Mis amigos... mis maestros
cuánto admiro la belleza
de sus obras
y la grandeza
de lo que representan
como seres humanos.
Me pregunto, cómo ante tanta pureza,
puede existir la crueldad
en otros corazones.
Tal vez no se han topado con alguno
de ustedes...
ángeles entre nosotros.
Por tener la palabra apropiada
en el momento justo,
transmitir tanto afecto a través
de palabras plasmadas
en el monitor
que quedan grabadas en mi corazón;
haciéndolos reales en mi vida
al recibir gran calor humano
por medio de la hermosura
contenida en sus almas.
Sintiéndolos mis hermanos.
Mis ángeles, enviados por el cielo,
gracias a Dios por ustedes,
pues el corazón rebosa de regocijo
al encontrarlos cada día,
compartiendo inquietudes,
brindando sonrisas,
consejos y afecto sin importar
la distancia.
La gratitud estalla de mi interior
en forma incontenible
por tantas vivencias,
el apoyo recibido
y las frases de aliento
que me animan a perseverar
en esta ardua pero fascinante labor.
Compañeros...
¡gracias por existir!
por transmitir lo mejor de sí mismos
al mundo entero
y las almas que sufren.
Porque cuando llegue el momento
de dar cuentas,
Dios estará más que complacido
y en sus corazones reinará la alegría
de haber cumplido su encomienda
en esta tierra.
~ Dedicado a mis
compañeros y compañeras
webmasters y
webmistress
por su excelente
labor y sobre todo,
¡ser unos verdaderos
ángeles!
que han ocupado un
lugar muy
especial en mi
corazón.
Mi más profunda
admiración
y afecto.
Gracias Señor por
ellos.~
Lydia
E. Martínez Santiago (eve)
27 de diciembre de
2001
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