Que hermosa es la risa de un niño,
cuando me recibe cada mañana.
Suenan campanitas de vida
y en el aire se respira.
Sus caritas tiernas,
y su beso, a flor de tierra.
¡Buenos días señorita!
Con su voz cantarina,
nos dicen, al pasar,
corriendo para ir a la fila.
Que haríamos los maestros
sin la sonrisa de los niños.
Cabellos rubios.
Cabellos negros.
Sirven de marco,
para encuadrar ,
la sonrisa, de nuestros niños.
Señor, gracias te doy,
por este regalo ,que viene de tu amor.
Maestra soy ,si Señor .
De vocación
Y de corazón.
23/06/01
Autor de ésta página :
María Cristina Galera
Argentina - Buenos Aires