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Cine Una
trilogía fantástica Mayo,
2005. En
un periodo de seis años, George Lucas cambió para siempre el rostro de
la industria cinematográfica, y lo hizo de un modo en que derrochaba
imaginación, encanto y mundos mucho menos cotidianos que el nuestro.
Solamente dirigió la primera de esas cintas pero las otras dos,
constantemente supervisadas por él, marcaron tres estados distintos que
definen una trilogía perfecta, casi como la de Indiana Jones y donde
Lucas también estuvo involucrado.
¿Por qué entonces The Phantom Menace y Attack of the Clones
fueron tan decepcionantes? Lucas quizá debió considerar, antes de remasterizar
su trilogía, estos contextos:
Star
Wars
(1977)- La cinta fue estrenada dos semanas después de Saturday Night
Fever en Estados Unidos. El enorme éxito de ambas evidenció la
necesidad de muchos norteamericanos por ir al cine a ver algo distinto y
muy lejano a la realidad del Watergate y la aún fresca derrota en
Vietnam, de ahí que las cintas que enfatizaban salir de la rutina y la
desesperanza para hacer algo distinto y triunfal, fueron sumamente
taquilleras. En ello estas cintas coinciden con Rocky (un sujeto
que vive en un barrio pobre de Filadelfia que vence a su rival aunque
nadie, ni su esposa ni su entrenador, creían en él), Saturday Night
Fever (un joven italiano de un barrio bajo neoyorquino que por las
noches se convierte en el mejor bailarín de Manhattan) y Star Wars
(otro joven que lo pierde todo y decide cambiar su gris destino en busca
de La Fuerza). Esta modalidad reflejada en la taquilla fue causa de que
otras cintas de la época como The Deer Hunter y Annie Hall
hayan sido alabadas por la crítica pero que no hayan disfrutado tanto
del respaldo otorgado a Rocky Balboa, Tony Mannero y Luke Skywalker.
Hoy parece increíble pero antes de Star Wars los estudios
habían perdido su fe en la ciencia ficción. Ninguno de ellos,
llámense United Artists, Metro Goldwyn Meyer o Warner --por entonces
las más importantes-- pensaron en "jugársela" con Lucas.
Sólo la Twentieth Century Fox, y con reservas, se arriesgó a
financiarlo. Los resultados de Close Encounters of the Third Kind
tampoco habían convencido mucho a los estudios, pero sólo la tosudez
de Spielberg los haría cambiar de opinión. Desde 2001 Space Odissey,
la ciencia ficción se había convertido en "ente
intelectualizado" de manera que a mediados de los setenta el
género languidecía. Si a esto agregamos el afortunadísimo tono de
Lucas para interpretar lo que la gente quería ver, tenemos la que
quizá haya sido la megaobra más adelantada a su tiempo, los setenta.
Millones de niños nacidos entre 1962 y 1970, muy jóvenes para
identificarse con series como Perdidos en el Espacio y Batman,
quedaron maravillados al ver en Luke al héroe que vivía en un planeta
desolado (Tatooine) y quien recibe un violento ingreso al mundo adulto
cuando un repugnante matarife lo amenaza de muerte en la cantina de Mos
Eisley. Cuando Luke huye de ese planeta a bordo del Millenium Falcon
junto con Han Solo, Chewbacca y Ben Kenobi, o el ver cómo se alejaba
esa nave en unos segundos dejó en muchos de nosotros la idea de que, si
nos lo proponemos, somos capaces de cambiar un destino al cual parecemos
estar sometidos con grillete.
Cada escena, cada personaje, constituía una novedad. Aun los trajes de
las tropas imperiales eran admirables, Lucas había rediseñado un mundo
basado en las novelas de Emilio Salgari --no confundir con Antonio
Salieri, el archienemigo de Mozart--, La Iliada, La Odisea, Buck
Rogers y Flash Gordon. Star Wars no era ningún "western
espacial", como dijeran los antilucas con cierta ligereza; así
como J.K. Rowling muestra conocimientos enciclopédicos de literatura
infantil y fantástica en las novelas de Harry Potter, el cineasta
californiano digirió toda esta información y la presentó como un
producto aderezado con una imaginación desbocada. Esta combinación es
la que más sorpresas dio a quienes vimos Star Wars por primera
vez.
Como suele suceder con las obras perennes, Star Wars fue un
trabajo artesanal. "Laborábamos con un presupuesto muy reducido
(...) faltaban seis meses para el estreno y aún no iniciaba el proceso
de edición", dice Lucas al crítico Leonard Maltin en la
entrevista que aparece en la edición original de Star Wars en
vídeo. Sorprende además que los efectos especiales del filme hayan
sido realizados con presupuestos raquíticos. "No desperdiciamos un
solo dólar", refirió Lucas a Rolling Stone en 1987.
"Literalmente concluimos la filmación tres semanas antes del
estreno", y en otra parte agrega, "hacer la película fue un
proceso muy difícil, estresante; incluso repercutió en mi salud (Lucas
padece diabetes) pero sabía perfectamente lo que buscaba y lo que
quería conseguir... los productores estaban nerviosos por lo que
pasaría después del estreno, yo estaba nervioso por lo que pasaba
antes... tenía una idea muy definida en mi mente".
Esta
es otra razón por la cual Star Wars cautivó a miles de
espectadores: se trata de un mundo perfectamente tangible pero a la vez
fantasioso, como la mente misma. Los efectos especiales están al
servicio del argumento, y no al revés, como sucede hoy en el cine de
ciencia ficción. Cuando veíamos al robot en Perdidos en el Espacio
nos daba risa pensar que alguien lo considerara real. Pero no sucede lo
mismo cuando vemos a R2D2 y a C3PO; el peso implacable de la lógica nos
diría que es ridículo creer que dos robots tengan vida propia y que
uno de ellos sólo produzca ruidos como radio AM y que no entendamos lo
que dice. Pero Lucas logró hipnotizarnos con su imaginación al punto
de creer que dos androides puedan hablar. Quizá Lucas sea como Julio
Verne, quien con sus fantasías tan bien hiladas se adelantó a cosas
que serían realidad en el futuro. En tal contexto Star Wars tal
vez sí existe en una galaxia muy lejana. ***
The
Empire Strikes Back
(1980) Como los Beatles y Playboy, Star Wars ya era
referencia obligada de la cultura pop cuando apareció la que entonces
era la segunda, y no la quinta parte. La fórmula había sido imitada en
cintas como Galactica, Cosmos 1999 y Alien, visión mucho
menos inspiradora de las aventuras espaciales. Asimismo un tal Meco
Monardo grabó el tema de Star Wars a ritmo disco mientras que
los muñecos, las naves de juguete, espadas láser y loncheras habían
mantenido un tanto tranquilos a los fans de la cinta.
El primer cambio correspondió a la dirección. Lucas dejaba a Irving
Kerschner como director pues quería
tomarse "un tiempo... estaba bastante agotado". Como sea, la
decisión fue acertada; por algo en términos de personalidad y
desarrollo de los personajes, The Empire Strikes Back es la mejor
de la trilogía. Por principio, Kerschner humaniza a los personajes, en
especial a Luke. Harrison Ford había dicho a Lucas durante la
filmación del primer filme, "quizá puedas escribir esta mierda
pero no la puedes decir", lo cual, dicho de otro modo, implicaba
que los personajes estaban acartonados y no terminaban por definirse. En
esta segunda parte tanto Luke como Leia y Han son más introspectivos, y
cada uno enfrenta un conflicto interno: el tranquilo y afable Luke al
inicio del filme se convierte en un tipo pedante que quiere ser un Jedi
pero que al mismo tiempo no cree en la Fuerza, viaja a Dagobah sólo por
una aparición de Ben Kenobi pero cuando va para allá se cuestiona
"vamos a ver a Yoda... si es que existe". El segundo
conflicto, por supuesto, es descubrir que Darth Vader es su padre y que
deberá enfrentarlo y matarlo si realmente desea convertirse en
Caballero Jedi. Por si fuera poco también debe sacrificar a sus amigos
quienes, precisamente, acaban de ser traicionados por Lando Calrissian.
El conflicto de Han Solo se ubica entre lo ético y lo sentimental. Ya
no puede ser un mercenario pero de todos modos Jabba the Hutt busca
destruirlo. Se porta altanero con Leia mientras ella se ve atraída a
él como las chicas de buenas familias que se involucran con pandilleros
o fugitivos sólo por la emoción de romper su rutina ("no ha
habido muchos truhanes en su vida", le expresa Han). Irónicamente,
mientras más suaviza su actitud hacia la vida más vulnerable es;
inocentemente es traicionado por Lando y congelado como regalo para
Jabba. En ese momento Han guarda un resentimiento contra Lando a quien
en la tercera parte olvida todo cuando su "amigo" y Chewbacca
van a rescatarlo de Jabba the Hutt.
The
Empire Strikes Back no tiene un final feliz. El Imperio se ve más
fuerte que nunca mientras Luke decide resignarse a esperar los tiempos y
condiciones para convertirse en Jedi. *** Return
of tre Jedi
(1983) Cuando ocurre el estreno de esta cinta la expectación es mundial
y enorme, valga el pleonasmo. Corría el rumor que Lucas preparaba las
partes V, VI y VII y aunque los insiders aseguraban que Vader
moriría en el tercer episodio, aún se barajaban posibilidades, entre
ellas de quién moriría sería Luke. Como sea, Return of the Jedi llega
a los cines y, en efecto, el alboroto es descomunal. ¿Pero lo fue
porque era parte de una saga exitosa? O lo que es lo mismo, ¿habría
sido igual de celebrada con otro nombre, otros actores y otro director?
Creo que no.
La película pasa de ser, de aventura espacial, a otro episodio de los
Muppets, incluido el Emperador, un anciano desdentado quien inspira
ternura en vez de temor. El grupo musical que toca para Jabba the Hutt
--reemplazado en la nueva versión, y que superó muy poco al original--
son muñecos de plástico dirigidos al público infantil al cual Lucas
le lanza abiertamente el anzuelo de los ewoks, simpáticos al principio
pero que luego saturan la paciencia de los espectadores más veteranos.
¿Pasaba por alto Lucas que esos fans que en 1977 tenían ocho años en
1983 eran de 16 y con más rebeldía acumulada en sus hormonas que el
mismo Luke? Antes de ser desbancados por Jar Jar Binks, los ewoks
habitualmente ocupaban el sitio tope como los personajes más
antipáticos de la trilogía.
En esta tercera entrega Solo es rescatado por Leia pero ambos son
descubiertos al tratar de escapar. Cuando Luke también es atrapado los
tres son llevados al desierto donde serán consumidos por un engendro
cuya digestión dura mil años. Sin embargo consiguen escapar al refugio
de los rebeldes donde, gracias a sus espías, se enteran que el
Emperador está supervisando las obras en persona dado el tremendo
burocratismo que padece el Imperio. El objetivo es desactivar el escudo
protector de la Estrella de la Muerte ubicado en la luna Engon. Es ahí
donde habitan los ewoks y el inicio de una batalla que terminará con la
derrota del Emperador y la redención de Vader.
El final anterior, una especie de baile tribal a cargo de los ewoks, fue
sustituido en la versión remasterizada con una celebración por
toda la galaxia aunque la música de fondo es ejecutada por un mal
interprete de Yanni.
En
el aspecto emocional de los personajes, y a diferencia de lo hecho por
Kerschner, no se avanza mucho. Darth Vader, otra vez Anakin Skywalker,
aparece contento al lado de Yoda y Obi Wan durante la celebración por e
fin del Imperio. Vista a la distancia del tiempo, Return of the Jedi sorprende
por la imaginación desplegada por Lucas y sus técnicos pero no cuenta
con un argumento tan profundo, algo en lo que, seguro, los ewoks
contribuyeron mucho.
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