Siento
pena por mí
pues
aún te pienso
como
si el tiempo
transcurrido
se
hubiese detenido
en
el instante
que
dijimos adiós.
Me
encuentro a solas
escribiendo
estas letras,
pensando
que no
lo
volveré a hacer,
deseando
que sea
el
último escrito
que
dirija hacia tí.
Mas
sé que no sería así,
mientras
aún vivas en mí
y
el tiempo repara mi triste
corazón.
Aunque
sean escasas
las
veces que nos vemos,
cruzando,
quizá,
en
forma consciente
una
mirada que
nos
dice tanto;
y
casi haya olvidado
el
sonido de tu voz,
puedo
recordarte.
¡Qué
empeños de la vida!
cuando
yo misma
te
alejé de mí.
Si
en mi alma
sólo
te deseo lo mejor,
que
seas el hombre
que
ambicionas
pero
aún no veo aparecer.
Siento
pena por tí
auque
te veas tan feliz
disfrutando
de
tu
nueva vida.
¿Será
que
te conozco demasiado,
y
sé que intentas disfrazar
el
vacío
que
se encuentra en tí
y
no has logrado llenar?
Pues
veo que te pierdes
en
un mundo
que
no es real,
en
el que el dolor se olvida
por
instantes,
y
quienes te acompañan
no
pueden
llamarse
amigos.
¿Qué
buscas en los demás?
¿La
Felicidad?, ¿La Alegría?
cuando
bien sabes que todo
depende
de tí,
de
lo que sientes y piensas
pues
es lo que define
tu
realidad como
individuo.
Mi
amigo...
tanto
quisiera decirte,
pero
no tengo el derecho
de
intervenir
en tu
vida.
Desearía
tener la autoridad
para
exigir que despiertes
de
tu sueño,
el
que te aleja
cada
vez más
de
esa persona que
sé
vive
en tí
y
es la que aún amo.
Mi
amigo...
tanto
anhelo que sepas
que
estaría dispuesta
a
ayudarte,
pero
quizá estes tan ajeno,
con
los ojos vendados
y
el corazón endurecido,
que
no te detengas
a
escucharme.
~
A una persona que
cambió
mi
noción
de lo que es
el amor
y
apesar de algún tiempo,
aún
vive en
mi corazón.
Tal
vez la vida me
brinde
la
oportunidad de ayudar
alguna
vez.~
Lydia
E. Martínez Santiago (eve)
2
de enero de 2002
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