haces nada, porque arriesgar
la vida por defender los derechos de los demás es una
"locura". Pero esa es justamente el tipo de "locura"
que le hace falta a los venezolanos para salvar el país.
Entendemos que será un paso difícil. No se trata de una acción
sencilla. Ya hay demasiada gente armada dentro del chavismo, demasiado odio,
demasiado fundamentalismo e irracionalidad, como para pretender que será
cosa de un día. Hay posibilidades, incluso, que la situación degenere en
guerra civil. Pero mientras más tiempo tarden las Fuerzas Armadas en tomar la
decisión de actuar, más muertos, más daño, más violencia habrá. Esa es la
realidad que impone nuestro adversario.
Espero que con estas explicaciones, hayan ustedes podido entender
el por qué de los fracasos que hemos tenido hasta ahora y, superando esos
errores, estoy seguro que podremos tener a Chávez fuera de Miraflores antes de
que gane Lula en Brasil.
From: Jenaro García
Reply-To:
escualidos13-unsubscribe@yahoogroups.com
To:
Jenaro García
Subject:
[escualidos13] Fw: Franceschi: EL HILO QUE SE ROMPE
Date: Thu, 15 Aug 2002 22:25:03 -0400
EL
HILO QUE SE ROMPE
----- Original Message -----
From: salas
To:
Undisclosed-Recipient:@rs16s5.datacenter.cha.cantv.net;
Sent: Thursday, August 15, 2002 9:16 AM
Subject:
Franceschi: EL HILO QUE SE ROMPE
SI EL HILO SE ROMPE SE ANUDA
Cuando la alegría nos embarga por el triunfo del
voto, de sobreseimiento de los dignos militares, por parte del Tribunal
Supremo, quisiera sin ánimo de disminuir la importancia de este acto, que
dignifica a sus forjadores y hunde en el oprobio a sus detractores, abonar a la
tesis que no alberguemos ilusiones exageradas sobre los escenarios
estrictamente institucionales. Recordemos que la constitución es de Chávez y
para Chávez. A dentelladas arrancaremos, de su aplicación, alguna ventaja para
nuestra causa, pero con el librito azul en la mano pueden también esclavizarnos
a una espera eterna. Volveremos sobre este triunfo, pero para ser consecuente
con mi propósito, quisiera que nos mantuviéramos firmes en el objetivo de que
el genocida de Miraflores debe irse ya.
Hay quienes desde la oposición se devanan los sesos
para buscar una fórmula que permita la sustitución del pirata de la sabana,
enquistado en Miraflores, sin contradecir los preceptos de la bolivariana,
porque pueden darse el lujo de esperar. Otros, entre los cuales me cuento,
confiesan su desprecio por los preciosismos jurídicos que algunas veces ayudan
y otras, en la mayoría de los casos, estorban demasiado para salir de
atolladeros. Excluyo de mis desafectos a aquellos demócratas que, con sobradas
razones históricas, argumentan que si no llenamos los extremos de la
continuidad legal, más adelante lo pagaríamos caro.
Insisten, los defensores del hilo constitucional, en dos baterías de argumentos. Los que señalan que nos convertiríamos en parias del sistema jurídico internacional, que bloquearían diplomática y comercialmente un gobierno de facto, etc. (En un próximo artículo me referiré a los estragos que causa en nuestra conciencia opositora los fantasmas del orden jurídico internacional.) Y otro sector que aboga sobre sobradas razones para dar un piso jurídico sólido a la gobernabilidad, haciéndola totalmente viable a partir de la predictibilidad , transparencia y legitimidad de los actos de gobierno, nociones que se suponen ajenas en quienes se sustenten solo en poderes fácticos.
Si nos mantuviéramos en el limbo de estas
disquisiciones, seguramente terminaríamos simpatizando con los sustentantes de
la racionalidad jurídica.
La amarga verdad, sin embargo, estará más bien teñida
de las terrenales urgencias de una sociedad cuya economía e instituciones,
destruidas por la jauría de incapaces que nos llevó al foso, determina que,
estando inmersos en estado de necesidad, se impone, de ser necesario, un viraje
brusco, y ello aparece como lo único socialmente aceptable. Si un malandro
quiere descuartizar, en nuestra presencia, a nuestra familia, no dudaríamos, si
solo tuviéramos a mano un hacha, en decapitarlo primero. Eso es estado de
necesidad y a nadie se le ocurriría negar la legitimidad de esa reacción.
Venezuela como sociedad civilizada ha sufrido los embates de la decadencia
social por una o dos décadas. Ello abrió heridas que sólo eran y serán
remediables con empleo productivo, estabilidad monetaria, reducción drástica
del estatismo, descentralización, eficiencia de servicios públicos, fondos de
pensiones, desarrollo del mercado interno, de la capacidad exportadora, acceso
masivo a la propiedad privada, y todo para generar mayor ingreso familiar y
calidad de vida. Recordemos siempre que oportunistas de alto voltaje rodearon a
un alucinado que podía encender las pasiones con sus prédicas de curandero, y
lo llenaron de recursos de todo tipo para convertirlo en “solución”. Si se suma
a esto la estupidez de una clase política que levantó obstáculos de paja,
frente al ariete del odio social que encarnaba el mesías izquierdista, era
lógico que terminaría por imponer, constituyente mediante, propagandizada por
los ingenuos que se entusiasmaron con la pomada mágica del curandero de
Sabaneta , la breve quinta república ahora ya feneciente.
Pero de nuevo vienen en su auxilio, para prolongar la
agonía, los eternos dialogantes, que propagan la inconveniencia de alterarles
su paz de conciliábulos. Quieren tiempo, y después mas tiempo. Porque hay que
trenzar y tranzar. Hay que ponderar, hay que escoger cada palafrenero con
cuidado para que todo rastro sea borrado, toda discreción sobre los intereses a
defender disimulados, bajo el manto de supuestas cualidades, de equilibrios
embaucantes de imagen. Quienes andan armando las famosas transiciones, no
entienden lo que es un estado de necesidad. Quizás sepan que es urgente
cambiar, pero no perciben lo que es levantarse otro día sin un céntimo en los
bolsillos, y mil pequeñas o grandes deudas. Solo viviéndolo se puede realmente
ser conciente del terror que sobreviene al despertarse cada mañana y ver de
nuevo un cuadro de hijos llenos de frustraciones porque les están robando la
vida y sus sueños y ningún heroísmo cotidiano nos alcanza para remediarlo. Esto
no es vida, se oye repetir a tanta gente que perdió su solvencia económica en
estos tres años de disparates. ¿Quien me mandó de pendejo, a votar por este
loco, reconoce el iluso de se dejó cautivar, y así… hasta el 90% del país.
Cuando la inmensa mayoría del pueblo, no está dispuesta a aguantar más este
esperpento institucional llamado quinta república ¿no es eso un estado de
necesidad? . ¿Que implica entonces la prédica de mantener el llamado hilo
constitucional para esa inmensa mayoría? Significa que parte de la oposición
trabaja contra el interés colectivo para perpetuar este régimen agónico. Esos
opositores de salón rechazan el corte constitucional, porque temen perder su
capacidad de interlocución con el oficialismo, que les necesita para postergar
el final necesario de este decorado institucional de pacotilla que de nada
sirve y de nada servirá. El discurso sobre el famoso hilo constitucional solo sirve
a Chávez, como serviría ahora la patraña de convocar apresuradamente una nueva
constituyente.
Para entendernos sin ambages: una nueva asamblea
constituyente puede ser una buena opción futura para reordenar el país. Pero la
precondición es que Chávez ya esté fuera de la presidencia y los chavistas en
incapacidad para imponer como ahora y en el 2000 un fraude colosal, marca
INDRA. No estoy en contra de explorar urgentemente, o sobre la marcha de un
nuevo desquiciamiento del poder de la cúpula del estado, fórmulas desde una
nueva mayoría de la Asamblea Nacional, o desde el Tribunal Supremo para ANUDAR
el hilo constitucional, sobre todo en aras de evitarnos tantas explicaciones y
molestias con la comunidad internacional. Pero sepamos que es prácticamente
imposible librarnos del enajenado que preside el país sin apelar, aunque sea
transitoriamente, a un hecho de fuerza surgido del estado de necesidad ya
invocado. Cuando hacen encuestas en la calle, el entrevistado cauteloso, que no
puede ser transparente como se cree, solo admite en un bajo porcentaje, que
esta a favor de un golpe de estado. Pero casi la unanimidad del país espera ese
golpe con ansiedad, empezando por Chávez, para obtener su añorado retiro
habanero, forrado de dólares, al lado de su Fidel del alma y en plan de líder
mundial con todo el tiempo para viajar. Los golpes, diría yo, no se esperan, ni
se condenan de antemano. Sencillamente ocurren como astucia de la historia de
las naciones para evitarse males mayores o para terminar de hundirlas en su
maldición .Depende de quienes y con cuales objetivos irrumpen en la escena de
lo fáctico. Juzgaremos en su momento si es para salir del hoyo y progresar a
saltos o si es para perdernos otro periodo, como nación civilizada. La
costumbre gringa de matar a sus presidentes incómodos no aparece ni por asomo
en nuestra historia. Los dos magnicidios frustrados en este país fueron
importados, uno contra Don Rómulo Betancourt, armado en la violenta isla
dominicana por el sanguinario Rafael Leonidas Trujillo, el otro contra el
presidente Carlos Andrés Pérez que está aun fresco el la memoria, fue importado
por el magnicida Chávez de los abalorios ideológicos que propugnan los
maniáticos de la guerra revolucionaria que el pregona en privado.
SI EL HILO SE ROMPE, SE VOLVERA A ANUDAR. No es una
desgracia histórica que rompiéndose caiga esta ladronera hecha partido. Ninguna
joya de la jurisprudencia universal se perderá si se saltan el recetario de la
bolivariana, que esconde tras artículos copiados de verdaderos textos
constitucionales, las fórmulas para perpetuar al chavismo en el poder. No soy
doliente de la bicha, por mí que la quemen.
Nota. Amigos que comentan mis artículos, celebraron que
resalte que NO FIRMÉ la constitución bolivariana. Fuimos en realidad tres
(Jorge Olavarria, Claudio Fermín y yo) los únicos negados a suscribir el
adefesio, menos aun, las tropelías del llamado congresillo que despachó a su
gusto, en la unanimidad de todos los áulicos de entonces, sobre los antojos
atrabiliarios que buscaban darle piso constitucional e institucional al
experimento quinta republicano.
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