~Letras del Corazón~

Se contempla la escritora

sin más compañía que una hoja en blanco

y en su mano una pluma

que cae una y otra vez sobre la mesa.

Sólo piensa... mientras contempla

la nitidez del papel

y aquellos esparcidos por el suelo,

desconociendo si será capaz

de trazar algunas letras en él.

Quisiera escribir algo bello,

elogiar el amor en toda su expresión,

de la vida exaltar la hermosura,

pero, ¿qué puede ser más sublime

que lo que comunica el corazón? 

y el suyo está triste...

quebrantado en mil pedazos.

Quiere llorar,

y secarse ella misma sus lágrimas

que van dejando huellas sobre el papel.

Ansía gritar que está cansada,

fatigada y necesita de una pausa

en el camino.

Desea que sepan que no es perfecta,

sino un ser humano más,

con sus días como todos;

unos buenos y otros

en los que el desánimo y la ansiedad

se tornan palpables,

al sentir la carga imposible de llevar.

Quien también atraviesa por momentos difíciles,

tiene fallas y detalles

que de manera inconsciente, tal vez,

ha dejado escapar.

En su soledad se sumerge

en lo profundo de su ser,

descubriendo nuevos espacios

y otros olvidados por conveniencia.

Hoy anhela demostrar lo que es,

sin procurar la aceptación o exaltación

por un maravilloso escrito.

Sólo desea reflejar quien es...

transmitir lo que siente

sin maquillar su tristeza,

pues sus letras la habrán expresado a medias

mucho antes de tener el valor

de revelarlo como hoy.

Imprime la primera letra

y casi sin darse cuenta,

su mano traza los dictados de su corazón,

sin preocuparse por errores

ni palabras mal sonantes.

Descubre la grandeza de su don

y da gracias a Dios

por la libertad de pensar,

sentir y comunicar

lo que no es palpable a simple vista

y hoy le parece lo más hermoso

que haya escrito jamás. 

¿Pensarán, acaso,

que en algo ha menguado su cordura?

Tal vez es la más dichosa de todos los seres

pues ha decidido revelarse a sí misma

y no silenciar su corazón nunca más.

"Este escrito tiene un valor muy especial,

pues surge de varias páginas que redacté

 durante dos semanas difíciles.

Hoy quiero compartirlo con ustedes.

Gracias por el apoyo;

¡Dios los bendiga!"

Lydia E. Martínez Santiago (eve)

10 de febrero de 2002