En su primer año en la Universidad de Costa Rica (UCR), Jeannette Chaves se topó con un muchacho quien le dijo: "¡Hey!, ¿no ha pensado en trabajar en el modelaje?".
La cara de esta joven se transfiguró en risas nerviosas y mucha expectativa. Antes de dejarla decir una sola palabra, el muchacho le recomendó que fuera a visitar a una amiga suya que tenía una agencia de modelaje.
Ella, un poco extrañada, hizo a un lado la propuesta. Como contados con calendario, Jeannette se volvió a encontrar al joven en la UCR, 365 días después. De inmediato, el muchacho le preguntó si había ido a la agencia, a lo que Jeannette respondió negativamente.
Como si fuera un libreto previamente establecido, el joven invitó a Jeannette a visitar la agencia sin pérdida de tiempo.
Y así lo hizo... desde 1995 esta herediana disfruta de una actividad que le ha deparado satisfacciones a granel.
Hoy, agradece a ese misterioso joven por el impulso que desinteresadamente le dio. Un joven, a quien nunca más volvió a ver.
Si la mitología romana consagra a Venus como su diosa de la belleza, la realidad costarricense tiene la suya: Jeannette Chaves.
Lejos de ser una odiosa comparación, Jeannette no tiene nada que envidiarle a aquella seductora mujer que se forjó a la luz de la fantasía humana. A sus 25 años, esta hermosa latina de piel morena, mirada atrevida y carácter inquebrantable ha labrado su camino con entereza y mucha pasión. Todo, en aras de consolidarse como una de las modelos más reconocidas del país. Y sí que lo es.
Jeannette no solo goza de haber ganado dos certámenes de belleza: Miss América Latina (Perú, 1996) y Piel Dorada (Costa Rica, 2001), sino que mantiene una fuerte proyección en el extranjero.
Desde 1997, su exótica figura se encuentra en las portadas de afamados catálogos de moda franceses y alemanes. Su profesión del modelaje también le ha permitido conocer un sinfín de lugares tales como Bahamas, Cuba y Miami, entre otros.
Pero, Jeannette no solo es cuerpo sediento de sol. Ella es una mujer emprendedora que, dentro de poco, obtendrá su bachillerato en derecho en la Universidad de Costa Rica.
Aunque aún le hace falta cursar el quinto año de la carrera, así como preparar y defender su tesis para poder ejercer, Jeannette trabaja como asistente en la oficina de asesoría jurídica de la Universidad Nacional.
Y, como si fuera poco, en su tiempo libre se dedica a leer, escuchar música y ayudar en su casa en los oficios domésticos. Claro, no puede quedar por fuera, su pasión por la comida: arroz, frijoles, plátano maduro, carne, picadillos de chayote y ayote, y ensalada.
Cuesta creerlo, pero ella nos contó que pese a todo lo que come, su cuerpecito de avispa no es producto de dietas ni ejercicios. "Ni sé lo que es eso", susurró entre risas. Es más, en confianza, reconoció que uno de sus sueños es poder "engordar". "Aquí las ticas son carnuditas y caderonas y yo no tengo casi nada", prosiguió.
Así es la historia de esta mujer que se inició en el modelaje como un medio para costearse los estudios. "Nunca he tomado el modelaje como profesión, aunque mi trabajo es muy profesional", subraya convencida.
Para el futuro, Jeannette se encuentra en una disyuntiva: seguir por un tiempo más en el modelaje o, una vez graduada, ejercer a tiempo completo su profesión. Por suerte, como cuenta ella, tiene dos opciones, y cualquiera le deparará satisfacciones y más satisfacciones "de la mano de Dios".
Esta mulata de ojos expresivos y chispeantes no se apresura. Este es el momento de disfrutar su más reciente éxito: Primer lugar en el concurso Piel Dorada, que se realizó en el hotel Papagayo Allegro Resort, Guanacaste hace unas semanas. Los miembros del jurado no dudaron en reconocer sus atributos.
fuente:costesía nación
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