Comenzamos la
semana con el primer triunfo del campeón, y esto trae varias situaciones
para la reflexión. Definitivamente el equipo se vio mejor que en jornadas
anteriores, después de la gris y apática actuación que se tuvo ante
Tecos, Cruz Azul, América, etc. ¿Qué habrá pasado? No se sabe. Que se
les dio a los jugadores lo que pedían, que se les dio un ultimátum, etc,
van a salir mil razones, lo único cierto es que calidad hay en el
plantel, sólo se necesitaba ese ingrediente que hizo de los Rayados el
mejor equipo de la pasada liguilla y por tanto el Campeón del Clausura
2003: CORAZÓN.
Llegaron
los primeros tres puntos con el regreso Guillermo Franco, un jugador que
se ha ganado a pulso el respeto y la admiración de la afición rayada con
su calidad, misma que derrocha cada vez que pisa una cancha de fútbol,
con su coraje y la determinación que hacen transformar a los Rayados en
un equipo diferente, un jugador que pide la bola, encara, toca, conduce,
intenta y realiza un gol como el que hizo el sábado pasado, SOBERBIO.
Del
partido se rescata el triunfo, aunque no es un rival para formarse un parámetro,
ya que el Atlas no ha venido jugando bien, a parte del factor clima-cancha
que no permitió realizar un juego de fútbol como el que practica
Monterrey, tocando la pelota, jugando al contra-ataque, desplegando de
manera rápida.
Dentro de
lo malo encontramos que se sufrió la expulsión de Ledesma –de manera
injusta para mi gusto–, que se recibieron dos goles por descuidos de la
zaga defensiva y que todavía no se sabe manejar los partidos es por eso
que el Atlas se le fue encima al Monterrey los últimos 15 minutos del
partido y los metió en su cancha.
Con la
victoria viene una “tranquilidad” al seno rayado que se necesitaba
para trabajar sin tanta presión, misma que ahogó a los jugadores y que
se creó por las expectativas que se tuvieron al principio del torneo por
ser el equipo campeón, por como se terminó jugando, porque llegó gente
como Osorno y Ledesma, por el nivel de Luis Pérez y Arellano en la Copa
Oro, por la contundencia de Franco y Alex.
Esperemos
ver en las siguientes jornadas al Monterrey del Clausura 2003.
Hasta la próxima.
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Guillermo Franco
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