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Cuenca de Piura > Valles del Medio y Bajo Piura

Las nuevas víctimas de Manhattan

 

Ciudad de Piura, Piura

 

Locuto se extiende justo enfrente de Tambogrande sólo separada por el río Piura.

 

La esperanza de Manhattan para seguir viviendo sigue siendo Tambogrande, pero ya no el pueblo, sino lo que está más al sur, donde el valle de San Lorenzo ya no es la razón aparente para molestar su tarea.

 

Manhattan Minerals (website) está comenzando a explorar la zona ubicada al sur de la ciudad de Tambogrande, en la llamada margen izquierda, donde se ubica la comunidad de Locuto, que no necesariamente vive de la agricultura, pero sí de actividades conexas.

 

Gran parte de la región costera de Piura está cruzada por el llamado bosque seco, un ecosistema que depende más del agua subterránea que de las condiciones de aridez superficial, que ayuda a combatir a medida que avanza.

 

La especie más representativa de este ecosistema, y también de Piura, es el algarrobo, hogar de innumerables especies y recurso alimentario de alta calidad.

 

Las abejas y las algarrobas, fruto del árbol, son las materias primas que la población local utiliza para obtener miel, polen y algarrobina, esa pasta negruzca a la que se atribuyen múltiples propiedades energizantes.

 

Manhattan está intentando iniciar exploraciones mineras en el bosque seco de las comunidades de Locuto e Ignacio Távara.

El bosque bueno

 

Santa María de Locuto, una empresa administrada por los campesinos del área de Locuto, no ve con buenos ojos la presencia de Manhattan en su comunidad por el riesgo de supone la actividad minera contra el medio ambiente y la forma en que intentan imponerse en la zona.

 

Santa María de Locuto es la principal proveedora de productos del bosque seco en mercados tan importantes como la ciudad de Lima, donde es posible encontrar sus productos en las cadenas de supermercados que existen en la gran metrópoli peruana.

 

Un pote de algarrobina cuesta alrededor de un dólar y medio en Locuto; pero al llegar a la capital puede costar hasta cuatro veces más... aunque no siempre los campesinos reciben una buena tajada de esa transacción.

 

El avance del bosque seco está determinado por los periodos pluviales que periódicamente trae El Niño, una oscilación climática que crea condiciones de alta pluviosidad en el área de Piura más que en cualquier otra parte del mundo.

 

Las lluvias alimentan los acuíferos y con ello se asegura la vida del algarrobal, y el de Tambogrande es uno de los más productivos, casi tres veces más que otras áreas en Piura, como Sechura, más al sur.

 

En 1998, cuando se produjo el último gran Niño, el bosque seco de Sechura apenas si generó 0,51 toneladas por hectárea de cosechas; Tambogrande obtuvo 2,39 toneladas por hectárea, de acuerdo a una tesis ubicada en la Universidad Nacional Agraria de La Molina, en Lima, según el colaborador de factortierra, Fidel Torres.

 

Dice Torres que la alta productividad del bosque seco tambograndino no sólo aseguró la conservación del ecosistema, sino que ha favorecido la economía de sus habitantes mediante la ganadería.

 

Diagrama animado (duración: 8 seg) donde graficamos la mecánica de los vientos en la costa de Piura, según las observaciones de Fidel Torres.

Cuestión de aire

 

Si hubiera cualquier tipo de trastorno dentro de esa zona, que la minería puede causar debido a la remoción de minerales y los posteriores residuos, los impactos serían regionales.

 

Para comenzar, se desforestaría área boscosa vital para evitar refracción solar que contribuye en la alta generación eólica de la costa piurana, y al estar las zonas de Locuto e Ignacio Távara, dentro del área de baja presión regional, esta posibilidad se incrementa mucho más.

 

Es en este lugar donde se da el fenómeno de intercambio gaseoso que consiste en el ascenso de masas de aire caliente hasta una altura de un kilómetro y medio donde se enfría y se precipita sobre la planicie costera de Piura.

 

Según el Estudio de Impacto Ambiental (especial) de la propia empresa minera, “la fuerza y volumen de estos vientos puede ser considerable”.

 

Este es el vehículo ideal para que la contaminación se disperse. Dicho en otras palabras, las operaciones mineras en bosques seco viene a ser el mismo problema con el que Manhattan se ganó la descalificación gubernamental.

 

Pero, a diferencia de la invasión que protagonizó en 1999, esta vez ha decidido conversar primero con las comunidades antes de ingresar, pero ofreciendo construirles sus obras más prioritarias a cambio de lograr el acceso.

 

La mayoría de campesinos no aprueba el procedimiento, especialmente luego de descubrir que las vehementes esposas de algunos dirigentes asistieron a una reunión comunal portando armas punzocortantes; fueron puestas a disposición de las autoridades, pero éstas han denunciado agresión de parte de sus captores.

 

Basta un periodo pluvial generado por El Niño para que la vida explote en el bosque seco, cubriéndose de vegetación. Esta fotografía fue tomada durante las lluvias de 1998 en la zona de Ignacio Távara.

La sabia naturaleza

 

Aparantemente, Manhattan quiere entrar a la mala, olvidando que su actuación en Piura no depende ni siquiera del Gobierno peruano sino del medio ambiente mismo y los eventos que lo rodean.

 

Según Curt Suplee, un colaborador de National Geographic, El Niño/Oscilación del Sur (nombre oficial del evento, que se resume como ENOS, o ENSO en inglés) “abarca sólo una quinta parte de la circunferencia del plantea, pero transforma el clima alrededor del globo”.

 

Los ciclos de El Niño que antes duraban entre 10 a 15 años podrían estar reduciéndose. Aunque no exista una manifestación climática que resulte en periodos pluviales intensos, las condiciones precedentes se manifiestan con mayor periodicidad.

 

Eventualmente, los periodos de Niños de alta intensidad (1972, 1983, 1998) podría reducirse, lo que algunos científicos piuranos agrupados en el colectivo Piura Vida y Agro – Godofredo García Baca atribuyen más a problemas relacionados con el Fenómeno de Calentamiento Global (FCG).

 

La comunidad científica cree que el FCG tiene que ver más con la actividad industrial humana, que deja como resultado a la contaminación, que con la Naturaleza propiamente dicha; por lo tanto, las nuevas manifestaciones de El Niño tendrían origen artificial.

 

Teniendo en cuenta que Piura es uno de los lugares donde este evento genera los mayores picos climáticos, cualquier actividad que se desarrolle y que no considere a El Niño como componente de las actividades, simplemente está condenado a la inviabilidad.

 

El proyecto de Manhattan, inviable de hecho desde este punto de vista, no sólo no considera a El Niño en toda su dimensión sino que contribuye a incrementar sus daños debido a las operaciones propias de la actividad minera.

 

¿Por qué teme la empresa a hablar abiertamente de El Niño? Quizás porque no se manifiesta, aunque la respuesta correcta sería por temor a las manifestaciones y no las que provocaron su expulsión del valle de San Lorenzo, sino las que irremediablemente nos reserva la Naturaleza, que no sabe de límites y muchas veces no sabe de víctimas.

 

Nelson Peñaherrera C., con reportes de Lupo Canterac en Piura.

 

01/02/04 09:06:43 -0500

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