La otra noche, pasó una novia

que emoción tan grande

se apoderó de mi.

Y siempre los recuerdos,

queridos recuerdos.

¡Y yo me vi!

Con mi traje blanco,

de raso labrado,

el tul ,rodeaba mi cabeza

y me cubría hasta los pies

Llevaba en mi mano,

un ramo de rosas .

Si , parecía una princesa,

esa de los cuentos,

pero ese día, era real.

Del brazo de mi padre,

crucé el largo pasillo

que me llevaba hasta el altar.

Temblaban mis piernas.

Una sensación extraña

de dicha y felicidad.

Y llegué, y lo vi.

Ahí estaba mi príncipe,

esperándome,

a su lado la madrina,

era su mamá.

La música se sentía,

el órgano no dejaba de tocar,

los anillos se cruzaron,

y ese, si ,se escuchó,

como un grito de alegría

y mucho amor en el corazón.

El beso no faltó,

y tomados de la mano,

recorrimos el camino ,

que tan largo me pareció.

entre flores blancas.

Llegamos, a disfrutar de nuestro amor.

27/07/01

Autor de ésta página
María Cristina Galera

Argentina - Buenos A ires

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