Había
una vez una bella
florecilla
que en un hermoso jardín
vivía.
Ella curiosa quería ver
lo que al otro lado
del enorme jardín había
y decidida enfilo el
camino hacia la salida.
-Yo quiero ver el mundo
– murmuraba la
florecilla
mientras otras flores
que allí con ella
convivían
la observaban y para
ellas se decían
- cabezona lo es un rato,
pero llegará al final
de su relato -
Y después de mucho
andar,
exhausta hasta la tapia
logró llegar
y pudo ver que ante ella
se erguía una puerta
que cerrada permanecía,
pero allí... justo al
lado de la puerta un
Pensamiento vigilaba
que no tardó en reparar
que lo observaban.
- ¿Qué deseas
florecilla? – preguntó
con voz muy seria.
- Verá, quiero cruzar
al otro lado,
pues aunque aquí soy
muy feliz siento que
algo me falta
para llegar a
convertirme en toda una
flor
de gran aroma y vistoso
color –
y dicho esto callada una
contestación espero.
- Verás – le dijo el
serio pero sabio
Pensamiento
- al otro lado hallarás
infinidad de cosas
nuevas
que no entenderás,
pero que a pesar de ello
deberás observar
y de ellas cosas buenas
sacar -.
La florecilla escuchaba
atentamente,
pues sabía que su
consejo le valdría.
- Cuando cruces esta
puerta
te olvidarás de todo lo
que detrás de ella
dejas,
olvidarás el jardín y
su belleza,
tu sueño de convertirte
en una gran flor,
te olvidarás hasta del
consejo, del Pensamiento
y de la puerta
y solo al final de tu
destino,
volverás a recordar lo
que fuiste en un
principio -.
Y finalizado el dialogo
el Pensamiento le
pregunto
- ¿Sabiendo todo esto
deseas mantener tu
decisión? -
- Sí, continuaré y
cuando nos volvamos a
ver
tú me dirás si al
final lo conseguí o por
el contrario perdí,
pero sea como sea yo
sabré que al menos lo
intenté
y que atrás no me quedé
-.
Contesto la pequeña
florecilla.
- Pues que sea como
quieres
¡Que suenen las
trompetas
y que se abran a su paso
todas las puertas!
¡Que una florecilla una
decisión ha tomado
y desea cruzar al otro
lado! –
Dicho esto las trompetas
tocaron y las puertas se
abrieron.
La florecilla por ultima
vez miró al Pensamiento
y recordó asustada sus
advertencias y su
consejo,
más con paso decidido
cruzo la puerta
abrazando así su
destino.
Una vez dentro, a su
espalda la puerta se
cerró
y con ella cualquier
recuerdo de algo
anterior.
Avanzó por el oscuro y
largo pasillo.
Al poco tiempo otra
puerta al fondo se abrió
y al cruzarla... ¡la
florecilla en una dulce
niña se transformó
y con sus recién
estrenados ojitos
todo un mundo de luz y
color observó!
Año tras año, una tras
otra las puertas abrió
apagando velas y
aprendiendo con tesón
de cada cosa nueva que
pasaba a su alrededor.
Y paso que cuando trece
velas apago
la puerta número trece
se abrió,
¡más cual fue su
sorpresa cuando al
cruzarla observó
que la dulce niña que
vivía en su interior
en una hermosa y joven
promesa se convirtió!
Miró y con sus recién
estrenados ojos de
mujercita
observó que ante ella
se erguía todo un mundo
de color y fantasía,
lleno de manojos de
realidades que hermosas
florecían,
también habían grandes
enredaderas que por
todas partes crecían
y que hablaban un extraño
dialecto
que solo ella comprendía.
Siguió mirando a su
alrededor
y vio hermosos girasoles,
que si bien con la
llegada de la noche
duermen
mustios y cabizbajos,
por la mañana cuando
brilla de nuevo el Sol
todos se enderezan
y felices al unísono
giran hacía el Sol sus
cabezas.
La gente alegre paseaba
y todos lucían hermosos
pensamientos en sus
solapas,
en el lado izquierdo,
allí donde anidan el
corazón y los sueños.
Y al fondo... muy al
fondo se veía
un enorme y hermoso jardín
que al horizonte cubría.
Autor:
ROS
~Gracias
querida Ros por
compartir este bello
escrito,
que verdaderamente,
encuentro
fascinante.~
Pueden
visitar la página de
Ros
haciendo
click en el enlace a
continuación:
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