pero las cosas no resultaron como 

deseabas.

Tal vez tus anhelos de permanecer sola

  superaron las veces que anhelaste tener 

un compañero.

 Tal vez fuiste demasiado orgullosa 

para reconocer  tu necesidad de 

compañía.
                                      

Sé que en tu camino se cruzaron

buenos candidatos

con los cuales

pudiste haber tenido la oportunidad de 

vivir una ilusión.

Me alegra que hayas aprendido a 

discernir cuando en realidad no 

convenía.

Sé que lloraste mucho con los 

sinsabores y la impotencia para

 conocer tus verdaderos sentimientos.

Además de las veces que te 

comportaste como una niña,

 pasando por alto si ofendiste o heriste.

Pero, al final, aprendiste

que el amor no es un 

juego y los sentimientos merecen 

respeto.

Ahora que estás comprendiendo 

muchas cosas que te causan dolor,

 sé que lograrás alcanzar la madurez.

Porque esta etapa, que ahora te 

lastima,te está dando la fuerza para 

luchar contra adversidades más graves.

Estás aprendiendo a amarte, 

respetarte  y no permitir

que las opiniones de otros 

te resten valor ni desvíen

de tus metas.

Cada quien vive su vida como desea, 

por lo que nunca permitas que otros 

tengan dominio sobre la tuya.

Eres dueña de tu vida, la que con 

ayuda  y bendición de Dios,

 has vivido en integridad. 

Dejemos atrás los pensamientos 

y actitudes negativas.

Busca tu camino hacia la felicidad,

conociéndote a tí misma y confiando en 

el amor.

¡Querida amiga! 

mujercita en crecimiento, todavía 

tienes tanto que aprender,

pero hacia eso caminamos.

 Sólo tú tienes la llave para cerrar este

capítulo y verás cómo las marcas que 

queden grabadas en el corazón 

no dolerán al  tocarlas.

Recordarás todo lo que venciste para 

convertirte en alguien mejor.

Entonces estarás lista para hallar la 

felicidad junto a la persona

  que Dios preparó para tí. 

~ Escrito en un momento crítico de mi 

vida~

~ Dedicada a todas esas chicas que 

atraviesan por una desilusión 

y buscan conocerse a sí mismas.

    A los varones... porque ustedes 

también padecen en el nombre del 

amor.~ 

     Lydia E. Martínez Santiago (eve)

    23 de diciembre de 2000

Editado el 9 de diciembre de 2001

Reeditado el 26 de mayo de 2003.