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Y
DEMÁS/Conjeturas
MAYO,
2005 ¿Qué relación tienen Kennedy, la Princesa Diana,
John Lennon, los OVNIs y el 11 de septiembre? Mucho, según los adictos a las
teorías conspiratorias, o eso que en el siglo XIX llamaban escepticismo
sistemático. Podríamos
denominarla la historia subterránea, o algo así como el Hogwarts de los incrédulos,
lo más próximo a un mundo análogo al
que sólo los iniciados tienen acceso. Quienes leemos los periódicos,
revisamos las principales notas de Internet o creemos que el mundo lleva un
ritmo producto de los hechos, en verdad no estamos capacitados para conocer
la verdad de las cosas, es decir, de lo que suceda en el mundo siempre habrá
alguien más avezado que le pondrá el tilde de conspiración a todo lo que nos
parezca obvio e irrefutable. El mundo
de las teorías conspiratorias se encuentra más boyante que nunca, sobre todo
tras lo ocurrido el 11 de septiembre. Sólo basta teclear la palabra
"conspiracy" en cualquier buscador para asomarnos a toda suerte de
teorías conspiratorias que nos adentran a ese mundo tétrico y paranoico; tan
sólo google.com arrojó alrededor de 10 millones de páginas conspiratorias.
Muchas de ellas son meros hoaxes (1) pero otras afirman poseer la verdad en
temas que van desde al área 57 hasta Elvis Presley y George W. Bush. Ha
habido dos ejemplos de que hay tantas conspiraciones como los aficionados a
ellas. El primero de ellos se dio a principio de 1992 cuando Fox lanzó por
primera vez The X Files. En su primera temporada el programa tuvo
niveles relativamente bajos hasta que se adentró con los temas
conspiratorios. A partir de entonces los detectives Fox Mulder y Dana Scully
se convirtieron en objetos de culto y una de las primeras manías en circular
por la red. Para
Chris Carter, su creador, las teorías conspiratorias son parte del éxito que
esta emisión tuvo hasta que Mulder (David Duvochny) fue reemplazado, cambio
que marcaría la posterior decadencia de la emisión. Carter
explicaba así el porqué The X Files había tenido tanta aceptación
durante una entrevista con Rolling Stone en 1997: "La paranoia es
algo bueno porque hace pensar a la gente", sin embargo más adelante
señalaba que las conspiraciones eran "traiciones elaboradas",
excepto, agregaba, "no creo mucho en la capacidad que puede tener
alguien para organizar a tantos participantes y crear así una conspiración...
soy un escéptico en cuanto a la ejecución perfecta (de las
conspiraciones)". Para
Ezequiel Vega, un fanático de los Expedientes Secretos X --como se les
conoce en América Latina-- y entrevistado por fasenlinea.com, la
trascendencia del programa reflejaba que, efectivamente, la paranoia está ahí
afuera: "Por supuesto que la paranoia era parte vital para que haya sido
tan popular. Pero no todos los que veían Los Expedientes eran
paranoicos, al menos yo no. Creo que otra razón poderosa es nuestra monotonía
diaria con lo cual quiero decir que era una evidente válvula de escape... ¿A
quién no le encantaría fantasear de que algún día lleguen los estraterrestres
y rompan nuestra rutina, o que la CIA nos esté espiando desde un satélite? "Lo
mismo puede decirse de las teorías conspiratorias, creadas, pienso yo, más
que nada para entretenernos y pensar que hay cosas más allá de la verdad
pelona, que las cosas no pueden ser tan simples como nuestra rutina". Si
bien los noventa fueron la Década Paranoica, la que corre ya le emparejó, o
quizá ya la aventaja en ese sentido. La fantasía como vía de escape también
es parte del fenómeno: Harry Potter, The Lord of The Rings y la nueva
Trilogía de Star Wars nos hablan de mundos análogos pero, al mismo
tiempo tan relacionados con el nuestro. Y si a esta fantasía incluimos las
conspiraciones --o el hecho de negarse a creer lo que se supone deberíamos
creer--, explicaríamos el tremendo éxito editorial de El Código Da Vinci
de Dan Brown mismo, que como sucedió con Harry Potter, pronto será
llevada al cine aunque se trata de un libro complicado y con información
abrumadora. Pero no es aventurado afirmar que las conspiraciones tomarán
nuevo vuelo una vez que la película sea estrenada a fines de este año. La negación sistemática La
diferencia entre las películas de Harry Potter es que la mayoría de nosotros
consideramos que son fantasía pura. Se necesitaría padecer algún desorden
mental para estrellarse contra un pilar en la estación londinense de tren
para visitar Hogwarts y jugar quidditich. Sin embargo sobran quienes
creen que lo presentado en El Código Da Vinci es cierto, y que desde
tiempos más oscuros ha habido una conspiración que nos oculta la verdad.
Curiosamente lo mismo podríamos decir de Harry Potter y su mundo análogo. ¿Y
si en realidad JK Rowling ha descubierto ese mundo de brujas con indumentaria
a la Charles Dickens sin que nosotros sepamos la verdad? ¿O qué tal Star
Wars, Star Trek o Terminator, o The X Man, o Matrix, o...? Si
bien las teorías conspiratorias son un fenómeno del siglo XX, sus raíces
aparecen a mediados del siglo XIX como parte de una corriente filosófica
denominada escepticismo sistemático, rama a su vez de la Ilustración y de
Juan Jacobo Rosseau, quien en su Emilio refería los límites de la
razón. ¿Qué es el escepticismo sistemático? El rechazo a la verdad absoluta y
el cuestionamiento a lo que las esferas del poder desean que creamos. Una
explicación inmediata a tales cuestionamientos a la verdad absoluta acuden a
la conspiración enramada en teorías --recordemos que el escepticismo
sistemático no las maneja como algo absoluto y verdadero--, esto es, la
verdad análoga a la que nos referíamos al principio de este texto. Así pues,
tal corriente viene a ser el motor inicial de quienes ven conspiraciones por
todos lados; la verdad no está ahí, como decía Fox Mulder, está escondida
entre una madeja de conspiraciones. La
primera gran conspiración contemporánea surgió en la Rusia zarista con la
aparición de Los Protocolos de los Sabios de Sion, libro donde se
narraba cómo se había creado una conspiración judía para adueñarse del mundo.
Luego se reveló que (aparte que de los Sabios nunca se supo más) el mamotreto
fue preparado y difundido por la policía zarista. Sin embargo muchos todavía
creen en su veracidad, tanto así que en los años 30 y 40 fue uno de los
libros más populares; en Estados Unidos el magnate del automóvil Henry Ford
publicó El Judío Internacional, una continuación de Los
Protocolos y quien junto con otros autores como Ian Romanescu y el
mexicano Salvador Borrego sostenía la existencia de una conspiración judía
internacional. Irónicamente
y aunque estas teorías conspiratorias provienen del espectro de la derecha,
tras lo ocurrido el 11 de septiembre Los Protocolos fue inhumado por
la prensa árabe la cual afirmaba que los llamados "halcones" o neocons
que dominan la política exterior de Washington entre ellos Donald Rumsfeld y
Paul Holowitz, son partícipes de una conspiración contra el mundo islámico y
ponen énfasis en que más de 3 mil judíos no fueron a laborar al World Trade
Center el día de los atentados. La
mayoría de las teorías conspiratorias cuestionan al gobierno norteamericano por
lo que no extraña que hayan sido enarboladas por el espectro de la izquierda
desde hace tiempo. Esta tendencia aumentó conforme crecía el temor por la
guerra fría en el mundo. De ese modo el escepticismo sistemático se aplicaba
a lo hecho por Washington y el relativismo --otra rama de la Ilustración y
llevado a la perfección por el temible Lavrenti Beria, jefe de la policía
secreta en tiempos de Stalin-- hacia todo lo que realizaba Moscú. De ese
modo, las "purgas" estalinistas no eran tales porque las denuncias
provenían de un país enemigo del colectivismo, por ello automáticamente eran
calificadas como propaganda y se les aplicaba el escepticismo sistemático que
incluía, entre otras cosas, cuestionar el valor moral del denunciante pues se
supone que ésta es también una verdad absoluta (¿siguen conmigo?). Pero
si Walter Duranty, corresponsal del New York Times en Moscú durante
tiempos de Stalin, negaba la existencia de las "purgas" y las
hambrunas, el relativismo daba por cierta la negación pues la nota se
originaba en la propia Unión Soviética. Increíblemente y pese a que tras la
muerte de Stalin se conocieron los horrores de esa etapa y quedaron en
evidencia las mentiras flagrantes de Duranty, a éste no se le ha revocado su
Premio Pulitzer y The New York Times aún lo tiene como parte de su
colección de esas preseas. Otra
teoría conspiratoria célebre es la de Roswell, según la cual unos
extraterrestres se estrellaron en Nuevo México en 1947. La nave fue
confiscada por la CIA --organización que, por cierto, aún no era creada ese
año-- y los restos considerados como secretos de Estado al tiempo que uno de
los extraterrestres era llevado al área 57, sitio supuestamente ubicado
varios metros bajo tierra y donde se realizan experimentos con
extraterrestres. El Área 57 ha sido tema en The X Files, Independence Day,
y además de ser fuente para teorías conspiratorias viene a ser una leyenda
urbana conocidísima. Lo mismo ocurre con el "video del extraterrestre
muerto", desde hace rato desenmascarado como un hoax aunque
todavía hoy mucha gente cree que ocurrió realmente y que el gobierno
norteamericano oculta la verdad (el "ufólogo" mexicano Jaime
Maussán aún cree que el filme donde se ve la autopsia del alienígena es
genuino). Con
el asesinato de John F. Kennedy las teorías conspiratorias se pegarían a todo
acontecimiento mundial del mismo modo que las turbas globalifóbicas persiguen
las cumbres económicas. Conocemos de sobra estas teorías, que incluyen
"la bala mágica" de la Comisión Warren, el "segundo
francotirador", las ligas de la mafia con el jefe del clan Kennedy, los
numerosos viajes de Lee Harvey Oswald a México, etcétera. El veredicto de la
Comisión Warren prendió aún más las teorías que incluyen, claro, a Marilyn
Monroe, asilenciada por Robert Kennedy quien a su vez sería víctima en 1968
de otra conspiración para eliminarlo de la carrera presidencial y otro largo
etcétera. Por
supuesto que el Vaticano tampoco ha escapado a las suposiciones
conspiratorias. ¿Quiénes tramaron el complot para que Juan Pablo I,
aparentemente decidido a "actualizar" a la Iglesia, fuera
envenenado para que en su lugar llegara un Papa más conservador y que
utilizaría su poder de convocatoria para alentar a las masas en Polonia y
otros países comunistas? Las
conspiraciones editoriales, aparte de la narrada en El Código Da Vinci,
también abarcan a Para Leer al Pato Donald y que pone al descubierto
un inconfesable plan de las grandes metrópolis para subyugar a la infancia de
los países pobres. Se trata de un libro que todavía es recomendado en
algunos planteles universitarios de Comunicación (con lo cual se quiere
refrendar su carácter didáctico). Para Leer al Pato Donald viene
imbuido con la misma carga conspiratoria de otras obras que generalmente son
despreciadas en las aulas. En ese sentido también tenemos ese clásico de la
literatura conspiratoria titulado Seducción Subliminal de Wilson Brian
Key editado por primera vez en 1971 y del cual muchos argumentos (la
manipulación de nuestro subsconsciente y la creación de falsas necesidades a
partir de la estimulación visual) fueron exhumados en No Logo, el ya
célebre libro de Naomi Klein donde abunda en lo que considera es una
conspiración de los grandes corporaciones para someternos a sus designios. Como
se ve, todos estos libros comparten con Los Protocolos unos principios
básicos: 1) Fuerzas oscuras se reúnen en secreto para tramar un plan donde
las víctimas actúan, sin saberlo, como medios para conseguirlo, 2) Sus
tentáculos son mundiales pero tienen su origen en un país poderoso que oprime
a los países periféricos, 3) El bombardeo informativo termina por sepultar la
verdad que los conspiradores no quieren que se sepa y que, de hacerlo,
desestabilizaría a los conspiradores y 4) Siempre hay que poner en duda lo
que parezca obvio. Estas premisas explican, como piezas estándar, que
desde Jim Morrison hasta la Princesa
Diana hayan pasado por el escrutinio de las teorías conspiratorias; de hecho
ya nada se escapa a la sospecha de que se nos miente en alguna parte del
universo. Rosseau estaría contento de ver hasta dónde en el tiempo ha
alcanzado el escepticismo sistemático. (1) Término que proviene de hocus pocus,
palabras para denominar algo mágico e inexplicable. Hoy se le denomina así a
una mera invención, algo falso que se quiere dar como verdadero. *** Las teorías
conspiratorias más conspicuas
-KENNEDY FUE ASESINADO POR LA CIA, FIDEL CASTRO,
LYNDON JOHNSON, LA KGB, LA MAFIA... (Escoja
aquí a su villano favorito). -PAUL
MCCARTNEY MURIÓ Y FUE REEMPLAZADO POR UN DOBLE Algunas
páginas web afirman que ello ocurrió en 1966 y otras en 1969, pero siempre
coinciden en que fue debido a un choque automovilístico. Sin embargo el
"usurpador" se ha convertido, desde 1970, en uno de los hombres más
ricos de Inglaterra y un genio para administrar sus regalías. ¿La copia
superó al original? -ELVIS
PRESLEY FINGIÓ SU MUERTE Y HOY VIVE COMO ASCETA Harto de
ser un juguete para públicos burgueses de Las Vegas, Elvis optó por ocultarse
de un mundo que le adoraba. Otra versión dice que fue cooptado por los
extraterrestres. Para el caso da lo mismo: si realmente quisiera a su hija le
pediría que escogiera mejor a sus parejas, que no se casara con un vividor
llamado Danny Kleugh y, luego, que tampoco se uniera a Michael Jackson, se
divorciara y regresara con el papanatas. --GUYANA FUE UN CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE LA CIA
PARA ELIMINAR A LO QUE CREÍA ERAN "NEGROS INDESEABLES". Jim Jones
pidió varias veces asilo en la URSS para él y su grey pero lo tomaron como lo
que era, un desquiciado. ¿Conspiración KGB-CIA o en verdad Guyana vino a ser
el Auswitchz del Amazonas, sólo que sin cámaras de gas? --EL GOBIERNO NORTEAMERICANO ESCONDE LA VERDAD
SOBRE LOS EXTRATERRESTRES En México
nuestro Jaime Maussán es asiduo a esta fábula, más divertida luego de ser
incluida en el filme Independence Day ¡a lo cual los amigos
conspiratorios aseguran está basado en un hecho real! --GEORGE BUSH Y LOS HALCONES PLANEARON LO DEL 11 DE
SEPTIEMBRE- Con raíces
directas de Los Protocolos de los Sabios de Sion, esta teoría circuló
ampliamente en la prensa árabe: ¡3 mil judíos no fueron a trabajar ese día al
World Trade Center! ¿No sería porque, al estrellarse los aviones, todavía no
era horario de trabajo? --JIM
MORRISON VIVE El Rey
Lagarto también se convirtió en ermitaño, ¿o fue otro de los raptados por los
extraterrestres con eso de que Morrison quería "volar alto"? --EL SIDA FUE CREADO POR LA CIA EN UN LABORATORIO
PARA ELIMINAR A LAS MINORÍAS ÉTNICAS Denuncia
enarbolada por primera por un
científico de la extinta Alemania Democrática (país que en cuestión de
manipulaciones genéticas hechas en laboratorio pudo haber dado clases a la
CIA), todavía hay quienes degluten semejante tontería pero, por lo demás, muy
divertida. --BILL
GATES ES EL ANTICRISTO ¡La M
de Micro es Mefistófeles y la S de Soft es Satanás! ¡"Gates"
(Puertas) simboliza la entrada al averno! ¡El nombre "Windows"
(Ventanas) es el anzuelo para asomarnos a ese mundo del mal! ¡El 6 de junio
del 2006 --666, por si no detectamos la sutileza-- será el día en que Bill
Gates anuncie el dominio mundial, por eso la Comunidad Económica trata
desesperadamente de detenerlo. ¿Qué rol jugará aquí Steve Jobs? ¿El Antipapa? --LA PRINCESA DIANA FUE MANDADA ELIMINAR POR EL
PRÍNCIPE CARLOS Sería
impensable que la princesa se casara con un egipcio ¿cierto? Los papparazzi
fueron contratados por el Príncipe para llevarla a su muerte, ¿cierto? Estas
teorías huelen mucho a ociosidad ¿cierto? --FUE UN
MISIL NO UN AVIÓN, LO QUE SE ESTRELLÓ EN EL PENTÁGONO Thierry Meissan
ha vendido más de 20 mil ejemplares de su libro La Impostura Genial
tan sólo en Francia, país que se precia de ser el más ilustrado del mundo.
¿Cuál será pues el defecto congénito que sufrimos los demás mortales para
quienes esta teoría conspiratoria resulta una genial superchería? --EL HOMBRE
NUNCA LLEGÓ A LA LUNA Antes del
2010, cuando se espera que una nave enviada por la Comunidad Europea logre
alunizar, sabremos si se trató de un fraude o de un gran salto para la
humanidad. Mientras tanto conformémonos con pensar que, por lo que menos, no
sabe a queso. |