VIMOS
MUCHAS VECES, SEGÚN BRIAN WEISS
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Y
demás / Pifias históricas Al
Capone: Gracias, señores puritanos La Ley Seca en Estados UnidosDe 1919 a 1933 estuvo
vigente en Estados Unidos una de las leyes más absurdas jamás
promulgadas en ese país. El problema actual del narcotráfico tiene su
origen en aquella disposición. Primera entrega del casillero Pifias
Históricas del Siglo XX.
SEPTIEMBRE, 2005. Cuántas jaquecas y
problemas se habría ahorrado la sociedad norteamericana de no haber
sido por esta enmienda. Se trata de una pif0ia cuyas consecuencias
repercuten hoy con fuerza inaudita; una pesadilla que ha vulnerado no
sólo a la reputación de Estados Unidos sino
a sociedad entera. Fue, también, una ley que atentaba directamente
contra la libertad del que entonces era el país más libre del mundo.
El problema principal de la Ley Seca es que atacaba las consecuencias,
no las causas, algo que, como se ve, la empareja --con los mismos
infructuosos
La Enmienda Volsted empezó a cocinarse poco antes de la Primera Guerra
Mundial (1914) cuando fueron publicados los altos índices de ausentismo
laboral La
primera respuesta llegó por la vía impositiva. Ingeniosamente las
compañías destiladoras habían conseguido que sus productos tuvieran
gravámenes
Se gravó entonces con mayores impuestos al alcohol pero los índices de
consumo variaban poco, y fue cuando un grupo de senadores cuáqueros
lanzaron la iniciativa, de nombre Volsted Act y que era ampliamente
respaldada por el presidente Warren Harding, enemigo declarado del
alcohol. Según la enmienda constitucional, la venta de licores
"minaba la cohesión familiar" y "ponía en peligro a
nuestras instituciones" de modo que proponía, como solución
mágica, prohibir su venta en todo el territorio
Poco antes de dejar la presidencia, Harding firmó la enmienda la cual
entró en vigor en 19 de junio de 1919. Irónicamente se brindó por la
prohibición con el mejor whisky.
No se duda que la Prohibición haya entrado en vigor con la mejor de las
intenciones aunque también con una ingenuidad espeluznante. ¿Qué
acaso los senadores
Se
encargó al FBI interceptar y destruir los alambiques ilegales
que, fuera ya de todo control sanitario, con frecuencia producían
alcohol adulterado convirtiéndolo en veneno puro. De un día para otro quien
supiera fabricar licores --entre ellos, por
El floreciente mercado negro fue rápidamente acaparado por los mafiosi
sicilianos quienes habían llegado a Estados Unidos desde mediados del
siglo XIX como mercaderes. Pero su escasa preparación los había
relegado dentro de la sociedad de modo que realizaban los trabajos más
rudimentarios para poder subsistir. La mayoría procedían de Sicilia,
isla del Mediterráneo que por siglos había servido como
"estación de paso" para contrabandistas de toda laya, desde
comerciantes de esclavos hasta puesto de abastecimiento europeo rumbo al
Medio oriente y Norte de África. Los habitantes de esta isla, junto con
Cerdeña, llevaban en la sangre todas las argucias y trucos del comercio
ilegal. Con torpeza inaudita los legisladores pasaron por alto un detalle obvio: las fronteras con México y Canadá. ¿Acaso creían que Estados Unidos geográficamente era una isla?
Esa
no era su intención al llegar al Nuevo Mundo pero al decretarse la
Prohibición se encontraron ante un mercado virgen al que podrían
explotar dada su experiencia. La palabra mafia, que hasta ese momento
definía a un grupo de clanes familiares que realizaban alianzas
comerciales y matrimonios entre sí para defender sus intereses, se
convirtió en sinónimo de crimen, corrupción y chantajes.
Estos clanes no tardaron en adueñarse del mercado de los alambiques
ilegales y, claro, de toda competencia.. Y contrario a los felices
pronósticos de los senadores puritanos, los índices de alcoholismo se
dispararon tras la Prohibición; el envenenamiento por alcohol
adulterado pasó a ser común en las salas de los hospitales mientras
que las ciudades fronterizas con Estados Unidos se llenaban de jauja.
Tijuana pasó de ser un villorrio semiolvidado por la capital en una
De repente el crimen organizado vio en la Prohibición un regalo de
aquellos senadores puritanos, tanto así que les convenía que ésta
continuara vigente al tiempo que muchos de sus simpatizantes iniciales
exigían su derogación. Durante los años veinte las cerveceras no
dejaron de hacer lobbying en el Senado para que la ya nefasta
enmienda Volsted quedara sin efecto; argüían que, en perjuicio de los
cerveceros norteamericanos, los mercados mexicano y canadiense obtenían
grandes utilidades, esto sin contar el enorme daño que dentro del país
provocaban los productores clandestinos.
La crisis del 29 agudizó las consecuencias de la Ley Seca. Por
principio de cuentas, el hampa norteamericana había descubierto las
enormes ventajas del comercio ilegal; tal visión creció sin remedio
cuando miles de nuevos desempleados se unieron con tal de sobrevivir.
Otro efecto era el alza en el número de fumadores, de modo que la
supresión de lo que entonces se pensaba era un vicio -y que hoy sabemos
más claramente que se trata de una enfermedad—había traído consigo
más calamidades que beneficios.
Para principios de los años treinta quedaba en claro la inutilidad de
la Prohibición; magnates de la talla de Rudolph Hearst se declaraban acérrimos enemigos del alcohol en las
planas de sus periódicos pero ofrecían fiestas donde existía una
completa colección de licores; mientras los centros nocturnos legales
tenían más moscas que clientela, los antros subterráneos, ya
controlados por la mafia, se enriquecían impunemente. Por fin muchos
legisladores se dieron cuenta de algo que afectaba directamente a sus
bolsillos; la Ley Seca había privado al fisco norteamericano con
alrededor del 5 por ciento de sus ingresos; hay incluso quienes han
sugerido que la prohibición contribuyó en buena parte a la debacle
económica de 1929. La
masacre de San Valentín, en 1929
Por fin, en 1933, el Senado derogó la prohibición con la ironía de
que el entonces presidente, Franklin D. Roosevelt, también era
abstemio. Los papeles se habían
Súbitamente la venta clandestina de alcohol dejó de ser redituable, y
no pocos traficantes se arruinaron al poco tiempo mientras que otros
decidieron retirarse del negocio. Asimismo, las muertes por
intoxicación disminuyeron drásticamente. A cambio de todo esto, el
gobierno norteamericano sometió a los fabricantes a
Sin embargo el hampa tenía ya trazado un camino gracias a la
Prohibición. Aún le quedaban negocios como la prostitución hasta que
su actividad fue legalizada y posteriormente con las tragamonedas y los
casinos clandestinos, que fuera un negociazo hasta que el estado de
Nevada autorizó los juegos de mesa, y no sólo eso, invitó a los
inversionistas del Este para que se instalaran en pueblitos como Las
Vegas, Reno, Lake Tahoe y Carson City. Como sabemos, un mafioso
Los problemas más recientes del gobierno norteamericano se remontan
a la Prohibición; parece una lámpara votiva cuyos efectos los
sentimos aun hoy,
Los datos indican que el consumo de alcohol disminuyó en un 15
por ciento durante la Prohibición, señal de que, al menos en parte,
sí funcionó. Habrá que preguntarse si por ese porcentaje valió la
pena el caos restante.
(1) El policía norteamericano de origen irlandés se contaba entre los menos corruptibles respecto a otras etnias, No es casual que el legendario Elliot Ness haya tenido ascendencia irlandesa.
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