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ANÁLISIS, COMENTARIO Y DEMÁS

 

Cibernética

 

      Las noticias que caben en tu computadora

El vaticinio de Bill Gates parece cumplirse después de todo: la red está desplazando a los periódicos tradicionales, y la baja en publicidad es uno de sus síntomas. Entre las opciones están las suscripciones en línea, idea, sin embargo, que no ha funcionado del todo

ABRIL, 2006. Hace aproximadamente un mes la cadena Knight Rider adquirió varios de los más importantes diarios de Estados Unidos, entre ellos el Miami Herald y el Sacramento Bee, entre otros. La idea era consolidar un grupo que se enfoque cada más a la difusión de notas a través de las nuevas tecnologías pues el seguimiento tradicional (publicación del acontecimiento al día siguiente) es devorado por el Internet, capaz de actualizar la misma nota varias veces al día.

Asimismo, apenas la semana pasada el departamento de publicidad del The New York Times ofrecía su reporte respecto al 2005: la cantidad der anunciantes descendió un 25 por ciento con relación al 2004, y ello no se debió, como en otras ocasiones, a una reducción debido a la situación económica; esta vez, los publicistas emigraron a la red donde, curados ya del crack de las punto com hace seis años, esta vez entran a la red mejor asesorados y con contratos con compañías encargadas de diseñar la publiciad en la red, como doubleclick.com y paypal.com, entre muchas otras. Ahora sí que los anunciantes hacen migas con los anunciantes para incrementar las ventas.

Y vaya si el Internet ha demostrado ser un vehículo para las ventas, que en el 2005 ascendieron, tan solo en Estados Unidos, a 24 mil millones de dólares. Esta vez la red parece comportarse más comprensiva con los inversionistas y más generosa que en su primera etapa cuando consumió cantidades mosntruosas de billete verde para luego enviar a la quiebra a los aventureros. Sin embargo esta perspectiva ha perjudicado sobre todo a los periódicos los cuales, dado el decreciente número de lectores, encuentran en la publicidad el bastión más fuerte para su subsistencia.

Hace ocho años Bill Gates pronosticó la desaparición de los periódicos debido a la creciente popularidad del Internet, y los editores se rieron. Pero ahora que comienza a caer las piezas en los espacios respectivos las burlas han desaparecido.

                                  Páginas cobronas

El plan de Knight Rider radica en un enfoque para convertir a la red en fuente de oportunidad financiable. La circulación de todos los periódicos en Estados Unidos ha bajado drásticamente desde el 2000, ya sea por el desinterés, su línea editorial o a fallidad estrategias de mercado. Otro punto es encontrar la forma de competir con los blogs, uno de los enemigos más poderosos con que se han topado los grandes diarios.

Diarios como The Washington Post, por ejemplo, han permitido a sus lectores tomar un espacio para publicar sus propios blogs --ejemplo que también han seguido El Tiempo de Bogotá y El Universal, de México-- a manera de acercar a los lectores de estas páginas hacia el periódico. Pero si bien estos blogs sí se leen, ello ha repercutido poco para conseguir nuevos lectores. Expresado de otro modo: el periódico tradicional sí puede complementar los blogs, pero éstos no ha podido complementar a las ediciones impresas.

Y si bien las cifras dadas a conocer por The New York Times aún no son de focos rojos ni implicarán despidos masivos de personal, es evidente que la tendencia obligará a hacerlo muy pronto si los periódicos impresos no modifican sus estrategias. La red tomó desprevenidas a las compañías disqueras las cuales se movilizaron hasta que el formato MP3 les pegó en sus utilidades vía Napster y después pensaron, con cierta ingenuidad, que la aplicación más rigurosa de la ley frenaría la piratería musical.

Sin embargo este enfoque hacia lo electrónico también plantea las posibilidades de financiamiento: a diferencia de los medios impresos, la publicidad aparece cuando el dinero ya ingresó a sus arcas, pero en la red los diarios se convierten en publicistas, primero tienen que invertir y luego esperar los resultados. La solución de primera mano ante esta disyuntiva consiste en cobrar por los contenidos en línea como se haría tradicionalmente al adquirir el periódico en un puesto. Pero en la red esta alternativa ha funcionado a muy pocos, entre ellos The Wall Street Journal, que la ofrece como complemento a los suscriptores. 

Pero hace unos años The New York Times trató de hacer lo mismo y terminó por espantar a los visitantes, con el añadido que este periódico es consultado mayoritariamente por gente que no vive en Estados Unidos y donde un servicio de suscripción por paga habría sido muy difícil e imposible (Actualmente el NYT puede ser consultado en línea luego de registrarse gratuitamente).

En México los periódicos El Norte de Monterrey, Mural, de Guadalajara y Reforma del D.F. ofrecen como complemento a sus suscriptores la consulta de su página web, con el contenido completo de la edición impresa y una página principal que se actualiza varias veces al día. La desventaja es que estos tres diarios, propiedad del magnate regiomontano de la prensa Alejandro Junco de la Vega, no suelen ser tomados como referencia cuando en otros países se habla de México, ventaja que tienen, entre otros, El Universal y La Jornada, cuyos contenidos en línea siguen siendo gratuitos. Mientras tanto, El País, de Madrid, se ha visto en circunstancias similares, pero sus editores han recalcado la "conveniencia" de cobrar la consulta en Internet de su material.

Se aproximan, en conclusión, tiempos difíciles para los periódicos impresos. Los formatos que hasta hace poco eran infalibles ya no funcionan, y es aquí donde yace el mayor reto. Cuando el IPod se haga aún más popualr como medio para recibir información y no sólo para disfrutar música habrá otro problema que sortear.