"Lecciones que me ha dado la vida"
En la escuela de la vida, cada día aprendemos algo nuevo.
He aquí las lecciones más importantes que he
aprendido durante mi existencia...
El arte de escuchar sin interrumpir
ni tratar de poner palabras en la persona que me habla.
Respetar las opiniones que difieren de la mía
sin dejar de defender mi punto de vista.
Expresar mi sentir, sea positivo o negativo,
pues nadie puede adivinar lo que hay dentro de mí.
Pedir perdón cuando he ofendido o lastimado a
alguien.
Arreglar cuentas con quien me ha herido
sin que terceras personas tomen parte en el asunto.
Perdonarme cuando cometo un error
después de todo, no soy perfecta
y de equivocaciones es que aprendemos a ser mejores
personas.
Decir no sin miedo a lo que puedan pensar
u opinar de mí.
Reconocer que no todo el mundo es amigo
ni cada persona que te dice "Te quiero"
lo siente en su corazón.
Manifestarle a mis amigos cuánto los valoro
y agradezco que existan en mi vida.
Atesorar los consejos de mi familia,
pues sin ellos no estaría donde estoy.
Porque es sorprendente cuando decimos :
"Tenían razón", sino siempre,
la gran mayoría de las veces.
Tener paciencia ante aquellas cosas que me irritan
porque me hacen ver las cualidades negativas con
las que debo trabajar.
Consultar mis dudas e inquietudes sin temor a
parecer poco inteligente.
Todos estamos para aprender, y cada reto, al
enfrentarlo, nos brinda la experiencia y fuente del
conocimiento.
Dejar de preocuparme por asuntos tontos
cuya solución es simple.
Ver el lado hermoso de la vida.
Reducir las quejas y aumentar los agradecimientos.
Aprovechar sabiamente mi tiempo a fin de no
arrepentirme en malgastarlo inútilmente.
Disfrutar de mis ratos a solas, conociéndome
y buscando la forma de crecer como persona.
Vencer mis complejos de modo que me sienta segura
de mí misma.
Animarme, porque cuando estamos motivados por
nosotros mismos, todo es posible.
Cuidarme y reservar tiempo para realizar aquellas
actividades que me llenan.
Visitar el médico cuando algo no este bien; nunca
dejarlo para más tarde.
Reconocer que la enfermedad es una excelente
oportunidad de conocer la gente que nos ama
verdaderamente y de valorar la buena salud.
Compartir mi sonrisa con alguien
pues tengo la oportunidad de ganar un gran amigo.
Contar las gratas experiencias que he vivido
en la forma que he aprendido cuando otros me han
narrado las suyas.
Luchar por aquello que anhelo, pues todo se valora
cuando se obtiene con sacrificio.
Tomar las oportunidades que la vida me presenta
y no sentarme a esperar por la siguiente.
Dar el máximo en lo que hago, sin dejar que me
consuma o reste tiempo para realizar otras cosas.
Te pido Señor que me ayudes a aprender que debo
vivir un día a la vez,
Que el ayer no será jamás y el mañana es incierto.
Gracias a Dios por estas valiosas lecciones,
A mami por su presencia en mis momentos de crisis.
A tí que lees este mensaje, gracias por tus
consejos y tu amistad la cual me ha hecho crecer.
Lydia E. Martínez Santiago (eve)
4 de agosto de 2001