No
te aferres
En
la vida encontramos todo tipo de personas,
a
unos llamamos conocidos, a otros extraños y a
unos pocos nombramos amigos.Anhelamos compartir,
conocer e intercambiar sentimientos
con esos que han llegado a nuestras vidas y de
alguna manera, han impactado nuestra existencia.
En ocasiones, todo cambia, quizás surgen nuevos
intereses, proyectos e inclusive, nuevas
personas, tanto para ellos como para nosotros. Y
nos alejamos lentamente, casi sin darnos cuenta.
Cada vez nos vemos con menor frecuencia y las
conversaciones se reducen a la mitad, cuando
antes, cualquier tema nos llevaba a los
más interesantes intercambios de
opiniones.
Es entonces que sentimos la distancia,
tornándose poco a poco más evidente, sin que
podamos detener su curso. Nos preguntamos, ¿Seré yo? ¿Serán
imaginaciones? ¿Será realidad?
Se manifiestan los pesares y lamentos, pues,
siempre esperamos recibir lo mismo que ofrecemos;
quizás esto sea un grave error. Quizás
esperamos demasiado de los demás.
Y la realidad lastima, aunque anhelemos
ignorarla, ahí está. Aunque nos hagamos de la
vista larga, sigue ahí. Tal vez fuimos los
únicos en notarlo, mientras los demás viven en
completa normalidad; sin que esto represente un
hecho extraordinario, mientras van y vienen sin
percibir nuestra tristeza y lo mucho que nos
duele su indiferencia.
¿Será que tenemos una gran necesidad de amar y ser
amados? ¿O quizás dimos todo de nosotros mismos a
quien no supo apreciarlo? Tal vez ambas.
No lo sé, seguiré buscando las respuestas dentro de mí misma. Trataré de
encontrar la manera de no aferrarme más de lo que esté a mi alcance,
comprendiendo que cada persona es un ente individual y de mentalidad cambiante.
Intentaré lograr que este sentir no me desanime en mi camino y en la manera
en que trato a mis semejantes, pidiéndole al amor que permanezca dentro de mi
corazón sin importar las circunstancias de la vida.
~Mensaje de reflexión para mí misma.~
Lydia Martínez Santiago
25 de noviembre de 2002
editado el 4 de enero de 2004
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